
El Papa León XIV se aleja de las políticas de su antecesor y diagrama nuevas tácticas
El sumo pontífice comienza a tomar distancia de las políticas del Papa Francisco y marca la cancha con nuevas estrategias geopolíticas.
En su primer discurso al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, el Papa León XIVdelineó con claridad las prioridades que marcarán su pontificado en materia de relaciones internacionales.
Con un tono cálido y firme, agradeció las muestras de afecto recibidas tras su eleccióny las condolencias por el fallecimiento delPapa Francisco. Subrayó la importancia del diálogo como una gran familia de naciones, guiada por valores humanos y espirituales compartidos, y enfatizó que la diplomacia pontificia no busca privilegios, sino servir a la humanidad desde una vocación pastoral.
León XIV centró su mensaje en tres principios fundamentales que guiarán su acción diplomática: paz, justicia y verdad.
En su discurso, marcó un claro distanciamiento del progresismo de su predecesor, el Papa Francisco, y adoptó un tono más conservador en cuestiones clave. Reafirmó la centralidad de la familia tradicional, definida como la unión estable entre un hombre y una mujer, y subrayó la necesidad de proteger la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural.

Asimismo, evitó referencias explícitas a temas como la inclusión de personas LGBT+ o reformas dentro de la Iglesia, destacando en cambio la defensa de la libertad religiosa y la crítica a la cultura del relativismo.
León XIV enfatizó una visión de paz basada en el orden moral y espiritual, más que en estructuras sociopolíticas. Su invocación al legado de León XIII, conocido por su doctrina social conservadora, refuerza su enfoque doctrinal.
Si bien promueve el diálogo internacional, lo hace desde una postura firme en principios tradicionales, lo que indica una reorientación del Vaticano hacia una visión más clásica de su papel en el mundo.

El Papa destacó que la paz no debe ser entendida únicamente como ausencia de guerra, sino como un don activo que compromete a todos. Criticó la tendencia a vivir en constante estado de conflicto, en la vida personal, social y política, y llamó a construir la paz desde el corazón, erradicando el orgullo, moderando el lenguaje y cultivando una disposición al encuentro más que al enfrentamiento.
Enfatizó el papel crucial de las religiones y del diálogo inter religioso en la creación de contextos de paz, lo cual exige garantizar la libertad religiosa en todos los países. En esa línea, pidió una renovación de la diplomacia multilateral y de las instituciones internacionales, creadas para prevenir y resolver conflictos.
Inspirado por León XIII, el Papa León XIV reafirmó el compromiso de la Iglesia con la justicia social. Señaló que la paz solo puede lograrse si se practica la justicia, lo cual implica atender los profundos desequilibrios sociales, económicos y laborales que fragmentan las sociedades.

Instó a los gobiernos a invertir en la familia como célula fundamental de la sociedad y a proteger siempre la dignidad humana, desde el niño por nacer hasta los más vulnerables, incluidos migrantes y desempleados.
Finalmente, León XIV subrayó que sin verdad no puede haber relaciones auténticamente pacíficas. Criticó el lenguaje ambiguo y el dominio de las percepciones distorsionadas en el mundo digital, que obstaculizan la comunicación honesta. La Iglesia, afirmó, no puede renunciar a decir la verdad sobre el hombre y el mundo, aun cuando ello pueda generar incomprensiones.
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