
El Papa León XIV instó a los cristianos en Medio Oriente a no abandonar sus tierras
La máxima autoridad de la Iglesia Católica ha dado un mensaje contundente en su primera semana como sumo pontífice.
El Papa León XIV, recientemente elegido como el primer sumo pontífice estadounidense, ha centrado sus primeros días de pontificado en un mensaje claro y contundente: un llamado urgente a la paz mundial y al reconocimiento del papel crucial de los cristianos medio orientales.
Durante un encuentro con las Iglesias Católicas Orientales en el Vaticano, el Papa elogió a las comunidades cristianas que, a pesar de la guerra, la marginación y la persecución, han decidido permanecer en sus tierras natales, resistiendo la tentación de abandonar sus hogares ancestrales.
''Los cristianos deben tener la posibilidad, y no solo en palabras, de permanecer en sus tierras con todos los derechos necesarios para una existencia segura'', expresó con firmeza. Agradeció a estos fieles por ser ''luces en el mundo'' y por su testimonio de fe en medio de la adversidad.

Durante el evento, que reunió a representantes de las 23 Iglesias sui iuris en plena comunión con Roma, el Papa ofreció palabras de aliento y esperanza.
''Ustedes son preciosos a los ojos de Dios'', dijo, resaltando la diversidad de orígenes y la historia gloriosa, pero también dolorosa, de estas comunidades. Asimismo, reafirmó la visión del Papa Francisco sobre el valor de las Iglesias Orientales, destacando su riqueza espiritual, litúrgica y sapiencial.
Leo XIV expresó su preocupación por los cristianos orientales en la diáspora, que no solo corren el riesgo de perder sus tierras, sino también su identidad religiosa. Por ello, pidió a la Curia definir principios y normas que ayuden a los obispos latinos a apoyar a estas comunidades y preservar sus ritos y tradiciones.

Más allá de lo pastoral, el Papa lanzó un llamado directo a la comunidad internacional: el Vaticano está dispuesto a actuar como mediador en conflictos armados. ''La Santa Sede siempre está lista para ayudar a reunir enemigos cara a cara para dialogar'', afirmó. Subrayó que la guerra ''nunca es inevitable'' y que las armas ''no resuelven los problemas, solo los agravan''.
El Papa también expresó su profunda preocupación por conflictos específicos en regiones como Ucrania, Gaza, el Cáucaso, Tigray, y la Tierra Santa. Hizo un llamado por una paz auténtica en Ucrania, un alto el fuego en Gaza, la liberación de rehenes israelíes en manos de Hamás, y celebró el frágil cese al fuego entre India y Pakistán.
Insistió en que los cristianos orientales, muchos de los cuales viven en contextos de violencia como Siria, Irak o Líbano, tienen un papel esencial en la promoción de la esperanza y la paz.

Alentó a sus pastores a fomentar comunidades caracterizadas por la fraternidad, la corresponsabilidad y la fidelidad al Evangelio. También subrayó la importancia de conservar las liturgias orientales, ricas en simbolismo y espiritualidad, como una medicina para el alma en tiempos de caos.
Leo XIV concluyó su mensaje reiterando su compromiso total con la paz: ''Me comprometo a hacer todo lo posible para que la paz prevalezca''. Su llamado, dijo, no es solo del Papa, sino de Cristo mismo: ''¡La paz sea con ustedes!''.
Así, desde el inicio de su pontificado, León XIV ha mostrado una clara orientación hacia la diplomacia, el ecumenismo y la valorización de las tradiciones orientales como pilares de su misión.

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