
Guerra comercial: Cuando Donald Trump le propuso a China un acuerdo comercial
El incumplimiento de China con sus compromisos puso fin a lo que pudo haber sido un tratado de libre comercio histórico.
Hace cinco años, el 15 de enero de 2020, Estados Unidos y China firmaron la "Fase Uno" de un acuerdo comercial que prometía calmar la guerra comercial desatada en 2018 bajo la primera presidencia de Donald Trump.
Sin embargo, el incumplimiento de China con sus compromisos y el abandono de la "Fase Dos" dejaron en evidencia las limitaciones del pacto, profundizando la rivalidad económica que hoy, en 2025, sigue definiendo las relaciones entre las dos potencia, y poniendo fin a lo que pudo haber sido un tratado de libre comercio histórico.
La "Fase Uno" surgió tras dos años de aranceles mutuos: EE.UU. gravó USD 550.000 millones en bienes chinos y China respondió con USD 185.000 millones en productos estadounidenses, según el U.S. Trade Representative.

El acuerdo, firmado por Trump y el viceprimer ministro chino Liu He, obligaba a China a comprar USD 200.000 millones adicionales en bienes y servicios de EE.UU. entre 2020 y 2021, incluyendo USD 52.400 millones en productos agrícolas, USD 76.700 millones en manufacturas y USD 32.900 millones en energía.
También incluía compromisos para proteger la propiedad intelectual, evitar devaluaciones del yuan y abrir el sector financiero chino. A cambio, EE.UU. redujo aranceles del 15% al 7,5% sobre USD 120.000 millones en importaciones chinas, aunque mantuvo el 25% sobre USD 250.000 millones.
Sin embargo, China no cumplió con la meta central. Según el Peterson Institute for International Economics, para fines de 2021 solo había adquirido el 57% de los USD 200.000 millones prometidos, unos USD 114.000 millones adicionales. Las exportaciones agrícolas, como la soja, alcanzaron el 60% del objetivo, mientras que las compras de energía apenas llegaron al 25%. Con la pandemia de COVID-19 y las disrupciones logísticas, el naciente acuerdo comercial llegó a su fin.

La "Fase Dos", anunciada como el próximo paso, prometía abordar temas estructurales: subsidios estatales chinos (USD 200.000 millones anuales, según CSIS), reformas económicas pro mercado y ciberseguridad.
Robert Lighthizer, entonces Representante Comercial, la describió como una negociación para "reequilibrar" la relación, pero nunca despegó. La pandemia, las tensiones por el origen del COVID-19 y la campaña electoral de 2020 en EE.UU. paralizaron las discusiones. Tras la llegada del expresidente demócrata Joe Biden en 2021, la prioridad cambió a una estrategia multilateral contra China, dejando la "Fase Dos" en el olvido.
Finalmente, el incumplimiento de la "Fase Uno" y el colapso de la "Fase Dos" marcaron un punto de inflexión. En 2025, con Trump de vuelta en la Casa Blanca, la guerra comercial evolucionó hacia una confrontación más amplia.
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