Vajk Farkas: 'Milei y Orbán son los mayores líderes mundiales anticomunistas'
El líder de la CPAC Hungría habló sobre el triangulo de Trump, Milei y Orbán. Ucrania y las alianzas conservadoras.
En esta entrevista exclusiva, contamos con la presencia de Vajk Farkas, destacado político húngaro que ha sido parte del gabinete de Viktor Orbán y es el actual presidente del CPAC en Hungría y director del Centro de Derechos Fundamentales en Madrid.
Figura clave en el movimiento conservador europeo, Farkas se posiciona como defensor de los valores tradicionales y crítico del globalismo, aportando una perspectiva que conecta las dinámicas políticas de Europa con las tendencias globales. En este diálogo, exploramos temas actuales como la relación entre Orbán y Donald Trump, los retos del conflicto en Ucrania y el impacto de las políticas patrióticas frente al avance del “wokismo”.
Entrevista exclusiva a Vajk Farkas, representante CPAC Hungría | La Derecha Diario
Además, Farkas analiza en La Derecha Diario los paralelismos entre líderes como Orbán y Javier Milei, destacando cómo ambos comparten un enfoque anticomunista y un compromiso con la soberanía nacional. Según Farkas, Milei encarna un liderazgo patriótico que resuena con los valores defendidos por Orbán, marcando un momento esperanzador para las fuerzas conservadoras a nivel internacional.
En este contexto, hablamos también del próximo CPAC Argentina, un evento que, con Milei como orador principal, promete fortalecer las alianzas entre movimientos patrióticos de América Latina y el mundo. Una conversación que ilumina las estrategias, desafíos y oportunidades del conservadurismo en un panorama político global en transformación.
La entrevista completa a Vajk Farkas
Ares: Empecemos con una pregunta que tiene que ver más con la actualidad, ¿no? Con la reciente victoria de Donald Trump y su elección como presidente electo de Estados Unidos. Quería saber cómo ves la relación entre Trump y Viktor Orbán. Es uno de los líderes internacionales que tal vez mayor cercanía histórica tuvo con Trump.
Farkas: Pues mira, para empezar, si me permites algunas consideraciones respecto a las elecciones de Estados Unidos y de sus resultados. Los resultados me parecen sorprendentes.
No tanto por la victoria de Trump, porque yo creo que muchos esperábamos que iba a poder ganar, pero me parece que una gran parte, incluso de los analistas internacionales, que intentan tener una información más detallada, no solamente de los grandes medios de comunicación, que como bien se sabe en todo el mundo, estaban apoyando a la candidata demócrata, pues incluso aquellos que tenían información o que querían tener información de otras fuentes, pensaban que probablemente iba a poder ganar Trump, al menos en el colegio electoral, pero quizás iba a perder el voto popular. Y, en cambio, él ha ganado todo.
Es decir, es una victoria clara, contundente y no cabe ninguna duda de que la mayoría de los electores de Estados Unidos, la mayoría de los votantes de Estados Unidos querían un cambio.
La mayoría de los analistas dicen que es por los temas económicos, es decir, que los votantes estadounidenses no estaban satisfechos con la situación actual, tanto de su país como de su propia familia. Y yo creo que en parte tienen razón. Pero también creo que estas elecciones han sido muy importantes entre dos visiones del mundo, entre la visión progresista, “wokista”, que es una ideología neomarxista, y la del mundo libre, que apoya muchos valores tradicionales que también puedes ver detrás de mí (en referencia al banner a sus espaldas), que confiesa nuestro centro de pensamiento también, que es Dios, patria, familia.
Son fundamentos en los que se basan nuestras sociedades. Entonces, estas elecciones han sido un referéndum sobre estas dos visiones del mundo, donde claramente dijeron los estadounidenses que no quieren, masivamente han dicho que no quieren el “wokismo”, mientras que se están apoyando en estos valores tradicionales en los que nuestras sociedades se están basando. Entonces, yo creo que es muy importante mencionarlo como un punto de partida para ver qué es lo que va a pasar con nosotros.
Creo que va a venir un mundo bastante diferente, en el sentido positivo, pero bastante diferente. Y luego ya, respondiendo a tu pregunta de qué relación tiene Orbán y el presidente electo Trump, en una respuesta corta: muy buena, muy amistosa y muy estrecha.
¿De dónde viene esto? Es que antes de las elecciones de 2016, cuando ganó Trump las elecciones, Orbán había sido el único líder europeo que estaba apoyando a Trump.
Luego, a lo largo de su primera presidencia, intentaron estrechar estos lazos, pero sobre todo lo hicieron durante la administración de Biden. Yo creo que cada vez más se han convertido en amigos, por dos razones. Primero, porque entienden el mundo de una manera bastante parecida. Y, por otro lado, porque Orbán ha quedado casi como el único líder europeo que siempre apoyaba al presidente Trump.
Y no olvidemos que todas las fuerzas de izquierda y progresistas han hecho una gran batalla contra Trump. Querían descalificarlo, querían llevarlo a la cárcel, incluso dos veces han atentado contra él. Es que, en un país democrático, cuando estamos hablando de elecciones democráticas y mencionando eso, que dos veces querían matar a uno de los candidatos, pues yo creo que es una cosa muy fuerte.
Y ahí, en estos momentos, se valora mucho más cuando tienes amigos verdaderos. ¿Y en qué se refleja esta amistad? Incluso a lo largo de la campaña han hablado varias veces y han intercambiado ideas varias veces. Esto ha sido público, siempre hablaron sobre estas llamadas.
También hay que mencionar que, durante la campaña, el primer ministro húngaro ha sido el líder internacional que Trump más veces ha invocado en sus discursos. Y siempre en un contexto muy positivo, como un ejemplo que también hay que seguir. Entonces, Trump ha hecho una campaña positiva, podemos decir, incluso utilizando el nombre, la figura y el ejemplo del primer ministro Orbán.
Y ya después de la noche electoral, Orbán ha sido el primer líder europeo a quien Trump ha llamado. De hecho, después de la noche electoral en Estados Unidos, en Budapest se han celebrado dos grandes cumbres. Primero, la de la Comunidad Política Europea y, la segunda, el Consejo Europeo, donde están todos los jefes de gobierno de la Unión Europea. Y, al entrar a estas dos cumbres, prácticamente casi la única persona, casi el único líder europeo, que había tenido la posibilidad de hablar con el nuevo presidente de Estados Unidos, fue el primer ministro húngaro.
Teniendo en cuenta que Hungría es un país de 10 millones de habitantes, yo creo que eso incluso puede hacer impactar más lo bueno que es la sintonía entre estos dos líderes. Y creo que eso también va a elevar un poco la importancia de Hungría dentro del marco europeo.
Ares: ¿Y vos creés que esta relación puede fortalecer los movimientos conservadores tanto en Europa como en América?
Farkas: Estoy totalmente convencido. Mira, lo que estamos viendo en los últimos años es que las fuerzas, digamos, más sencillamente, las fuerzas patrióticas —ahí incluyo a los conservadores, también a muchos liberales como el presidente Milei— están trabajando en una alianza internacional.
No es nada nuevo, porque por el otro lado podemos ver que hay una estructura internacional muy elaborada para los progresistas. Puedo mencionar el caso de Open Society, incluso el propio Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla. Ellos ya en las últimas décadas han aprendido cómo trabajar juntos.
Y algo parecido es lo que las fuerzas patrióticas están hoy en día estableciendo y organizando. De hecho, mi organización, que representa un centro de pensamiento húngaro, organiza el único CPAC en Europa, que hoy en día ya es la reunión más grande de fuerzas conservadoras y patrióticas. Con nuestro trabajo intentamos ayudar en este proceso, esta formación de alianzas, porque lo que tenemos enfrente son los mismos adversarios que tienen las mismas técnicas y estrategias para desmantelar justamente aquellos valores básicos que son los fundamentos no solo de nuestras sociedades, sino que representan los valores que también estamos defendiendo.
Hasta ahora, solo en muy pocos países han llegado estas fuerzas al gobierno. Ahí está Hungría, también podemos mencionar Italia con la primera ministra Giorgia Meloni y, en América Latina, creo que hay que destacar a Argentina como un faro de esperanza para todas las naciones de la región. Y ahora mismo, el Estado que lidera el mundo libre, el más importante desde el punto de vista económico y militar, tiene un presidente en sintonía con este movimiento.
Esto, por su simbolismo, dará más esperanza y empuje a todas estas fuerzas.
Ares: Bueno, entonces básicamente lo que nombramos es que hay una crítica muy fuerte a lo que vendrían a ser las políticas globalistas, mal entendidas como globalistas, y podemos inferir que entonces con la victoria de Trump puede empezar a preponderar nuevamente las políticas de defensa de la soberanía nacional, de la decisión de cada pueblo por sus propios medios.
Farkas: Sí, estoy totalmente de acuerdo. Creo que en los últimos años vamos a poder ver que estas posiciones, que quieren hacer parecer que son motivo de miedo, en realidad representan el sentido común. No están representando nada malo en este sentido, y lo que espero, lo que vaticino, es que en los tiempos que vienen habrá mucho menos “woke” y mucho más sentido común. No solamente dentro de los países mencionados, sino también a nivel internacional.
En los organismos internacionales también estará más presente y más fuerte la voz del sentido común. Obviamente, no se cambiará el mundo de un día para otro, pero hoy en día me siento mucho más esperanzado en cuanto al futuro de la civilización occidental. Justamente porque estas voces y estas fuerzas, que quieren defender a Occidente tal como lo hemos conocido en los últimos siglos, son más fuertes y estarán más presentes en la agenda internacional.
Ares: Bueno, y precisamente hablando un poco de agenda internacional, ustedes son vecinos de Ucrania y en las últimas horas la administración de Biden, que ya se está yendo, autorizó el uso de misiles de largo alcance por parte de Ucrania. ¿Vos creés que esto puede escalar el conflicto? En una guerra que precisamente Trump mencionó varias veces que busca terminar y que será la prioridad número uno en cuanto a lo internacional apenas asuma.
Farkas: Voy a empezar desde lejos, un poco lejos, ¿vale? Pero también es importante para entender. Para nosotros, tanto para Europa como para nosotros los húngaros, es de suma importancia que esta guerra se acabe cuanto antes. Obviamente, hay un acuerdo total en que lo que ha hecho Rusia con la invasión de Ucrania es condenable, y se debe condenar al 100%.
Por otro lado, también hay un acuerdo en que hay que ayudar a los ucranianos, quienes están llevando a cabo una lucha heroica para defender su país. Pero desde este punto de partida, hay dos preguntas clave. ¿Hasta cuándo se puede alargar esta guerra? Esa es una pregunta para los ucranianos, y no sé hoy en día cuál sería su respuesta si se les preguntara si quieren seguir luchando o no.
La otra pregunta es para Europa y Occidente: ¿hasta qué punto debe ayudar a Ucrania? La posición húngara, además, tiene un matiz especial, ya que en Ucrania vive una minoría húngara cuyos miembros también están luchando y muriendo en la guerra. En los últimos años han muerto decenas de miles de personas en Ucrania. Casi una generación de ucranianos ha desaparecido.
¿Cómo estamos hoy en día en el frente? Para dar un dato: hace dos años Rusia tenía ocupado más o menos el 20% del territorio ucraniano. Hoy, después de dos años de guerra y de innumerables muertes, Rusia sigue teniendo el 20% ocupado. Entonces surge la pregunta: ¿es bueno para Ucrania seguir con esta guerra o no?
También hay que considerar que quizás Occidente ya ha dado todo lo que ha podido en términos de armamento. Y además, la guerra no solo está matando a personas, sino que también está destruyendo la economía, incluyendo la economía europea. Es por esto, y por razones basadas en la moralidad judeocristiana, que Hungría sostiene que se debe alcanzar la paz cuanto antes.
Hay que lograr al menos un alto el fuego cuanto antes y dejar de matar gente. En este tema, creo que el primer ministro húngaro y el nuevo presidente de Estados Unidos tienen posiciones muy parecidas. Y lo que acaban de decidir —lo de permitir el uso de misiles estadounidenses para avanzar incluso hacia Rusia— es peligroso, porque en todas estas guerras hay un factor de imprevisibilidad.
Nunca se sabe cuál será la respuesta. Ya estamos hablando de dos potencias que tienen armas nucleares. Entonces, cada día que dura esta guerra está en juego la posibilidad de que se agrave hacia una tercera guerra mundial.
Por eso, todos los intentos que no buscan un alto el fuego, una paz que incluso pueda ser duradera, son muy peligrosos. Lamento mucho que la administración de Biden esté utilizando los últimos meses de su mandato no para avanzar hacia la paz, sino hacia la guerra.
Ares: Bueno, ya trayéndote un poco más hacia lo que vendría a ser la política doméstica, ¿Ves algunas similitudes entre las visiones políticas o incluso las formas de liderazgo de Orbán y Milei?
Farkas: Sí, aunque en muchos aspectos son personajes muy diferentes, creo que hay mucha similitud entre sus políticas. Te menciono dos. Primero, el anticomunismo. Hoy en día, si hay líderes mundiales que son anticomunistas, sin duda mencionaría a Milei y a Viktor Orbán. De hecho, no sé si lo sabés, pero Orbán incluso fue arrestado por la policía comunista por manifestarse contra la dictadura comunista.
Así que, si alguien conoce de verdad cómo funcionan los comunistas, sean los antiguos o en sus transformaciones más modernas, es precisamente el primer ministro húngaro.
El segundo punto es el enfoque que Trump llama America First. Creo que estos dos líderes, Orbán y Milei, piensan de manera muy similar respecto a sus propios países. Por ejemplo, cuando Orbán toma decisiones de política exterior o interior, lo primero que evalúa es el interés de Hungría.
Y creo que el presidente Milei está haciendo lo mismo. Si lo más importante es luchar contra la inflación, Milei enfoca ahí sus esfuerzos y está dando esa batalla. Si su país necesita más inversores, va a buscarlos, por ejemplo, en Estados Unidos.
Es una visión muy diferente a la que tiene la izquierda progresista, que prioriza ejecutar una ideología internacional sobre los intereses nacionales. Mientras que un patriota como Milei u Orbán primero examina qué es lo mejor para su país y luego trabaja a nivel internacional para proteger y promover esos intereses.
Ares: Hace poco, en el discurso que Milei dio en Mar-a-Lago, mencionó la idea de formar una alianza internacional, incluyendo a países como Argentina, Estados Unidos, Israel e Italia. ¿Vos creés que Orbán comparte valores para formar parte de esa alianza?
Farkas: Creo que sí. Las relaciones entre países siempre son muy complejas, con factores económicos, culturales y diplomáticos en juego. Pero cuando hay sintonía o incluso amistad entre los líderes, eso puede fortalecer mucho la cooperación.
Entre países como Hungría y Argentina, que están geográficamente muy alejados y no tienen conflictos, estas relaciones suelen no ser prioritarias. Sin embargo, una sintonía entre los líderes políticos ofrece una gran oportunidad para establecer relaciones especiales.
Creo que, en este caso, sería un error no aprovechar estas coincidencias políticas. Si cada vez más países tienen liderazgos patrióticos similares, podemos hablar de una red en expansión. En Europa, por ejemplo, ya hay partidos patrióticos que ganan fuerza. El nuevo partido político europeo Patriots está liderando en países como Hungría, República Checa y Austria, incluso si no están en el gobierno en algunos casos.
Poco a poco, estas fuerzas políticas antiglobalistas están cobrando fuerza.
Ares: Vos mencionas la CPAC de Hungría, y sabemos que este evento se está expandiendo. Ahora, el 4 de diciembre llega a Argentina y Milei será el orador principal. ¿Qué impacto creés que puede tener este evento en la política local?
Farkas: Creo que es una noticia muy buena. La CPAC, que es la Conferencia de Acción Política Conservadora, nació como una iniciativa estadounidense, pero en los últimos años también se ha realizado en otros países como México, Brasil, Australia, Israel y Hungría.
En Europa, el CPAC de Hungría es el único que se realiza, y su objetivo es ser una plataforma donde no solo se reúna la gente y las organizaciones de un único país, sino que tenga una visión internacional. En nuestra última CPAC, este año, tuvimos 60 oradores de todo el mundo, incluyendo 15 de América Latina. Entre ellos estuvieron Eduardo Bolsonaro, José Antonio Kast y Agustín Romo de Argentina.
El CPAC tiene como objetivo intercambiar ideas para resolver los problemas diarios de la gente y unir fuerzas con otras personas y organizaciones que piensan de manera similar. Así, se pueden formar alianzas para enfrentar los mismos desafíos y adversarios.
Creo que el CPAC en Argentina será un gran evento y una excelente oportunidad para fortalecer el movimiento conservador local.
Ares: Para cerrar, ¿querés hacer alguna reflexión final?
Farkas: Sí, yo diría que hoy en día es un buen momento para las fuerzas patrióticas. Tenemos que aprovecharlo y, en este tiempo favorable, trabajar juntos por nuestros pueblos.
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