
El nefasto historial del salvaje asesino negro de la joven refugiada ucraniana
Luego de haber apuñalado a muerte a Iryna Zarutska, el historial delictivo del indomesticable asesino, se convirtió en motivo de preocupación.
El brutal asesinato de la joven ucraniana Iryna Zarutska ha conmocionado a la comunidad de Charlotte, Carolina del Norte, y ha generado un fuerte debate público sobre la seguridad en el transporte público, las decisiones judiciales respecto a delincuentes reincidentes y ciertos crímenes cometidos por algunos grupos étnicos.
Zarutska, de 23 años, había llegado a Estados Unidos en 2022 huyendo de la guerra en su país natal en busca de una vida mejor. Sin embargo, su esperanza de un nuevo comienzo fue truncada cuando fue salvajemente asesinada a puñaladas mientras viajaba en el subte, por Decarlos Brown Jr., un individuo con un largo historial delictivo.
Imágenes de cámaras de seguridad muestran al agresor observando a Zarutska durante un tiempo antes de atacar. Sentado detrás de ella, sacó un objeto punzante del bolsillo y, tras levantarse, la apuñaló repetidamente mientras ella usaba su teléfono.
El ataque fue tan inesperado que otros pasajeros no se percataron de inmediato de lo ocurrido. El agresor abandonó el tren dejando un rastro de sangre y posteriormente se cambió de ropa. Brown fue arrestado poco después y acusado de asesinato en primer grado. Un juez le negó la libertad bajo fianza y permanece en custodia.

El brutal prontuario de Brown Jr.
Lo más alarmante del caso es el extenso historial criminal de Brown Jr., quien, a pesar de múltiples arrestos por delitos violentos, fue liberado en repetidas ocasiones por las autoridades locales.
Según una investigación, Brown tenía antecedentes penales desde 2007, cuando aún era menor de edad. Durante los siguientes años fue arrestado al menos seis veces por cargos como robo con arma peligrosa, amenazas y hurto mayor, aunque muchos de estos fueron posteriormente desestimados.
En 2014, Brown fue condenado a cinco años de prisión por un robo a mano armada y salió en libertad en septiembre de 2020. Desde entonces, su conducta delictiva continuó.

En febrero de 2021, fue arrestado por agredir a su hermana y causar daños a una propiedad privada tras serle negada la entrada a una vivienda. Ese mismo mes fue acusado de allanamiento y destrucción de propiedad. En julio de 2022, fue detenido nuevamente por alterar el orden público durante una disputa doméstica, generando disturbios que alarmaron a los vecinos del lugar.
En enero de 2025, pocos meses antes del asesinato, Brown fue acusado de hacer un mal uso del número de emergencias 911. Afirmó que alguien lo había drogado con un ''material artificial'' que controlaba sus acciones. Fue liberado sin fianza en espera de juicio, a pesar de su comportamiento errático y antecedentes de violencia.
La oficina del fiscal del distrito del condado de Mecklenburg se negó a comentar sobre el caso debido a que Brown aún enfrenta procesos judiciales, pero subrayó que, en términos generales, las personas acusadas de crímenes violentos deberían permanecer bajo custodia hasta el juicio.
El caso ha generado una fuerte reacción pública. El concejal local Edwin Peacock expresó que la confianza de los ciudadanos en la seguridad del transporte público está ''muy frágil'' y exigió respuestas claras de las autoridades.

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