Cirujanos realizando una operación en un quirófano usando mascarillas y gorros quirúrgicos
SOCIEDAD

Cirugías cerebrales con pacientes despiertos sitúan a Córdoba como referente médico

Una técnica inédita permitió extirpar tumores sin dañar emociones ni lenguaje, marcando un salto en la neurocirugía local

El Hospital Tránsito Cáceres de Allende fue escenario de una intervención que generó asombro,  al realizarse operaciones cerebrales con los pacientes despiertos. Durante los procedimientos, los especialistas extirparon tumores en zonas de gran sensibilidad, protegiendo en tiempo real funciones vinculadas con el habla y las emociones. Este avance representa un paso decisivo que abre nuevas posibilidades para tratar casos de alta complejidad en Córdoba.

La técnica utilizada se diferencia de las cirugías tradicionales porque permite al equipo médico interactuar con la persona mientras se desarrolla la operación. A partir de estímulos y evaluaciones constantes, se controla que las funciones cognitivas y motoras no sufran daños irreversibles. De esa manera, se asegura una mayor precisión y se reducen significativamente los riesgos posteriores en la recuperación.

Los neurocirujanos destacaron que este tipo de abordajes extiende las fronteras de lo posible en medicina y también mejora la calidad de vida. La posibilidad de preservar emociones, lenguaje y movimientos resulta fundamental para el bienestar del paciente.

Fachada de un edificio hospitalario de dos pisos con paredes rojas y grises, ventanas con persianas y un cartel azul que indica área ambulatoria, junto a una palmera y un camino de acceso.
Hospital Tránsito Cáceres de Allende | La Derecha Diario

Tecnología avanzada y trabajo multidisciplinario

El éxito alcanzado fue posible gracias a la coordinación de un equipo integrado por más de veinte profesionales de diversas áreas médicas. La conjunción de cirujanos, anestesiólogos, neuropsicólogos y personal de apoyo garantizó el resultado positivo de las operaciones. Este despliegue demuestra la importancia del trabajo interdisciplinario en desafíos médicos de esta magnitud.

Para alcanzar el nivel de detalle requerido, se aplicaron herramientas tecnológicas de última generación que facilitaron la precisión quirúrgica. El uso del exoscopio permitió obtener imágenes ampliadas y nítidas del cerebro durante el procedimiento. En paralelo, la neuronavegación actuó como una suerte de GPS para localizar áreas críticas y evitar daños en regiones funcionales esenciales.

Uno de los casos operados correspondió a un paciente con un tumor que afectaba no sólo la movilidad, sino también el control de sus emociones. Según explicó el neurocirujano Claudio Turco, la clave fue mantener al paciente “vigil, reactivo y conectado en sus funciones neurológicas” durante toda la cirugía. Gracias a ello, se logró resecar la lesión sin comprometer sus capacidades cognitivas.

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