
Con un inmenso fraude electoral, el candidato de la UE ganó las elecciones de Rumanía
El candidato progresista afiliado a los intereses de la Unión Europea, Nicusor Dan, se alzó con la victoria en las elecciones presidenciales de Rumanía, colmadas de fraude.
En un giro polémico, Nicușor Dan, actual alcalde de Bucarest y candidato proeuropeo, fue declarado vencedor de las elecciones presidenciales de Rumanía con el 54% de los votos, frente al 45 % obtenidos por George Simion, líder del partido de derecha Alianza por la Unión de los Rumanos (AUR).
Sin embargo, la jornada electoral quedó empañada por múltiples denuncias de fraude, lo que ha desatado una profunda crisis política y social en el país, así como un enorme descontento para con la Unión Europea.
Desde la noche del domingo, simpatizantes de Simion mostraron su profundo descontento en diversas ciudades, exigiendo una mayor transparencia en las elecciones y una auditoría internacional del proceso.
Las denuncias incluyen clarísimas irregularidades en el recuento, interrupciones técnicas en el sistema digital de votación y la aparición de boletas manipuladas en zonas rurales.

Por otro lado, el candidato de derecha Simion ha denunciado múltiples faltantes de boletas electorales y otras irregularidades con respecto a las boletas correspondientes a la diáspora, claves para el candidato.
George Simion, quien ha capitalizado el descontento social con un discurso patriótico, acusó directamente al establishment político y a las fuerzas externas vinculadas a Bruselas de haber orquestado un fraude para impedir el avance de su partido.
''El pueblo rumano ha sido traicionado. No reconocemos estos resultados y pedimos nuevas elecciones limpias'', afirmó en una declaración pública.

En medio de crecientes protestas y llamados a la transparencia en las elecciones, la legitimidad del gobierno de Dan queda seriamente cuestionada. Aunque las autoridades electorales han ratificado el resultado, los sectores afines a AUR y varios observadores independientes han insistido en la necesidad de una investigación internacional.
La presión social amenaza con paralizar sectores clave del país, desde la administración pública hasta la seguridad.
La comunidad internacional ha seguido el proceso con preocupación. Aunque la Unión Europea y la OTAN saludaron inicialmente la victoria de Dan, comienzan a ver con preocupación las múltiples declaraciones de la ciudadanía relacionadas con el fraude electoral, y el evidente deterioro de la imagen de las instituciones supranacionales en Rumanía.

Fuentes diplomáticas señalan que la estabilidad política de Rumanía, pieza clave en el flanco oriental de la OTAN, podría verse comprometida si no se disipa rápidamente la sombra de fraude.
Este escenario plantea un desafío mayúsculo para Nicușor Dan, quien asume el cargo en medio de una profunda división nacional. Su capacidad para formar un gobierno funcional y dialogar con la oposición será puesta a prueba desde el primer día.
Mientras tanto, analistas advierten que la crisis podría ser explotada por potencias extranjeras, como Rusia, interesadas en debilitar la cohesión interna.
Cabe destacar que a principios del corriente año el Tribunal Constitucional de Rumanía, cercano a las autoridades progresistas de la Unión Europea, declararon ilegalmente nulas las elecciones en las que el candidato de derecha Călin Georgescu había resultado ganador.
Rumanía enfrenta así una encrucijada política: o bien refuerza sus instituciones mediante un proceso de transparencia y reconciliación, o se sumerge en una espiral de polarización y desconfianza que podría marcar su rumbo durante los próximos años.

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