
Avanza en Córdoba un plan para erradicar, finalmente, a los limpiavidrios
El debate en la Comisión de Seguridad buscará frenar éstas y otras actividades, que generan riesgo y violencia urbana.
La Legislatura de Córdoba tratará la próxima semana un proyecto que busca prohibir de manera definitiva la actividad de limpiavidrios en toda la provincia. La iniciativa apunta a poner fin a prácticas que afectan la seguridad vial y la tranquilidad en los principales centros urbanos. El tratamiento tendrá lugar el martes 12 de agosto en la Comisión de Seguridad, junto a otras medidas complementarias.
Si la propuesta no prospera, continuará sin control una situación que expone a conductores y peatones a conflictos y riesgos en la vía pública. El proyecto también plantea la regulación de la actividad de cuidacoches conocidos como “naranjitas” en la ciudad de Córdoba. Ambas prácticas han sido señaladas como fuentes recurrentes de tensión y episodios violentos.
La iniciativa contempla además medidas para la reinserción social y el abordaje de problemas de adicciones en los grupos afectados. Asimismo, busca que el Estado asuma un rol activo en brindar alternativas laborales y programas de contención. El objetivo final es erradicar la presencia de estas actividades que hoy operan sin regulación ni control efectivo.

El tratamiento legislativo apunta a prevenir delitos
De no aprobarse, las prácticas ilegales seguirán desarrollándose sin restricciones, favoreciendo escenarios de extorsión y abusos hacia la ciudadanía. La experiencia en otras jurisdicciones demostró que su erradicación reduce los índices de violencia en zonas conflictivas. También se alivianan las tensiones cotidianas entre vecinos, transeúntes y automovilistas.
El debate legislativo adquiere urgencia ante el crecimiento de estas actividades en puntos clave de la capital y localidades del interior. La ausencia de reglas claras fomenta la confrontación y deteriora la percepción de seguridad de la población. Una ley precisa permitiría a las autoridades actuar con firmeza y prevenir hechos de mayor gravedad.
Si la norma no se aprueba, la sociedad seguirá siendo rehén de prácticas ilegales, extorsivas, peligrosas y abusivas que se multiplican sin control. Los legisladores que se nieguen a acompañar la propuesta quedarán marcados como responsables directos de los conflictos que, con certeza, se repetirán en el futuro. Su inacción y permisividad no sólo avalarán estas conductas, sino que legitimarán la continuidad de un escenario de violencia y desprotección ciudadana.
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