
Sheinbaum cede ante EEUU.: más agua para Texas y control sanitario sin condiciones
México entrega recursos vitales mientras sufre sequías y plagas, sin estrategia propia ni defensa soberana
México incrementará sus envíos de agua a Texas para compensar el déficit acumulado en el cumplimiento del Tratado de Aguas de 1944, confirmó el gobierno de Estados Unidos. A cambio de evitar sanciones, la administración de Claudia Sheinbaum aceptó además reforzar medidas contra el gusano barrenador, una plaga que amenaza seriamente a la industria ganadera del sur del país.
El acuerdo evidencia nuevamente la falta de estrategia diplomática del gobierno mexicano, que se ve obligado a cumplir compromisos internacionales a contrarreloj, mientras su propio sector agrícola enfrenta sequías históricas. La secretaria de Agricultura de EE.UU., Brooke Rollins, fue quien anunció públicamente los compromisos asumidos por México.
Aunque el gobierno mexicano intentó justificar su situación por “condiciones climáticas extremas”, la realidad es que el desorden interno y la falta de previsión volvieron insostenible su posición frente a Washington.
Texas presionó directamente ante el incumplimiento del tratado, logrando respuestas inmediatas mientras las autoridades mexicanas improvisaban salidas para evitar un conflicto diplomático mayor.
Agua para Texas, sequía para México
El incremento en el suministro de agua hacia Texas se presenta como un acto de “cooperación”, pero en realidad refleja un sometimiento a presiones extranjeras. Mientras productores nacionales enfrentan una de las peores crisis hídricas, el gobierno de Sheinbaum prioriza las cuotas internacionales sobre la necesidad interna.
La retórica oficial sobre “soberanía” se desvanece ante la primera amenaza externa. El déficit hídrico era conocido desde hace meses, pero el gobierno federal optó por postergar soluciones. Ahora, se entregan recursos vitales mientras se promete que “nadie se quedará atrás”. En la práctica, los más afectados son los productores mexicanos, víctimas de una política exterior débil y reactiva.
Gusano barrenador: otra rendición sanitaria
A la crisis hídrica se suma el acuerdo sanitario impuesto sobre el gusano barrenador, plaga que afecta al ganado en varios estados del sur. Estados Unidos exigió acciones inmediatas, alegando riesgos para su propia industria agropecuaria. México aceptó sin condiciones.
En lugar de presentar una estrategia nacional, el gobierno simplemente acató las directrices extranjeras para evitar tensiones. El problema del gusano barrenador es serio, pero la respuesta oficial demuestra que México carece de un sistema de control sanitario eficiente.
La dependencia tecnológica y operativa quedó expuesta cuando, ante la presión de Estados Unidos, México tuvo que firmar acuerdos inmediatos sin liderar su propia solución. La 4T presume independencia, pero cada crisis bilateral revela que el país enfrenta el escenario internacional de rodillas.
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