
Balean al alcalde de Metlatónoc, Guerrero, durante presunto asalto
Isaías Rojas Ramírez y su esposa fueron atacados a tiros la madrugada del 28 de mayo cuando viajaban hacia Chilpancingo
El alcalde de Metlatónoc, Guerrero, Isaías Rojas Ramírez, fue baleado la madrugada del martes junto con su esposa, Almari González Romero. El ataque ocurrió durante un supuesto intento de asalto en la Autopista del Sol, a la altura de Huitziltepec.
Ambos viajaban en una camioneta Nissan sin escoltas, cuando sujetos armados intentaron detenerlos. Al no detenerse, los agresores abrieron fuego directamente. El alcalde recibió tres impactos de bala en el tórax y el abdomen.
Tras el ataque, lograron llegar a Chilpancingo y fueron atendidos en el Hospital General Raymundo Abarca. Se reportan estables, pero el caso vuelve a evidenciar la violencia sin control que se vive en Guerrero.
Un ataque más contra autoridades locales
El vehículo oficial fue alcanzado por múltiples disparos en uno de los tramos más peligrosos de la autopista. Según el primer reporte, los agresores intentaron interceptarlos y, al no conseguirlo, abrieron fuego sin mediar palabra.

No había escoltas. Tampoco hubo una respuesta inmediata por parte de las autoridades de seguridad. El alcalde, militante del Partido del Trabajo (PT), tuvo que conducir herido hasta un punto seguro para pedir auxilio.
Solo entonces llegaron los paramédicos.
El ataque revela el abandono en que operan muchos alcaldes en Guerrero, sin protección ni control del Estado.
El PT reacciona: exigencia sin consecuencias
El Partido del Trabajo condenó la agresión, pero nada cambia. El crimen marca la política local y el Estado sigue ausente.

La Fiscalía estatal anunció una investigación, pero los responsables siguen libres. No es la primera vez que ocurre y, en la mayoría de los casos, tampoco habrá justicia.
Violencia política normalizada en tiempos de elecciones
A días de los comicios, los ataques contra funcionarios siguen creciendo. Mientras la clase política hace campaña, los municipios rurales quedan a merced del crimen.
Ni la Guardia Nacional, ni el Ejército, ni los discursos del gobierno han logrado contener esta realidad. En Guerrero, ser alcalde es un oficio de alto riesgo.
El intento de asesinato contra Isaías Rojas no es un hecho aislado, sino un síntoma del colapso institucional que vive el país.
Desde Palacio Nacional se insiste en que “todo va bien”, pero la realidad contradice ese discurso cada día. En los hechos, la violencia manda, la impunidad reina y el poder público se retira. En este México de elecciones sin garantías, ser funcionario es jugarse la vida, y ser ciudadano es vivir en la incertidumbre.
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