Caucaso
Rusia medió 24 horas de paz entre Armenia y Azerbaiyán, pero el conflicto no parece tener un fin en el horizonte
Gracias a Rusia, tanto Armenia como Azerbaiyán acordaron un cese de hostilidades por 24 horas comenzando este 10 de octubre para para identificar bajas e intercambiar prisioneros. Ambos países se han acusado mutuamente de violar el nuevo acuerdo.
Luego de 13 días de intensos combates, Armenia y Azerbaiyán llevaron a cabo una ronda de negociaciones fomentada por Rusia en pos de un alto al fuego.
La reunión se llevó a cabo en Moscú y duró unas 10 horas, tiempo en el que ambos Ejércitos suspendieron sus hostilidades. Contó con la presencia del canciller ruso Serguei Lavrov, el canciller azerí Jeyhun Bayramov y el ministro de relaciones exteriores armenio Zohrab Mnatsakanyan, y se decidió frenar los combates a partir de la medianoche de este 10 de octubre por lo menos unas 24 horas.
Este impasse será utilizado para intercambiar prisioneros, permitir que se recuperen los cuerpos de los caídos en combate
y retomar las negociaciones el 11 de octubre, esta vez, sin embargo, con la posibilidad de que continúen los combates mientras los diplomáticos están reunidos.
A pesar de tener un Acuerdo Defensivo con Armenia, Rusia todavía no se ha involucrado militarmente para defender al país del asedio azerí. Por su parte, Turquía, el principal aliado de Azerbaiyán, sí se ha involucrado personalmente en el conflicto, por lo que cualquier acción bélica de Rusia podría poner en combate directo a las tropas rusas con las turcas, algo que no se ve a gran escala desde la Primer Guerra Mundial.
Mientras Rusia media unilateralmente entre Armenia y Azerbaiyán, la comunidad internacional insiste que las negociaciones de paz deben ser manejadas por el Grupo de Minsk, que cuenta con representantes de Rusia, Francia, Estados Unidos y Bielorrusia. Este grupo fue creado en 1992 durante la última guerra entre los armenios y los azeríes por el mismo territorio en disputa hoy: la región de Nagorno-Karabaj.
El canciller ruso Lavrov (centro) con el canciller azerí Bayramov (izq.) y el ministro Mnatsakanyan (der.)
Ad
En estas dos semanas de combate, la supremacía azerí, apoyada totalmente por el Ejército turco, ha sido notable. La región del Nagorno-Karabaj ha sido penetrada por fuerzas azeríes en medio de masivos bombardeos que han inmovilizado a las tropas armenias.
Ya varias ciudades han sido tomadas por el ejercito de Azerbaiyán que estaban en manos de Armenia desde 1993, entre ellas Jabrayil, Horadiz, Bëyuk Mardzhanly en el sur y Madagiz y Talish en el norte.
Desde el punto de vista militar, Turquía ha apoyado a Azerbaiyán con equipamiento militar, apoyo logístico, aéreo, y Armenia acusa de haber visto “voluntarios” turcos del movimiento ultranacionalista “Lobos Grises” junto a veteranos sirios combatiendo codo a codo con el Ejército azerí. A pesar de que cualquier presencia de solados o mercenarios turcos es negada por el régimen de Erdogan, que solo admitió responsabilidad de algunos ataques con drones en Nagorno-Karabaj.
Desde la guerra que finalizó en 1993, a partir de la independencia de Armenia y Azerbaiyán por la disolución de la URSS, las fuerzas armenias controlan la región de Nagorno Karabaj, que tiene una mayoría étnica armenia pero que era parte de la región autónoma soviética de Azerbaiyán. Las autoridades azeríes quieren volver a anexar este territorio que, si bien es reconocido internacionalmente como azerí, el Estado azerí nunca ejerció soberanía sobre el mismo.
Ciudades capturadas por Azerbaiyán. Fuente: elaboración propia en base a los datos del Ministerio de Defensa Azerí.
Ad
Los continuos bombardeos entre ambas Naciones ha producido imágenes terribles de una de las guerras más sangrientas en los últimos tiempos. Las diferencias étnicas, religiosas y culturales entre los armenios (cristianos) y los azeríes (musulmanes) han colaborado a escalar el conflicto y recrudecer la violencia entre los pueblos.
ARMENIAN DEFENCE MINISTRY/AFP
A nivel regional, tanto Rusia como Irán aplaudieron el cese al fuego entre ambos países y llamaron a un cese de las hostilidades definitivo entre ambas Naciones. Por el contrario, Turquía ha apoyado abiertamente la conquista total de la región, tanto discursivamente como militarmente.
El Ministerio de Defensa turco ha felicitado los avances de Azerbaiyán, estableciendo incluso imágenes de solidaridad militar como portadas en sus sitios oficiales.
Turquía ha llamado públicamente a terminar “de una vez con todas con la ocupación” de Nagorno-Karabaj por parte de Armenia. Estas declaraciones por parte de Erdogan no son sorpresivas, quien a lo largo de su carrera política acusó numerosas veces a Armenia como la mayor amenaza a la paz regional y ha negado sistemáticamente el reconocimiento al genocidio perpetrado por los turcos hacia la comunidad armenia en 1915.
Foto: Twitter oficial del ministerio de defensa nacional turco.
Ad
A pesar de haber dicho públicamente que aceptaban un cese al fuego por 24 horas, múltiples reportes indican que aún después de las 12:00 del 10 de octubre el Ejército azerí continuaba avanzando sobre la región de Nagorno-Karabaj y el Ejército armenio todavía lanzaba ataques con la intención de recuperar sus ciudades.
Alrededor de las 12:05 de la mañana del día de hoy (hora armenia), tropas azeríes lanzaron un ataque frontal a la zona de Karacambeili.
Por su parte, Azerbaiyán acusa al Ejército armenio de haber avanzado sobre las ciudades de Agdara y Fizuri que están ahora bajo ocupación azerí, y de haber disparado fuego de artillería contra civiles en estos centros urbanos, todo luego de las 12:00.
El Ministerio de Defensa de Azerbaiyán publicó un video de como la Artillería azerí neutralizó este supuesto avance.
Armenia
Rusia le suelta la mano y le corta el suministro de gas a Armenia, tras su acercamiento a Washington
Gazprom Armenia ha decidido detener el suministro de gas desde Rusia hacia Armenia en medio de las tensiones entre ambos países por la falta de apoyo ruso a la causa armenia en la región de Nagorno Karabaj, lo que ha obligado a Armenia a acercarse a Estados Unidos.

Desde su independencia en los 90s, la República de Armenia ha visto en la Federación Rusa su mayor aliado internacional. A medida que pasaban los diferentes gobiernos armenios de distintos colores políticos, todos coincidían en la promoción de relaciones con el Kremlin.
Esto se terminó en 2020 con la invasión de Azerbaiyán a la región de Nagorno-Karabaj, un territorio que controlaban los armenios desde la guerra de 1995. Rusia, que ha desarrollado una importante relación comercial con los azeríes y los turcos, decidió no intervenir en el conflicto.
Armenia terminó perdiendo gran parte del Alto Karabaj, y el primer ministro Nikol Pashinián acusó a Putin de haberles soltado la mano. A pesar de que el mandatario intentó volver a acercar posiciones, los rusos no le han dado el apoyo que pedían.
La situación llevó a que Armenia se acerque a los Estados Unidos de Biden, una estrategia geopolítica natural ante la bipolaridad que impera actualmente en el mundo. Putin, enojado por la “traición” de los armenios, ordenó detener temporalmente el suministro de gas a Armenia este lunes.
Según Gazprom Armenia, la suspensión es tan solo por cuatro días para realizar el mantenimiento planificado de un importante gasoducto. Sin embargo, los funcionarios armenis advirtieron que no había ningún mantenimiento planificado y que el corte sorpresivo llevará a enormes déficits energéticos.
Cabe recordar que Rusia es el principal proveedor de gas de Armenia. El año pasado, envió un total de 2.600 millones de metros cúbicos al país armenio. La subsidiaria del gigante ruso Gazprom, proveedor monopólico de gas natural de Rusia a Armenia a través de Georgia, dijo que suspendía temporalmente las exportaciones de gas desde las 8 a.m. hora local del lunes 1ro de mayo, dejando al país sin energía.
La justificación oficial fue que se estaban llevando a cabo trabajos de mantenimiento en una sección del gasoducto ‘Cáucaso Norte-Transcaucasia’ en la región sureña de Stavropol, Rusia, y que utilizaría las reservas para continuar suministrando gas a los consumidores en Armenia.
El alejamiento de Armenia es realmente un cambio sin precedentes en el plano político del Cáucaso. Cabe recordar que Armenia pertenece a la alianza defensiva Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), la “OTAN de Rusia y China”.
Armenia reprocha que la OTSC no ha hecho nada para frenar el avance de Azerbaiyán y que incluso se ha “negado a condenar las acciones de Azerbaiyán” y a Rusia no cumplir con su rol de “garante de la seguridad” de Armenia.
A finales de noviembre, del pasado 2022, Armenia se rebeló contra Moscú acusando al Kremlin de no prestarle ayuda, dijo que la protección de Putin “ya no valía nada” y que “un acercamiento a la OTAN estaba entre las posibilidades que se están analizando“.
Esto llevó también a que, en ese entonces, el primer ministro armenio, Nikol Pashinián, anunciara que su país no albergaría ejercicios militares dirigidos por Moscú. “Armenia no considera apropiado realizar ejercicios de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva este año. Estos ejercicios no tendrán lugar”, declaró en una rueda de prensa en enero de este año.
Además, desde la firma de paz luego de que Armenia perdiera la guerra contra los azeríes, Rusia arregló dejar “fuerzas de paz” que garantizarán que se respetarían los derechos de los armenios. Pero Pashinián criticó la “absoluta pasividad” de las fuerzas rusas ante el bloqueo que impone Azerbaiyán desde diciembre del 2022.
El acceso que garantiza el libre paso entre Armenia y la región de Nagorno-Karabaj debía estar garantizado por Rusia, pero según el gobierno armenio, hace por lo menos 6 meses que están completamente bloqueados y Putin no hace nada.
Por último, Ereván también criticó a Moscú por no desempeñar su papel de mediador durante los violentos enfrentamientos en la frontera entre Armenia y Azerbaiyán en septiembre pasado, cuando el gobierno armenio había pedido ayuda a la OTSC.
Recordemos que, en 2020, Armenia y Azerbaiyán libraron una guerra de seis semanas por el control de la región de Nagorno-Karabaj que se cobró 6.500 vidas. Una tensa paz mediada por Rusia obligó a un despliegue de tropas rusas de paz.

Nagorno-Karabaj se encuentra en Azerbaiyán, pero está bajo el control de fuerzas armenias respaldadas por Ereván desde que en 1994 finalizara una guerra separatista. Turquía, principal proveedor de armas de Azerbaiyán, respaldó a Bakú en el conflicto. A pesar del fin de los combates, persisten las tensiones en torno a sus fronteras.
Mientras tanto, es Estados Unidos el que está liderando la mediación de los conflictos entre Armenia y Azerbaiyán. Así lo demuestra el hecho de que esta semana ha comenzado la reunión tripartita entre los ministros de exteriores de Armenia y Azerbaiyán con la mediación de Antony Blinken, secretario de Estado norteamericano.
En dicha reunión se tratará el proceso de normalización de las relaciones entre Ereván y Bakú que incluye la firma de un acuerdo de paz, la delimitación fronteriza, la situación de la región de Nagorno-Karabaj y la reapertura de las vías de comunicación, entre otros temas.
Esta inclinación de Armenia hacia Estados Unidos fue palpable cuando, en marzo de este año, el país expresó su deseo de adherirse al Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, lo que implicaría que podría arrestar a Vladimir Putin para hacerlo comparecer ante un tribunal por los crímenes de guerra cometidos por las tropas rusas en Ucrania en caso de que el mandatario ruso pise territorio armenio.
Además, el primer ministro armenio desafió también a su aliado ruso al intervenir en la Cumbre por la Democracia impulsada por Joe Biden, y dar las gracias a Estados Unidos de forma explícita por ayudar a Armenia “a detener la última incursión (de Azerbaiyán) por medio del compromiso diplomático”.

Georgia
Georgia estalla en protestas: El gobierno retira el controvertido proyecto de ley prorruso pero las manifestaciones continúan
Se retiró del Parlamento un proyecto de ley criticado por vulnerar la libertad de prensa después de días de protestas en la capital del país. Ahora, las manifestaciones apoyadas por Estados Unidos, piden por el fin del gobierno.

El partido gobernante de Georgia, Kartuli Otsneba (Georgian Dream), confirmó este jueves que retiraría un controvertido proyecto de ley que permitiría arrestar a “agentes extranjeros“, una categoría que incluye a periodistas, activistas de ONGs, empresarios y miembros de fundaciones.
El proyecto era similar a una ley vigente en Rusia, que ha permitido una fuerte consolidación del poder de Vladimir Putin en su país, lo cual llevó a que gran parte de la población georgiana saliera a las calles a protestar la medida del gobierno de Irakli Garibashvili, ampliamente considerado un aliado del Kremlin ruso.
Después de dos noches de violentas protestas, bajo el reclamo de que la ley era el puntapié para un cambio autoritario que pondría a Georgia bajo la esfera de influencia de Rusia y pondría en peligro las esperanzas de que el país se una a la Unión Europea, el gobierno anunció que la ley fue retirada.
En un comunicado, el oficialismo aseguró que, “como un partido de gobierno responsable ante todos los miembros de la sociedad, hemos decidido retirar incondicionalmente el proyecto de ley que apoyamos, sin ninguna reserva“.
Georgian Dream agregó en su declaración que el proyecto de ley había sido “representada de mala manera y engañosa”, y señaló que lanzaría consultas públicas para “explicar mejor” el propósito de la ley. Además, citó la necesidad de reducir la “confrontación” en la sociedad, al tiempo que denunció las “mentiras” dichas sobre el proyecto de ley por la “oposición radical”.
Sin embargo, los líderes de la oposición dijeron que las protestas no frenarían y ahora los manifestantes van por más, exigiendo la liberación de todos los detenidos durante las protestas e incluso un cambio de gobierno.
Giga Lemonjala, representante del partido Droa, dijo que no estarían conformes hasta que el gobierno denunciara públicamente el proyecto de ley y prometiera nunca más intentar impulsar una legislación similar.
“La protesta no es solo por el proyecto de ley, sino por la naturaleza prorrusa del Georgian Dream. No hay confianza hacia ellos o su palabra“, escribió en su cuenta de Twitter la fundadora del partido Droa, Helen Khoshtaria.

Durante las protestas, se escuchó a los manifestantes corear “No a la Ley Rusa” y cantar los himnos georgiano, ucraniano y de la Unión Europea. Una pancarta sostenida durante las renovadas protestas, que tuvieron lugar en el Día Internacional de la Mujer, decía: “Mujeres contra el control total“.
El país de 3,7 millones de personas ha visto frecuentes conflictos políticos desde que obtuvo la independencia de la Unión Soviética en 1991, incluida una pacífica “Revolución de las Rosas” en 2003 y una guerra calamitosa contra Rusia cinco años después.
Georgia es un territorio donde continuamente se disputa el control Estados Unidos y Rusia. Si bien es limítrofe con el territorio ruso, gran parte de su población desde la caída del Muro de Berlín quiere ser parte del bloque europeo y la sociedad se ha “occidentalizado” más que muchos otros países de la región.
Como en Ucrania, los partidos políticos, más allá de sus ideologías de derecha o izquierda, se alinean entre ellos según si tienen el apoyo de Moscú o de Washington. A su vez, la sociedad civil debate continuamente si el país debería estar alineado con una potencia o con la otra.
Desde 2012, el país es gobernado por Georgian Dream, una formación política pro-Rusia que llegó al poder de la mano del empresario multimillonario y aliado de Putin, Bidzina Ivanishvili, quien a pesar que ha dejado el cargo de primer ministro algunos años atrás, todavía domina la política georgiana.
Antes de eso, el Movimiento Nacional Unido, del político pro-europeo y aliado de Washington Mikheil Saakashvili gobernaba el país, que llegó al poder tras la mencionada “Revolución de la Rosas“, un levantamiento civil ampliamente considerado como protestas financiadas por Estados Unidos para ubicar a su alfil en el gobierno de Georgia. Yendo más atrás, se puede ir siguiendo cómo desde 1991 todos los gobiernos eran puestos por el Kremlin o por la Casa Blanca.
Es en este contexto que las protestas adquieren un trasfondo adicional. Putin intentó acercar aún más al gobierno de Georgia a su esfera de influencia, y Estados Unidos habría respondido financiando nuevamente protestas civiles, que ahora que lograron su objetivo van por más, y no parecen querer frenar hasta que haya un cambio de régimen en el país caucásico.
Con respecto al proyecto de ley, este habría requerido que los individuos georgianos, las organizaciones de la sociedad civil y los medios de comunicación que reciben más del 20% de sus fondos del extranjero se registren como “agentes extranjeros” en el Ministerio de Justicia de Georgia, lo que permitiría que sean arrestados o expulsados del país a discresión.
Además, las organizaciones tendrían que cumplir con lo que Human Rights Watch describió como “onerosos requisitos de presentación de informes e inspecciones” y enfrentarían multas de hasta 25.000 laris georgianos por no cumplir, con penas de prisión de hasta cinco años por delitos reiterados.

Los funcionarios del gobierno dijeron que las propuestas son necesarias para erradicar la “influencia extranjera” y los “espías” de la escena política de Georgia, y que los georgianos tienen derecho a saber quién financia a las organizaciones no gubernamentales que trabajan en el país.
Garibashvili, quien también es el presidente de Georgian Dream, ha defendido el proyecto de ley, diciendo que ayudaría a erradicar a quienes trabajan en contra de los intereses del país y la poderosa Iglesia Ortodoxa Georgiana.
También acusó a la “oposición radical” de Georgia de incitar a los manifestantes a cometer “violencia sin precedentes” durante las manifestaciones del martes, según las agencias de noticias georgianas.
El Parlamento dio su aprobación inicial al proyecto este martes, lo que desató que cientos de miles de manifestantes se reunieran fuera del edificio legislativo a protestar. Algunos manifestantes lanzaron bombas molotov, piedras y botellas de plástico a la policía y al Parlamento. Al menos una ventana en el edificio gubernamental se rompió y un coche de policía fue volcado e incendiado.
La policía utilizó gases lacrimógenos, granadas de aturdimiento y cañones de agua para dispersar a la multitud después de varias horas de protesta. El Ministerio del Interior de Georgia dijo que 77 personas fueron arrestadas durante la protesta del martes.
La ley fue criticada por asfixiar la libertad de prensa y la sociedad civil. Los opositores al proyecto de ley, incluida la presidenta georgiana, Salome Zourabichvili, lo han comparado con una ley rusa de 2012, que se ha utilizado para reprimir a la disidencia.

El proyecto de ley ha profundizado a su vez la grieta que existe entre Georgian Dream, que tiene mayoría parlamentaria, y la presidente Salome Zourabichvili, que se ha alejado del partido desde que fue elegida para el cargo con su apoyo en 2018.
Zourabichvili había dicho que vetaría el proyecto de ley, aunque el parlamento puede anular su veto si conseguía más de 2/3 de los votos. La mandataria, que ahora está alineada con Estados Unidos, dijo a CNN el miércoles que el proyecto de ley “va en contra de todos los principios que defiende la Unión Europea”.
Los grupos de derechos humanos dicen que la etiqueta de “agente extranjero” es un estigma, diseñado para crear desconfianza y facilitar que el gobierno desacredite a sus oponentes. Por ello, unas 400 organizaciones no gubernamentales georgianas firmaron una carta diciendo que el proyecto de ley era “un ataque a los valores georgianos” y que “obstaculizaría el progreso de Georgia hacia la adhesión a la UE” y causaría “un daño inconmensurable a cientos de miles de ciudadanos“.
Kakhaber Kemoklidze, del opositor Partido Para Georgia, dijo que el cambio de opinión del Georgian Dream, retirando el proyeco de ley, fue una victoria para el pueblo georgiano. “El ochenta y cinco por ciento de la sociedad georgiana es muy europea, y la perspectiva europea está escrita en la constitución georgiana“, dijo a Al Jazeera.
“Esta ley redactada por el partido gobernante estaba socavando directamente la constitución georgiana“, dijo y agregó: “Esta retirada es un resultado particular de la ira extrema de la sociedad contra lo que hemos estado enfrentando durante las últimas 48 horas“.

Armenia
Se complica la alianza de Rusia con Armenia: El Kremlin califica de “inaceptables” las críticas armenias a las fuerzas de paz rusas
El Primer Ministro armenio, Nikol Pashinyan, criticó con dureza a las fuerzas de paz rusas por no lograr despejar el corredor que conecta Armenia con la región de Nagorno-Karabaj. Rusia venía siendo su principal aliado en la región.

Rusia calificó el viernes de “inaceptables” los “ataques públicos” contra sus fuerzas de paz desplegadas en torno a la región de Nagorno Karabaj, actualmente ocupada por Azerbaiyán, un día después de que el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, criticara al contingente ruso desplegado en la zona.
“Las fuerzas de paz rusas están haciendo todo lo posible para mejorar la situación en el terreno”, aseguró la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, Maria Zakharova, quien aclaró que, desde Rusia, “consideramos cualquier ataque público y provocación contra nuestras fuerzas de paz como acciones inaceptables y deliberadas que causan un daño tangible al proceso de normalización armenio-azerbaiyano“.
A pesar de que Rusia sirvió como garante de paz entre Armenia y Azerbaiyán en la última década, se apartó del conflicto en 2020 cuando se desató una guerra abierta entre las dos naciones por el control del Alto Karabaj.
Este territorio, que ya había sido escenario de conflicto en 1999, estaba en manos armenias desde entonces, con una paz garantizada por las fuerzas de paz rusas. Sin embargo, cuando Azerbaiyán avanzó sobre la frontera en septiembre del 2020, Rusia dio la orden de no intervenir y dejó a los armenios a merced del híper-desarrollado ejército azerí, que contaba con el apoyo total de Turquía.
La guerra fue efímera y dejó un saldo negativo para Armenia. El orgulloso país cristiano perdió control de la región, y tuvo que firmar la paz en un alto al fuego patrocinado por Rusia. En el acuerdo, Putin prometió proteger el llamado corredor de Lachín, que permitiría conectar Armenia con el enclave conocido oficialmente como República de Arstaj, una nación armenia no reconocida internacionalmente.
Este corredor sin embargo lleva bloqueado desde el 12 de diciembre por lo que Azerbaiyán asegura que son civiles azeríes miembros de una organización ecologista que protesta por el cuidado al medio ambiente. El primer ministro armenio presentó una queja formal ante las fuerzas de paz rusas aseguran que no son civiles, si no agentes de las fuerzas armadas de Azerbaiyán, haciéndose pasar por activistas.
Este bloqueo del corredor de Lachín ha generado escasez de alimentos, medicamentos y combustible en Arstaj, cuya economía depende exclusivamente del comercio terrestre a través de este corredor con Ereván, la capital armenia.

Pashinyan ha demostrado desde 2020 la intención de alejarse de la esfera de influencia de Rusia, y tras la inacción de las fuerzas rusas ante este bloqueo, le pidió al Kremlin que den un paso al costado y permita que se despliegue una misión de paz de la ONU.
El jueves, el sitio de noticias armenio Hetq citó a Pashinyan acusando a la fuerza de paz rusa de “convertirse en testigo mudo de la despoblación de Nagorno-Karabaj”, al no haber reabierto el corredor. “El comportamiento de las fuerzas de paz rusas son inaceptables para nosotros”, agregó.
Pashinyan afirmó que si las tropas rusas no eran capaces de garantizar la estabilidad y la seguridad en Nagorno-Karabaj, debían dejar paso a una misión de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas, lo que les daría más autoridad para actuar a la organización, permitiendo el despliegue un “contingente multinacional” en la región.
Esto despertó el enojo de Putin, quien actualmente disputa una guerra abierta contra las fuerzas de la OTAN, tras su invasión de Ucrania. Así como ocurre en la región del Donbás que Putin ha utilizado como excusa para invadir Ucrania, Nagorno-Karabaj está reconocido internacionalmente como parte de Azerbaiyán, pero sus 120.000 habitantes actuales son predominantemente de etnia armenia.
-
Argentinahace 5 días
Se profundiza el Massazo: El kirchnerismo autorizó otra suba de las tarifas del 35% para los sectores de bajos ingresos
-
Estados Unidoshace 3 días
Más de 10.000 fotos fueron filtradas de la laptop de Hunter Biden que comprometen al Presidente y a su hijo
-
Economíahace 2 semanas
Lasso firma un decreto tras la “Muerte Cruzada” que elimina aranceles y establece zonas francas en todo el país
-
Argentinahace 6 días
Ya son 9 las provincias que tienen a más de la mitad de la población trabajando en empleos públicos del Estado
-
Irlandahace 4 días
El Gobierno irlandés le pide al Campo sacrificar 200.000 vacas para reducir las emisiones y cumplir con la Agenda 2030
-
Economíahace 7 días
El fracaso de la estatización del litio en Bolivia: El modelo que Wado de Pedro propone importar para Argentina
-
Estados Unidoshace 5 días
Bud Light deja de ser la cerveza más vendida en Estados Unidos después del boicot de la derecha
-
Economíahace 3 días
Massa endeuda a la Argentina por US$ 21.000 millones de dólares con China para llenar las reservas del Banco Central
Usted debe estar conectado para publicar un comentario Inicio de sesión