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Venezuela

Escándalo: capturaron a militares chavistas disparando a indígenas en territorio brasileño

Funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana fueron detenidos en territorio brasileño. El dictador Nicolás Maduro los habría enviado para expulsar a los indios pemones de Venezuela, apropiándose de los recursos naturales que existen en la zona. 

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Miembros de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) irrumpieron en territorio brasileño en la noche del martes 26 de Julio disparando contra una comunidad indígena de pemones, aunque los indios lograron neutralizar a los funcionarios de la GNB.

Los militares venezolanos, según información local, cruzaron la frontera para atacar a los indígenas venezolanos, que desde hace meses han denunciado las precarias condiciones en las que viven en su comunidad, la cuál se encuentra cerrada desde que se descubrieron los primeros casos de COVID-19. 
Al no encontrarlos en territorio venezolano, los militares de la GNB decidieron cruzar a territorio brasileño para amedrentarlos, pero se encontraron con comunidades indígenas brasileñas. Según fuentes locales, en ese momento los indígenas venezolanos, que se encontraban escondidos, decidieron actuar junto a los brasileños y avasallaron y capturaron a los militares venezolanos, a los cuales los amarraron y tuvieron bajo custodia hasta que llegaron las Fuerzas Militares brasileñas. 
La directora del canal internacional de noticias NTN24, Idania Chirinos informó en Twitter que los militares actuaron bajo la orden de Justo Noguera, gobernador chavista de Bolívar.
Este no ha sido el único acto de represión por parte de Nicolás Maduro; el dictador venezolano ha buscado desde hace años desplazar a las comunidades indígenas para apropiarse de las tierras ricas en minerales y no tener que hacerse cargo de la salud y el bienestar de estos individuos.
En un reciente informe de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet, el cual fue presentado en el Consejo de Derechos Humanos informa sobre los abusos y torturas del régimen venezolano en el arco minero del Orinoco. 
En el año de 2019 se dio a conocer que aproximadamente 900 indígenas venezolanos tuvieron que huir de Venezuela, ante el incremento de la violencia y la minería ilegal, y pidieron refugio en Brasil, el cual fue otorgado por Bolsonaro.
En el arco minero del Orinoco no solo se encuentran los entes de represión del régimen, si no que la tiranía chavista ha concedido tierras a países como China, Turquía y Rusia, pero no solo termina allí, ya que también ha permitido que las guerrillas de las FARC y ELN mantengan minas clandestinas allí.

Indígenas del pueblo Pemón en manifestaciones contra las autoridades chavistas.

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La otra versión de los hechos

Esta información fue recabada por fuentes locales. Sin embargo, según el periodista venezolano Germán Dam, los funcionarios de la GNB llegaron a la comunidad en la búsqueda de contrabandistas de combustible y trocheros, pero la situación se salió de control y los militares venezolanos se vieron obligados a disparar contra los indígenas.

En medio de la tensa situación, varios indígenas decidieron huir hacía la comunidad pemón de Kawi, la cuál está en territorio brasileño; fue allí cuando algunos militares siguieron sus rastros y sin darse cuenta ingresaron en territorio brasileño. De éstos, solo 2 soldados habrían sido capturados.

“La captura de 2 militares venezolanos fue notificada al Ejército de Brasil. Una comisión se trasladó al sitio y se llevó a los GNB a Pacaraima, adonde llegó un capitán venezolano para negociar la entrega de sus connacionales” informó Germán.

Según esta fuente, la situación fue resuelta por las autoridades de ambos países sin mayores problemas, y el Gobierno brasileño liberó a los militares venezolanos.

Sin embargo, otras fuentes aseguran que el Gobierno brasileño rechazó cualquier negociación con Venezuela, y que estos 2 militares todavía permanecen bajo custodia de Brasil. Además, habría todo otro grupo militar chavista que logró escaparse y regresar a territorio venezolano.

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Según informaciones del sitio de noticias El Pitazo, estos enfrentamientos se han dado en múltiples ocasiones ya.

En diciembre de 2018, tras el asesinato de otro indígena pemón en Canaima, los pemones hicieron frente a una comisión de militares que llegó a esa zona para apoyar unas expediciones mineras. Los pemones se enfrentaron a la comisión e hicieron huir a los militares, deteniendo y desarmando a uno de los funcionarios, a quien interrogaron sobre su presencia en esa zona.

En febrero de 2019, cuando se perpetró la masacre en Kumarakapay, donde fueron asesinados cinco indígenas a manos de la Fuerza Armada venezolana, los pemones arrestaron a un general de apellido Rojas y a dos de sus escoltas. Los mantuvieron prisioneros por varias horas hasta que se aseguraron de que no existirían más ataques armados en esa fecha contra su comunidad.

En diciembre de ese mismo año, fueron detenidos 13 indígenas pemón y encerrados en las celdas de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) en Caracas, violando sus derechos como población autóctona, luego de que apoyaran a militares rebeldes que irrumpieron en el fuerte de Luepa, en la Gran Sabana, para robar armas e iniciar un alzamiento militar que llevaba por nombre Operación Wey PaKá.

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Venezuela

Tras la inhabilitación de Corina Machado, la oposición en Venezuela se une detrás de Edmundo Urrutia, quien enfrentará a Maduro

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De carrera diplomática, sirvió como embajador de Venezuela en Argentina entre 1998 y 2002, y fue una especie de vicecanciller durante la presidencia de Rafael Caldera.

El régimen chavista se acerca a unas elecciones claves para continuar y legitimar su sanguinaria dictadura en Venezuela. Nicolás Maduro, desesperado por la posibilidad de perder los comicios, luego de encuestas que lo ubican siendo derrotado por cualquier opositor por más de 40 puntos de diferencia, decidió tirar abajo el Acuerdo de Barbados y lanzó una campaña de inhabilitación de opositores.

En la volteada cayó la líder de la oposición, Maria Corina Machado, e incluso no se le permitió a su sucesora, Corina Yoris, a anotarse como candidata, por lo que todo indicaba que Maduro iba a presentarse sin oposición en las elecciones del 28 de julio.

Sin embargo, a último minuto antes que cierra la inscripción, Edmundo González Urrutia, un miembro desconocido del partido opositor Mesa de la Unidad Democrática (MUD) logró anotarse en el sistema, y mientras el régimen estaba intentando boicotear la candidatura de Yoris, Urrutia pasó completamente desapercibido.

Inmediatamente la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), la coalición de partidos opositores a Maduro, empezó a negociar con Urrutia. Si bien no es una figura fuerte dentro de la alianza anti-chavista, es la única persona que podrá competir contra el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

Inscrito inicialmente como candidato provisional del Consejo Nacional Electoral (CNE) el 26 de marzo, su nominación buscaba preservar la tarjeta electoral de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Esta maniobra permitió sortear el bloqueo contra la candidatura de Corina Yoris, quien había sido previamente seleccionada para representar a la oposición tras la inhabilitación política de Machado.

Es por eso que tras una cumbre partidaria este viernes 19 de abril, Corina Machado y el resto de los dirigentes que no pudieron anotarse votaron a favor de que Urrutia se convierta en el candidato de la oposición unificada contra el chavismo.

De esta manera, Edmundo González Urrutia, de 74 años y con una carrera política enfocada puramente en la diplomacia, quien asegura que se anotó simplemente como candidato provisional para preservar la tarjeta electoral de la MUD en caso de que pasara algo con la candidatura de Corina Yoris, será el máximo líder de la oposición a Maduro.

Quién es Edmundo Urrutia

Nacido en La Victoria, estado Aragua, y graduado de la Universidad Central de Venezuela (UCV) en Relaciones Internacionales, tiene además un Máster en Relaciones Internacionales de la American University de Washington, Estados Unidos, donde estudió en 1981.

Urrutia comenzó su carrera como Embajador de Venezuela en Argelia entre 1991 y 1993, designado por el entonces presidente Carlos Andrés Pérez. En 1994, el presidente Rafael Caldera lo designó como Director General de Política Internacional de la Cancillería, un cargo de alta jerarquía.

Estuvo allí hasta 1998, cuando Caldera decidió enviarlo como embajador de Venezuela a la Argentina, una relación que en ese momento estaba floreciendo entre dos gobiernos liberales. Pero tan solo un año después, Venezuela caería en desgracia.

En 1999, gana Hugo Chávez las elecciones en Venezuela. Si bien Urrutia se quedó un tiempo como embajador en Argentina, cumpliendo más que nada un rol diplomático, en 2002 finalmente el dictador lo removería de su cargo.

En los años posteriores escribió libros y condujo fundaciones, hasta que en 2013 decidió entrar de lleno a la política, alineándose con la oposición a Maduro. Tras su afiliación a la MUD, se convirtió en una suerte de enlace internacional del partido con gobiernos extranjeros que apoyaban los reclamos de la oposición.

En 2020, asumió temporalmente la presidencia de la MUD, para luego darle lugar a otros como José Luis Cartaya, Omar Barboza y la propia Maria Corina Machado. Para 2024, Urrutia estaba prácticamente cercano a su retiro de la política, pero la situación anómala de las elecciones en Venezuela lo llevaron a que deba cumplir el rol más importante de toda su vida.

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Estados Unidos

Tras fracasar en las negociaciones con Maduro, Biden restableció las sanciones contra el petróleo y el gas de Venezuela

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En un intento por garantizar elecciones libres en Venezuela, Biden había quitado todas las sanciones que había impuesto Trump contra el régimen chavista. Sin embargo, Maduro inhabilitó a toda la oposición y se cayó el Acuerdo de Barbados.

La gran apuesta de Joe Biden en Venezuela se convirtió en otro gran fracaso de su administración en materia de política internacional. Estados Unidos confirmó que no renovará las licencias que expirarán el jueves y volverán a entrar en vigencias las sanciones petroleras a Venezuela.

Luego de criticar la postura que había adoptado Estados Unidos durante la presidencia de Trump, cuando el republicano sancionó masivamente al régimen chavista, Biden ingresó a la Casa Blanca e implementó una estrategia de disuasión, levantando sanciones a cambio de garantías institucionales por parte de Maduro.

De esta manera, Biden llegó a levantar todas las sanciones contra el petróleo y gas, y alcanzó en 2023 el Acuerdo de Barbados, donde Maduro se comprometió a tener elecciones libres y democráticas a cambio de que le levantaran las prohibiciones.

Pero en vez de hacer un levante gradual y condicionado al proceso electoral, Biden levantó todas las sanciones y le dio un año de regalías petroleras a Maduro. Recién a unos meses del proceso electoral, el dictador chavista reveló su plan maestro, inhabilitó a toda la oposición y ahora irá a unas elecciones que legitimarán su régimen.

En este año sin sanciones, donde Chevron pudo operar abiertamente en Venezuela dejando enormes caudales de dinero que terminaron en las arcas del régimen, Maduro potenció su control del país, y no está ni cerca de ser removido del Palacio de Miraflores.

Washington había amenazado repetidamente en los últimos meses con restablecer las sanciones energéticas a menos que Maduro cumpliera sus promesas electorales que llevaron a un alivio parcial de las medidas desde octubre, pero el astuto dictador aprovechó todo el tiempo que pudo conseguir para llenar el Tesoro de petrodólares.

Biden también aprovechó el petróleo venezolano en los últimos años como una alternativa al petróleo y el gas ruso, que sí está fuertemente sancionado por Estados Unidos y que cada vez cuesta más que llegue a Occidente.

En Estados Unidos temen que las sanciones a Venezuela lleven a un nuevo recorte en la oferta mundial de barriles y que esto presione a la suba el precio del petróleo justo en un año electoral. Es por eso que Anthony Blinken, Secretario de Estado de Biden, ha dejado en claro que reinstaurar las sanciones no quiere decir que vuelvan al escenario de máxima presión contra el régimen chavista, y que seguirán permitiendo que el sector privado pida licencias específicas para operar en Venezuela.

Cualquier actividad bajo la licencia vencida deberá completarse antes del 31 de mayo, pero las empresas aún pueden volver a solicitar individualmente licencias específicas, aseguraron desde Washington. Obtener la aprobación dependerá de qué tan permisivo decida ser Estados Unidos.

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Colombia

Una historia de dictadores y terroristas: Gustavo Petro se reunió en Caracas con Nicolás Maduro y defendió las elecciones fraudulentas

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El ex terrorista devenido en presidente de Colombia viajó a Caracas para reunirse en persona con su jefe político, el dictador chavista de Venezuela, Nicolás Maduro.

El Palacio de Miraflores fue escenario este martes de un encuentro que no pasó desapercibido. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, y el dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, protagonizaron una reunión en Caracas, capital del régimen castrochavista.

Se trata de la quinta reunión que mantienen en dos años, pero esta quizás fue la de mayor envergadura. El exterrorista de M-19 viajó a Venezuela en un momento clave, donde Maduro se está disputando la continuidad de su régimen en unas elecciones que está fraudulentando para legítima su poder.

El pacto entre Maduro y Petro se centró en el supuesto apoyo mutuo a la "paz y estabilidad política, social y económica" en ambos países. Sin embargo, detrás de este gesto de cordialidad se esconden una serie de críticas y especulaciones sobre la postura de la figura presidencial colombiana frente al régimen chavista.

Durante el encuentro, Petro no dudó en criticar el bloqueo que ha sufrido la oposición venezolana para inscribir sus candidaturas en las próximas elecciones presidenciales, calificándolo como un "golpe antidemocrático".

Maduro no lució sorprendido por los dichos de Petro, indicando que le había anticipado que debía repudiar las inhibiciones para no quedar mal frente al plano internacional. Sin embargo, estas críticas no se tradujeron en acciones concretas por parte del mandatario colombiano, quien expresó su compromiso con la "paz política" en Venezuela a pedido de Maduro.


Además, las declaraciones posteriores al encuentro generaron suspicacias entre quienes ven en Petro una figura demasiado complaciente con un régimen autoritario como el de Maduro.

Se han despertado una serie de interrogantes sobre la postura del mandatario colombiano frente al gobierno venezolano. Mientras algunos interpretan este gesto como una muestra de buena voluntad y disposición al diálogo, otros lo ven como una clara señal de debilidad y falta de firmeza en la defensa de los valores democráticos y los derechos humanos.

Adherido a esto, se tocaron temáticas como el conflicto palestino-israelí, en la que por supuesto reinó el antisemitismo, y tanto Maduro como Petro condenaron al Estado de Israel por defenderse de los ataques de Hamás.

Por último, se abordó el tópico Haití, y para sorpresa de nadie, primaron las tácticas resolutivas por su ausencia, y simplemente se relegaron a "valorar positivamente el accionar del CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños)".

A pesar de las "declaraciones conciliatorias y los gestos de colaboración", la realidad sobre el terreno muestra una situación muy diferente. En Venezuela, la situación política y económica continúa deteriorándose bajo el régimen autoritario de Maduro, con una creciente represión contra la oposición y una profunda crisis humanitaria que afecta a millones de venezolanos. La falta de libertades civiles y la violación sistemática de los derechos humanos son problemas que persisten sin solución a la vista.

En cuanto a Colombia, el país enfrenta desafíos internos significativos, incluyendo la persistencia de grupos armados ilegales, el narcotráfico y la corrupción. Petro ha dedicado sus primeros dos años a hacer turismo internacional y no ha hecho nada para promover la paz como había prometido en campaña.

El encuentro entre estas dos figuras en Caracas marca un antes y un después en la región, ya que Maduro se anota una victora en el plano internacional poniendo a Colombia, con todo lo que eso significa, de su lado.

Mientras tanto, los observadores en la región continúan vigilando de cerca los desarrollos en ambos países pero están lejos de hacer una oposición real a la dictadura en Venezuela y de frenar que ocurra lo mismo en Colombia.


De Agustin Ulises Ferrin, para La Derecha Diario.


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