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Ley de Amnistía: el Gobierno socialista de Bolivia perdona a Evo Morales y a otros dirigentes de izquierda por el fraude electoral y los bloqueos de rutas

Apoyado por Luis Arce, el Parlamento boliviano aprobó un decreto de amnistía e indulto presidencial a los "perseguidos políticos" durante el Gobierno de Jeanine Añez, figurando entre ellos Evo Morales y otros mil asociados a quienes se les perdonará sus crímenes en el país.

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El pasado viernes 12 de febrero, los miembros del Movimiento al Socialismo (MAS), con mayoría en la Asamblea Legislativa, aprobaron un Decreto Presidencial de Luis Arce que exonera de los cargos penales a una serie de políticos socialistas que habían sido procesados durante el gobierno transitorio de Jeanine Añez.


Estos dirigentes estaban procesados por los hechos de fraude electoral durante los comicios del 2019, insurrecciones contra un gobierno constitucional y la responsabilidad de las muertes por falta de oxígeno en 2020 luego de que ordenaran bloquear las rutas a las principales ciudades bolivianas.

El decreto también beneficiará a otros 3.000 reos detenidos preventivamente y sin sentencia condenatoria por delitos de robo agravado, asesinato, estafa, presunta violación, entre otros delitos menores, durante los mencionados disturbios.
La aprobación de esta norma también simboliza el comienzo de la intromisión del Ejecutivo en la Defensoría del Pueblo, institución encargada de velar por los derechos humanos en Bolivia, debido a que la solicitud para acogerse a la amnistía debe ser realizada por el titular de esta oficina. 
Entre los beneficiarios de esta medida se encuentran figuras como el ex presidente Evo Morales; el dirigente de la Central Obrera Boliviana y cabeza de los bloqueos a tanques de oxígeno en agosto de 2020, Juan Carlos Huarachi, el responsable por la quema de los colectivos de la ciudad de La Paz tras la renuncia de Morales Jesús Vera, y Faustino Yucra, quien recibió órdenes de Morales para bloquear los accesos de las ciudades y evitar el ingreso de alimentos.
También se beneficiarán de esta medida varios ex funcionarios del Gobierno de Evo Morales, ex vocales electorales y actuales miembros de la Asamblea Legislativa. Tal es el caso de Nemesia Achacollo, ex ministra de Morales y responsable del desvío de más de 102 millones de bolivianos (15 millones de dólares), o Andrónico Rodríguez, actual Presidente del Senado, quien fue acusado de sedición y terrorismo el año pasado. 

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Esta bochornosa "Ley de Amnistía" se instaló en el pleno cameral cuando el oficialismo impidió el uso de la palabra para la oposición, quienes exigían debatir el contenido del decreto. Como era de esperarse, el MAS consiguió su objetivo y logró la impunidad para sus dirigentes, quedando limpios de los delitos flagrantes que cometieron durante la transición.

Las bancadas de Comunidad Ciudadana y CREEMOS protestaron contra los legisladores masistas, pero fueron silenciados por procesos parlamentarios. Posteriormente, el MAS arremetió contra la oposición con estribillos de "golpe de estado nunca más" y "cárcel para los golpistas".
Congresistas opositores como Centa Rek y Erwin Bazán (CREEMOS), expresaron su preocupación ante esta amnistía, y acusaron al MAS de imponer un relato ficticio sobre los acontecimientos de ese periodo. 
“El atropello que se consumó es grave, porque ni siquiera nos permitieron hacer uso de la palabra dentro del pleno de la Asamblea Legislativa, utilizando la aplanadora de la mayoría absoluta” manifestó Centa Rek.

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Paradójicamente, el ex presidente y líder de la oposición Carlos Mesa criticó la amnistía parlamentaria a los dirigentes socialistas, olvidando que en el pasado fue él quien también indultó a Evo Morales por las muertes causadas en los conflictos sociales de 2003, permitiéndole ser candidato en 2005.
En Twitter, acusó a la Asamblea Legislativa de ser dependientes de Arce y Morales, y aseguró que con esta norma se encubren delitos y violaciones a los Derechos Humanos, los mismos que él perdonó en 2003.
La ex presidente Jeanine Añez aprovechó la oportunidad para dar sus declaraciones sobre el decreto, a pesar de estar alejada de la política luego de entregarle en bandeja el gobierno a quienes intentaron un fraude electoral en 2019.
Sobre la amnistía, expresó que esta medida no busca la reconciliación, si no la impunidad y privilegio de ciertos sectores
De vuelta, ella también intentó recurrir a la negociación con quienes efectuaron los bloqueos en 2020, y no los persiguió con toda la fuerza de la ley, permitiéndoles organizarse y ganar las elecciones del año pasado.
El MAS avanza imparable en su labor de eliminar todo sesgo de justicia contra quienes perpetraron daños contra la institucionalidad boliviana, valiéndose de artimañas y mecanismos legales hechos a medida de sus necesidades, al propio método chavista que elimina totalmente el apego y respeto a las leyes.


Por Diego Salvatierra, para La Derecha Diario
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Bolivia

La Derecha Diario tenía razón: Evo Morales admitió que el levantamiento militar fue un autogolpe orquestado por Luis Arce

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El líder del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) dijo que tiene dudas sobre el levantamiento militar y que la llamada que le hizo el presidente el miércoles durante el alzamiento “fue una mentira”.

El ex presidente de Bolivia y líder del oficialismo, Evo Morales denunció este domingo que el alzamiento militar del destituido jefe militar Juan José Zuñiga contra el gobierno de Luis Arce, fue un “autogolpe” con el objetivo de fortalecer su figura.

Cabe recordar que Arce llegó al poder de la mano de Evo en 2020, pero rápidamente se le dio vuelta y armó su propia línea dentro del gobierno, traicionando a su jefe político. Desde entonces y con una elección en puerta, Arce está buscando las maneras de consolidar su poder en el Ejecutivo, y parece haber encontrado una manera de hacerlo.

"El presidente Luis Arce engañó y mintió al pueblo boliviano y al mundo. Es lamentable que se use un tema tan sensible como la denuncia de un golpe", aseguró Evo en la red social X.

Y agregó: "Frente a esa realidad, debo pedir disculpas a la comunidad internacional por la alarma generada y agradecer por su solidaridad con nuestro país. Es importante que una investigación completa e independiente demuestre la verdad de este hecho".

Evo Morales también transmitió sus preocupaciones durante su programa dominical en la Radio Kawsachún Coca esta mañana. "Yo pensaba que era un golpe, pero ahora estoy confundido: parece un autogolpe", sostuvo.

"Pero siento, no sé si estoy equivocado, que Lucho faltó al respeto, a la verdad; nos engañó, mintió no solo al pueblo boliviano sino al mundo entero", agregó el líder más importante de la política boliviana de este milenio.

El viernes ya el propio Morales había puesto en duda la versión oficial sobre los planes golpistas de Zúñiga, detenido en una cárcel de máxima seguridad, pero esta vez se desmarcó por completo del gobierno de quien fuera su ministro de Finanzas durante los casi 14 años que estuvo en el poder.

Los dos políticos se disputan el liderazgo dentro del oficialismo, con miras a la candidatura para las presidenciales de 2025. Este domingo Morales dijo que por fuentes de un ministerio se enteró que 

Tras el autogolpe, Arce destituyó a Zúñiga y lo reemplazó por el general José Sánchez, enemigo jurado de Evo Morales. Según el expresidente, Arce deja la presidencia en manos de una "junta militar" para evitar que él sea presidente de nuevo.

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Bolivia

La verdad salió a la luz: El presidente socialista de Bolivia, Luis Arce, fabricó un intento de golpe de Estado para mejorar su imagen

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Durante la detención del General Zuñiga, quien realizó el levantamiento militar, admitió que el intento de golpe de Estado fue un show para subirle la popularidad al presidente Luis Arce, por pedido del propio mandatario.

Se terminó el show y la verdad salió a la luz. Después de que el presidente boliviano le tomara juramento a la nueva cúpula de las fuerzas militares, el reemplazante de Zúñiga, José Wilson Sánchez Velásquez, ordenó la detención del General supuestamente golpista.

Al momento de su arresto, el excomandante general relató su versión de los eventos que llevaron al levantamiento que lideró el miércoles por la tarde, el cual culminó con un intento de ingreso de las fuerzas en el palacio presidencial.

"Me reuní unos días atrás con el Presidente y me dijo que la situación está muy jodida, esta semana va a ser crítica. Entonces es necesario preparar algo para levantar mi popularidad. Entonces le pregunto: ‘¿Sacamos los blindados?’ y me dijo: ‘Sacá’.", relató Zúñiga a los medios bolivianos en el momento de su aprehensión. Según su testimonio, "el domingo en la noche los blindados ya empezaban a moverse".

Carlos Sánchez Berzaín, exministro de Gobierno de Bolivia, califica el alzamiento militar ocurrido la tarde del 26 de junio en ese país como "el desorden de una dictadura en crisis", y sostiene que difícilmente servirá para recuperar la libertad y la democracia en esta nación sudamericana, "sometida" a las dictaduras izquierdistas del siglo XXI.

"Esto es un movimiento dentro de un sistema irregular llamado dictadura, que puede ser un autogolpe, una simulación o un ajuste de cuentas interno. En cualquier caso, es muy dudoso que esto ayude a recuperar la libertad y la democracia en Bolivia", expresó el exministro boliviano, quien es refugiado político en EE.UU. y director ejecutivo del Interamerican Institute for Democracy, con sede en Miami.

Sánchez Berzaín señala que, desde la llegada del líder cocalero Evo Morales al poder en 2006, Bolivia dejó de ser una democracia para convertirse en una "dictadura satélite" de Cuba y Venezuela.

"Han desinstitucionalizado completamente las Fuerzas Armadas. Hace años que las Fuerzas Armadas no son de la nación, sino del régimen", afirma el exministro.

Para él, la sublevación militar reportada este miércoles evidencia el "desorden" y la "crisis" que enfrenta el régimen liderado por el presidente Luis Arce, puesto a dedo por Evo Morales, y que ha llevado al país "a la miseria, a la condición de narcoestado, con más de 300 presos políticos y más de 10.000 exiliados".

El Movimiento Al Socialismo (MAS), partido gobernante en Bolivia, está profundamente dividido entre el presidente Luis Arce y su antiguo aliado, ahora adversario dentro del oficialismo, el expresidente Evo Morales.

Morales, quien ocupó la presidencia entre 2006 y 2019 gracias a reformas constitucionales promovidas por él mismo, se vio forzado a renunciar tras ser acusado de fraude electoral en su intento de obtener un cuarto mandato en el que ni siquiera podía presentarse a la reelección.

A finales de diciembre de 2023, el Tribunal Constitucional inhabilitó a Morales como candidato presidencial para las elecciones de 2025, argumentando que la reelección indefinida no es un “derecho humano”, contrariando una sentencia previa de 2017.

A pesar de esto, Morales persiste en la búsqueda este año de la nominación presidencial del MAS, mientras que el presidente Arce, en el poder desde 2020, no ha anunciado si buscará la reelección, pero ganas no le faltan.

Por su parte, el dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, denunció de inmediato un “golpe de Estado”, incluso antes de que se tuvieran mayores detalles de lo que estaba pasando. “Presidente Lucho Arce, convoque al pueblo, solo el pueblo salva al pueblo. ¡Alerta Bolivia!”, afirmó.

Este falso y armado intento de "golpe de estado" deja en evidencia los intereses oscuros que tienen tanto Arce como Morales, que buscan, en el caso de Arce, ser reelecto y, en el caso de Morales, volver al poder. Para lograr esto, están dispuestos a todo, incluso a inventarse supuestos golpes.


De Kevin Frank para La Derecha Diario.

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Militares se levantan contra la dictadura socialista en Bolivia y exigen la liberación de todos los presos políticos

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El presidente de Bolivia destituyó al jefe del Ejército en medio del levantamiento militar y se arroga poderes políticos extraordinarios.

Este miércoles estalló un levantamiento militar en Bolivia, luego de que el comandante general del Ejército de Bolivia, Juan José Zuñiga, tomara la sede del Ejecutivo boliviano con un tanque seguido de más vehículos militares a través de la plaza en la que se ubica la sede del Gobierno en La Paz. 

Los militares reclaman la liberación de los presos políticos, entre ellos el gobernador de Santa Cruz, Luis Camacho, la expresidente Jeanine Áñez y los coroneles y generales que fueron arrestados por el presidente Luis Arce.

Tanques y tropas ocuparon la Plaza Murillo, en el centro de la capital boliviana, donde está la sede presidencial. Un tanqueta intentó tumbar una puerta metálica del palacio presidencial, al cual ingresó posteriormente el general Zúñiga.

El actual mandatario, cuyo gobierno cada vez se parece más al de Nicolás Maduro en Venezuela, viene de una feroz interna con el expresidente Evo Morales, quien lo colocó en su lugar en 2021 luego de que la Corte Suprema determinara que no se podía presentar a un nuevo mandato, pero que lo terminó traicionando y creando su propia línea en el oficialismo.

Evo, por su parte, llamó a un paro general por tiempo indeterminado y al "bloqueo de caminos" para evitar "que las Fuerzas Armadas violenten la democracia y amedrenten al pueblo".

Arce se acuarteló en la sede del Gobierno y rápidamente los militares afines al oficialismo volvieron a tomar control de la situación. El presidente declaró despedidos a los generales y horas después le tomó juramento a los nuevos altos mandos de las fuerzas militares: José Sánchez Velásquez será el nuevo comandante del Ejército; Gerardo Zabala Álvarez, de la Fuerza Aérea, y Renán Guardia Ramírez, de la Armada.

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