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Rusia

Putin desafía a la OTAN y visita la ciudad de Mariúpol, un símbolo de la resistencia ucraniana bajo control ruso

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El presidente ruso visitó la ciudad portuaria, su primer viaje al territorio ucraniano que Moscú se anexionó en septiembre, en un movimiento desafiante después que la Corte Penal Internacional emitiera una orden de arresto en su contra por crímenes de guerra.

El presidente ruso Vladimir Putin realizó una visita sorpresa a la ciudad de Mariúpol, localidad ucraniana que ha sido reducida a ruinas y escombros por la guerra y que está bajo control de Rusia desde el año pasado.

La primera visita del mandatario al territorio ucraniano ocupado es un claro acto de desafío, que tiene lugar unos pocos días después de que la Corte Penal Internacional emitiera una orden de arresto contra él.

Putin llegó a Mariúpol el sábado por la noche luego de visitar Crimea, un viaje de menor impacto que había sido planeado para conmemorar los nueve años desde que Rusia se anexionó dicha península ucraniana en el Mar Negro.

Putin fue trasladado a Mariúpol en helicóptero y recorrió los distritos de la ciudad en un automóvil, según muestran las imágenes publicadas por las autoridades rusas, donde se bajó del vehículo para recorrer “lugares monumentales” de la ciudad, la sala de conciertos y la costa, según afirman reportes rusos.

Fue una visita “muy espontánea”, insistió su portavoz, Dmitri Peskov. Incluso, “sus desplazamientos en la ciudad tampoco estaban previstos”, según relató.

El canal estatal Rossiya 24 mostró imágenes de Putin charlando con lugareños ante lo que parecía un complejo residencial, y otras en las que le enseñaban uno de los departamentos que habría sido construido por las tropas rusas. “Tenemos que empezar a conocernos mejor”, se lo escucha decir a Putin a un hombre en la calle.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, habla con residentes durante su visita a Mariúpol.

Mariúpol, una ciudad portuaria en el mar de Azov, está ubicada en el oblast ucraniano de Donetsk, y ha estado bajo control ruso directo desde mayo de 2022, hasta que se lo anexionó oficialmente en septiembre del mismo año.

La visita es particularmente desafiante para los ucranianos, ya que Mariúpol fue durante mucho tiempo un símbolo de resistencia que ha sido testigo de algunos de los combates más intensos desde que Rusia lanzó su invasión el año pasado.

Mariúpol se convirtió en un símbolo de resistencia después de que las fuerzas ucranianas, superadas en armas y en personal, resistieran en una planta siderúrgica allí durante casi tres meses antes que Moscú finalmente la capturara en mayo. Un pequeño grupo de combatientes ucranianos aguantó 83 días en la gigante acería Azovstal, en el este de Mariúpol, antes de rendirse.

Gran parte de la ciudad quedó reducida a escombros por los bombardeos rusos. La situación en Mariúpol saltó a los titulares internacionales con un ataque aéreo ruso contra un hospital de maternidad el 9 de marzo del año pasado, menos de dos semanas después de que tropas rusas entraran en Ucrania.

Una semana después, unas 300 personas murieron, según los reportes, en el ataque a un teatro que servía como el refugio antibombas más grande de la ciudad. Pruebas reunidas por The Associated Press sugerían que la cifra real de muertos podría estar más cerca de las 600 personas.

Vladimir Putin conduce con el viceprimer ministro de Rusia Marat Khusnullin durante su visita a Mariúpol

La noticia de la visita se produce después de que el viernes la Corte Penal Internacional (CPI) emitiera órdenes de arresto contra Putin y la funcionaria rusa Maria Lvova-Belova por un plan para deportar niños ucranianos a Rusia.

Putin no ha comentado sobre la orden de arresto, que profundizó su aislamiento internacional a pesar de la improbabilidad de que enfrente un juicio en el corto plazo. El Kremlin, que no reconoce la autoridad de la CPI, ha rechazado su medida como “legalmente nula y sin efecto”.

Aunque el anuncio de la CPI el viernes fue bien recibida por Kiev, las posibilidades de que Putin sea detenido y juzgado son escasas porque Moscú no reconoce la jurisdicción del tribunal ni extradita a sus ciudadanos, lo que si, el mandatario no podrá viajar a ninguno de los 123 países que adhieren al Estatuto de Roma.

Aprovechando el viaje a Mariúpol, Putin se reunió con mandos militares y tropas en un puesto de mando en Rostov del Don, una ciudad sureña rusa unos 180 kilómetros más al este, y tuvo una reunión con el general Valeri Gerasimov, que está a cargo de las operaciones militares rusas en Ucrania.

El viceprimer ministro de Rusia, Marat Khusnullin, quien lo acompañó en el viaje, habló en detalle con Putin sobre los “trabajos de construcción y restauración en curso” en la ciudad.

En un video difundido por los medios rusos, Khusnullin le asegura a Putin que “hay un plan para reconstruir toda la ciudad al final del tercer año. Planeamos que sea un aeropuerto completamente funcional capaz de realizar vuelos a todas las ciudades de Rusia y en el extranjero”.

Vladimir Putin y el gobernador de Sebastopol, Mikhail Razvozhayev, visitan el centro Estético y Artístico Infantil dentro del parque histórico y arqueológico de Chersonesos Taurica en Sebastopol, Crimea

Además, en declaraciones a la agencia rusa estatal RIA, Marat Khusnulin dejó claro que Rusia estaba en Mariúpol para quedarse. “La gente ha empezado a regresar. Cuando vieron que la reconstrucción está en marcha, la gente empezó a volver”, dijo.

Mikhail Podoliak, jefe de gabinete del presidente ucraniano Volodimir Zelenski, se burló del viaje de Putin a Mariúpol. “El criminal siempre se siente atraído por la escena del crimen”, señaló.

“Mientras los países del mundo civilizado anuncian la detención del ‘director de guerra’ en caso de cruzar la frontera, el organizador de los asesinatos de miles de familias de Mariúpol llegó a admirar las ruinas de la ciudad y las fosas comunes”, sentenció.

Por otro lado, un parlamentario de Ucrania, Oleksii Honcharenko, criticó la visita y calificó a Putin de "criminal de guerra" este domingo. En una publicación de Telegram, el diputado preguntó “¿Vino el criminal de guerra a ver con sus propios ojos el genocidio que cometió en Mariúpol? ¿Por qué de noche? ¿Tiene miedo?".

Se estima que cuando Moscú tomó por completo la ciudad en mayo quedaban unos 100.000 de los 450.000 habitantes antes de la guerra. Muchos se habían quedado atrapados sin comida, agua, calefacción ni electricidad. Los constantes bombardeos dejaron hilera tras hilera de edificios derruidos o dañados, y Ucrania afirma que más de 20.000 personas murieron en la ciudad.

Sin embargo, la visita de Putin demuestra que Rusia llegó para quedarse, y que las intenciones del Kremlin son presionar para convertir a Mariúpol en la nueva Crimea.

Estados Unidos

Orbán asegura que la única manera de terminar con la guerra entre Rusia y Ucrania es que Trump gane la elección

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Orbán, luego de reunirse con Volodímir Zelenski, Vladimir Putin, y Donald Trump en una misma semana, afirmó que el expresidente de los Estados Unidos es el único que puede "solucionar" la guerra.

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, se reunió el jueves con el ex presidente Donald Trump en su club privado de Mar-a-Lago para avanzar en su agenda de alcanzar un acuerdo de "paz" entre Ucrania y Rusia.

"Fue un honor visitar a Trump (…) discutimos maneras de lograr la paz. La buena noticia es: él lo logrará", afirmó el líder de derecha en su cuenta de la plataforma X, acompañando su publicación con una imagen junto a Trump en el contexto de la cumbre de la OTAN, que concluyó el jueves en Washington.

Este encuentro con Trump se produce poco después de la reunión de Orbán con el presidente ruso, Vladimir Putin, y luego de que se reuniera la semana pasada con el presidente ucraniano, Volodimir Zelénski.

Trump ha sido un firme partidario de Orban, y esta reunión se produce después de otros encuentros del líder húngaro este mes, incluida una con Putin que sorprendió a muchos.

Varios países de la OTAN expresaron su preocupación el jueves por los recientes viajes de Orban a Moscú y Pekín, coincidiendo con el inicio de la presidencia de Hungría en el Consejo de la Unión Europea. Sin embargo, durante estos viajes, Orban ha buscado negociar la paz en el conflicto en Ucrania, algo que no está haciendo ningún otro líder del mundo.

Durante la cumbre aliada en Washington que concluyó recientemente, Orban fue visto en varias ocasiones apartado de las conversaciones informales entre líderes, incluso durante la cena de gala ofrecida por el presidente Biden en la Casa Blanca el miércoles por la noche.

En marzo pasado, durante un encuentro en Mar-a-Lago, ambos líderes discutieron sobre cómo restaurar la paz en Europa y poner fin a la guerra en Ucrania. Orban ha sugerido en el pasado que el conflicto no habría estallado si Trump hubiera seguido en la Casa Blanca.

Pocos días después de asumir la presidencia rotativa del Consejo de la UE el 1 de julio, Orban emprendió una gira por Kiev, Moscú, Pekín y Washington en lo que ha descrito como una "misión de paz" para Ucrania.

Orban y Trump han mantenido una sólida relación desde hace años, que comenzó cuando se encontraron por primera vez unos años atrás en un club de golf propiedad del republicano en Nueva Jersey.

El primer ministro húngaro fue el único líder de la Unión Europea que respaldó a Trump tanto en las elecciones de 2016 como en las de 2020, así como durante los juicios iniciados contra el ahora candidato presidencial republicano el año pasado.

El candidato republicano a las elecciones presidenciales ha expresado su admiración por Orban, a quien ha descrito como "el político más duro de Europa".

Por su parte, Orban ha criticado los juicios contra Trump, comparándolos con "métodos comunistas", mientras que considera al candidato republicano como"la única persona capaz de salvar a Occidente y a la humanidad en general".

El 1 de marzo, durante un foro en Turquía, Orban declaró que considera que la eventual vuelta de Trump al poder después de las elecciones presidenciales de noviembre es una condición necesaria para poner fin a la guerra en Ucrania.

Además, afirmó que durante el mandato del ex presidente Trump (2017-2021), se podría haber evitado una escalada en el conflicto de Gaza, argumentando que "sin Estados Unidos es imposible lograr la paz en Oriente Medio".

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Rusia

La religión del terror: Rusia volvió a sufrir un atentado terrorista orquestado por militantes islámicos en Daguestán

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Terroristas islámicos realizaron un nuevo atentado en Rusia, en donde quemaron iglesias y sinagogas, mataron a civiles y policías, y hasta degollaron a un sacerdote en plena misa.

Este domingo, terroristas islámicos armados llevaron a cabo ataques contra sinagogas e iglesias en la región de Daguestán, en el Cáucaso Norte de Rusia, resultando, hasta el momento, en la muerte de un sacerdote, 15 policías, 5 civiles y decenas de heridos, según informaron funcionarios de seguridad.

Daguestán es una región predominantemente musulmana, hogar de una pequeña minoría cristiana y una minoría judía aún más pequeña.

Los ataques ocurrieron en Makhachkala, la ciudad más grande de Daguestán, y en Derbent, una ciudad costera, donde se registraron enfrentamientos armados. El Comité de Investigación de Rusia ha iniciado investigaciones penales por "actos de terrorismo" y continúa la búsqueda de los atacantes.

El sacerdote asesinado durante un ataque a una iglesia en Derbent fue identificado por el presidente de la Comisión de Vigilancia Pública de Daguestán, Shamil Khadulaev, como el padre Nikolay. “Le cortaron el cuello. Tenía 66 años y estaba muy enfermo”, afirmaron las autoridades de la región.

El reciente incidente en Daguestán se produce en Rusia apenas tres meses después de la masacre en el Crocus City Hall, que fue el peor atentado registrado en el país en los últimos 20 años.

El 22 de marzo, hombres armados vestidos con ropa de camuflaje dispararon dentro del Crocus City Hall, un salón de conciertos en las afueras de Moscú, y luego incendiaron el edificio. El saldo fue devastador, con al menos 144 personas muertas y 360 heridas, marcando este evento como el peor ataque en suelo ruso desde 2004.

Más de 20 sospechosos fueron detenidos, incluidos los cuatro atacantes, todos provenientes de Tayikistán, una ex república soviética de Asia Central y vecina de Afganistán.

En abril, el servicio de seguridad ruso FSB informó que había arrestado a cuatro personas en Daguestán bajo sospecha de planificar el ataque mortal contra el Crocus City Hall de Moscú en marzo, el cual fue reivindicado por el Estado Islámico.

Se sabe que militantes de Daguestán han viajado para unirse al grupo Estado Islámico en Siria. En 2015, el grupo declaró que había establecido una "franquicia" en el Cáucaso Norte. Daguestán se encuentra al este de Chechenia, una región donde las autoridades rusas han enfrentado a separatistas en dos guerras brutales, la primera entre 1994 y 1996, y la segunda entre 1999 y 2000.

Después de la derrota de los insurgentes chechenos, las autoridades rusas se han enfrentado a un conflicto persistente con militantes islamistas en toda la región norte del Cáucaso, causando la muerte de decenas de civiles y policías.

A finales de marzo, el presidente ruso Vladimir Putin reconoció que el atentado fue perpetrado por "islamistas radicales", aunque continuó sugiriendo que Kiev pudo haber estado detrás de él.

A fines de mayo, Rusia finalmente reconoció que el grupo yihadista Estado Islámico fue responsable del ataque contra el Crocus City Hall. A pesar de que el grupo reclamó repetidamente la autoría, Moscú intentó inicialmente vincular el ataque a Ucrania y a Occidente.

"En el curso de la investigación, se determinó que la preparación, financiamiento, ejecución y retirada de los terroristas fueron coordinados a través de internet por miembros del grupo Provincia de Jorasán", la rama afgana del Estado Islámico, declaró Alexander Bortnikov, director de los servicios de seguridad rusos (FSB), según informó la agencia RIA Novosti.


De Kevin Frank para La Derecha Diario.

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Rusia

Tras la relección, Putin no descarta que el conflicto en Ucrania escale a una Tercera Guerra Mundial y pone la mira sobre la OTAN

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El reelecto presidente Vladímir Putin lanzó en su discurso de aceptación un mensaje contundente sobre la guerra en Ucrania y advierte a la OTAN sobre una posible escalada bélica mundial.

En Rusia se desarrollaron las elecciones presidenciales entre el 15 y el 17 de marzo, una elección nacional que contaba con la participación de cuatro candidatos, con opositores poco competitivos, luego del arresto y muerte del principal líder de la oposición, Alexei Navalny.

Como era de esperarse, se impuso Vladímir Putin con un 88% de votos, quien permanecerá en el Kremlin por los próximos seis años y en lo que será su quinto mandato al frente del país con capital en Moscú.

Las recientes elecciones en la Federación Rusa no han sido convencionales. El presidente reelecto se encuentra inmerso en un conflicto armado con Ucrania, desencadenado el pasado 24 de febrero de 2022 como parte de una escalada de tensiones desde los eventos del Euromaidán en 2014, que provocaron disturbios separatistas e independentistas en Ucrania.

Este conflicto, que lleva más de dos años en desarrollo, representa el mayor ataque militar convencional en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Además, durante el año 2021, la tensión diplomática entre ambos estados se intensificó, con Putin criticando abiertamente la expansión de la OTAN en Europa del Este.

Tras su victoria electoral, Putin lanzó una advertencia contundente durante una conferencia de prensa, señalando que un conflicto entre Rusia y la OTAN podría desatar una Tercera Guerra Mundial. Sus declaraciones generaron gran controversia, especialmente después de que el presidente francés Emmanuel Macron mencionara la posibilidad de desplegar tropas en Ucrania, lo que ha aumentado las tensiones entre Occidente y Rusia.

En medio de esta atmósfera de guerra y divergencia política en Europa, Putin no titubea al advertir sobre el riesgo real de una escalada bélica mundial entre Rusia y la OTAN, liderada por Estados Unidos, Francia y el Reino Unido.


Por Santino Roncatti para La Derecha Diario.

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