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Cuba

Los horrores del socialismo: En medio de una nueva crisis de escasez, Cuba prohibió la venta de pollo a mayores de 13 años

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Los controles de precios y la represión financiera están provocando una situación crítica en materia de abastecimiento. La dictadura se niega a levantar los controles, y aplica un estricto racionamiento de alimentos que sume a la población en la miseria.

La crisis económica en Cuba alcanza las proporciones más violentas desde el “período especial” de la década de 1990, donde lo único "especial" fue que murieron miles de personas de hambre. Ahora, la dictadura comunista respondió al estallido inflacionario recrudeciendo todos los controles de precios y salarios vigentes, generando la crisis de desabastecimiento generalizado más grande en 30 años.

La escasez impactó principalmente en alimentos, y ahora Cuba atraviesa también una verdadera crisis alimentaria, que esparce el hambre a lo largo y ancho de la isla. La inflación “oficial” sobre los precios celosamente regulados por el régimen sigue subiendo sin pausa y ya alcanzó el 44,5% interanual en febrero, con un ritmo de aumento mensual de entre el 2% y el 3%.

El régimen impuso fuertes controles de precios, a punta de pistola, lo que llevó a la proliferación de mercados negros, donde sin cepo ya tienen subas anual a razón del 100%, de acuerdo a investigaciones de consultoras privadas.

La dictadura reaccionó al desabastecimiento por medio de un grotesco programa de racionamiento: quedó terminantemente prohibida la distribución de pollo para las personas mayores de 13 años, debiendo los padres que vayan a comprar el plato de carne más común de Cuba demostrar que tienen hijos de ese rango etario.

Esto tampoco quiere decir que las familias con niños que se encuentren por debajo de este umbral podrán comprar todo el pollo que quieran: solo pueden acceder a una ración de un cuarto de kilo de pollo al mes como máximo

Mientras otros países sufren las crisis con una moderada inflación y una pequeña retracción del PBI y una ligera suba del desempleo, la economía comunista de Cuba lleva a la isla directamente a la Edad Media para poder sobrevivir. ¿Para qué tener industrias estatales, propiedad colectiva y un gobierno "nacional y popular" si la gente literalmente no tiene para comer?

De esta manera, familias con hijos menores a 13 años, y personas con discapacidades o que deban cumplir con dietas particulares por cuestiones de salud (que puedan demostrarlo y recibir la aprobación del Partido Comunista) recibirán un cuarto de kilo de pollo al mes. Una verdadera revolución.

Para el resto de la población, solo se habilitará la distribución (también acotada y racionada) de diversos productos cárnicos de menor calidad como el picadillo y la mortadela, entre otros. Pero la garantía estatal no significa nada, ya que existen numerosas denuncias por faltantes de productos esenciales como la leche y bienes de higiene personal.

La propia dictadura ya reconoció oficialmente los faltantes de leche en polvo incluso para mujeres embarazadas, por lo que la población debe acudir desesperada al intercambio en el mercado negro pagando precios extorbitantes que no se ven en ninguna parte del "mundo capitalista", que aumentan a un ritmo mucho más violento de lo que sugieren los indicadores oficiales

Ya antes de que estallara la crisis alimentaria, Cuba sufre desabastecimiento de combustibles en todo el país. El transporte público y privado se ve completamente paralizado por las largas colas alrededor de las estaciones oficiales de combustible, que en ocasiones pueden demorar días para cargar un litro de nafta.

La situación es tan extrema, que incluso el régimen debió suspender el tradicional desfile por el 1ro de mayo, una fecha extremadamente importante para el calendario comunista establecido como feriado por el castrismo. No hubo manera de movilizar a la población hambrienta en esta "fecha patriota", además de que el sistema de transporte se encuentra completamente paralizado por la falta de combustible.

Como si esto fuera poco, Cuba ahora sufre también masivos e incesantes apagones eléctricos en todo el país, solo comparables a los que se vivieron cuando cayó la Unión Soviética a fines de los 80s. La interrupción de los servicios de electricidad arrojó un promedio de 5 horas por día, y afectó a todas las provincias de la isla.

Todo esto se produce a pesar de que la empresa estatal que centraliza y monopoliza la operación eléctrica, la Unión Eléctrica de Cuba (UNE), ya dispuso de un aumento tarifario del 133%. Se producen constantes interrupciones de los servicios, pero las facturas que llegan del Estado son cada vez más altas y no pagarlas implican ir a prisión.

Cuba

Masivas protestas contra la dictadura comunista en Cuba: En medio de la escasez de alimentos y los apagones, los cubanos salen a las calles

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Cuba enfrenta una de las peores crisis de su historia con apagones, escasez de alimentos y protestas. La población exige cambios y la dictadura de Miguel Díaz-Canel reprime.

Desde el estallido de la pandemia, China atraviesa una dura crisis económica. Las interminables cuarentenas en el gigante asiático derrumbaron la economía y obligaron al dictador Xi Jinping a empezar a restringir las ayudas a otros países comunistas a lo largo de todo el mundo.

En la volteada cayó Cuba, cuya economía es inexistente y el abastecimiento de todos sus bienes y servicios dependen exclusivamente de la ayuda de otros países, principalmente de China. Entre 2020 y la fecha, Cuba atraviesa una crisis idéntica a la que sufrió cuando colapsó la Unión Soviética, la otra gran potencia que sostenía su economía en los 90s.

En este contexto, el régimen cubano atraviesa la total escasez de alimentos básicos, lo que llevó a que se vea obligado a recurrir de manera urgente a las Naciones Unidas para solicitar a través del Programa Mundial de Alimentos el envío de 144 toneladas métricas de leche en polvo a la isla.

Desde la Revolución hasta la actualidad, siempre Cuba ha tenido etapas sin comida ni bienes básicos. Sin embargo, resulta de vital importancia enfatizar que es la primera vez que la dictadura solicita alimentos a la ONU, lo que evidencia la gravedad de la crisis. En este momento, la comunidad internacional se encuentra pagando los platos rotos de las nefastas políticas cubanas.

Los problemas se han agudizado en los últimos días, con apagones masivos de electricidad que han durado hasta 13 horas diarias. Adicionalmente, el régimen ha optado por realizar cortes totales en los servicios de internet y de comunicación, con el fin de impedir la difusión de información sobre la situación atraviesa la isla.

Por otra parte, la escasez de alimentos y agua continúan sin solución. Y la falta de combustibles ha provocado un aumento de su precio cercano al 500% en febrero, lo cual agudiza aún más la crisis. La problemática económica es total, lo que vuelve a poner de manifiesto el fracaso de la aplicación de políticas socialistas.

Como consecuencia de estos eventos, la sociedad cubana se ha levantado en protestas masivas, mostrando una vez más su descontento y desconformidad con el régimen. Se han utilizado consignas como “corriente y comida” y se han gritado frases como “¡tenemos hambre!”.

En este sentido, las imágenes y videos de las más marchas se han difundido ampliamente a través de las redes sociales, dotando de una mayor visibilidad a las demandas: cientos de personas unidas en distintos puntos del país, luchando para que su situación económica mejore.

Como en toda dictadura, el régimen intenta tapar la situación y no hablar del tema. Hasta el momento, la única respuesta que obtuvo la población fue por parte de la Secretaria del Partido Comunista en la provincia de Santiago, quien, en una situación un tanto peculiar, subió a la azotea de una casa para prometer a los manifestantes la pronta llegada de arroz, azúcar y leche.

En pleno descenso a la edad de piedra, el dictador Diaz-Canel ha ordenado la represión de las manifestaciones e incluso la realización de detenciones arbitrarias, medidas que seguramente vayan en aumento si las protestas continúan.

Por otro lado, la confrontación está al orden del día. Diaz-Canel, mediante un comunicado por X, expresó que no se cansarán de “pelear contra el #BloqueGenocida ni de explicarle al pueblo las causas de los problemas”.

En dicho comunicado, como de costumbre, vuelven a amparase en la excusa del bloqueo estadounidense, el cual, por definición, es un embargo y que verdaderamente no puede explicar la multiplicidad de problemas extremos que se viven en la isla.

Además, como señala Juan Ramon Rallo, si esto fuera cierto “¿no es el mayor reconocimiento posible a la tesis de que el libre comercio enriquece?” Si dicen que son pobres por la falta de libre comercio, ¿no están admitiendo que su modelo socialista no funciona?

Como si esto fuera poco, la hipocresía del gobierno escala a tal nivel que, a modo de solución de la problemática, la Cancillería cubana convocó al encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos en La Habana para “protestar por la conducta injerencista de su gobierno”.

La situación futura es incierta. Quizás estos levantamientos sean nuevamente un zumbido en la larga historia de una dictadura que llegó hace siete décadas y no está cerca de dejar de serlo. O, por el contrario, tal vez estos eventos representan verdaderamente el primer paso hacia un cambio profundo y verdadero que se avecina en la isla.


Por Frank Maier, para La Derecha Diario.

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Cuba

Miseria comunista en Cuba: La dictadura estableció apagones programados de hasta 12 horas por día mientras crece el desabastecimiento

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La economía comunista de la isla experimenta un nuevo e histórico declive como no se veía desde la caída de la Unión Soviética en la década de 1990. El país sufre de escasez de alimentos, electricidad y combustible, mientras que la inflación es la más alta de los últimos años.

El modelo económico socialista que impera en Cuba atraviesa una nueva fase de colapso, similar a la que aconteció durante el “período especial” en la década de 1990. La dictadura de Miguel Díaz-Canel dejó de publicar estadísticas sobre la evolución del PBI trimestral, pero las consecuencias de la crisis ya son imposibles de ocultar.

La isla-cárcel sufre la crisis energética más aguda de los últimos 30 años. Los servicios de producción y distribución eléctrica a cargo del Gobierno se encuentran en un estado verdaderamente deplorable, tras acumular años de descapitalización.

La dictadura estableció apagones programados a lo largo y ancho de la isla, con una duración que oscila entre las 6 y las 12 horas por día. La represión del consumo eléctrico fue la única respuesta que encontró el régimen para tratar de contener la dramática escasez de energía.

Asimismo, se tomó la decisión de quitar la energía a por lo menos el 74% del alumbrado público en todo el país, convirtiendo a Cuba en un espectáculo grotesco a los ojos de los ciudadanos. La producción energética del Estado sufrió un fuerte colapso, y ya no es capaz de poder abastecer exitosamente a la demanda interna.

La compañía estatal cubana Unión Eléctrica (UNE) anunció apagones simultáneos sobre el 32% del territorio de la isla, principalmente focalizados en el horario de tarde-noche debido a que en esta franja la demanda eléctrica aumenta estacionalmente.

Paralelamente, el recrudecimiento de la inflación y la represión cambiaria provocaron efectos corrosivos sobre el acceso al comercio exterior. La importación de combustible durante los primeros meses de 2024 fue de tan solo un 46% de lo que estaba previsto. 

El estricto control sobre la entrada y salida de divisas (cepo cambiario), y el descomunal desequilibrio monetario al que incurrió el régimen, llevaron a la escasez de divisas y por lo tanto a la anemia de las importaciones.

Paralelamente, la crisis alimentaria se abre paso a medida que el sistema económico socialista se desmorona. La dictadura debió admitir públicamente la escasez de harina para elaborar una serie de productos de la canasta básica alimentaria, y esta situación se extiende a una amplia gama de productos.

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Cuba

Cuba lanza el ajuste más grande de su historia, con aumentos de hasta 200%: "Ajustar no es neoliberal"

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El Gobierno comunista también decretó un violento recorte sobre los subsidios universales a la canasta básica, por lo que miles de familias dejarán de acceder tan siquiera a una mínima gama de productos para sobrevivir.

La dictadura comunista de Miguel Díaz-Canel volvió a implementar un severo ajuste salvaje contra la población, en un intento desesperado por sostener un sistema económico que se encuentra ampliamente agotado

Las finanzas públicas se desequilibraron completamente en los últimos años, y la única fuente de financiamiento fue la emisión de pesos sin respaldo. Dentro del régimen socialista, en donde los precios son severamente reprimidos, esto condujo a una situación de desabastecimiento en bienes y servicios básicos a lo largo de toda la isla.

La dictadura resolvió un aumento del 25% sobre las tarifas de electricidad (principalmente sobre el sector residencial) y sobre el precio de los combustibles. Asimismo, las tarifas de distribución de agua tendrán un aumento del 200%, por lo que el costo de este servicio se verá triplicado para la amplia mayoría de los hogares en el país.

De no afrontar estos aumentos, el sobrante monetario habría conducido a la desaparición total de estos servicios. Pero las drásticas subas solamente ralentizan o postergan los problemas hacia adelante, ya que las causas detrás del sobrante monetario siguen inalteradas. 

El Gobierno mantiene una estructura de gastos verdaderamente colosal, que alcanzan a superar el 60% del PBI. Al mismo tiempo, se estima que el déficit presupuestario para el año 2023 habría superado el 15% de PBI, y constituye un récord como no se veía desde la pandemia en 2020 o durante el “período especial” que le siguió a la caída de la Unión Soviética.

Díaz-Canel resolvió una fuerte quita de subsidios para la canasta básica de alimentos. Este es un medio indispensable para que miles de familias puedan comer en la isla, ya que los precios “oficiales” en las tiendas del Estado reflejan góndolas vacías, y para acceder a una cantidad adecuada de insumos y alimentos es necesario comprar en el mercado negro a precios exorbitantes.

La izquierda trotskista en Argentina cuestionó severamente al ajuste fiscal emprendido por el Presidente Javier Milei (un camino convalidado por la voluntad popular), pero el ajuste de Milei contempló una fuerte expansión de las partidas sociales y de los subsidios alimentarios para los estratos más humildes de la población.

Muy por el contrario, el ajuste que lleva adelante el socialismo en Cuba se deposita completamente sobre el esfuerzo de los sectores más vulnerables, despojándolos de alimentos básicos para la subsistencia y sometiendolos a fuertes actualizaciones tarifarias que no garantizan el fin del desabastecimiento por mucho tiempo.

La crisis económica es tan intensa que el régimen dejó de publicar estadísticas oficiales trimestrales sobre la evolución del PBI a partir de junio del año pasado. La tasa de inflación interanual ronda el 30%, los precios suben a razón del 2% por mes, y la brecha cambiaria entre el dólar paralelo y el CUP oficial supera el 127%.

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