Una mano deposita una papeleta con una X roja en una urna de votación, con balanzas de justicia en el fondo.
POLÍTICA

El INE tardará hasta 10 días en revelar resultados de la elección judicial

La falta de transparencia y la politización del proceso ponen en duda la legitimidad del nuevo Poder Judicial

El Instituto Nacional Electoral(INE) confirmó que los resultados oficiales de la elección judicial del 1 de junio no se conocerán de inmediato. El cómputo total podría extenderse hasta el 10 de junio. Aunque se prevé un conteo rápido para los ministros de la Suprema Corte, los cómputos distritales tomarán varios días más.

Este anuncio aumenta la desconfianza en un proceso ya cuestionado por su falta de preparación, ausencia de debate público y su origen en una reforma judicial impuesta por Morena. El INE detalló que los paquetes electorales serán enviados a los 300 consejos distritales para el conteo oficial.

Reforma exprés, resultados tardíos

La elección directa de jueces, magistrados y ministros fue presentada como una “transformación histórica”. Sin embargo, el proceso ha dejado al descubierto la improvisación técnica y el oportunismo político que rodean la reforma.

El propio INE reconoció que el conteo será complejo, técnico y con múltiples retos logísticos, lo que alimenta las dudas sobre la limpieza e integridad del proceso.

La presidente Claudia Sheinbaum insiste en que esta elección “democratiza el Poder Judicial”, pero cada detalle operativo muestra lo contrario. Sin auditorías ciudadanas robustas y con boletas saturadas de nombres desconocidos, el proceso se asemeja más a una ratificación impuesta que a una elección auténtica.

Mientras Morena celebra anticipadamente, la legitimidad de los futuros jueces y ministros queda cada vez más en entredicho.

Un Poder Judicial al servicio del régimen

Los seis cargos que se someterán a votación —ministros, magistrados y jueces— serán ocupados por perfiles impulsados desde la cúpula de Morena. No habrá competencia real ni contrapesos institucionales. Esta elección configura un Poder Judicial subordinado al Ejecutivo, no a la Constitución.

El retraso de diez días no es el mayor problema. El verdadero riesgo es que los tribunales mexicanos queden en manos del oficialismo, eliminando uno de los pocos frenos al poder político en el país.

La independencia judicial no puede sobrevivir donde las urnas se usan como simulacro. Mientras Morena vende una "victoria histórica", lo que realmente ocurre es la demolición sistemática de los últimos contrapesos democráticos de México.

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