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La verdad sobre los “republicanos anti-Trump” que financian a candidatos demócratas

Fundado por auto-proclamados republicanos opositores al presidente Trump, “The Lincoln Project” está aumentando su presencia en redes sociales. Pero, ¿quiénes componen esta organización que se creó para financiar candidatos demócratas desde el Partido Republicano?

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A comienzos del pasado mes de mayo, desde La Derecha Diario informamos sobre la respuesta del presidente Donald Trump a un grupo de republicanos traidores, que conforman un grupo denominado The Lincoln Project. Desde entonces, este grupo ha exacerbado su militancia anti-Trump y su apoyo al candidato del Partido Demócrata en la elección presidencial de noviembre, el ex-vicepresidente Joe Biden.
Los medios de comunicación de los Estados Unidos, mayoritariamente de tendencia demócrata, alaban constantemente a The Lincoln Project, afirmando que su existencia demuestra que Trump “ha perdido el apoyo de su partido”
Sin embargo, la realidad dice lo contrario: todas las encuestas y las elecciones primarias que hubo hasta ahora indican que el presidente cuenta con un apoyo que ronda el 95% entre los votantes republicanos.
Desde The Lincoln Project aseguran que su intención es “derrotar a Donald Trump y al trumpismo”, y “recuperar el Partido Republicano” en nombre del establishment partidario que viene siendo desplazado por Trump desde 2016. Pero a medida que comienza a tomar fuerza la campaña electoral, las verdaderas intenciones de esta organización comienzan a salir a la luz.

Los co-fundadores de este “act-tank” son:
  • George Conway, abogado neoyorkino de tendencias progresistas que irónicamente está casado con Kellyane Conway, la asesora principal de Trump en la Casa Blanca.
  • Rick Wilson, escritor, periodista del New York Times y ex-funcionario de campaña de George H. W. Bush.
  • Jennifer Horn, ex-secretaria del Partido Republicano en New Hampshire. Tuvo que abandonar el partido luego de múltiples denuncias por malversas fondos y no contabilizar todas las deudas de la institución.
  • Reed Galen, periodista independiente que ha trabajado tanto con políticos republicanos como demócratas. Encargado de las redes de The Lincoln Project.
  • Mike Madrid, ex-director de Estrategia Política del Partido Republicano de California. Uno de los principales responsables de entregar el Estado al Partido Demócrata con impopulares propuestas.
En mayor o menor medida, todos trabajaron en algún momento para el ex-senador John McCain o para el ex-gobernador John Kasich, ambos republicanos que adoptaron una agenda demócrata luego de ser electos.

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El domingo 28 de junio, el analista político y económico Yossi Gestetner publicó un hilo en Twitter donde expuso el fracaso de anteriores candidatos apoyados por quienes hoy están detrás de The Lincoln Project
Uno de ellos, Chrys Kefalas, solo logró un 9,6% de los votos en la primaria para el Senado en el Estado de Maryland en 2016. La campaña de Kefalas fue dirigida por la agencia Tusk Digital, perteneciente a Ron Steslow, uno de los mayores colaboradores de The Lincoln Project que se ha hecho famoso por canalizar donaciones del Partido Demócrata.
En enero de 2020, el analista Rob Pyers había expuesto el estrecho vínculo que continúa existiendo entre Steslow y The Lincoln Project: de los 100.000 dólares gastados por la organización en las últimas 2 semanas de 2019, la mitad fue a Tusk Digital
Además, Pyers expuso cómo la enorme mayoría de las donaciones recibidas por The Lincoln Project provienen de donantes demócratas.
Tusk Digital recibió también en 2016 más de 2 millones de dólares de un fondo que promovía la candidatura de Carly Fiorina para la presidencia en 2016, por el Partido Republicano
Fiorina, quien fue CEO de Hewlett-Packard entre 1999 y 2005, fracasó estrepitosamente en su candidatura, participando en solo las 2 primeras elecciones internas: obtuvo un 1,9% de los votos en Iowa, y un 4,1% en New Hampshire. Acumulando solo 40.666 votos y 1 delegado; se retiró de la contienda. Trump ganaría la primaria tras obtener 14 millones de votos y 1441 delegados, ganando 41 primarias.

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En octubre de 2016, tan solo 1 mes antes de la elección general, cuando la campaña de Hillary Clinton filtró el infame audio de Trump en el programa “Access Hollywood”, Fiorina anunció que no apoyaría a Trump, y le exigió retirar su candidatura en favor de su candidato a vicepresidente, el entonces gobernador de Indiana, Mike Pence. Por supuesto, Trump hizo caso omiso al pedido, y ganaría luego la presidencia de manera contundente.
Es poco sorprendente entonces que, 4 años más tarde, el pasado 25 de junio, Fiorina haya anunciado públicamente su apoyo a Joe Biden para la presidencia, a pesar de, al igual que The Lincoln Project, afirmar su pertenencia al Partido Republicano
Los fondos de campaña desperdiciados parecieran no ser el único vínculo que ata a Fiorina con esta organización.
Pero el factor Fiorina no es el único que genera sospechas sobre las verdaderas intenciones de The Lincoln Project. 
El pasado miércoles 24 de junio, la cuenta de Twitter de esta organización realizó un anuncio insólito: expresaron su apoyo al ex-gobernador demócrata de Montana, Steve Bullock, para la elección al Senado de ese Estado. Y como si fuera poco, anunciaron que estarían pagando más de 100.000 dólares en publicidad para ayudar a Bullock en su candidatura.
Este anuncio no es casual ni de poca relevancia: el actual senador por Montana, el republicano Steve Daines, es uno de los candidatos más débiles del Partido Republicano en la elección de noviembre, y desde el Partido Demócrata consideran de importancia estratégica una victoria en este Estado, para intentar recuperar el Senado. 
Otras figuras que han apoyado públicamente a Bullock son las senadoras Kamala Harris y Amy Klobuchar, y la organización promotora del aborto, Planned Parenthood.
Tan solo 5 días después, otro de los fundadores de The Lincoln Project, Rick Wilson, declaró en una entrevista a CBS News que algunos republicanos “temen criticar al presidente en público, pero que en privado creen que Trump perderá la elección, y que temen perder la mayoría republicana en el Senado. Wilson no dio nombres de estas hipotéticas figuras republicanas.
Mientras Wilson expresa preocupación por perder el Senado, la organización que lidera apoya y financia a candidatos demócratas para la Cámara Alta, bajo la excusa de “derrotar a Trump“. Como era de esperar, la periodista de CBS News no le cuestionó a Wilson sobre esta evidente contradicción entre sus palabras y sus acciones.

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Un simple vistazo al perfil en Twitter de The Lincoln Project demuestra que esta organización no solo se opone al actual presidente republicano, sino también a todo aquello que hoy compone la ideología conservadora y al Partido Republicano en general
Solo en esta última semana, el perfil de The Lincoln Project en Twitter ha:
… Propagado la teoría conspirativa de que el ex-asesor Michael Flynn conspiró con el gobierno ruso. Esta teoría ha sido refutada, Flynn fue exonerado, y nuevas evidencias sugieren que toda la causa habría sido organizada por el ex-presidente Barack Obama, su vice Joe Biden, y su entorno cercano, para deslegitimar a Trump en el inicio de su presidencia:
… Defendido inexplicablemente las políticas comerciales de la era Obama:
… Propagado risibles encuestas que indican que Trump perdería con Biden en Estados históricamente republicanos como Texas (el cual Trump ganó en 2016 con el 52%), Mississippi (58%), Indiana (57%), Virginia Occidental (69%), Carolina del Sur (55%), entre otros:
… Dado difusión a una peligrosa fake news divulgada por New York Times sobre supuestas “recompensas” del gobierno ruso a militantes afganos por asesinar a tropas americanas. De haber sido real, constituiría un acto de guerra, pero los organismos de inteligencia del gobierno estadounidense, y el presidente Trump, refutaron categóricamente esta noticia falsa:
… Y finalmente, sobre una reciente decisión de la Suprema Corte de los Estados Unidos en contra de una ley anti-aborto del estado de Louisiana, atacó al juez Brett Kavanaugh por su postura pro-vida. Esta decisión vio nuevamente al presidente de la Corte, John Roberts, alineándose con el ala izquierda de la Corte, resultando en otro voto 5-4 que golpea al presidente Trump.
Se adjudican ser republicanos pero no coinciden en absolutamente ningún punto de la histórica agenda republicana.

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En los hechos, The Lincoln Proejct hoy conforma un ala dentro del Partido Demócrata, tanto en sus opiniones como en sus acciones.

The Lincoln Project y sus fundadores han demostrado que, dentro del Partido Republicano, no han logrado nada más que desperdiciar dinero de campaña y perder elecciones. Ahora, parecen probar suerte dentro del Partido Demócrata, bajo la máscara de “republicanos moderados” opositores a Trump, recordando el fracaso electoral en 2016 del grupo republicano denominado “Never-Trump’ers” (“nunca trumpistas”).

Solo el tiempo dirá si esta vez tendrán más éxito.

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Estados Unidos

Anti-democrático: Biden vetó una reforma previsional aprobada en el Congreso por el Partido Republicano

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Se trata de una normativa que pretendía derogar las cláusulas de inversión ESG en administradores privados de fondos de pensiones. El Presidente emitió el primer veto de su administración, y asegura estar dispuesto a derogar nuevas iniciativas de la oposición.

Valiéndose de la mayoría retenida en ambas cámaras legislativas, el ala dura y más derechista del Partido Republicano logró los consensos necesarios para la derogación de las reglas de inversión ESG (factores ambientales, sociales y de gobernanza) para administradoras privadas de fondos de pensiones.

La derogación contó con el apoyo unánime de la oposición republicana, así como el de dos senadores del ala conservadora del Partido Demócrata, Joe Manchin de West Virginia y Jon Tester por el Estado de Montana, que permitieron que la ley sea aprobada en el Senado.

El presidente Joe Biden rápidamente vetó la ley, y anticipó que está dispuesto a disponer de nuevos vetos para hacer frente a la mayoría republicana en el Congreso. Se trata del primer uso de esta herramienta en lo que va de su administración.

Está claro que el presidente Biden quiere que Wall Street use el dinero que tanto le costó ganar no para hacer crecer sus ahorros, sino para financiar una agenda política de extrema izquierda. Eso perjudicará a las personas mayores y a los trabajadores, especialmente después de que el gasto imprudente del presidente Biden causó una inflación récord y subidas rápidas de tipos de interés”, anunció el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy.

La principal objeción que presentaron los republicanos para lanzar la derogación de la regla es el hecho de priorizar inversiones en una agenda socialista por sobre la captación de rendimientos para favorecer retornos a los afiliados del sistema. 

A tales efectos, la nueva normativa legal que pretendían aprobar los republicanos prohibía expresamente el destino de la inversión privada para cuestiones de cambio climático, factores ambientales y sociales, entre muchos otros. La inversión de las administradoras de fondos de pensiones se concentraría exclusivamente en maximizar rendimientos para los ahorros de sus clientes.

Los demócratas tildaron a la prohibición como una iniciativa “en contra del libre mercado”, y aseguran que si bien las reglas ESG condicionan la inversión bajo ciertos parámetros, las empresas no se encuentran obligadas directamente a ejercer este tipo de inversiones si no desean hacerlo.

Pero si bien es cierto que las normativas no incluían ni incluyen una inversión obligatoria sobre sectores específicos, lo cierto es que la intervención del Gobierno (y más aceleradamente en administraciones demócratas) distorsiona deliberadamente los incentivos de inversión para favorecer destinos que, en un contexto de libre mercado, no se hubieran elegido voluntariamente.

En este sentido, las regulaciones sobre la industria energética, los impuestos a los combustibles y los subsidios ecologistas previstos en la “Ley de reducción de la inflación”, entre muchas otras iniciativas, funcionan efectivamente como verdaderos condicionantes de la inversión privada. En este sentido, el proyecto de los republicanos pretendía anular virtualmente el efecto distorsivo de estos incentivos artificiales sobre la iniciativa privada

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Estados Unidos

La corrupción de la que nadie habla: Los Biden recibieron millones de dólares de empresas estatales chinas

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El Comité de Supervisión y Responsabilidad del Congreso presentó en los últimos días una serie de documentos que revelan una gran cantidad de dinero enviado desde China a la familia Biden a través de testaferros.

Estos días la fiscalía de Manhattan lidera una brutal persecución política contra el ex presidente Donald Trump, y los medios están analizando rigurosamente todo el dinero que entró y salió de sus compañías en los últimos años.

Mientras tanto, los medios hacen silencio absoluto frente a la revelación del pasado martes, cuando una comisión investigadora del Congreso mostró un enorme esquema de corrupción entre la familia Biden, el Partido Comunista Chino y los socios comerciales del actual presidente de los Estados Unidos.

El pasado martes 14 de marzo, el presidente del Comité de Supervisión y Responsabilidad, el diputado republicano James Comer reveló a través de la publicación de una serie de documentos que Joe Biden, su hijo Hunter Biden y su hermano, James Biden, recibieron la suma de US$ 4,8 millones de dólares provenientes de la compañía china “CEFC China Energy” entre los años 2017 y 2018.

El equipo legal de Hunter Biden asegura que se trata meramente de la acción de ciudadanos individuales con derecho a perseguir ”negocios personales”, y este dinero es simplemente su comisión por haber conseguido una inversión para una empresa con la que trabajaban como asesores.

Pero esto no cierra por ningún lado. En primer lugar, este dinero lo recibieron en varios montos cuidadosamente valorizados por debajo de lo que los organismos de control suelen revisar, y no hay explicación por qué una comisión de esta naturaleza se pagaría en varias transferencia a lo largo de varios meses.

Además, correos comprometedores fueron hallados en la computadora de Hunter Biden donde queda demostrado que el dinero fue una recompensa por haberle brindado acceso a la Oficina Oval a varios funcionarios comunistas, mientras Biden era vicepresidente.

Estos correos fueron legitimados una y otra vez, y están actualmente incluidos como evidencia en una investifación federal del FBI. Pero como si fuera necesaria una confirmación adicional, Hunter Biden denunció esta semana al taller de reparación donde dejó su computadora.

Esta demanda que alega robo de datos e invasión a la privacidad solo confirma la información y no tendrá cabida, ya que el dueño del taller le hizo firmar un contrato a Hunter que decía que si en 6 meses no iba a buscar la computadora reparada, ésta pasaba a control del taller; y eso es exactamente lo que pasó.

Entre los correos y una investigación del comité del Congreso, se encontró una operación en marzo del año 2017, donde la compañía ”State Energy HK Limited”, asociada al Partido Comunista Chino y subsidiaria de la ”CEFC China Energy”, realizó una transferencia por US$ 3 millones de dólares a una compañía de Rob Walker, uno de los más importantes socios empresariales de la familia Biden.

Rob Walker no se quedó con este dinero, si no que lo transfirió a varios destinatarios, quedándose él mismo con un saldo de US$ 869.308 dólares por esta operación. El ex funcionario de la administración Clinton, cuya esposa fue asistente de Jill Biden, es ampliamente considerado el testaferro de Biden para sus negocios con China.

Hunter Biden, a través de las cuentas bancarias de sus compañías ”Owasco PC and RSTP II LLC” y ”First Cleaning LLC”, recibió entre marzo y abril del año 2017, seis transferencias bancarias de parte de Robinson Walker LLC por montos variables de entre $10.692 a $300.000 dólares.

En concordancia, James Biden, recibió entre los meses de abril y mayo de 2017 cinco transferencias bancarias con pagos que datan de cifras de entre $15.000 y $125.000 dólares mediante su compañía JBBSR INC. por parte de Walker.

Al siguiente día, la misma compañía giró un importe equivalente a US$ 1.065.000 dólares a una compañía perteneciente a otro socio de la familia Biden, de nombre James Gilliar, un antiguo oficial de las fuerzas especiales británicas con vínculos cercanos a los servicios de inteligencia ingleses y considerado como otro testaferro del presidente norteamericano.

En los documentos publicados, y según se pudo corroborar en los correos que se encontraron en la laptop de Hunter Biden, Gilliar le estaba “guardando un 10% para el Hombre Grande” a través de su compañía en Abu Dhabi, ”European Energy and Infrastructure Group (EEIG)“. En el contexto del correo, todo indica que “Big Guy” es el propio Joe Biden.

El ex-oficial de las fuerzas armadas especiales británicas, James Gilliar, es uno de los socios de la familia Biden y a través de su compañía, recibió la suma de poco más de 1 millon de dólares de China.

La red sigue: Otras operaciones de la familia Biden

Otra llamativa operación surgió de revisar las cuentas bancarias de James Biden. Acorde a sus propias palabras, el hermano del presidente trabajó con la firma Hill Stone International, una subsidiaria de la constructora norteamericana Hill International, la cual declaró recientemente ante la justicia que James Biden utilizó su influencia como hermano del vicepresidente (en aquél entonces) para hacer posible la realización de negocios de la compañía en Arabia Saudita.

El antiguo oficial del Departamento del Tesoro, Thomas Sullivan, quien ofició de detective privado en esta causa, declaró que James Biden intervenía por parte de Hill International debido a la ventaja competitiva que su apellido representaba. Incluso en 2012, utilizó su influencia como el hermano del vicepresidente de los Estados Unidos en una reunión celebrada con funcionarios saudíes para conseguir su dinero.

Un portavoz del Comité de Supervisión señaló a través de Fox News que están investigando el origen de la riqueza de la familia Biden a través del tráfico de influencias y las preocupaciones de que el presidente Biden pueda estar comprometido por las relaciones comerciales de su familia con adversarios de los Estados Unidos a nivel internacional.

Otro nombre que aparece en la nómina de las transferencias bancarias realizadas por Rob Walker, es el de la ex esposa de Beau Biden (hijo fallecido del presidente Biden y antiguo procurador general del estado de Delaware), Hallie Biden, quien según las investigaciones del comité, recibió dos pagos separados en el mes de marzo del año 2017 que totalizaban la suma de US$ 25.000 dólares.

Luego de que en el año 2015 Beau falleciera a causa de un tumor de cerebro, su viuda, Hallie, tuvo una relación con el infame Hunter Biden, que sería el principal vínculo con esta red criminal.

A su vez, dentro del memorandum presentado por el comité, se detallan 2 operaciones respectivas a transferencias con importes de US$ 5.000 y US$ 25.000 efectuadas por la compañía de Rob Walker hacia un beneficiario solo referido como ”Biden”, el cual muchos especulan que se trata del propio Joe Biden.

En la semana, el Departamento del Tesoro notificó a James Comer que darán al comité acceso a registros videográficos de reportes de actividades sospechosas (SAR) relacionadas a Hunter Biden, así como a su familia, algo que el legislador viene pidiendo hace meses.

A su vez, el líder del comité señaló que seguirán utilizando la evidencia documental, así como también la información bancaria y SARs con el fin de determinar si las tareas del presidente Biden se encuentran comprometidas y si existe algún riesgo para la seguridad nacional.

En sintonía con sus dichos, Comer remarcó que si el Tesoro continúa obstruyendo la investigación contra Biden, usarán todas las herramientas que tengan a disposición para asegurarse de que colaboren en la investigación.

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Economía

Biden ya tiene el déficit fiscal más alto de la última década sin contar el año de la pandemia

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El déficit financiero superó 6% del PBI en febrero de 2023, la cifra más extrema desde 2013 sin contabilizar el shock provocado por la pandemia. Las finanzas públicas se desequilibraron completamente por el rescate de préstamos estudiantiles. 

La agenda irresponsable del presidente Joe Biden terminó por desequilibrar completamente el ordenamiento de las finanzas públicas. Hacia agosto del año pasado, el Presidente firmó un masivo programa de rescate para eliminar hasta 10.000 dólares en la deuda suscripta por préstamos estudiantiles.

Las medidas se aplicaron para personas con ingresos anuales no superiores a los 125.000 dólares anuales (el 95% de los empleados de Estados Unidos cumplen este requisito). El ala más “progresista” y radicalizada del Partido Demócrata logró imponer su agenda electoral sobre el cada vez más débil Gobierno de Biden, y se generó un shock fiscal similar al que tuvieron los cheques familiares durante la pandemia. 

Se evitó proporcionar un debate parlamentario acerca de la propuesta de los demócratas. El Gobierno simplemente instruyó al Departamento de Educación el plan de alivio sobre préstamos estudiantiles, una maniobra que no estuvo ajena a objeciones legales por parte de la oposición.

El déficit financiero del Gobierno federal se disparó rápidamente del 3,76% del PBI en julio de 2022 al 6,1% del producto en febrero de 2023, un salto de 2,4 puntos en solo 8 meses. Asimismo, sin contabilizar la creciente factura por intereses netos de deuda el déficit primario escaló del 2% del PBI al 4,14% entre julio de 2022 y febrero de 2023 y prácticamente se duplicó.

Sin contabilizar el shock provocado por la pandemia en 2020, el déficit federal de Estados Unidos ya es el más elevado de los últimos 10 años. No se veía algo remotamente similar desde febrero de 2013. Cabe señalar que la economía estadounidense se recupera de un shock fiscal y monetario similar al que tuvieron las grandes guerras mundiales del siglo XX, pero muy a diferencia de aquel entonces no parece volver a converger hacia el equilibrio fiscal.

Mientras la brecha fiscal del sector público crece, las necesidades de financiamiento aumentan en un momento especialmente delicado debido al fuerte incremento de la tasa de política monetaria de la FED. Mayores aumentos en la tasa interés de referencia implican un también mayor encarecimiento en el costo de endeudamiento para el Estado.

Déficit fiscal de Estados Unidos entre 2009 y 2023.

La responsabilidad fiscal del Gobierno de Biden arroja una fuerte incertidumbre sobre qué tan creíble será el financiamiento no inflacionario del déficit para los próximos años. La política fiscal condiciona el canal de expectativas de la política monetaria de Jerome Powell, imponiendo así un fuerte limitante nada despreciable sobre la tasa de inflación.

Si los mercados no estuvieran dispuestos a suscribir enteramente la deuda del Tesoro estadounidense continuamente, entonces la FED se vería obligada a desplegar un rescate o “Put” sobre esos bonos con emisión monetaria, tal y como lo hizo en la pandemia para financiar los programas de asistencia familiar.

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