
El día que Trump propuso eliminar todos los aranceles y las barreras comerciales
Su propuesta de 2018, rechazada por quienes hoy se quejan de los aranceles, podría haber evitado el caos actual.
En el marco de la actual etapa de volatilidad financiera mundial, los aranceles impuestos por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, son un factor clave que generó nerviosismo. Sin embargo, para entender esta política, es crucial volver a un episodio significativo de su primera presidencia: la cumbre del G7 en 2018, celebrada en Quebec, Canadá.
En aquel momento, Trump sorprendió a los líderes mundiales con una gran propuesta: eliminar todos los aranceles, subsidios y barreras comerciales entre los países del G7, estableciendo un sistema de libre comercio total.
Según noticias de la época, Trump argumentó que esto nivelaría el terreno y beneficiaría a todas las naciones involucradas, eliminando las distorsiones que, al igual que afirma ahora, perjudicaban a Estados Unidos.
Hablando durante una conferencia de prensa improvisada en la cumbre del G7 en Canadá, el presidente estadounidense, durante su primer mandato, dijo que su objetivo final era la eliminación de todos los aranceles comerciales.

"En última instancia, eso es lo que se busca", afirmó y agregó: "Se busca un sistema libre de aranceles. Se busca cero barreras. Y se busca cero subsidios. Porque hay casos en los que algunos países están subsidiando industrias, y eso no es justo".
Sin embargo, su oferta fue rechazada por parte de "aliados" como Canadá, la Unión Europea y Japón. Este episodio marcó un punto de inflexión en la visión comercial de Trump, reforzando su percepción de que EEUU estaba siendo explotado en el comercio global.
De vuelta en el presente, la estrategia de Trump parece haber evolucionado desde aquella oferta idealista hacia un enfoque más pragmático y unilateral: aumentar los aranceles para forzar una "reciprocidad" en las relaciones comerciales.
Con medidas las del "Día de la Liberación" del 2 de abril, Trump implementó aranceles masivos a países como China, México y Canadá, argumentando que busca igualar las condiciones que otros gobiernos han impuesto a los productos estadounidenses durante décadas.

Por ejemplo, mientras Estados Unidos históricamente ha mantenido aranceles bajos (alrededor del 2-3% en promedio), países como China aplican tasas mucho más altas a bienes americanos, además de subsidiar masivamente sus industrias. Trump sostiene que estas disparidades justifican su política actual: si otros no juegan limpio, EEUU no tiene por qué hacerlo tampoco.
A pesar de acusar a Trump de "proteccionista", las medidas del presidente estadounidense no representan un abandono del libre comercio, sino un intento de alcanzarlo por otros medios: presionar a las naciones para que negocien en igualdad de términos, como ya está ocurriendo actualmente.
La ironía es que su propuesta de 2018, rechazada por los países que hoy en día se quejan de los aranceles, podría haber evitado el caos actual si se hubiera tomado en serio. Ahora, con los mercados en caída libre, el mundo enfrenta las consecuencias de esa oportunidad perdida.
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