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Joe Biden se desploma en el Estado clave de Pensilvania, abriendo el camino de la victoria para Trump

Las posturas cada vez más corridas a la izquierda de Joe Biden, su ataque frontal al fracking y una promesa de más inmigración están generando masivas perdidas de afiliados del Partido Demócrata en el Estado de Pensilvania, y todo indica una victoria de Trump.

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El Estado de Pensilvania es la joya codiciada para ganar las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, con sus 20 votos del Colegio Electoral, es uno de los seis "super Estados" por caudal de votos que aporta a la presidencia. 

Trump ganó allí por poco más de 44.000 votos en 2016. Fue el primer candidato republicano en ganar Pensilvania desde George Bush (Padre) en 1988. De nada sirvieron las 15 visitas que realizó Hillary Clinton durante su campaña. 

De esta manera, durante los últimos 30 años, Pensilvania ha sido un Estado demócrata. Sin embargo, desde 2016, se ha venido desplazando lentamente hacia la derecha gracias a muchas políticas impulsadas por el presidente Trump muy populares entre el electorado de clase media industrial que hay allí. En 2018, sin la figura del presidente Trump en las boletas de la elección legislativa, el Estado tuvo 9% más de votos demócratas y hace tan solo unos meses atrás, los números de Trump no parecían nada buenos y muchos analistas anunciaban la vuelta del llamado "Keystone State" para los demócratas.

Pero el trabajo de registración de votos (territorio/partido), el discurso de Trump (comunicación/candidato) y la postura cada vez más a la izquierda de Biden está haciendo que Pensilvania se vaya consolidando para los republicanos.

El trabajo territorial del Partido Republicano está generando una importante diferencia en favor de los republicanos, ganando sobre el voto moderado y afiliando a muchos pensilvanos al Partido Republicano.

Los datos de registración de votantes republicanos para la elección de noviembre 2020 desde la primera semana de agosto supera a la registración demócrata: 

  • Semana: 27/7 al 3/8: Partido Republicano superó a los demócratas por 2.955 
  • Semana: 3/8 al 10/8: Partido Republicano superó a los demócratas por 4.672 
  • Semana: 10/8 al 17/8: Partido Republicano superó a los demócratas por 2.569 
  • Semana: 17/8 al 31/8: Partido Republicano superó a los demócratas por 14.066 
  • Semana: 31/8 al 7/9: Partido Republicano superó a los demócratas por 9.428

Distribución cartográfica de la registración de votantes republicanos, dividido por condados del estado de Pensilvania, semana del 31/8 al 7/9. Rojo: republicano, Azul: demócrata.

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Biden se enfrenta en Pensilvania a una organización territorial que, a dos meses de la elección, lo supera por 166.000 votos desde las elecciones de 2016, en un Estado vecino a su sótano, ya que el candidato demócrata está recluido en el Estado de Delaware, al sureste de Pensilvania, cuidándose del coronavirus.

Los condados con más registro de votante republicano están en el suroeste (donde vive un tercio de toda la población del Estado) y noreste (donde Trump ganó abrumadoramente en 2016), además de las áreas urbanas de Pittsburgh y Filadelfia. 

Estos datos muestran algo seguro: el Estado sigue haciéndose cada vez más republicano por el discurso de izquierda de Joe Biden contra el votante trabajador pensilvano.

Datos de registración de voto republicano y demócrata, comparado elección 2016 y mismo período de campaña 2020, semana del 31/8 al 7/9.

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En 2016, Trump apeló a los obreros prometiendo trabajo y producción industrial. Pensilvania fue un ejemplo de promesa cumplida. Para este año el discurso refuerza su apoyo incondicional a ese segmento, haciendo hincapié en el fracking. 

El fracking es un procedimiento relativamente nuevo para la producción de petróleo y gas natural, basado en un proceso de fracturación hidráulica que extrae gas y petróleo de la roca de esquisto. Ha sido un generador de más de 26.000 empleo directos en el Estado, un gran ahorro de energía para innumerables ciudadanos de Pensilvania y ayudó a muchos otros sectores que se beneficiaran de las ganancias laborales de esta industria.

La gestión de la administración republicana defendió el fracking en estos 4 años y se compromete a no prohibirla en los próximos 4, frente a las sucesivas críticas (sin fundamentos) que viene acumulando respecto al daño del ambiente que produce. 

Así, los obreros, los cascos sindicales que alguna vez tuvo el Partido Demócrata, hoy están totalmente a favor de Trump, porque les asegura trabajo, desarrollo y bienestar.
Mientras tanto, el discurso de Biden apuesta por una posición sobre el fracking que atraiga a moderados y progresistas de izquierda. 

Desde marzo hasta ahora ha sido poco claro y a los únicos que no decepcionó fue a los grupos extremistas de su partido que lo empujaran a posiciones de extrema izquierda y a perder votos.
No más, nada de fracking nuevo”, dijo Biden en marzo, con Bernie Sanders al lado, un declarado opositor al fracking que propuso prohibirlo en su campaña.
Ese comentario fue interpretado caritativamente por los apologistas de Biden como que no habrá nuevas licencias bajo su administración, pero "¡no más después de eso!". 

Por otro lado, a esa interpretación de Biden se suma la elección como vice de Kamala Harris, una ferviente opositora al fracking. "No hay duda, estoy a favor de prohibir el fracking", declaró Harris en septiembre de 2019.

Distribución de la producción de gas natural en base a fracking. Pensilvania tiene en la mitad de su territorio el proceso de fracturación hidráulica y es la zona más extendida de esta práctica industrial. En el mapa, al extremo superior este.

En el Estado de Pensilvania, la posición de Harris-Sanders que empujan a Biden es un asesinato de empleos y un suicidio de votos. Por ello, Biden buscó adaptarse cuando estuvo en Pittsburgh y fue confrontado sobre el tema: "No estoy prohibiendo el fracking. Déjame decirlo de nuevo. No estoy prohibiendo el fracking por muchas veces que Donald Trump mienta sobre mí".

Pero nuevamente fue en otra dirección en Steel City, donde habló de “trabajos en la construcción de carreteras, puentes, paneles solares y molinos de viento de nuestra nación" y "estrategia de energía limpia" para "los trabajadores de la energía aquí en el oeste de Pensilvania". Este discurso no engaña a los pensilvanos que se le van de a miles porque los molinos de viento y los "paneles solares" no significan trabajos reales. 

Solo un ejemplo, quizás el proyecto de construcción más grande que se está llevando a cabo en Estados Unidos es la nueva planta de craqueo de etano de Shell Chemical en el condado de Beaver, a las afueras de Pittsburgh. La planta creará casi 20.000 puestos de trabajo para el oeste de Pensilvania y va a necesitar de la extracción de gas natural de los depósitos de Marcellus y Utica, por lo cual la prohibición del fracking tendría un gran impacto en la viabilidad futura de la planta y sus empleados.

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El segundo segmento de votantes pensilvanos a los cuales Biden les está atacando son los administrativos, los profesionales y trabajadores de corporaciones que ven amenazado sus empleos por los programas de subcontratación a través de las visas H-1B y L. 

Según la solicitud que realizaron las empresas al gobernador demócrata Tom Wolf, en los próximos 3 años 18.000 puestos de trabajo de cuello blanco serán cubiertos por trabajadores extranjeros, es decir, menos trabajo para los americanos.
Trump defendió en su 1ra administración el trabajo de los americanos y promete continuar en esa línea. Mientras Biden propone más visas para trabajadores administrativos. 

Actualmente hay 650.000 trabajadores extranjeros con visa H-1B en todo EE.UU., y más de 85.000 estadounidenses anualmente pierden sus puestos laborales por la mano de obra extranjera de este programa. Pensilvania va a ser uno de los Estados más perjudicados y los trabajadores lo saben, por eso hoy la mayoría de los votantes indecisos del Estado apoyan la reducción de la inmigración sobre la base de la protección de los empleos y los salarios de los estadounidenses. 

Y el tercer segmento de votantes pensilvanos agredidos por las promesas de extrema izquierda de Biden son los habitantes de los suburbios, para los cuales el candidato demócrata es una amenaza con su plan de subdivisión de áreas suburbanas. 

No extraña que Pittsburgh y el condado de Allegheny masivamente se estén inscribiendo para votar por Trump, que les asegura "Ley y Orden"; frente al caos de los grupos apoyados por los demócratas Black Lives Matters y Antifa de las últimas semanas, sin mencionar los tweets y acciones del alcalde demócrata de Pittsburgh, Bill Peduto, durante las protestas en su localidad. 

Para ganar Pensilvania, Biden necesita atraer a los trabajadores del fracking, a los profesionales de oficina y a los residentes suburbanos; pero su discurso se concentra en satisfacer a los socialistas del Green New Deal, subcontratados extranjeros y boicoteadores callejeros y criminales de izquierda.

Por el lado de Trump, a la segmentación en la estrategia discursiva en Pensilvania se complementa la estrategia de inversión publicitaria de optimización de gastos por resultados.
En cuanto a la inversión publicitaria: entre los 10 principales mercados publicitarios de la campaña de Trump en todo el país desde el Día del Trabajo hasta el Día de las Elecciones está la región obrera de Pensilvania: Harrisburg, Lancaster, York y Líbano; y esto está dando sus frutos.

La sacudida hacia la izquierda de Biden lo está lastimado, especialmente en un Estado que necesita ganar como Pensilvania. Los errores discursivos, la elección desacertada de Kamala Harris, un programa con políticas de ataque a la clase media, trabajadora, suburbana, una organización lenta e ineficiente de registración son todos los ingredientes para enterrar su candidatura en un Estado clave para ganar la presidencia de EE.UU. 


Por Karina Molina, para La Derecha Diario.

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Estados Unidos

Trump le saca 6 puntos a Biden en una encuesta de CNN y suenan las alarmas en la campaña demócrata a cinco meses de las elecciones

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El equipo de campaña del Partido Demócrata entró en crisis esta semana tras la publicación de una encuesta del medio ultra-partidario CNN que solía dar a Biden más de diez puntos arriba de Trump, pero ahora reveló al republicano seis puntos por encima.

El expresidente Donald Trump está midiendo a niveles récord de cara a las elecciones presidenciales del mes de noviembre, obteniendo su mayor ventaja jamás registrada en una encuesta de CNN que se realizó esta semana.

Trump, con un 49%, está seis por ciento por delante del 43% de Biden, una diferencia en su favor nunca antes vista en las encuestas, ni siquiera cuando el republicano le ganó a Hillary Clinton en el 2016.

Cabe aclarar que la encuestadora de CNN, la empresa basada en Pensilvania, SSRS Research, suele tener un fuerte sesgo en favor de los demócratas. De hecho, nunca había medido a Trump por encima de un oponente demócrata hasta ahora.

La diferencia de Trump sobre Biden se agranda cuando se agrega a la encuesta candidatos de terceros partidos como el liberal Robert F. Kennedy Jr., la ecologista Jill Stein y el socialista Cornel West, la ventaja de Trump sobre Biden crece a casi dos dígitos.

Dado que todos estos candidatos de partidos menores le quitan votos a Biden, en ese escenario Trump tiene un 42%, Biden tiene un 33%, Kennedy tiene un 16%, West un 4% y Stein un 3%, poniendo al reppublicano nueve puntos por encima de la oferta demócrata.

Este escenario todavía no mide al candidato del Partido Libertario, que suele sacar entre un 2 y un 3 por ciento de los votos, y le suele robar íntegramente votos al Partido Republicano, por lo que se puede esperar que a fin de cuentas la balanza resulte más equilibrada.

De todos modos, esta medición, aunque indica un fuerte clamor popular por el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, no asegura su victoria. Las elecciones en Estados Unidos no se ganan por voto poular, si no que se ganan por quien se impone en la mayor cantidad de estados.

De esta manera, es importante mirar la intención de voto en los estados clave: Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Minnesota, Georgia, Arizona, Carolina del Norte, Nevada y Virginia. Trump, para ganar, necesita no solo ganar los estados usualmente republicanos, sino que tiene que ganar en por lo menos 5 de éstos.

Según las últimas encuestas para estos estados, a la fecha y siguiendo el índice promedio de la agregadora de sondeos RCP, Trump se impone en todos los estados clave menos en dos: Minnesota y Virginia.

  • Pensilvania: Trump: 48,3%; Biden: 47,7%; Indecisos: 4,0%.
  • Michigan: Trump: 46,3%, Biden: 45,0%; Indecisos: 8,7%.
  • Wisconsin: Trump: 49,3%; Biden: 47,5%; Indecisos: 3,2%.
  • Minnesota: Trump: 40,7%; Biden: 43,0%; Indecisos: 16,3%.
  • Georgia: Trump: 49,2%; Biden: 45,2%; Indecisos: 5,6%.
  • Arizona: Trump: 49,3%; Biden: 44,3%; Indecisos: 6,4%.
  • Carolina del Norte: Trump: 48,4%; Biden: 43,0%; Indecisos: 8,6%.
  • Nevada: Trump: 48,8%; Biden: 44,0%; Indecisos: 7,2%.
  • Virginia: Trump: 42,0%; Biden: 46,3%; Indecisos: 11,7%.

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Estados Unidos

El Pentágono de Biden anunció el envío a Ucrania de un nuevo paquete de ayuda militar por US$ 6.000 millones

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El jefe del Pentágono afirmó que esta es la asistencia “más grande” que Washington ha anunciado “hasta la fecha”, superando toda la ayuda que dio Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial.

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, anunció este viernes que se enviará otro paquete de ayuda militar por US$ 6.000 millones para Ucrania, aumentando el acceso del gobierno de Kiev a misiles Patriot y drones que permitan responder a los avances rusos en el frente oriental.

Austin hizo este anuncio en una rueda de prensa al cierre de una reunión del grupo de Ramstein, en el que Estados Unidos confirmó que los primeros US$ 1.000 millones de nueva ayuda militar a Ucrania están en camino.

El jefe del Pentágono confirmó que Estados Unidos enviará con carácter de urgencia a Ucrania munición para baterías HIMARS, que permite atacar posiciones rusas lejos del frente, munición de artillería avanzada de 155 milímetros y sistemas de defensa aérea en vehículos blindados.

Estoy encantado de poder anunciar un compromiso adicional de USD 6.000 millones para la iniciativa de asistencia de seguridad de Ucrania. Eso nos va a permitir procurar nuevas capacidades para Ucrania por parte de la industria estadounidense”, dijo Austin, y aseguró que este es el paquete de asistencia “más grande” que Washington ha anunciado “hasta la fecha”.

Esa nueva ayuda militar incluirá baterías de misiles Patriot y defensas tierra-aire, más sistema de defensa contra drones y “un monto significante de munición de artillería, municiones aire-tierra y apoyo de mantenimiento”, indicó Austin.

Según el jefe del Pentágono, la ayuda de los miembros del grupo de Ramstein “ha salvado incontables vidas ucranianas” con compromisos que rondan ya los US$ 95.000 millones y la coalición de estos 50 países se mantiene “fuerte” en su apoyo a Kiev.

Austin también dijo que el grupo trabaja en crear un Ejército ucraniano “autosuficiente” y capaz de contener a Rusia en el largo plazo.

El resultado en Ucrania determinará la trayectoria de nuestros días. Si (Vladimir) Putin permanece y gana en Ucrania las consecuencias serán graves y globales”, aseguró Austin.

Los anuncios hoy de nueva ayuda militar a Ucrania llegan después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, firmara esta semana un ley para dar progresivamente a Ucrania US$ 61.000 millones en asistencia militar y préstamos durante el año.

Estados Unidos ya proporcionó decenas de miles de millones de dólares en ayuda militar a Kiev desde que Rusia anunció el inicio de su invasión a territorio ucraniano el 24 de febrero de 2022.

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Estados Unidos

La Justicia de Arizona, controlada por los demócratas, imputó y busca arrestar a todo el equipo de asesores de Trump

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Los demócratas hacen otro ataque contra la oposición y ahora buscan poner tras las rejas a todo el equipo que trabaja asesorando al expresidente republicano en su campaña presidencial.

La Justicia de Arizona imputó este jueves a varios aliados importantes del expresidente Donald Trump, incluido el exabogado de Trump y exalcalde de la ciudad de Nueva York, Rudy Giuliani, la expresidente del Partido Republicano de Arizona, Kelli Ward, y el exjefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, por denunciar que las elecciones del año 2020 fueron fraudulentas.

Junto con Ward, Meadows y Giuliani, la ex abogada de Trump Jenna Ellis y el ex asesor de campaña de Trump Boris Epshteyn, junto con varios miembros del Partido Republicano de Arizona, fueron imputados también, según publicó esta mañana el Washington Post .

Meadows, Giuliani, Ellis y Epshteyn fueron imputados por supuestamente intentar ayudar a Trump a recuperar los votos electorales de Arizona en las elecciones presidenciales de 2020, luego de que se comprobara que los demócratas habían robado votos por correo y la Legislatura votara que le darían los votos electorales a Trump si así la Justicia lo decidía.

Por su parte, Ward y los senadores del estado de Arizona, Jake Hoffman y Anthony Kern, también fueron acusados ​​de cargos por haber firmado documentos el 14 de diciembre de 2020, certificando que Trump era el ganador de las elecciones.

La acusación de varios aliados de Trump y miembros del Partido Republicano de Arizona se produce mientras una encuesta de Bloomberg News/Morning Consult realizada entre el 8 y el 15 de abril encontró que el presidente Joe Biden está detrás de Trump en varios estados clave como Arizona, Georgia, Nevada y Carolina del Norte por seis o más puntos.

En Arizona, Trump lideró por siete puntos, recibiendo el 49 por ciento del apoyo de los votantes que indicaron que votarían por él, mientras que Biden recibió el 42 por ciento.

Los once republicanos de Arizona son:

  • Kelli Ward, ex presidenta del Partido Republicano en Arizona, y su esposo, Michael Ward.
  • Senador del estado de Arizona Jake Hoffman
  • Senador del estado de Arizona Anthony Kern
  • Tyler Bowyer, director de operaciones de Turning Point USA
  • Nancy Cottle
  • James Lamon
  • Roberto Montgomery
  • Samuel Moorhead
  • Lorena Pellegrino
  • Gregorio Safsten

Los aliados de Trump que supuestamente fueron acusados ​​incluyen a Mark Meadows, Jenna Ellis, Rudy Giuliani, John Eastman, Christina Bobb, ex abogada de Trump, Boris Epshteyn y Mike Roman, ex asistente de campaña de Trump, según el Washington Post .

La decisión judicial fue en respuesta a un pedido directo del Fiscal General de Arizona, el ultra-demócrata Kris Mayes, y es la última de una serie de esfuerzos por utilizar el sistema legal para perseguir a los conservadores y republicanos aliados de Trump.

En julio de 2023, la fiscal general de Michigan, Dana Nesselacusó a 16 “falsos electores” de ocho delitos graves, entre ellos conspiración y falsificación de leyes electorales, por su presunto papel en el intento de disputar los resultados de las elecciones presidenciales de 2020.

Meses después, en diciembre de 2023, la Justicia de Nevada imputó a varios miembros importantes del Partido Republicano del estado, acusados ​​de falsificar y presentar documentos falsos en relación con el complot de los “falsos electores”.

La acusación de varios de los principales aliados del expresidente y varios miembros del Partido Republicano de Arizona se produce mientras Trump se encuentra actualmente en juicio y enfrenta 34 cargos de presunta falsificación de registros comerciales en primer grado en relación con los pagos realizados a la estrella porno Stormy Daniels durante las elecciones presidenciales de 2016.

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