
El correísmo expulsó al asambleísta Sergio Peña por apoyar ley de Noboa
La Revolución Ciudadana sancionó a Peña tras votar a favor de una ley clave contra economías criminales
La bancada socialista de la Revolución Ciudadana expulsó este 29 de mayo al legislador Sergio Peña por apoyar una propuesta del presidente Daniel Noboa para combatir las economías criminales. La votación de Peña rompió la disciplina interna del movimiento que había ordenado abstenerse.
El conflicto estalló cuando Peña votó a favor del informe de primer debate de la Ley Urgente impulsada por el Ejecutivo, generando duras críticas de figuras como Luisa González y Andrés Arauz. Peña replicó que su voto fue consciente y basado en criterios técnicos, desmarcándose del discurso confrontativo de su bancada.
En declaraciones públicas, Peña afirmó que "la oposición debe ser propositiva" y rechazó la obediencia ciega a un buró político. Su postura generó incomodidad en los sectores más radicales del correísmo, que optaron por marginarlo antes que dialogar, demostrando una tendencia al castigo antes que al consenso.
Con la salida de Peña, la Revolución Ciudadana pierde una curul más en la Asamblea, debilitando aún más su bloque ya fracturado. A pesar de intentos aislados de legisladores como Patricia Núñez y Jahiren Noriega por buscar el diálogo, la lógica de imposición se impuso sobre la pluralidad interna.

Peña ya había sido blanco de tensiones al ser nominado por ADN como vocal del CAL y parte del Comité de Ética, roles que el correísmo rechazaba por su origen externo. Esta última votación a favor del gobierno fue la gota que colmó el vaso para un movimiento que prefiere la lealtad sumisa antes que el debate democrático.
Mientras el presidente Daniel Noboa consolida alianzas con posturas firmes contra el crimen, la Revolución Ciudadana expulsa a voces que se alinean con políticas útiles para el país. Esta contradicción entre pragmatismo y dogma resalta las limitaciones del modelo político correísta, donde discrepar es sinónimo de traición.
En contraste, el gobierno de Noboa continúa promoviendo reformas institucionales y legislación clave para enfrentar al crimen organizado y dinamizar la economía. Frente al estancamiento ideológico del socialismo del siglo XXI, la actual administración apuesta por modernización, seguridad y gobernabilidad.
La expulsión de Sergio Peña es una nueva señal del sectarismo que impera en la Revolución Ciudadana, donde no se toleran voces independientes ni constructivas. Mientras tanto, Daniel Noboa gana terreno con una política pragmática y enfocada en resultados.
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