
Boric habló con Kicillof, que juzgará por intento de homicidio a los barras argentinos
El presidente de Chile se alineó con el gobernador bonaerense en medio de las críticas por el operativo fallido
El partido entre Independiente y Universidad de Chile por los octavos de final de la Copa Sudamericana quedó marcado por un violento episodio que se extendió durante casi dos horas y derivó en la suspensión del encuentro. Los incidentes en Avellaneda no solo expusieron serias falencias en la seguridad, sino que también desataron un fuerte cruce político en la Argentina y reacciones diplomáticas en Chile.
El foco de las críticas recayó sobre el gobernador Axel Kicillof y su ministro de Seguridad, Javier Alonso, responsables del operativo que terminó mostrando una inacción llamativa pese a la magnitud del despliegue. Aunque se habían dispuesto 650 policías, 150 agentes privados, 69 de tránsito, 330 empleados de Utedyc, seis ambulancias de alta complejidad y quince grupos de socorristas, la violencia se desarrolló a plena vista sin intervención policial.
La explicación oficial fue que la fuerza “actúa evaluando el uso racional de la fuerza, que significa minimizar los daños”. Sin embargo, los hechos revelaron que la falta de acción permitió que la situación escalara.

En este contexto, el presidente de Chile, Gabriel Boric, utilizó su cuenta de X para comunicar que había dialogado con Kicillof y respaldó el accionar del mandatario bonaerense.
“Acabo de hablar con gobernador de la Provincia de Buenos Aires quien me informa que han identificado a las personas que agredieron salvajemente a hinchas de la Universidad de Chile en el estadio de Independiente y que serán imputados por intento de homicidio”, escribió. Y agregó: “Agradezco la colaboración de las autoridades argentinas en estos terribles hechos, que como sociedad no podemos naturalizar”.
La declaración de Boric generó controversia porque, en lugar de cuestionar la evidente responsabilidad del gobierno provincial en el fracaso del operativo, eligió destacar la “colaboración” de Kicillof. Para diversos analistas políticos, el mensaje del mandatario chileno se leyó como un respaldo explícito al gobernador, con quien comparte afinidad ideológica.
La reacción contrasta con las críticas de la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, quien señaló con dureza a la administración provincial: “Lo de ayer en Independiente fue una tragedia. El Gobierno de la Provincia de Buenos Aires dejó que la violencia se adueñe de la cancha porque les da miedo hacer intervenir a la Policía bonaerense para recuperar el orden”.

El comunicado oficial del Ministerio de Seguridad de la Nación también responsabilizó a la Provincia de Buenos Aires y calificó el operativo como deficiente, remarcando que la Policía bonaerense recibió la orden de “no intervenir desde antes del inicio del partido”. Además, cuestionó la decisión política de habilitar el regreso del público visitante en un contexto de falta de garantías.
En lugar de exigir explicaciones sobre las falencias denunciadas por la propia CONMEBOL en los informes previos —que advirtieron sobre el riesgo de ubicar a la hinchada visitante sobre los locales—, el presidente chileno optó por respaldar a un gobernador señalado como principal responsable.
La escena no solo expone la fragilidad del sistema de seguridad bonaerense, sino también el alineamiento político entre Boric y Kicillof, ambos referentes de la izquierda regional.
La tragediade Avellaneda deja en evidencia que, más allá de los comunicados diplomáticos, el problema central fue la inacción deliberada de la fuerza provincial y la falta de decisión política. En ese marco, el apoyo de Boric al gobernador bonaerense no hace más que profundizar las críticas hacia un operativo que fracasó en su objetivo básico: garantizar la seguridad de los hinchas.
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