
El Gobierno conmemoró uno de los peores atentados terroristas de la historia argentina
Se trata de la masacre en el comedor de la Policía Federal, realizado por montoneros el 2 de julio de 1976.
El 2 de julio de 1976 quedó grabado como uno de los días más oscuros de la historia argentina. Ese mediodía, una bomba colocada por la organización terrorista de izquierda Montoneros explotó en el comedor de la Superintendencia de Seguridad Federal, en la calle Moreno 1431 de la Ciudad de Buenos Aires, causando la muerte de 23 personas y dejando a otras 110 heridas.
A casi cinco décadas del ataque conocido como la "Masacre del comedor", la Justicia Federal reabrió recientemente la causa que investiga a la cúpula de Montoneros por su responsabilidad en lo que fue el atentado terrorista más letal en suelo argentino antes del ataque a la AMIA.
En este contexto, este sábado 5 de julio se realizará una movilización en conmemoración a los 23 asesinados en la masacre. La marcha comenzará a las 11 de la mañana en la intersección de las avenidas San Juan y Entre Ríos, y finalizará frente al edificio de Moreno 1431, donde ocurrió el atentado.

En esta marcha se exigirá al jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, que le cambie el nombre de Rodolfo Walsh a la estación de subte ubicada al lado del comedor, debido a que Walsh fue uno de los autores del violento atentado.
El próximo sábado, familiares, sobrevivientes y la sociedad en su conjunto exigen justicia y memoria por una de las tragedias más desgarradoras provocadas por el terrorismo de izquierda en la Argentina.
El atentado de Montoneros
El atentado ocurrió a las 13:20 horas, cuando una potente explosión, provocada por una bomba tipo "Claymore" cargada con trotyl y bolas de acero, sacudió el comedor donde almorzaban decenas de personas. La onda expansiva destruyó mesas, sillas y muros, transformando el espacio en un infierno de gritos, humo y metralla. El impacto fue tan brutal que algunas víctimas quedaron mutiladas o irreconocibles.
Tras el ataque fue identificado José María Salgado, un agente infiltrado por Montoneros que, tras ingresar al comedor con un maletín cargado con el explosivo, almorzó en el lugar y abandonó el edificio minutos antes de la explosión. La bomba había sido diseñada específicamente para maximizar el daño, convirtiendo los fragmentos del mobiliario en proyectiles letales.

Entre las víctimas fatales se encontraba Josefina Melucci de Cepeda, una empleada de YPF que simplemente estaba almorzando con una amiga. Siete de los fallecidos ni siquiera tenían vínculos con la Policía Federal, lo que revela el carácter indiscriminado del ataque.
A pesar de que Montoneros lo justificó como una represalia contra la represión de la dictadura, la masacre alcanzó a civiles inocentes y expuso la brutalidad del accionar guerrillero.
Durante más de 40 años, la causa judicial no avanzó significativamente. En 2006, la jueza Servini ordenó su cierre. Sin embargo, en junio de 2024, tras el impulso de entidades que representan a las víctimas, la Sala I de la Cámara Federal ordenó reabrir el expediente para que se investigue la responsabilidad de los altos mandos de Montoneros.
La querella también apunta contra Mario Firmenich, Marcelo Kurlat, Horacio Verbitsky, Laura Sofovich, Miguel Ángel Lauletta, Norberto Habegger, Lila Victoria Pastoriza y otros dirigentes del grupo guerrillero.
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