
Joe Biden habría ocultado durante varios años su diagnóstico de cáncer
De acuerdo a varios críticos, entre los cuales se encuentra el presidente Trump, el expresidente demócrata habría mentido respecto a su historial clínico.
En mayo de 2025, cuatro meses después de dejar la presidencia, el equipo del expresidente Joe Bidenanunció que había sido diagnosticado con cáncer de próstata en etapa 4, con metástasis ósea.
Esta forma avanzada y agresiva de la enfermedad generó una ola de especulaciones y controversias, alimentadas por críticos como el presidente Donald Trump, quienes insinuaron que el diagnóstico podría haberse conocido durante su mandato y que fue ocultado al público.
Según su portavoz, la última prueba de antígeno prostático específico (PSA) que se le realizó a Biden fue en 2014, cuando tenía 71 o 72 años y aún era vicepresidente.
Este dato sorprendió a muchos, ya que no se había registrado un seguimiento más reciente pese a que el cáncer de próstata es una de las enfermedades más comunes entre hombres mayores.

La explicación ofrecida por su equipo es que las principales guías médicas desaconsejan pruebas de PSA en hombres mayores de 70 años, debido a los riesgos de sobrediagnóstico, efectos secundarios del tratamiento y el hecho de que muchas veces los pacientes fallecen por otras causas antes de que el cáncer se manifieste clínicamente.
La controversia creció por el contexto político en el que se hizo pública la enfermedad. La revelación coincidió con la publicación del libro Original Sin, de los periodistas Jake Tapper y Alex Thompson, el cual detalla repetidos intentos del equipo de Biden por ocultar su deterioro físico y cognitivo durante su presidencia.
Además, declaraciones de figuras cercanas, como el oncólogo y exasesor de salud de Obama, Dr. Ezekiel Emanuel, alimentaron las sospechas al sugerir que Biden probablemente ya tenía la enfermedad al inicio de su mandato en 2021.

Donald Trump aprovechó el anuncio para cuestionar la transparencia del equipo de su predecesor: ''Estoy sorprendido de que el público no haya sido notificado hace mucho tiempo'', dijo en una conferencia de prensa.
Las críticas se enfocaron también en por qué el presidente no fue sometido a pruebas más recientes, considerando su edad (cumplió 82 años en noviembre de 2024) y el alto riesgo asociado.
Aunque algunos expresidentes, como Barack Obama y el actual presidente Trump, han hecho públicos sus resultados de PSA mientras estaban en funciones, la ley estadounidense no exige a los presidentes divulgar detalles sobre su salud.

Históricamente, varios líderes han ocultado problemas médicos importantes, incluyendo Woodrow Wilson (que sufrió un derrame cerebral) y John F. Kennedy (quien padecía de la enfermedad de Addison).
La situación de Biden revive esas prácticas. Incluso existen antecedentes familiares similares: su hijo Beau Biden fue diagnosticado con glioblastoma en 2013, pero tanto él como su padre ocultaron la gravedad del diagnóstico.
Tapper y Thompson relatan cómo la familia Biden organizó viajes secretos para que Beau recibiera tratamientos experimentales, mientras informaban públicamente que se encontraba en buen estado de salud.
La revelación de la enfermedad de Biden, en vez de cerrar un capítulo, ha abierto nuevos interrogantes sobre la transparencia en la salud presidencial. Muchos se preguntan si los estándares médicos deben aplicarse de igual forma al jefe del Estado, cuya salud tiene implicaciones directas sobre la seguridad y estabilidad nacional.

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