
Rusia lanzó un formidable bombardeo en Kiev y Putin advirtió con tomar más regiones
Luego de un intenso bombardeo en la capital de Ucrania, el presidente de Rusia amenazó con la toma de nuevos territorios y Trump salió a cruzarlo.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunció el inicio de los trabajos para establecer una zona de contención a lo largo de la frontera con Ucrania, con el objetivo de limitar amenazas a la seguridad nacional.
Durante una reunión con miembros de su Gobierno, Putin afirmó que las Fuerzas Armadas rusas están ejecutando esta misión, que incluirá el desminado, la desactivación de proyectiles sin explotar y la identificación de escondites de armas.
Subrayó que esta medida responde a los continuos ataques ucranianos contra regiones rusas fronterizas como Kursk, Briansk y Bélgorod, donde la infraestructura civil ha sido objetivo principal de los bombardeos.
Putin también hizo un llamado para acelerar la reconstrucción de las zonas afectadas y permitir el retorno de las personas desplazadas, asegurando el funcionamiento de las actividades económicas locales. Acusó a Ucrania y a ''mercenarios extranjeros'' de usar métodos terroristas, al tiempo que denunció recientes ataques con drones ucranianos que obligaron a suspender las operaciones en los aeropuertos de Moscú.

En paralelo, el Ejército ruso ha intensificado sus ofensivas terrestres en las regiones ucranianas de Kharkov y Sumy, aunque analistas aseguran que las capitales de dichas regiones aún no están bajo amenaza directa.
En la región del Donbás, el Ministerio de Defensa ruso anunció la captura de la localidad de Novaya Poltavka, en la autodenominada República Popular de Donetsk, una de las cuatro regiones ucranianas anexadas por Rusia en 2022, junto con Lugansk, Zaporizhzhia y Kherson.
Simultáneamente, Rusia llevó a cabo uno de los mayores ataques aéreos sobre Kiev desde el inicio de la guerra en 2022, lanzando 14 misiles balísticos y 250 drones. Las defensas ucranianas interceptaron gran parte del ataque, pero 15 personas resultaron heridas, incluyendo dos niños.

Las autoridades reportaron daños en seis distritos de la capital, siendo el distrito de Obolon uno de los más afectados. Muchos habitantes buscaron refugio en estaciones del metro durante la alerta aérea, que duró más de siete horas.
Este ataque aéreo ocurrió en un momento en que Rusia y Ucrania reanudaron los intercambios de prisioneros, con un acuerdo mediado en Estambul. En las primeras fases del intercambio, 390 ucranianos y 307 rusos fueron liberados, con nuevas rondas previstas. Se considera este intercambio como un primer paso hacia un posible alto al fuego, aunque las perspectivas siguen siendo inciertas.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenski, condenó el ataque y afirmó que demuestra la falta de compromiso de Moscú con la paz, asegurando que Ucrania ha propuesto múltiples veces un alto al fuego sin recibir respuesta. ''Cada ataque refuerza la idea de que Moscú es quien prolonga la guerra'', expresó Zelenski.

Desde el lado ruso, el Kremlin respondió que aún están preparando un memorándum con sus condiciones para un posible cese de hostilidades, documento que se presentará tras completar el canje de prisioneros. Sin embargo, Ucrania denuncia que mientras Rusia habla de paz, continúa lanzando drones y misiles contra civiles, lo que evidencia una contradicción en sus intenciones.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se pronunció criticando duramente a Putin tras los recientes ataques: ''No estoy contento con lo que está haciendo Putin. Está matando a mucha gente y no sé qué demonios le pasó''. A pesar de haber mantenido previamente una relación diplomática cordial con el líder ruso, Trump ahora lo acusa de cruzar límites inaceptables.
La presión internacional ha crecido. La jefa diplomática de la Unión Europea, Kaja Kallas, condenó los ataques y pidió la ''máxima presión internacional sobre Rusia''. La UE y otros actores occidentales han renovado sus llamados a aplicar más sanciones para detener los bombardeos indiscriminados.
Rusia lanzó un formidable bombardeo en Kiev y Putin advirtió con tomar más regiones
Ucrania afirmó que durante el ataque más reciente derribó 45 misiles y 266 drones, aunque 12 personas murieron, incluyendo niños y adolescentes en distintas regiones del país como Zhytomyr, Kiev, Jmelnitski y Nikolaev. La escuela de algunas víctimas emitió un emotivo mensaje: ''Su recuerdo siempre estará con nosotros. Nunca lo perdonaremos''.
Por su parte, Rusia afirmó que sus ataques se dirigieron contra el complejo militar-industrial de Ucrania y que derribaron 110 drones ucranianos. No obstante, los daños colaterales en infraestructura civil y las muertes de inocentes contradicen la narrativa oficial rusa.
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