
La dictadura china sugiere que el COVID-19 se originó en Estados Unidos
Pekín acusa a EEUU de estigmatizar a China, convirtiéndola en un "chivo expiatorio" y de intentar "desviar la atención".
Este miércoles, el Consejo de Estado de la República Popular China publicó un libro blanco sobre la "investigación", realizada por la dictadura china, del origen de la pandemia de COVID-19, en el que defiende su "transparencia", acusa a Estados Unidos de politizar el tema y sugiere que el virus "podría haber surgido antes" en territorio estadounidense.
La publicación, difundida por los medios estatales de la dictadura china, está dividida en tres capítulos: en los dos primeros se abordan las contribuciones de China al estudio del origen del SARS-CoV-2 y a la lucha global contra la pandemia, mientras que el tercero critica la "mala gestión" de la respuesta de EE. UU. a la crisis sanitaria, especialmente en sus primeros meses.

El informe, mientras defiende que Pekín cooperó con la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la investigación del origen del virus "con un fuerte sentido de responsabilidad global y transparencia", arremete contra Estados Unidos, al que describe como "un eslabón débil en la gobernanza sanitaria global".
En el libro se citan varios estudios, realizados por el propio régimen y de poca credibilidad, que descartaron la posibilidad de que la ciudad china de Wuhan, donde se detectó por primera vez el SARS-CoV-2 y que fue confinada, haya sido el origen del virus, y señalan como "extremadamente improbable" que el virus haya escapado de un laboratorio en esa ciudad.

A pesar de las numerosas investigaciones verdaderamente independientes, que demuestran que el COVID surgió luego de una fuga en el laboratorio de virología de Wuhan, en donde se estaban realizando experimentos, Pekín acusa a Estados Unidos de estigmatizar a China, convirtiéndola en un "chivo expiatorio" y de intentar "desviar la atención" al politizar el origen del virus, mientras enumera posibles indicios de que el SARS-CoV-2 pudo haber "circulado en EE. UU." antes de su detección oficial en China.
Entre estos supuestos indicios, el régimen comunista menciona brotes de neumonía y gripe en varios estados de EE. UU. a lo largo de 2019, casos de enfermedades pulmonares vinculadas al uso de cigarrillos electrónicos, estudios serológicos realizados por instituciones estadounidenses e "incidentes" documentados entre 2006 y 2020 en laboratorios que trabajaban con patógenos.

El libro blanco afirma que "Debería llevarse a cabo una investigación en profundidad sobre los orígenes del virus en Estados Unidos" y pide a Washington que ofrezca "una respuesta responsable" a la comunidad internacional ante esta "preocupación razonable". Es importante recordar que China nunca dejó entrar a equipos de investigación extranjeros para que realicen análisis en la ciudad de Wuhan.
El régimen de Xi Jinping publica este informe casi cinco meses después de que la OMS, con motivo del quinto aniversario del inicio de la pandemia, solicitara nuevamente mayor transparencia sobre los orígenes del virus.
En un comunicado, la agencia sanitaria internacional destacó: "Seguimos instando a China a compartir datos y facilitar el acceso para entender los orígenes del COVID-19. Es un imperativo moral y científico, pues sin transparencia y cooperación entre los países, el mundo no podrá prepararse adecuadamente para futuras epidemias y pandemias."
Más noticias: