
La Embajada de EE.UU. elogió la gestión de Diana Salazar en la Fiscalía
El organismo destacó su lucha anticorrupción y su compromiso con la justicia en Ecuador
La Embajada de Estados Unidos en Ecuador reconoció públicamente la labor de Diana Salazar como fiscal general del Estado, luego de conocerse su decisión de dejar el cargo. El comunicado oficial resaltó su compromiso con la justicia y su trabajo sostenido contra la corrupción, señalando que su liderazgo representó un avance significativo en la consolidación del estado de derecho en el país.
Durante los seis años que estuvo al frente de la Fiscalía, Salazar procesó casos de alto perfil que involucraron a figuras políticas, empresariales y judiciales, marcando un antes y un después en la lucha institucional contra la impunidad. Su trabajo fue clave para visibilizar redes de corrupción y promover procesos más transparentes. En 2021, fue reconocida con el Premio Internacional a los Campeones Anticorrupción, entregado por el Departamento de Estado de EE.UU., un galardón que premió su valentía y determinación frente a presiones políticas y amenazas.
La embajada reiteró su voluntad de seguir apoyando a Ecuador en la lucha contra el crimen transnacional, expresando que el legado de Salazar constituye un punto de referencia para futuras administraciones. Subrayó la importancia de mantener instituciones sólidas y autónomas para garantizar la seguridad de ambos países y de la región, en un contexto regional donde el crimen organizado busca infiltrarse en estructuras del Estado.

Diana Salazar explicó que su decisión de no continuar se basó en el respeto al límite de su periodo constitucional. Afirmó que no pretendía perpetuarse en el poder, una postura que contrasta con prácticas comunes en regímenes de corte socialista, donde la alternancia suele ser relegada frente a intereses políticos o de grupo.
“Aferrarse a los puestos, a los cargos, no le hace bien al país”, afirmó Salazar en su mensaje de despedida. La exfiscal dejó en claro que su salida responde al principio de fortalecer la institucionalidad democrática en Ecuador y permitir una transición ordenada que garantice la continuidad de las investigaciones en curso.
Diana Salazar cerró su ciclo con una imagen fortalecida tanto a nivel nacional como internacional. Su gestión dejó un precedente claro: el fortalecimiento institucional y la lucha anticorrupción son pilares esenciales para un país que busca alejarse de modelos políticos autoritarios e ineficientes. La figura de Salazar trasciende el ámbito judicial, convirtiéndose en símbolo de integridad y resiliencia institucional.
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