
Irán amenazó con destruir la isla anglo-americana Diego García
Luego de que Estados Unidos instara al régimen iraní a abandonar su lucha por la búsqueda de un arma nuclear, la dictadura islámica lanzó duras amenazas.
El líder supremo de Irán, Ali Khamenei, amenazó a Estados Unidos con recibir un fuerte golpe si actuaba según las advertencias del presidente Donald Trump de bombardear Irán si no se llega a un nuevo acuerdo nuclear.
Trump reiteró su aviso el domingo, advirtiendo que Irán sería bombardeado si no aceptaba su propuesta de conversaciones, que fue presentada en una carta enviada a la dirigencia iraní a principios de marzo, con una ventana de dos meses para tomar una decisión.
Irán envió una advertencia a través de la embajada de Suiza, que representa los intereses de Estados Unidos en Irán, expresando su determinación de responder "de manera decidida e inmediata" a cualquier amenaza.
Khamenei expresó que la enemistad de Estados Unidos e Israel hacia Irán siempre ha existido y, aunque no consideraban probable un ataque directo, aseguró que cualquier intento de agredir a Irán sería respondido con un "fuerte golpe recíproco".

Además, advirtió que si los Estados Unidos intentaban generar sedición dentro del país, el pueblo iraní se encargaría de ello, en alusión a las protestas recientes, como las de 2022-2023 por la muerte de Mahsa Amini en custodia de la policía moral y las protestas de 2019 por el aumento de los precios del combustible.
El gobierno iraní respondió a la carta de Trump, aclarando que no estaba dispuesto a entablar negociaciones directas con Washington mientras se mantuviera la campaña de "máxima presión" y las amenazas militares.
El presidente iraní, Masoud Pezeshkian, reiteró que Irán solo está dispuesto a continuar conversaciones indirectas, tal como lo ha señalado Khamenei.

Trump, por su parte, reiteró su postura en una entrevista, donde afirmó que, si Irán no aceptaba el acuerdo, las consecuencias serían severas. "Si no hacen un trato, habrá bombardeos como nunca antes han visto", declaró.
También mencionó la posibilidad de imponer tarifas secundarias a Irán, como lo hizo en su primer mandato. Estas tarifas afectarían a los compradores de productos iraníes y serían implementadas si no se veía progreso en las negociaciones en las próximas semanas.
La tensión entre Estados Unidos e Irán se deriva principalmente del nefasto acuerdo nuclear de 2015, del cual Trump se retiró en 2018, reimponiendo sanciones a Irán.
Desde entonces, Irán ha superado los límites establecidos en el acuerdo original, especialmente en su enriquecimiento de uranio, lo que ha generado grandes sospechas de que su programa nuclear podría tener fines bélicos, aunque Irán insiste en que su programa nuclear es de carácter exclusivamente civil.

Además, en respuesta a la amenaza de Trump, las autoridades iraníes han advertido sobre un posible ataque a las bases militares de Estados Unidos y Reino Unido en la región, en particular a la base de Diego García en el Océano Índico, desde la cual Estados Unidos podría lanzar un ataque contra Irán.
Un alto oficial militar iraní declaró que no haría distinción entre fuerzas británicas o estadounidenses en caso de que Irán sea atacado, agregando que cualquier base en la región utilizada por los estadounidenses será un objetivo.
El 11 de marzo, se informó que los Estados Unidos habían desplegado bombarderos B-2 en Diego García, que se ha convertido en un importante punto de proyección de poder militar estadounidense en la región.
Estos bombarderos tienen la capacidad de llevar bombas de penetración masiva, como las utilizadas para atacar instalaciones nucleares subterráneas en Irán. La proximidad de Diego García a Irán y su capacidad para reabastecer a estos aviones refuerza la preocupación en Irán sobre una posible acción militar.

El gobierno británico condenó enérgicamente las amenazas de Irán, reiterando la importancia estratégica de la base de Diego García tanto para el Reino Unido como para los Estados Unidos, y asegurando que ambas naciones están trabajando juntas para fomentar la desescalada en la región.
La base ha sido clave en operaciones militares estadounidenses, como en las intervenciones en Irak y Afganistán, y continúa siendo un centro de operaciones para el ejército estadounidense en el Medio Oriente.
En medio de esta tensión creciente, el gobierno de Irán continúa rechazando las ofertas de Trump para mantener su política de no aceptar negociaciones directas con el gobierno estadounidense y continuar fomentando su programa nuclear.

Irán también ha señalado que, aunque no se involucrarán en negociaciones directas con Estados Unidos, las conversaciones indirectas seguirán, y el país está dispuesto a colaborar con intermediarios como Omán.
Por su parte, Trump ha expresado que su preferencia es llegar a un acuerdo con Irán, pero advirtió que, de no alcanzarse una solución diplomática, las consecuencias serían graves para Irán.
Las advertencias de Trump, junto con el despliegue militar en la región, han aumentado las tensiones, y ambos países parecen estar preparados para una confrontación, aunque Irán sigue insistiendo en que su programa nuclear es pacífico y que la culpa de la crisis actual recae en las sanciones y la presión internacional liderada por Estados Unidos.

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