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Reino Unido

Boris Johnson fue dado de alta del hospital St. Thomas y permanece en reposo

El premier británico Boris Johnson, que resultó positivo de coronavirus el pasado 27 de marzo, abandona el hospital para permanecer en reposo mientras Dominic Raab, su reemplazo, afronta los difíciles pronósticos del Reino Unido.

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El Primer Ministro británico, Boris Johnson, abandonó el hospital St Thomas donde fue internado el pasado domingo tras sufrir complicaciones por la infección del COVID-19. Ahora, y por recomendación de sus médicos, permanecerá unos días en su residencia sin volver al trabajo mientras el Reino Unido continúa bajo la conducción del Secretario de Relaciones Exteriores, Dominic Raab, aunque se espera que resuma su rol como mandatario muy pronto.

En la red social Twitter, el premier británico agradeció a los médicos del hospital y dijo que pudo apreciar el coraje de todo el equipo médico en la primera línea de batalla contra el coronavirus, mencionando que siguen poniendo en riesgo sus vidas para combatir al virus.

Mientras tanto, Dominic Raab sigue al frente del Ejecutivo británico, siguiendo el plan de acción que Boris trazó junto al equipo médico y las recomendaciones del equipo de asesoramiento científico para emergencias denominado “Sage”, por sus siglas en inglés. El gobierno se encuentra actualmente en una disputa contra los medios, que exigen la publicación de la lista oficial de científicos que integran el mencionado grupo.
Raab, mientras tanto, recibió esta semana el informe de la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria, que asegura una caída del 13% del PBI británico durante el 2020 y un aumento del desempleo, que se situaría en 10% a fines de junio, luego de varios años de intento de los sucesivos gobiernos del Reino Unido de hacer crecer las cifras de empleo. 
En este sentido, asegura el informe, el shock sería aún peor que el de la crisis financiera del año 2008. En tanto, la consultora económica del FMI, Gita Gopinath, aseguró que el impacto de la economía global, que hasta ahora no se sabe por cuántos meses se va a extender, combinado con las medidas de los gobiernos para desalentar la actividad económica y contener el virus, conducirían a una crisis nunca antes vista.
Para Downing Street es un pequeño alivio, entonces, que Boris Johnson haya abandonado el hospital y pueda volver a estar en funciones en tan corto plazo de tiempo. Tiene la tarea de afrontar los difíciles números que el virus está arrojando en el país, contabilizando al día de hoy, 94.000 casos positivos y 778 nuevas muertes durante este martes. 
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Israel

Manifestantes pro-Palestina ocupan las calles de Londres y llaman a una revolución violenta contra Israel y los judíos

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Desde hace tres semanas que la capital del Reino Unido se convirtió en el centro mundial de una protesta masiva y continua a favor de Palestina que llama a una nueva “Intifada” contra Israel.

Se estima que unos 100.000 manifestantes anti-israelíes inundaron las calles de Londres el sábado 28 de octubre, muchos de los cuales han pedido explícitamente una “Intifada” contra el Estado judío. Manifestaciones similares en apoyo a Palestina se celebraron, y se continúan celebrando desde entonces, en Alemania, Estados Unidos, Francia, Italia, Noruega y Suiza.

Se trató del tercer fin de semana consecutivo en que la capital británica fue sede de una gran manifestación en apoyo de los palestinos desde el ataque del grupo terrorista Hamas contra Israel que tuvo lugar el pasado 7 de octubre, generando una respuesta israelí por tierra, aire y mar para acabar con Hamas.

Muchos manifestantes ondeaban banderas palestinas y coreaban consignas como “Desde el río hasta el mar, Palestina será libre”, pidiendo, en ocasiones, la desaparición del Estado de Israel. Esto ha levantado críticas por tratarse de una conducta fuertemente antisemita.

Asimismo, además de escucharse algunos llamados a la “yihad”, varios manifestantes ondearon banderas en las que se leía “Lucha por la Revolución” y cantaron “De Londres a Gaza, tendremos una Intifada.

El término “Intifada”, que se traduce literalmente como “Levantamiento de piedras“, se refiere a violentos disturbios llevados a cabo por palestinos contra Israel que comenzaron en 1987, con ocasión del vigésimo aniversario de la Guerra de los Seis Días.

En el año 2000, además, comenzó la llamada “Segunda Intifada“, la cual duró unos cinco años, justo en el momento en que Israel abandonó Gaza, marcando el punto de partida de una guerra civil en Gaza entre Fatah y Hamas. Durante este segundo levantamiento de piedras murieron más de 1.000 israelíes y más de 3.000 palestinos.

Manifestantes pro Palestina llaman a una Intifada contra Israel

Durante la protesta del sábado 28 de octubre se registraron estallidos de violencia, incluido un conflicto entre activistas pro palestinos y grupos nacionalistas británicos que se estaban contra manifestando.

La Policía Metropolitana de Londres, que desplegó más de 1.000 agentes para patrullar la marcha, dijo que un manifestante fue arrestado bajo sospecha de agredir a un oficial. Además, informó que un oficial fue hospitalizado después de ser agredido por un manifestante.

Esta nueva protesta antiisraelí a gran escala se produjo mientras la Policía Metropolitana de Londres enfrenta críticas por no arrestar a los activistas que llaman a la “yihad” y a que los “ejércitos musulmanes” del mundo ataquen a Israel, en alusión a manifestaciones anteriores que tuvieron lugar en las calles de la capital inglesa.

La palabra yihad tiene varios significados, pero sabemos que el público la asociará más comúnmente con el terrorismo“, argumentó la fuerza policial. Antes de la protesta del sábado, el líder del equipo de mando responsable de vigilar la manifestación, Kyle Gordon, afirmó que “si alguien está llamando a la yihad específicamente contra Israel, los oficiales intervendrán, recopilarán la información y nos la informarán“, según informó The Telegraph.

Cabe resaltar que la protesta masiva del sábado 28 de octubre fue organizada por varios grupos islámicos de izquierda, incluido el Foro Palestino en Gran Bretaña. Según el Jewish Chronicle, el foro fue cofundado por Mohammad Sawalha, un ex comandante de Hamas buscado por el gobierno israelí que ha estado viviendo en el Reino Unido después de que se le otorgara la ciudadanía británica a principios de los años 2000.

Un oficial de policía británico es atracado por manifestantes pro palestinos

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Economía

Burrada de los conservadores británicos: El Reino Unido rechazó bajar impuestos para no subir el déficit fiscal, pero lo duplicó

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El desequilibrio del Gobierno central superó el 2,6% del PBI por primera vez desde la pandemia, a pesar de que el primer ministro Rishi Sunak desmanteló las rebajas impositivas de su predecesora con la promesa de ordenar las cuentas públicas.

El fugaz paso de Elizabeth Truss, la líder del Partido Conservador británico que quería reactivar la economía después de la pandemia bajando impuestos, fue boicoteado por el “ala moderada” de los conservadores, y decidió nombrar al actual ministro Rishi Sunak en su reemplazo.

Los detractores dentro del oficialismo acusaron a Truss de carecer de responsabilidad fiscal, y Sunak llegó al poder con la promesa de desmantelar todas las rebajas y reducir el déficit. El jefe de los “conservadores moderados” inmediatamente derogó todas las reformas impositivas de Truss y dijo que su prioridad sería cuidar el déficit fiscal.

Pero esto probó ser un error, porque el resultado financiero del Reino Unido marcó un déficit récord equivalente al 2,64% del PBI en agosto de 2023 (el último dato oficial disponible), y se duplicó la cifra desde la recuperación de la pos-pandemia.

Déficit fiscal del Reino Unido desde 1998.

Sunak llegó al poder con un resultado primario (antes del pago de intereses) prácticamente equilibrado, arrojando un ligero superávit del 0,03% del PBI. Hacia el mes de agosto de este año, y a pesar de que todas las rebajas de Truss fueron anuladas, el déficit primario sobrepasó el 0,8% del PBI y retornó a los umbrales más altos en 17 meses.

La tasa marginal máxima para el impuesto sobre los ingresos de personas físicas se mantuvo inalterada en el 45%, mientras que el Gobierno congeló las actualizaciones de los mínimos no imponibles y los montos nominales del impuesto para expandir la base imponible de la recaudación. Se estima que estos congelamientos arrojaron ingresos adicionales de hasta 40.000 millones de libras para el Estado, pero ni así se logró bajar el déficit fiscal.

El gasto público del Gobierno central del Reino Unido (excluyendo jurisdicciones locales) aumentó del 20,2% del PBI en octubre del año pasado a más del 21,4% del producto en agosto de este año, principalmente debido a las ayudas suministradas para las tarifas energéticas residenciales.

Por su parte, la actividad económica solamente logró crecer un magro 0,4% entre octubre del año pasado y agosto de 2023. La recaudación impositiva asociada al nivel de actividad no disfrutó de un contexto favorable. La economía británica logró recuperarse del shock provocado por la pandemia de 2020 (a diferencia de otros países europeos como Alemania), pero no logró recuperar la tendencia de crecimiento previa a la crisis.

La tasa de inflación sigue apostada en el 6,2% según el último sondeo de agosto, y entre abril y julio se mantuvo en torno al 7% interanual. Estas cifras fueron superiores a las de Alemania (6,1%), Francia (4,9%) y España (2,6%), entre otros países de la región.

Los laboristas están volviendo a liderar las encuestas en el Reino Unido, con un discurso contrario a la apertura comercial que permitió la salida de la Unión Europa, y con propuestas para subir drásticamente los impuestos en el país. Los errores del Partido Conservador podrían significar el fin de 13 años de gobierno ininterrumpido.

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Economía

Cómo Margaret Thatcher liberó la economía británica y terminó con el desastre del laborismo

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Un día como hoy nacía la ex primera ministra Thatcher, responsable de una histórica renovación del liderazgo conservador en el Reino Unido y de emprender las reformas necesarias para modernizar la economía en sintonía con el Consenso de Washington.

Hace 98 años nacía Margaret Thatcher en la ciudad de Grantham, en el condado de Lincolnshire. Su polémico liderazgo al frente del Partido Conservador del Reino Unido permitió sentar las bases de la transformación económica más importante del siglo XX, que disparó un cambio en la manera de ver la economía no solo en Gran Bretaña si no que en todo el mundo, demostrando el fracaso de las políticas intervencionistas y dirigistas para dar paso a una economía de mercado.

Bajo su administración, el Reino Unido logró superar los episodios de estanflación crónica y logró modernizarse como nunca antes. La inflación fue controlada, se privatizaron decenas de empresas estatales, la economía se desreguló y se desmantelaron las barreras al comercio exterior.

Todo esto fue fundamental para consolidar un proceso de crecimiento genuino, tras el desastre que dejó el laborismo hacia la segunda mitad de la década de 1970.

Boom económico y mejora generalizada de las condiciones de vida para la sociedad

La actividad económica real acumuló un crecimiento del 31% entre mayo de 1979 y noviembre de 1990, mientras que la producción industrial se expandió en un 10% después de casi siete años de estancamiento desde la crisis de 1973.

Thatcher sentó los precedentes de la economía moderna, sus reformas trascendieron su Gobierno y fueron mayormente mantenidas y convalidadas por las sucesivas administraciones de los “nuevos laboristas” a partir de 1997, que no les quedó otra opción que emular sus políticas económicas para lograr el voto popular.

Cuando la propia Thatcher fue interpelada para responder cuál consideraba como el principal logro de su gestión, simplemente respondió: “Tony Blair y el nuevo laborismo. Hemos obligado a nuestros adversarios a cambiar de opinión”.

La tasa de pobreza del Reino Unido medida por el Banco Mundial en 20 dólares al día ajustados por paridad de poder adquisitivo (PPP) cayó del 45,5% al 27,2% durante la gestión de Thatcher. Los beneficios del crecimiento económico beneficiaron a todos los sectores de la sociedad.

Reforma del Estado y eliminación del déficit fiscal

Al momento de asumir la gestión, el Reino Unido atravesaba una crisis fiscal heredada del viejo laborismo británico. La principal fuente de financiamiento del déficit fiscal era la monetización del Banco de Inglaterra a través de la emisión y los giros al Tesoro, habiendo agotado los importantes superávits fiscales de la década anterior incluso a pesar de la excesiva presión tributaria. 

El programa de Thatcher llevó a cabo una profunda reforma del Estado para bajar las tasas impositivas, alentar el crecimiento económico de largo plazo con políticas de oferta (en contraste con las políticas de demanda promulgadas por los laboristas), y disminuir el peso del sector público en la economía británica.

El gasto público total del Reino Unido se redujo del 41% del PBI en 1979 al 34,8% para el año 1990, el mayor ajuste presupuestario de la historia británica desde la finalización de la Segunda Guerra Mundial. Asimismo, desde 1988 se eliminó completamente el déficit fiscal financiero (incluyendo el pago de intereses de deuda), y entre 1989 y 1990 el Estado registró superávits mayores al 1,5% del PBI. Esto permitió estabilizar el stock de la deuda pública y moderar la carga de los intereses.

Al mismo tiempo fueron rebajados los principales impuestos responsables de la recaudación nacional. La tasa marginal máxima del impuesto a las Ganancias cayó del 98% al 40% entre 1977 y 1990, mientras que la tarifa nominal promedio descendió del 72% al 32,5% en el mismo período. La tasa más baja del impuesto a la renta disminuyó del 40% al 25%, por lo que la totalidad de los contribuyentes percibieron la rebaja impositiva.

La tasa más elevada del impuesto a la herencia se redujo del 75% al 40% entre 1982 y 1986, y esta reforma prevalece hasta el día de hoy. La carga tributaria para las utilidades no distribuidas de las grandes empresas se redujo del 52% al 35%, mientras que para las pequeñas y medianas la tasa cayó del 40% al 25%.

Liberalización de precios y combate a la inflación

La administración Thatcher desarticuló el arsenal de regulaciones y controles que habían sido impuestos por los sucesivos Gobiernos laboristas para tratar de contener (sin mayor éxito) el aumento de los precios. El Gobierno conservador abolió los controles de precios pautados por la Comisión de precios y la Junta de Pagos en julio de 1979, y estos organismos fueron finalmente desmantelados ley de competencia de 1980. 

Hacia octubre de 1979 la administración decidió eliminar completamente todos los controles cambiarios que aún operaban en el país. Hasta entonces, regía la Ley de control de cambios de 1947 aprobada por los laboristas, que desde la gestión del exministro Harold Wilson restringía la cantidad de libras que podían retirarse del país o la cantidad de divisa que podían adquirirse.

Estas medidas provocaron un sinceramiento de precios que desembocó en un salto del IPC de casi 5% en julio de 1979, y la inflación escaló al 22% interanual en mayo de 1980. Una vez eliminadas las distorsiones heredadas del laborismo, el Gobierno emprendió un estricto programa de ajuste monetario para limitar la oferta de dinero y mitigar la inflación. 

La inflación retrocedió a un solo dígito a partir de febrero de 1982, y promedió el 5% entre 1983 y 1990. El programa económico de Thatcher permitió volver a anclar las expectativas inflacionarias, permitiendo una gran moderación de la nominalidad que perduró hasta la llegada de la pandemia en 2020.

Las masivas privatizaciones

La economía del Reino Unido atravesó un ambicioso proceso de modernización a través de la privatización de los principales servicios públicos. Se desmanteló el “Estado empresario” como interventor activo en la economía, para limitarse a una función estrictamente subsidiaria y garante de reglas de juego estables para la iniciativa privada. 

Las privatizaciones más importantes conectadas por la administración de Margaret Thatcher:

  • Aeroespacial británica (1981)
  • Puertos británicos asociados (1983)
  • Telecomunicaciones británicas (1984)
  • Caja de Ahorros Fiduciaria (1985)
  • Empresa petrolera Britoil (1985)
  • Helicópteros de British Airways (1986)
  • Empresa de Gasolina británica (1986)
  • Rolls Royce (1987)
  • Autoridad de Aeropuertos Británicos (1987)
  • Empresa tecnológica ISTEL (1987)
  • Autobús Leyland (1987)
  • Aerolíneas británicas (1987)
  • Conglomerado automotriz Leyland (1988)
  • Ingeniería ferroviaria británica (1988)
  • Empresa de Acero Británico (1988)
  • Empresa Nacional de Autobuses (1988)
  • Empresa británica de fabricación naval (1989)
  • Red de distribución de agua en Inglaterra y Gales (entre 1989 y 1990)

El exministro de Hacienda Nigel Lawson, lamentablemente fallecido el pasado 3 de abril, fue una pieza clave para consolidar el proceso de privatizaciones. Fue considerado como una de las figuras más prominentes del gabinete de Thatcher. También contribuyó en aspectos técnicos para la reforma del sistema impositivo, la abolición de los controles cambiarios y el ordenamiento de las finanzas públicas.

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