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Ucrania

Con Kiev rodeada, Zelénski acepta reunirse con Putin: ¿Qué condiciones pondrá Rusia?

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La reunión ocurrirá en la frontera con Bielorrusia, aliada del Kremlin, pero que ya ha sido el centro de una mesa de diálogo entre los dos países. Los pedidos de Putin para aceptar la rendición de Ucrania.

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelénski, anunció esté sábado en su canal de Telegram y luego repitió ante la prensa que aceptó reunirse con el presidente ruso Vladimir Putin en la frontera con Bielorrusia.

Si bien los ucranianos vienen montando una extraordinaria defensa que sorprendió al Kremlin, el Ejército ruso ya ha rodeado la capital, y no hay escapatoria si Putin decide lanzar una invasión a gran escala a Kiev.

En encuentro de Zelénski con Putin se produciría en Gómel, Bielorrusia, cerca de la frontera ucraniana. Según difundieron medios oficiales de Moscú, la información la confirmó el representante de la delegación rusa, Vladímir Medinski.

Con algo de cinismo, Medinski afirmó que el territorio elegido para iniciar las rondas de conversaciones "es el más adecuado por su neutralidad" y dónde "será garantizada la máxima seguridad para la parte ucraniana". 

Bielorrusia es un estado títere del Kremlin y sus fuerzas armadas se sumaron a la invasión. Zelénski había rechazado anteriores ofertas para reunirse en ese país que gobierna con mano de hierro el dictador comunista Aleksandr Lukashenko, el último dirigente soviético que quedó en pie tras la caída de la URSS, pero la situación ha llegado a un punto de quiebre.

Los últimos dos conflictos entre Rusia y Ucrania habían sido resueltos en Minsk, la capital de Bielorrusia, pero en ambas ocasiones los acuerdos no duraron mucho y los enfrentamientos se reanudaron. "Esta vez decimos: Minsk no. Otras ciudades pueden ser una plataforma para el encuentro, por supuesto, queremos la paz, queremos reunirnos, queremos el fin de la guerra. Varsovia, Bratislava, Budapest, Estambul, Bakú: todo esto lo hemos propuesto a la parte rusa", afirmó el mandatario ucraniano.

El portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, señaló que, inmediatamente después de que las Fuerzas Armadas rusas rodearan Kiev este domingo a la mañana, Lukashenko mantuvo una conversación telefónica con Zelénski.

"Después de esto, el presidente Lukashenko se dirigió a la parte rusa, al presidente Putin, con la solicitud de no retirar la delegación rusa debido a que se recibieron señales de la parte ucraniana, expresando su disposición de llegar a las negociaciones en la ciudad de Gómel", señaló Peskov, agregando que la parte rusa "está completamente lista para las negociaciones". Todo esto lo dijo en declaraciones al medio oficial ruso RIA Novosti.

Poco después, la oficina del presidente de Ucrania confirmó la versión rusa y comunicó que acordaron que la delegación ucraniana se reunirá con la parte rusa "sin condiciones previas", cerca del río Prípiat. Si bien el comunicado no aclara que Zelénski participará de la delegación, es altamente probable que después de entablar una mesa de negociación preliminar, tanto Putin como el mandatario ucraniano se reúnan en persona en esa ubicación.

"Alexánder Lukashenko asumió la responsabilidad de que, durante el traslado, las negociaciones y el regreso de la delegación ucraniana, todos los aviones, helicópteros y misiles, desplegados en territorio bielorruso, se quedarán en tierra, además de garantizar la seguridad tanto de la delegación ucraniana como rusa", reza el comunicado.

Qué pedirá Vladimir Putin

En Ucrania especulan que Rusia pedirá anexar varias provincias, además de Donetsk y Lugansk que ya controlan, podrían quedarse con Járkov, Sumy, Jérson y Zaporizhia.

Sin embargo, fuentes cercanas al Kremlin aseguran que Putin no quiere seguir teniendo limítrofe a una Ucrania que puede afiliarse a la OTAN en cualquier momento. Por lo tanto, medios rusos han dicho que Putin pedirá dividir el territorio de Ucrania en dos, “en una suerte de Alemania del Este y Alemania del Oeste”.

En la “Ucrania del Este“, que quedaría limítrofe con Rusia, quedaría ubicada Kiev, donde Putin planearía instalar un gobierno títere que apoye la desmilitarización y rechace cualquier alianza con la OTAN.

Por su parte, en la “Ucrania Occidental“, que pasaría a tener capital en Lviv, una importante ciudad fronteriza con Polonia, quedaría el gobierno de Volodimir Zelénski, quien continuaría el mandato de la actual Ucrania unida y seguiría con la misma estructura de gobierno que tiene hasta ahora.

La diferencia con la partición de Alemania, es que en esta ocasión, muchos de los que quedarían en el país títere de Rusia, son en efecto de ascendencia rusa. En la Alemania de la pos guerra, eran todos alemanes.

Sea cual sea el pedido de Putin, desde ya que está ligado a que Occidente suspenda las sanciones que decretó esta semana contra Rusia, un punto que los funcionarios del Kremlin dicen que es excluyente.

División que se rumorea que pedirá Putin. En verde los territorios que pasarán a ser oficialmente parte de Rusia.

Estados Unidos

Estados Unidos amenaza con desatar la Tercera Guerra Mundial: Blinken confirmó que quieren sumar a Ucrania a la OTAN

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Blinken insta a enviar más ayuda para Ucrania a medida que la OTAN se prepara para ingresar al país en guerra con Rusia a la alianza militar.

El secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, dijo este jueves que Ucrania "sin dudas" eventualmente se unirá a la OTAN, ya que el apoyo al país sigue siendo "sólido como una roca" entre los estados miembros.

"Ucrania se convertirá en miembro de la OTAN. Nuestro propósito en la cumbre es ayudar a construir un puente hacia esa membresía", dijo Blinken a los periodistas en Bruselas.

Cabe aclarar que el ingreso de esta nación a la organización del Atlántico forzaría a todos los actuales miembros, entre ellos Estados Unidos, a defender militar y personalmente a Ucrania, lo cual si sigue en guerra con Rusia, implicaría inmediatamente una declaración de guerra al país que lidera Vladimir Putin.

"Basado en lo que escuché hoy… todos, incluido Estados Unidos, van a redoblar y, según sea necesario, profundizar sus esfuerzos para encontrar los recursos que Ucrania sigue necesitando", dijo Blinken a los periodistas después de reunirse con los ministros de Relaciones Exteriores de la OTAN en la sede de la alianza.

Si bien los miembros individuales de la OTAN han estado proporcionando armas a Ucrania, la organización en su conjunto se ha concentrado en brindar ayuda no letal por temor a una escalada de tensiones con Rusia a través de una participación más directa.

"Más de 30 países han firmado o están en proceso de negociar acuerdos bilaterales con Ucrania, y nosotros mismos, Estados Unidos, estamos trabajando en nuestro propio acuerdo bilateral", dijo.

Más temprano el jueves, Blinken se reunió con el Ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, en Bruselas, donde ambos discutieron la situación en el campo de batalla y las formas de reforzar el sector energético de Ucrania a la luz de los continuos ataques de Rusia.

Estados Unidos será el anfitrión de una cumbre de la OTAN en Washington del 9 al 11 de julio. Blinken discutió las prioridades para la reunión con Kuleba mientras la OTAN celebra su 75º aniversario, y allana el camino para el eventual ingreso de Ucrania.

"Ucrania se convertirá en miembro de la OTAN", dijo Blinken. "Nuestro propósito de la cumbre es ayudar a construir un puente hacia esa membresía y crear un camino claro para que Ucrania avance".

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Ucrania

Diplomacia en llamas: Ucrania desafía al Papa por llamar a la paz con Rusia y rechaza negociar con el "Dragón de la Guerra"

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La Embajada Ucraniana arremetió contra las palabras del Papa Francisco, asegurando que nadie le pidió a los Aliados que negocien la paz con la Alemania Nazi en la Segunda Guerra Mundial.

En un enfrentamiento diplomático sin precedentes, la Embajada de Ucrania cruzó a la Santa Sede y respondió con contundencia a las recientes declaraciones del Papa Francisco, quien abogó por la negociación de paz y el coraje de la "bandera blanca" en el conflicto ucraniano.

La embajada, a través de sus redes sociales, lanzó un mensaje desafiante, recordando la historia y cuestionando la posibilidad de entablar conversaciones con lo que denominan "el dragón de la guerra".

La Segunda Guerra Mundial se convirtió en el epicentro del debate, con la Embajada ucraniana argumentando que durante aquel conflicto nadie consideró seriamente negociar la paz con Hitler, y vencer al Nazismo era la única opción viable.

"¡Es muy importante ser coherentes! Cuando hablamos de la Tercera Guerra Mundial, que enfrentamos ahora, debemos aprender las lecciones de la Segunda Guerra Mundial", expresó la liga diplomática ucraniana en un tono desafiante.

"¿Alguien habló seriamente de las negociaciones de paz con Hitler y de la bandera blanca para satisfacerlo? Así que la lección es solo una: ¡si queremos terminar la guerra, tenemos que hacer todo lo posible para matar al Dragón!", concluyó el mensaje, elevando la tensión en el ya complicado escenario internacional.

La entrevista del Papa Francisco a la Radio Televisión Suiza desató la controversia al instar a la valentía de la "bandera blanca" y a la negociación como medios para poner fin al conflicto en Ucrania. El pontífice destacó que negociar no es rendirse y abogó por la intervención de las potencias internacionales en el proceso de paz.

Sin embargo, la Embajada Ucraniana se mantuvo firme en su posición, desestimando la perspectiva papal y centrándose en la analogía con la Segunda Guerra Mundial para respaldar su postura contra las negociaciones.

El Vaticano, en un intento de suavizar la controversia, matizó que el Papa no se refería a la rendición, sino a la negociación como un medio para alcanzar un cese de hostilidades. Matteo Bruni, portavoz vaticano, aclaró que el término "bandera blanca" simbolizaba la tregua lograda mediante la valentía de la negociación.

A pesar de este intento de aclaración, la Embajada Ucraniana persiste en su posición, instando a la comunidad internacional a no ceder ante la idea de negociar con lo que ellos denominan el "Dragón".

El enfrentamiento entre la fe y la política internacional ha avivado las llamas de la diplomacia, generando incertidumbre sobre el futuro de las relaciones entre Ucrania y la Santa Sede. Las tensiones geopolíticas se intensifican en un momento en que la comunidad internacional observa con atención la evolución del conflicto ucraniano.

La firmeza de la Embajada Ucraniana en su rechazo a las negociaciones, junto con las palabras del Papa Francisco, sitúan a esta disputa en el epicentro de un debate crucial sobre la paz, la valentía y la estrategia diplomática.

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Hungría

Orbán anunció que dejará de bloquear las ayudas a Ucrania después de conversar con Zelenski en la asunción de Milei

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Se trata de un paquete por 50.000 millones de euros que necesita la aprobación de Hungría para poder desplegarse. A cambio del visto bueno para las ayudas, el Gobierno de Orbán exigirá una mayor ampliación de los fondos habilitados para financiar las necesidades fiscales de Hungría de manera no inflacionaria.

Después de haber entablado conversaciones durante la ceremonia de asunción del presidente Javier Milei, el presidente Volodímir Zelenski de Ucrania y el Primer Ministro Viktor Orbán de Hungría arribaron a una histórica reconciliación en representación de ambos países.

Lo que no pudieron conseguir meses de negociación diplomática, lo pudo conseguir una invitación del presidente Milei en cuestión de pocas horas. A partir de este encuentro, el Gobierno de Orbán anunció que dejará de bloquear las ayudas de la Unión Europea para Ucrania a través de Hungría.

De esta manera, Hungría abre las puertas para un paquete de financiamiento de hasta 50.000 millones de euros (equivalentes a 50.000 millones de dólares) para Kiev, en una fuerte señal en contra del alineamiento con Rusia. Los recursos serían empleados en la financiación de nuevo armamento, alimentos y energía.

Los recursos son de vital importancia para Ucrania, que debe sostener un déficit primario superior al 14% del PBI para las demandas del conflicto bélico. Asimismo, el resultado financiero total de Ucrania marcó un rojo de casi 20 puntos del PBI en 2023, según la última estimación del Fondo Monetario Internacional (FMI) correspondiente a octubre.

El gasto militar disparó las erogaciones de Ucrania hasta el umbral del 66% del PBI en 2022, y más de 63% estimado para 2023. Sin embargo, los ingresos a duras penas fluctuaron entre el 43% y el 50% del PBI desde el estallido de la guerra, pese a las medidas de emergencia adoptadas por Zelenski. 

En solo dos años, la deuda bruta de Ucrania se incrementó drásticamente del 49% del PBI a más del 78% en 2022, y más de 88% para el cierre de 2023. El FMI sugiere que el stock relativo de la deuda continuará creciendo por lo menos hasta 2025, y en el marco de una economía virtualmente devastada por una guerra en su propio territorio.

A cambio de aprobar el paquete de ayuda, el Gobierno de Orbán exige que la Unión Europea regularice los envíos de fondos adeudados por desembolsar en Hungría, los cuales ascienden a los por lo menos 30.000 millones de euros. Esto incluye el financiamiento para cubrir los desajustes sobre las finanzas públicas.

La UE había retrasado sistemáticamente la entrega de estos fondos por cuestiones meramente políticas y discrecionales. El déficit primario de Hungría comenzó a reducirse a partir del segundo trimestre de 2023, y se espera una mayor convergencia para las reglas de Maastricht a partir del año fiscal 2024.

Hungría también daría su visto bueno para la ampliación de los recursos presupuestados en el financiamiento de la protección fronteriza, una demanda recurrente por parte de Budapest, y también la concesión de subsidios adicionales sobre la energía en respuesta al shock de precios relativo que provocó la guerra en Ucrania.

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