
Jesús María: un proyecto pretende prohibir fumar en plazas, al aire libre
La restrictiva iniciativa incluye multas y zonas de exclusión para fumadores en espacios públicos
El Concejo Deliberante de Jesús María debate un proyecto que prohibiría fumar en plazas donde haya sectores de juegos para niños. La iniciativa también contempla la creación de zonas de exclusión para fumadores, con una distancia mínima de diez metros. Aunque se trata de espacios abiertos, los impulsores buscan imponer nuevas restricciones con sanciones económicas.
La propuesta fue presentada por la concejal Gabriela Cárdenas, quien aspira a que toda la ciudad tenga “plazas libres de humo”. Según explicó, el objetivo es evitar que los chicos vean a los adultos fumar y lo consideren un comportamiento habitual. Esta fundamentación busca legitimar una medida que avanza sobre libertades individuales sin evidencia concluyente de daño directo.
El proyecto se apoya en la Ley Antitabaco 26.687, que prohíbe fumar en lugares cerrados, pero sólo sugiere aplicar restricciones en espacios públicos abiertos. Lejos de esa sugerencia, la ordenanza local pretende establecer prohibiciones firmes, con multas incluidas, incluso sin casos concretos que justifiquen semejante intervención. El texto ya está en comisión y se espera su aprobación, ya que cuatro de los nueve concejales son médicos.

Una medida excesiva en nombre de la salud pública
Cárdenas –que además es cardióloga– afirmó absurdamente que ver a adultos fumar podría llevar a los niños a “naturalizar” el consumo. Sostuvo que es más probable que, al crecer, se conviertan en fumadores si se exponen a esa imagen en las plazas. El argumento roza lo especulativo y parece desentenderse del hecho de que fumar sigue siendo legal y regulado.
La edila comparó los efectos del cigarrillo con los de enfermedades como la hipertensión o la diabetes. A partir de esa lógica, se presenta al tabaquismo como una amenaza sanitaria equiparable a patologías crónicas graves. Pero el salto de esa comparación a castigar al fumador en un parque público carece de equilibrio y proporción.
Se anticipa que quienes fumen en lugares no habilitados recibirán sanciones económicas. Las multas podrían equivaler al valor de entre 10 y 50 paquetes de cigarrillos. Aún no se explicó cómo se hará cumplir la norma ni quién fiscalizará en las plazas, dejando margen a interpretaciones arbitrarias y eventuales excesos.
Aplicar multas por fumar al aire libre resulta desproporcionado y punitivista, especialmente cuando no hay daño directo comprobable a terceros. Penalizar con el equivalente a hasta 50 atados de cigarrillos convierte una conducta legal en una falta costosa y estigmatizante.El proyecto transforma una recomendación sanitaria en un mecanismo recaudatorio con escaso criterio de justicia.
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