
Las acertadas declaraciones de Robert Sarah, quien podría ser el 'primer papa negro'
Sarah es un cardenal y gran defensor de la familia, además de combatir contra la "decadencia de Occidente".
Mientras decenas de miles de fieles lloran la muerte del papa Francisco, todas las miradas apuntan a los posibles sucesores que ocuparán el trono de San Pedro. Uno de los nombres que más suena desde hace años es el del cardenal Robert Sarah, quien incluso fue uno de los contendientes frente al pontífice argentino en el último cónclave.
Hasta el momento, nunca se eligió un papa africano, un tema que circula con fuerza en las redes sociales. Actualmente, hay tres cardenales africanos en carrera para liderar la Iglesia Católica, y entre ellos el nombre de Sarah destaca particularmente, tanto por su reconocida postura conservadora como por sus acertadas declaraciones en las escasas entrevistas que ha concedido.
Robert Sarah nació en Guinea el 15 de junio de 1945 y tiene 79 años, una edad considerada adecuada para aspirar al máximo cargo dentro de la fe católica. A lo largo de su vida, fue testigo de tres pontificados, y en la última década ganó notoriedad en los medios italianos.
"Estoy tranquilo porque yo sé que soy fielísimo al papa. No pueden sacarme ni una sola palabra, una frase, un gesto, en el que yo me oponga al papa. Es ridículo, yo estoy al servicio de la iglesia, del Santo Padre y de Dios. No debemos caer en esta trampa, no me importa nada lo que digan, debemos seguir enseñando", expresó eufórico en 2021, intentando poner fin a los rumores que lo acusaban de ser un "opositor" de Francisco.

Robert Sarah no es un desconocido en los pasillos del Vaticano; de hecho, ya figuraba entre los posibles candidatos en el cónclave de 2013. Fue arzobispo de Conakry entre 1979 y 2001, y en 2010 Benedicto XVI lo creó cardenal. En 2020, publicó el libro "Desde lo más profundo de nuestros corazones", en el cual defendió firmemente el celibato sacerdotal.
Respecto a su pensamiento, Sarah es un gran defensor de la familia, la preservación de la moral católica tradicional y el combate contra la decadencia de Occidente, advirtiendo sobre los peligros que representan "el islamismo fanático y fundamentalista" y "la dictadura del pensamiento relativista".
Aunque no suele exponerse ante la prensa, en ocasiones hizo excepciones y participó en entrevistas televisivas. El 26 de diciembre de 2021, fue entrevistado en el programa CNEWS emitido por Europe 1, donde algunas de sus acertadas declaraciones recobran actualidad, especialmente aquellas referidas a las familias ensambladas.
"Hay una crisis de familias, porque las vocaciones vienen de las familias. Si la familia no tiene más hijos, si no pervive suficiente tiempo para transmitirle su fe a sus hijos, ¿cómo van a suscitar la vocación, y el deseo de entregarse a Dios?", afirmó en aquella oportunidad.
Y agregó: "Las vocaciones no están aisladas, se sitúan en un contexto familiar; si se destruye la familia, si no se favorece la estabilidad familiar; hay demasiados divorcios, los niños están desamparados, ellos no saben como vivir, ellos no tienen apoyo, porque un niño para tener equilibrio necesita tener a su papá y su mamá, si no tiene ese apoyo constante en su vida, pierden el equilibrio", afirmó.

En otra de sus intervenciones televisivas, advirtió: "Quienes usan la Biblia para justificar la inmigración masiva están hechizados". Ahí también se refirió a la decadencia de Occidente y la "invasión de otras culturas".
"La principal preocupación es que Europa ha renunciado o ha perdido el sentido de sus orígenes, ha perdido sus raíces, y un árbol sin raíces muere: hay infinidad de señales; no hay natalidad, están siendo invadidos silenciosamente por otros pueblos, que progresivamente los dominarán en número", expresó.
Durante el Sínodo sobre la Familia en 2015, Robert Sarah también calificó al aborto, la homosexualidad y el islamismo como "males contemporáneos". Una de sus frases más recordadas fue: "La ideología de género es una negativa luciferina a recibir la naturaleza sexual de Dios".
Además, Sarah se manifestó en contra de "reducir la exigencia de la fe católica" o de modificar sus fundamentos esenciales. "¿Puede una mujer reducir su amor por su marido o un marido reducir su amor por su esposa? No. Nuestra relación con Dios es una relación de amor, y si reducimos ese amor es porque ya no estamos enamorados", sentenció de manera categórica.
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