
India atacó numerosas posiciones en Pakistán y suben las chances de una guerra nuclear
Las fuerzas armadas de India atacaron varios objetivos dentro de Pakistán bajo el nombre de ''Operación Sindoor'' y es inminente una guerra a gran escala.
En una operación militar de alta precisión denominada Operación Sindoor, las Fuerzas Armadas de la India han llevado a cabo ataques aéreos contra nueve objetivos considerados campamentos terroristas ubicados tanto en Pakistán como en la región de Kashmir administrada por Pakistán (PoK).
La ofensiva representa una respuesta directa al reciente atentado terrorista en Pahalgam, en el que murieron 25 ciudadanos indios y un nepalí. Los tres primeros objetivos confirmados fueron una mezquita, una escuela musulmana y una base de la Fuerza Aérea de Pakistán.
La operación fue anunciada oficialmente por la Oficina de Información Pública (PIB) del Gobierno de India, que destacó que los ataques fueron ''focalizados, medidos y que no escalen''.
Según el comunicado, India evitó intencionadamente atacar otras instalaciones militares pakistaníes, concentrándose únicamente en objetivos desde los cuales se ha planeado o dirigido ataques contra territorio indio.
India atacó numerosas posiciones en Pakistán y suben las chances de una guerra nuclear
El detonante de la operación fue el atentado en Pahalgam, ocurrido días antes, que conmocionó a la opinión pública india por su brutalidad y alto número de víctimas civiles.
El gobierno indio calificó el ataque de ''bárbaro'' y prometió hacer rendir cuentas a los responsables. Con la Operación Sindoor, India busca demostrar su determinación de actuar contra el terrorismo transfronterizo sin caer en una guerra abierta.
Uno de los aspectos más destacados de la operación fue el ataque a un objetivo en Bahawalpur, una ciudad importante en la provincia de Punjab, en el interior de Pakistán, a más de 400 km de Islamabad.

Informes no confirmados indican que el blanco podría haber sido una madraza asociada con Maulvi Masood Azhar, líder del grupo terrorista Jaish-e-Mohammed (JeM), considerado responsable de numerosos atentados en suelo indio.
Este ataque, de confirmarse, marcaría una escalada significativa en la estrategia india, al llevar el conflicto más allá de las zonas habituales de disputa en Kashmir.
Residentes de Muzaffarabad, capital de la región de Kashmir controlada por Pakistán, reportaron múltiples explosiones cerca de la medianoche, aunque aún no se ha confirmado oficialmente si estas detonaciones fueron producto de los bombardeos indios.
Circulan imágenes en redes sociales sobre los sitios alcanzados, pero las autoridades pakistaníes aún no han emitido una declaración detallada sobre el alcance de los daños o posibles víctimas.

El gobierno indio ha subrayado que la operación fue diseñada para evitar una escalada militar directa. El mensaje de Nueva Delhi ha sido claro: los ataques no son contra Pakistán como Estado, sino contra infraestructuras específicas utilizadas por grupos terroristas para lanzar ataques contra India.
El tono medido del comunicado oficial sugiere que India busca contener la situación dentro de ciertos límites, evitando una guerra convencional, pero sin dejar impunes los ataques terroristas en su territorio.
La comunidad internacional sigue de cerca esta nueva escalada en las tensiones entre India y Pakistán, dos potencias nucleares con un largo historial de conflictos, especialmente en la región de Kashmir.
Hasta ahora, no ha habido una respuesta formal por parte de Islamabad, pero se espera que las autoridades pakistaníes emitan un comunicado en las próximas horas. También se ha anunciado una sesión informativa detallada por parte del Ministerio de Defensa de India, en la que se espera se presenten imágenes satelitales y datos de inteligencia sobre los blancos alcanzados.

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