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Venezuela

Conocé a Johsie Cruz, la candidata de Trump para diputada en Georgia de raíces venezolanas

La republicana Johsie Cruz, venezolana naturalizada estadounidense, enfrentará al demócrata socialista, Hank Johnson por el 4° distrito de Georgia. Johsie apunta contra Cuba y apoya la intervención militar en Venezuela.

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Se acercan las elecciones en Estados Unidos y los diferentes candidatos de Trump en todo el país no paran de sorprender. Uno de los casos más interesante es el de Johsie Cruz, americana de orígenes venezolanos que va como candidata a diputada nacional por el 4° distrito del Estado Georgia, por el Partido Republicano.

Su oponente es el demócrata Hank Johnson, actual diputado por ese distrito que coquetea con el socialismo y ha defendido al modelo chavista en el pasado.

Johsie nació en Maracaibo, Venezuela, el 12 de mayo de 1969. Hija del Reverendo Joel Cruz Martínez y su primer mujer Lilia Barrios de Cruz. Su padre era misionero de la Convención Bautista del Sur.

Ella llegó de forma legal a Estados Unidos y trabajó como enlace para la Congregación Latina en la Iglesia Bautista de Florida en Fort Lauderdale, donde pudo asegurar su residencia y se convirtió en ciudadana estadounidense en 2005. 

Es licenciada en Administración de Empresas con especialidad en Administración Médica, graduada en la Universidad de Fort Lauderdale. Además, obtuvo su licenciatura en Ministerios Sagrados del Seminario Teológico Bautista de Venezuela en 1993. 

Hoy Johsie trabaja en una empresa de seguros médicos y también es vicepresidente de La Red Alternativa de Información Capitalista (RACI) que fue fundada en 2016, y cuya misión es educar a la comunidad latina sobre la Constitución y las Leyes de los Estados Unidos utilizando el español. Todo esto mientras lanza su carrera política, habiéndose consagrado como la candidata republicana en las primarias sin oposición.

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Orientación política 

Ella se identifica como una "conservadora moderada, que lucha por los valores judeocristianos sobre los que se fundó los Estados Unidos". Está en contra del aborto y defiende la Constitución.
Según sus propias palabras, cree en un gobierno pequeño que permita al sector privado agrandarse y crear más fuentes de empleo así mejorando la economía. Ella cita la idea de Ronald Reagan: "El mejor programa social es un trabajo bien remunerado". 
La candidata se ha expresado en contra de Bernie Sanders y del resto del Partido Demócrata, y apoya al presidente Donald Trump desde 2016. También cuenta con el apoyo de republicanos resaltantes como Mike Pence y Rand Paul.

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Trayectoria política

Johsie Cruz se involucró en política en 2016 por la candidatura de Trump, cuando se sumó al movimiento "Latinos for Trump in Georgia" que resultó victorioso al traer el 39% del voto latino en el Estado, el más alto en todo el país, de un 9% de votos inicialmente proyectado.
En 2017 participó en la batalla política en el condado de Cobb contra el demócrata Jon Ossoff y en 2018 participó en "Latinos for Kemp", la campaña latina para apoyar al entonces candidato republicano Brian Kemp a obtener la gobernación de Georgia, que terminó ganando.

En el distrito donde ella es candidata este año hay mucha pobreza y problemas de infraestructura, seguridad, entre otros, a colación de que es un distrito demócrata hace décadas, uno de los pocos del Estado.

Este distrito tiene una población de 752.273 personas según datos del 2016, aunque en la última elección solo 288.809 emitieron un voto, por lo que hay un gran desafío para aumentar la participación y conseguir un triunfo a través de la mayoría silenciosa.

Su oponente socialista

Su oponente demócrata, Hank Johnson, es un socialista miembro de la organización política "Socialistas Demócraticos de América" también conocida como el "ala radical" dentro del Partido Demócrata. En 2015, Johnson fue uno de los impulsores del "deshielo" de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba en el gobierno de Barack Obama.

"La política de 53 años de Estados Unidos hacia Cuba ha sido aislar y embargar a esta pequeña nación insular, que fue diseñada para provocar el colapso del gobierno comunista de Fidel Castro. A pesar de la política de Estados Unidos, que ha hecho la vida más difícil para el pueblo cubano, la economía de Cuba ha resistido el embargo estadounidense mientras ha mantenido un crecimiento positivo durante la mayor parte de las últimas cuatro décadas. Estados Unidos puede mostrar buena fe al pueblo de Cuba y a toda América Latina al afirmar que los pueblos soberanos tienen derecho a elegir su propio destino, cómo se gobiernan y cómo se educan sin temor a los extranjeros e intervención". 

Johnson utiliza un discurso muy usado por la izquierda latinoamericana: "los pueblos tienen derecho a elegir su propio destino, cómo se gobiernan y cómo se educan sin temor a los extranjeros e intervenciones". Sin embargo, los cubanos no tienen cómo elegir su propio futuro porque viven bajo un régimen autoritario donde sólo el partido oficialista puede participar en elecciones, y éste persigue, tortura y mata a cualquier opositor. 

En 2019 realizó un comunicado solidarizándose con Lula da Silva por haber sido inhabilitado para las elecciones presidenciales del 2018 por una condena de 9 años y medio de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero dentro de la trama "Lava Jato". Ese mismo año también se solidarizó con el dictador boliviano Evo Morales, tildando como un "golpe de estado militar" la asunción de Jeanine Añez y atacando a Trump: "En lugar de apoyar un golpe militar, nuestro gobierno debería dejar en claro que la destitución inconstitucional de un presidente electo es inaceptable, como lo es la persecución de individuos por su raza o afiliación política". 

Esta carta fue agradecida por Evo Morales en su propia cuenta de Twitter.

Además, y esto afecta directamente la elección distrital, Johnson fue uno de los congresistas que firmó una carta dirigida al Secretario de Estado Mike Pompeo en 2019, presionando a la administración a descartar formalmente la posibilidad de una acción militar contra Nicolás Maduro y que elimine todas las sanciones impuestas contra el régimen.

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La visión de Johsie Cruz sobre Venezuela 

Por sus raíces, Johsie conoce bien la política venezolana. Ella está en contra del socialismo chavista y también de la oposición socialdemócrata que considera que, al igual que muchos venezolanos, ha sido colaboracionista con en régimen

Johsie aseguró que pretende explicarle a Donald Trump cómo la "oposición" de Juan Guaidó colabora para el régimen.

También está a favor de la intervención militar en Venezuela para frenar el terrorismo y la guerrilla que se han apoderado del país caribeño. En sus discursos, habla de frenar el financiamiento del régimen chavista (que a su vez es financiado por China, Irán y Rusia) a distintos movimientos de izquierda para provocar desestabilización en países de gobiernos democráticos como ha sucedido en Colombia, Ecuador, Chile y Bolivia.

En eslogan de campaña, llama a frenar las "brisas bolivarianas" en la región, y promete luchar en el Congreso de Estados Unidos para imponer más sanciones al régimen de Maduro y poner en la mesa una propuesta para una invasión militar en Venezuela.

Johsie tiene un difícil desafío, robarle votos latinos en un distrito sumamente socialista al candidato que siempre obtuvo un porcentaje de votos superior al 90% entre la comunidad latina de Georgia. En las primarias, Hank Johnson obtuvo 100.412 votos para confirmar su candidatura mientras que Johsie solo obtuvo 22.983 votos. Este enorme margen de votantes sería imposible de acortar pero la candidata republicana tiene un as bajo la manga: compartirá boleta con Donald Trump, quien está casi 6 puntos arriba de Biden en Georgia según las últimas encuestas.

Si queres donar a su campaña y ayudar a Johsie a vencer al socialismo, accede a su página web

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Venezuela

Tras la inhabilitación de Corina Machado, la oposición en Venezuela se une detrás de Edmundo Urrutia, quien enfrentará a Maduro

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De carrera diplomática, sirvió como embajador de Venezuela en Argentina entre 1998 y 2002, y fue una especie de vicecanciller durante la presidencia de Rafael Caldera.

El régimen chavista se acerca a unas elecciones claves para continuar y legitimar su sanguinaria dictadura en Venezuela. Nicolás Maduro, desesperado por la posibilidad de perder los comicios, luego de encuestas que lo ubican siendo derrotado por cualquier opositor por más de 40 puntos de diferencia, decidió tirar abajo el Acuerdo de Barbados y lanzó una campaña de inhabilitación de opositores.

En la volteada cayó la líder de la oposición, Maria Corina Machado, e incluso no se le permitió a su sucesora, Corina Yoris, a anotarse como candidata, por lo que todo indicaba que Maduro iba a presentarse sin oposición en las elecciones del 28 de julio.

Sin embargo, a último minuto antes que cierra la inscripción, Edmundo González Urrutia, un miembro desconocido del partido opositor Mesa de la Unidad Democrática (MUD) logró anotarse en el sistema, y mientras el régimen estaba intentando boicotear la candidatura de Yoris, Urrutia pasó completamente desapercibido.

Inmediatamente la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), la coalición de partidos opositores a Maduro, empezó a negociar con Urrutia. Si bien no es una figura fuerte dentro de la alianza anti-chavista, es la única persona que podrá competir contra el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

Inscrito inicialmente como candidato provisional del Consejo Nacional Electoral (CNE) el 26 de marzo, su nominación buscaba preservar la tarjeta electoral de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Esta maniobra permitió sortear el bloqueo contra la candidatura de Corina Yoris, quien había sido previamente seleccionada para representar a la oposición tras la inhabilitación política de Machado.

Es por eso que tras una cumbre partidaria este viernes 19 de abril, Corina Machado y el resto de los dirigentes que no pudieron anotarse votaron a favor de que Urrutia se convierta en el candidato de la oposición unificada contra el chavismo.

De esta manera, Edmundo González Urrutia, de 74 años y con una carrera política enfocada puramente en la diplomacia, quien asegura que se anotó simplemente como candidato provisional para preservar la tarjeta electoral de la MUD en caso de que pasara algo con la candidatura de Corina Yoris, será el máximo líder de la oposición a Maduro.

Quién es Edmundo Urrutia

Nacido en La Victoria, estado Aragua, y graduado de la Universidad Central de Venezuela (UCV) en Relaciones Internacionales, tiene además un Máster en Relaciones Internacionales de la American University de Washington, Estados Unidos, donde estudió en 1981.

Urrutia comenzó su carrera como Embajador de Venezuela en Argelia entre 1991 y 1993, designado por el entonces presidente Carlos Andrés Pérez. En 1994, el presidente Rafael Caldera lo designó como Director General de Política Internacional de la Cancillería, un cargo de alta jerarquía.

Estuvo allí hasta 1998, cuando Caldera decidió enviarlo como embajador de Venezuela a la Argentina, una relación que en ese momento estaba floreciendo entre dos gobiernos liberales. Pero tan solo un año después, Venezuela caería en desgracia.

En 1999, gana Hugo Chávez las elecciones en Venezuela. Si bien Urrutia se quedó un tiempo como embajador en Argentina, cumpliendo más que nada un rol diplomático, en 2002 finalmente el dictador lo removería de su cargo.

En los años posteriores escribió libros y condujo fundaciones, hasta que en 2013 decidió entrar de lleno a la política, alineándose con la oposición a Maduro. Tras su afiliación a la MUD, se convirtió en una suerte de enlace internacional del partido con gobiernos extranjeros que apoyaban los reclamos de la oposición.

En 2020, asumió temporalmente la presidencia de la MUD, para luego darle lugar a otros como José Luis Cartaya, Omar Barboza y la propia Maria Corina Machado. Para 2024, Urrutia estaba prácticamente cercano a su retiro de la política, pero la situación anómala de las elecciones en Venezuela lo llevaron a que deba cumplir el rol más importante de toda su vida.

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Estados Unidos

Tras fracasar en las negociaciones con Maduro, Biden restableció las sanciones contra el petróleo y el gas de Venezuela

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En un intento por garantizar elecciones libres en Venezuela, Biden había quitado todas las sanciones que había impuesto Trump contra el régimen chavista. Sin embargo, Maduro inhabilitó a toda la oposición y se cayó el Acuerdo de Barbados.

La gran apuesta de Joe Biden en Venezuela se convirtió en otro gran fracaso de su administración en materia de política internacional. Estados Unidos confirmó que no renovará las licencias que expirarán el jueves y volverán a entrar en vigencias las sanciones petroleras a Venezuela.

Luego de criticar la postura que había adoptado Estados Unidos durante la presidencia de Trump, cuando el republicano sancionó masivamente al régimen chavista, Biden ingresó a la Casa Blanca e implementó una estrategia de disuasión, levantando sanciones a cambio de garantías institucionales por parte de Maduro.

De esta manera, Biden llegó a levantar todas las sanciones contra el petróleo y gas, y alcanzó en 2023 el Acuerdo de Barbados, donde Maduro se comprometió a tener elecciones libres y democráticas a cambio de que le levantaran las prohibiciones.

Pero en vez de hacer un levante gradual y condicionado al proceso electoral, Biden levantó todas las sanciones y le dio un año de regalías petroleras a Maduro. Recién a unos meses del proceso electoral, el dictador chavista reveló su plan maestro, inhabilitó a toda la oposición y ahora irá a unas elecciones que legitimarán su régimen.

En este año sin sanciones, donde Chevron pudo operar abiertamente en Venezuela dejando enormes caudales de dinero que terminaron en las arcas del régimen, Maduro potenció su control del país, y no está ni cerca de ser removido del Palacio de Miraflores.

Washington había amenazado repetidamente en los últimos meses con restablecer las sanciones energéticas a menos que Maduro cumpliera sus promesas electorales que llevaron a un alivio parcial de las medidas desde octubre, pero el astuto dictador aprovechó todo el tiempo que pudo conseguir para llenar el Tesoro de petrodólares.

Biden también aprovechó el petróleo venezolano en los últimos años como una alternativa al petróleo y el gas ruso, que sí está fuertemente sancionado por Estados Unidos y que cada vez cuesta más que llegue a Occidente.

En Estados Unidos temen que las sanciones a Venezuela lleven a un nuevo recorte en la oferta mundial de barriles y que esto presione a la suba el precio del petróleo justo en un año electoral. Es por eso que Anthony Blinken, Secretario de Estado de Biden, ha dejado en claro que reinstaurar las sanciones no quiere decir que vuelvan al escenario de máxima presión contra el régimen chavista, y que seguirán permitiendo que el sector privado pida licencias específicas para operar en Venezuela.

Cualquier actividad bajo la licencia vencida deberá completarse antes del 31 de mayo, pero las empresas aún pueden volver a solicitar individualmente licencias específicas, aseguraron desde Washington. Obtener la aprobación dependerá de qué tan permisivo decida ser Estados Unidos.

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Colombia

Una historia de dictadores y terroristas: Gustavo Petro se reunió en Caracas con Nicolás Maduro y defendió las elecciones fraudulentas

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El ex terrorista devenido en presidente de Colombia viajó a Caracas para reunirse en persona con su jefe político, el dictador chavista de Venezuela, Nicolás Maduro.

El Palacio de Miraflores fue escenario este martes de un encuentro que no pasó desapercibido. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, y el dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, protagonizaron una reunión en Caracas, capital del régimen castrochavista.

Se trata de la quinta reunión que mantienen en dos años, pero esta quizás fue la de mayor envergadura. El exterrorista de M-19 viajó a Venezuela en un momento clave, donde Maduro se está disputando la continuidad de su régimen en unas elecciones que está fraudulentando para legítima su poder.

El pacto entre Maduro y Petro se centró en el supuesto apoyo mutuo a la "paz y estabilidad política, social y económica" en ambos países. Sin embargo, detrás de este gesto de cordialidad se esconden una serie de críticas y especulaciones sobre la postura de la figura presidencial colombiana frente al régimen chavista.

Durante el encuentro, Petro no dudó en criticar el bloqueo que ha sufrido la oposición venezolana para inscribir sus candidaturas en las próximas elecciones presidenciales, calificándolo como un "golpe antidemocrático".

Maduro no lució sorprendido por los dichos de Petro, indicando que le había anticipado que debía repudiar las inhibiciones para no quedar mal frente al plano internacional. Sin embargo, estas críticas no se tradujeron en acciones concretas por parte del mandatario colombiano, quien expresó su compromiso con la "paz política" en Venezuela a pedido de Maduro.


Además, las declaraciones posteriores al encuentro generaron suspicacias entre quienes ven en Petro una figura demasiado complaciente con un régimen autoritario como el de Maduro.

Se han despertado una serie de interrogantes sobre la postura del mandatario colombiano frente al gobierno venezolano. Mientras algunos interpretan este gesto como una muestra de buena voluntad y disposición al diálogo, otros lo ven como una clara señal de debilidad y falta de firmeza en la defensa de los valores democráticos y los derechos humanos.

Adherido a esto, se tocaron temáticas como el conflicto palestino-israelí, en la que por supuesto reinó el antisemitismo, y tanto Maduro como Petro condenaron al Estado de Israel por defenderse de los ataques de Hamás.

Por último, se abordó el tópico Haití, y para sorpresa de nadie, primaron las tácticas resolutivas por su ausencia, y simplemente se relegaron a "valorar positivamente el accionar del CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños)".

A pesar de las "declaraciones conciliatorias y los gestos de colaboración", la realidad sobre el terreno muestra una situación muy diferente. En Venezuela, la situación política y económica continúa deteriorándose bajo el régimen autoritario de Maduro, con una creciente represión contra la oposición y una profunda crisis humanitaria que afecta a millones de venezolanos. La falta de libertades civiles y la violación sistemática de los derechos humanos son problemas que persisten sin solución a la vista.

En cuanto a Colombia, el país enfrenta desafíos internos significativos, incluyendo la persistencia de grupos armados ilegales, el narcotráfico y la corrupción. Petro ha dedicado sus primeros dos años a hacer turismo internacional y no ha hecho nada para promover la paz como había prometido en campaña.

El encuentro entre estas dos figuras en Caracas marca un antes y un después en la región, ya que Maduro se anota una victora en el plano internacional poniendo a Colombia, con todo lo que eso significa, de su lado.

Mientras tanto, los observadores en la región continúan vigilando de cerca los desarrollos en ambos países pero están lejos de hacer una oposición real a la dictadura en Venezuela y de frenar que ocurra lo mismo en Colombia.


De Agustin Ulises Ferrin, para La Derecha Diario.


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