Una escena de crimen con cinta de precaución amarilla y un auto blanco estacionado, junto a un hombre con máscara sentado en una silla roja.
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Ejecutan al influencer “El Guerrero Fénix”: había sobrevivido a un atentado en 2024

José Carlos González, creador de Fénix Opinión Ciudadana, fue asesinado a tiros en Acapulco; ya había sido atacado

José Carlos González Herrera, conocido como El Guerrero Fénix, fue asesinado a balazos en el centro de Acapulco. Sujetos armados interceptaron su vehículo y abrieron fuego sin miramientos.

El crimen ocurrió a plena luz del día, en una ciudad marcada por la violencia impune. Una vez más, un ciudadano fue asesinado por ejercer su libertad de expresión.

González Herrera tenía 39 años y era administrador de la página Fénix Opinión Ciudadana, con más de 140 mil seguidores en Facebook. Su labor consistía en denunciar abusos, corrupción y hechos violentos ignorados por los medios tradicionales.

No era la primera vez que lo intentaban matar. En junio de 2024 fue atacado tras cubrir un incendio. Recibió disparos en ambos brazos y acusó a “la mafia” de intentar silenciarlo.

Desde entonces, vivía bajo amenaza constante. Pero nunca dejó de publicar.

Una voz incómoda silenciada con balas

Durante meses, denunció agresiones y amenazas. Se convirtió en una figura incómoda para muchos, pero fundamental para quienes no confiaban en la versión oficial.

El día de su asesinato publicaba con normalidad. Nadie lo escoltaba. Nadie lo protegía. Su muerte era evitable, pero fue ignorada.

Autoridades reaccionan con el guion de siempre

Tras el asesinato, elementos de la Guardia Nacional y la Policía Estatal acordonaron la zona. La Fiscalía del Estado abrió una carpeta de investigación y prometió “llegar al fondo del caso”.

Como siempre. Como nunca. El cuerpo fue trasladado al Semefo y no hay detenidos ni avances reales. El caso amenaza con sumarse al archivo del olvido institucional.

La impunidad cobra otra vida en el periodismo ciudadano

El caso de El Guerrero Fénix no es aislado. Este año, varios comunicadores han sido asesinados por denunciar al crimen o al poder. La impunidad y el desinterés del gobierno mantienen vivo el ciclo de violencia.

Hoy callaron a El Guerrero Fénix. Pero su historia grita más fuerte que nunca. Lo mataron por incomodar al poder y al crimen. Por negarse a callar, por no vivir de rodillas.

Mientras no haya justicia, cualquier ciudadano que alce la voz puede ser el próximo. Y el silencio, como siempre, será cómplice.

La sangre de quienes denuncian sigue corriendo, mientras el Estado se limita a promesas vacías. En México, la verdad no solo incomoda: también se paga con la vida.

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