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Estados Unidos

Así llegan Trump y Biden a la elección más importante de la historia de Estados Unidos

Ambos candidatos llegan con realidades diferentes: mientras Trump está realizando actos masivos todos los días y se mantiene fuerte en el voto anticipado, Joe Biden casi no se muestra públicamente pero lidera ampliamente en las encuestas.

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Faltando menos de 24 horas para la elección presidencial más importante de la historia de Estados Unidos y después de una carrera presidencial única por el hecho de haber tenido lugar en medio de una pandemia mundial, los candidatos Donald Trump y Joe Biden llegan por caminos opuestas al trecho final de la campaña.

Las encuestas contradictorias, los masivos actos de campaña de Trump contra los pequeños encuentros de menos de 20 personas de Biden, la ayuda de todo el sistema mediático y político para el candidato demócrata y un nivel de voto anticipado por mail nunca antes visto, han marcado los últimos meses de campaña.
Los estadounidenses pueden votar en muchos Estados desde principios de octubre, y a diferencia de otros años, casi la mitad del padrón electoral lo hará de manera anticipada, sea por voto por mail o en persona, en mesas habilitadas para este propósito.
Según las estimaciones para este año, un 60% de los demócratas votó antes del 3 de noviembre, mientras que solo un 30% de los republicanos lo hizo. Esta clara diferencia de intenciones electorales podrá ser decisiva de cara a los resultados de mañana. Mientras los demócratas lideran en voto anticipado en prácticamente todo el país, todavía faltaría que vote un 70% de los simpatizantes de Trump, contra solo un 40% de los demócratas.

Al 2 de noviembre, casi 88 millones de votos por mail fueron emitidos, donde los demócratas lideran con un 43% contra un 37% de los republicanos.

Trump y Biden se enfrentan en una elección histórica que decidirá el futuro de Estados Unidos para siempre. Ilustración por Ignacio Ledesma, para La Derecha Diario.

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Las encuestas

Al igual que en 2016, cuando fracasaron totalmente y no vieron venir una amplia victoria del presidente Trump, las encuestas dan como gran favorito a Biden, incluso, por un margen aún mayor del que pronosticaban para Clinton

Periódicos como The Economist le otorgan a Biden un absurdo porcentaje de 96% de chances de ganar la elección. Por su parte, el sitio de pronósticos presidenciales Fivethirthyeight le concede al ex-vicepresidente un 89% de probabilidades de salir victorioso.

La tendencia se repite y casi todas las encuestadoras pronostican que Biden será el ganador de la contienda muy cómodamente, pudiendo llegar a capturar Estados históricamente republicanos como Texas, que lo llevaría a la suma de 413 votos electorales obtenidos.

El famoso encuestador Nate Silver, que erró por un grosero margen de 4 puntos en 2016 a nivel nacional, y con errores de más de 7 puntos en algunos Estados, esta vez le da una diferencia aún mayor a Biden, posicionándolo con un 53,3% de voto popular.

Pero, cuando analizamos más en profundidad tanto las encuestas como los asuntos que históricamente han sido mas confiables para predecir elecciones, como la gestión económica, la política exterior y la incumbencia presidencial, el panorama cambia totalmente.

El humillante tweet del New York Times unos días antes de la elección de 2016. Le dieron un 92% de chances de ganar a Hillary Clinton contra un 8% para Donald Trump. 

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Los Estados más importantes de la elección serán Florida, Carolina del Norte, Georgia, Arizona, Ohio y Pensilvania, a los que se sumarán probablemente otros Estados del Rust Belt americano como Wisconsin, Michigan o Minnesota. También es posible que se sumen algunos con una ligera tendencia demócrata, como Nevada, Nueva México y Nuevo Hampshire.

Si nos fijamos en las últimas encuestas realizadas en los Estados más importantes nos encontramos con que:

– El jueves pasado la encuestadora izquierdista ABC News/Washington Post publicó un sondeo que tenía a Trump arriba en Florida por una diferencia de +2 puntos
– En Carolina del Norte, la encuestadora Insider Advantage/Center for American Greatness publicó el sábado una encuesta que tenía al Presidente arriba en el Estado por +4 puntos.
–  En Georgia, el grupo Trafalgar (una de las pocas encuestadoras que correctamente predijeron una victoria del Presidente en 2016) sondeó el jueves que Trump está arriba en el Estado por +1 punto.
– En Arizona, Rasmussen Reports, una de las encuestadoras de las que más se fía Trumppublicó el jueves que el mandatario está arriba por +4 puntos.
– En Ohio, el Grupo Fox, una de las encuestadoras más pesimistas con Trump durante todo el ciclo a pesar de su afinidad política, reportó el 20 de octubre que el candidato republicano llevaba la delantera en el Estado con una diferencia de +3 puntos.
– En Pensilvania, el Estado que probablemente decidirá la elecciónInsider Advantage/Center for American Greatness publicó el 25 de octubre que Trump tenía una ventaja de +2 puntos.
A estos resultados favorables se le suman ciertas circunstancias propicias para Trump, como que la economía americana se está recuperando de la crisis del coronavirus con números históricos (el PBI creció un 33.1% anualizado en el último cuatrimestre), el hecho de que históricamente los presidentes que se presentan a reelección han ganado la gran mayoría de las veces y que la política exterior de la administración Trump no inició ninguna guerra en el exterior, algo que suele considerarse muy favorable para el Presidente de turno. 

Además, la base de seguidores del Presidente es una de las más leales del mundo, contando con hasta el 96% de apoyo entre los votantes del Partido Republicano. Sumado a esto, durante los últimos cuatro años, Trump mejoró notablemente sus números con las minorías, especialmente los latinos y los afroamericanos.

En el Estado clave de Florida, el importantísimo voto latino está prácticamente empatado. En 2016, Hillary Clinton obtuvo el 62% de la población latina en Florida, ahora Biden ronda el 50%.

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Los eventos

El presidente Trump cierra su campaña con un nivel de energía difícil de comprender para un hombre de 74 años de edad recuperado hace sólo dos semanas de COVID-19, haciendo múltiples eventos multitudinarios todos los días sin parar
Trump completó un impensado total de 17 eventos políticos sus últimos 4 días de campaña, en una operación logística sin precedentes que abarca distancias enormes a lo largo y ancho de los Estados Unidos, haciendo apariciones en Estados como Florida, Pensilvania, Georgia, Michigan y Arizona, entre muchos otros más. 
Los eventos políticos, denominados "rally" en Estados Unidos, tuvieron una asistencia masiva de simpatizantes, solo semejables a recitales de rock
En uno de los rally en Pensilvania, se contaron hasta 57.000 personas asistiendo al evento. En perspectiva, exactamente la capacidad del estadio mundialista Mario Alberto Kempes, el segundo más grande de Argentina.

Con el ex-vicepresidente Biden ocurre todo lo contrario: hace muy pocos eventos, y cuando los hace, asiste muy poca gente. Su estrategia se basa en simplemente esperar a que llegue el día de la elección en su casa en Delaware sin hacer muchas apariciones públicas, contando más en el voto anti-Trump que en favor suyo. 

Incluso con la ayuda del ex presidente Barack Obama, los eventos de campaña de Joe Biden muestran una realidad totalmente distinta. La asistencia es bajísima y, en cuanto al entusiasmo de la gente, no hay comparación alguna. 

La excusa de la campaña demócrata es que todo se debe a que ellos toman medidas de precaución por el coronavirus y por ello evitan las grandes concentraciones, pero resulta claro que la diferencia entre ambas campañas es abismal y se confirma lo que es el verdadero objeto de esta elección: un referéndum para aprobar o no la continuidad de Trump en el poder.

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El voto temprano 

Por ocurrir en medio de una pandemia global, un altísimo porcentaje de votos fueron emitidos antes del día de la elección. La mayoría por correo y otros en urnas electorales presenciales. 

Este año, hay una marcada tendencia de los votantes demócratas a votar por correo y de los votantes republicanos a votar en persona el día de las elecciones. Mientras los votantes demócratas ya salieron a votar en masa los días anteriores utilizando esta modalidad, la mayoría de los republicanos lo harán el 3 de noviembre en las urnas de manera física. 

Para el domingo ya se habían emitido más de 93 millones de votos, un número que rompe cualquier récord previo. Si bien es difícil analizar con certeza el voto temprano, en cuanto a las registraciones de nuevos votantes en los últimos 4 años hay signos positivos para el presidente Trump.

En Florida, por ejemplo, la ventaja del Partido Demócrata sobre el Republicano en cuanto a la registración de votantes pasó de 327.483 en 2016, cuando el presidente triunfó en el Estado sureño, a menos de 95.000

"Voté por un tipo que se llama Donald Trump" dijo el presidente tras emitir su voto temprano en el estado de Florida.

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Una posible batalla legal

La modalidad de voto por correo impulsada por los Demócratas añade una cuota escepticismo e incertidumbre que puede llegar a perjudicar gravemente al sistema electoral estadounidense. 

Gracias a la Corte Suprema de los Estados Unidos, algunos Estados clave, como Carolina del Norte o Pensilvania, pueden recibir boletas de voto por correo hasta 9 días después del día de la elección, lo que puede generar un caos en el recuento de votos los días posteriores y un terreno fértil para la alteración de los mismos en beneficio de los partidos.  

Debido a esto, los asesores de Biden han preparado una verdadera maquinaria legal a lo largo y ancho del país, que incluye hasta a 4.000 abogados distribuidos por el territorio, para impugnar una eventual victoria del presidente Trump en las urnas en caso de que la elección sea ajustada.

De todos modos, Trump tampoco se quedó atrás y también está preparando su equipos de abogados para evitar un posible fraude demócrata, por lo que se deduce que será una larga y frenética noche electoral.

Trump además cuenta ahora con una mayoría en la Corte Suprema, con la que no contaba en la última decisión del Tribunal, por lo que si se judicializa la elección y se llega a la última instancia, éste le daría indudablemente la ventaja al candidato republicano.

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Estados Unidos

El Pentágono de Biden anunció el envío a Ucrania de un nuevo paquete de ayuda militar por US$ 6.000 millones

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El jefe del Pentágono afirmó que esta es la asistencia “más grande” que Washington ha anunciado “hasta la fecha”, superando toda la ayuda que dio Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial.

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, anunció este viernes que se enviará otro paquete de ayuda militar por US$ 6.000 millones para Ucrania, aumentando el acceso del gobierno de Kiev a misiles Patriot y drones que permitan responder a los avances rusos en el frente oriental.

Austin hizo este anuncio en una rueda de prensa al cierre de una reunión del grupo de Ramstein, en el que Estados Unidos confirmó que los primeros US$ 1.000 millones de nueva ayuda militar a Ucrania están en camino.

El jefe del Pentágono confirmó que Estados Unidos enviará con carácter de urgencia a Ucrania munición para baterías HIMARS, que permite atacar posiciones rusas lejos del frente, munición de artillería avanzada de 155 milímetros y sistemas de defensa aérea en vehículos blindados.

Estoy encantado de poder anunciar un compromiso adicional de USD 6.000 millones para la iniciativa de asistencia de seguridad de Ucrania. Eso nos va a permitir procurar nuevas capacidades para Ucrania por parte de la industria estadounidense”, dijo Austin, y aseguró que este es el paquete de asistencia “más grande” que Washington ha anunciado “hasta la fecha”.

Esa nueva ayuda militar incluirá baterías de misiles Patriot y defensas tierra-aire, más sistema de defensa contra drones y “un monto significante de munición de artillería, municiones aire-tierra y apoyo de mantenimiento”, indicó Austin.

Según el jefe del Pentágono, la ayuda de los miembros del grupo de Ramstein “ha salvado incontables vidas ucranianas” con compromisos que rondan ya los US$ 95.000 millones y la coalición de estos 50 países se mantiene “fuerte” en su apoyo a Kiev.

Austin también dijo que el grupo trabaja en crear un Ejército ucraniano “autosuficiente” y capaz de contener a Rusia en el largo plazo.

El resultado en Ucrania determinará la trayectoria de nuestros días. Si (Vladimir) Putin permanece y gana en Ucrania las consecuencias serán graves y globales”, aseguró Austin.

Los anuncios hoy de nueva ayuda militar a Ucrania llegan después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, firmara esta semana un ley para dar progresivamente a Ucrania US$ 61.000 millones en asistencia militar y préstamos durante el año.

Estados Unidos ya proporcionó decenas de miles de millones de dólares en ayuda militar a Kiev desde que Rusia anunció el inicio de su invasión a territorio ucraniano el 24 de febrero de 2022.

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Estados Unidos

La Justicia de Arizona, controlada por los demócratas, imputó y busca arrestar a todo el equipo de asesores de Trump

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Los demócratas hacen otro ataque contra la oposición y ahora buscan poner tras las rejas a todo el equipo que trabaja asesorando al expresidente republicano en su campaña presidencial.

La Justicia de Arizona imputó este jueves a varios aliados importantes del expresidente Donald Trump, incluido el exabogado de Trump y exalcalde de la ciudad de Nueva York, Rudy Giuliani, la expresidente del Partido Republicano de Arizona, Kelli Ward, y el exjefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, por denunciar que las elecciones del año 2020 fueron fraudulentas.

Junto con Ward, Meadows y Giuliani, la ex abogada de Trump Jenna Ellis y el ex asesor de campaña de Trump Boris Epshteyn, junto con varios miembros del Partido Republicano de Arizona, fueron imputados también, según publicó esta mañana el Washington Post .

Meadows, Giuliani, Ellis y Epshteyn fueron imputados por supuestamente intentar ayudar a Trump a recuperar los votos electorales de Arizona en las elecciones presidenciales de 2020, luego de que se comprobara que los demócratas habían robado votos por correo y la Legislatura votara que le darían los votos electorales a Trump si así la Justicia lo decidía.

Por su parte, Ward y los senadores del estado de Arizona, Jake Hoffman y Anthony Kern, también fueron acusados ​​de cargos por haber firmado documentos el 14 de diciembre de 2020, certificando que Trump era el ganador de las elecciones.

La acusación de varios aliados de Trump y miembros del Partido Republicano de Arizona se produce mientras una encuesta de Bloomberg News/Morning Consult realizada entre el 8 y el 15 de abril encontró que el presidente Joe Biden está detrás de Trump en varios estados clave como Arizona, Georgia, Nevada y Carolina del Norte por seis o más puntos.

En Arizona, Trump lideró por siete puntos, recibiendo el 49 por ciento del apoyo de los votantes que indicaron que votarían por él, mientras que Biden recibió el 42 por ciento.

Los once republicanos de Arizona son:

  • Kelli Ward, ex presidenta del Partido Republicano en Arizona, y su esposo, Michael Ward.
  • Senador del estado de Arizona Jake Hoffman
  • Senador del estado de Arizona Anthony Kern
  • Tyler Bowyer, director de operaciones de Turning Point USA
  • Nancy Cottle
  • James Lamon
  • Roberto Montgomery
  • Samuel Moorhead
  • Lorena Pellegrino
  • Gregorio Safsten

Los aliados de Trump que supuestamente fueron acusados ​​incluyen a Mark Meadows, Jenna Ellis, Rudy Giuliani, John Eastman, Christina Bobb, ex abogada de Trump, Boris Epshteyn y Mike Roman, ex asistente de campaña de Trump, según el Washington Post .

La decisión judicial fue en respuesta a un pedido directo del Fiscal General de Arizona, el ultra-demócrata Kris Mayes, y es la última de una serie de esfuerzos por utilizar el sistema legal para perseguir a los conservadores y republicanos aliados de Trump.

En julio de 2023, la fiscal general de Michigan, Dana Nesselacusó a 16 “falsos electores” de ocho delitos graves, entre ellos conspiración y falsificación de leyes electorales, por su presunto papel en el intento de disputar los resultados de las elecciones presidenciales de 2020.

Meses después, en diciembre de 2023, la Justicia de Nevada imputó a varios miembros importantes del Partido Republicano del estado, acusados ​​de falsificar y presentar documentos falsos en relación con el complot de los “falsos electores”.

La acusación de varios de los principales aliados del expresidente y varios miembros del Partido Republicano de Arizona se produce mientras Trump se encuentra actualmente en juicio y enfrenta 34 cargos de presunta falsificación de registros comerciales en primer grado en relación con los pagos realizados a la estrella porno Stormy Daniels durante las elecciones presidenciales de 2016.

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Economía

Crisis fiscal en Estados Unidos: Las “Bidenomics” desataron un déficit por casi 2 billones de dólares al término de marzo

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Pese a que la economía estadounidense sigue creciendo, el Gobierno federal incurrió en un déficit histórico. y se está endeudando a un ritmo únicamente visto durante las grandes recesiones y en las guerras mundiales del siglo pasado. La trayectoria fiscal trazada por Biden es abiertamente insostenible.

Las políticas del Presidente Joe Biden provocaron el agujero fiscal más grande de la historia de los Estados Unidos en tiempos de paz. La visión económica del Gobierno cayó bajo la influencia del Caucus Progresista dentro del Partido Demócrata, la facción más radicalizada hacia la izquierda dentro del Congreso estadounidense.

La actividad económica del país logró recuperarse de la pandemia y continuó con su sendero de crecimiento, pero a pesar de esta muy esperable normalización, el Gobierno federal incurrió en un desequilibrio fiscal histórico que ascendió a los US$ 1,66 billones de dólares al término de marzo.

De hecho, el déficit financiero había llegado incluso a los US$ 8,36 billones en julio del año pasado, como resultado del amplio programa de rescates para préstamos estudiantiles que impulsó el Presidente Biden.

El Partido Demócrata que alguna vez había patrocinado los superávits presupuestarios de la era Clinton, ahora respalda a capa y espada los déficits más irresponsables que nunca se hayan visto en Estados Unidos.

La economía se normalizó una vez superada la pandemia, pero la posición fiscal del Estado jamás lo hizo. El resultado financiero del Gobierno federal representaba el 4,8% del PBI en febrero de 2020, mientras que hoy en día esa cifra se acerca a los 6 puntos del producto. Este brutal incremento se explica principalmente por el mayor peso de los intereses de deuda, que ya son los más altos desde mediados de la década del 90.

Para compensar esta brecha sin precedentes, el Gobierno federal se está endeudando a un ritmo similar al que cabría esperar durante la salida de una recesión o la ejecución de una guerra de grandes proporciones, pero como es bien sabido ninguno de estos escenarios es precisamente el caso. En caso de que la economía entrase en recesión en un futuro cercano, el Gobierno carece de mayor margen fiscal para actuar en consecuencia.

El total de la recaudación por impuestos federales (y otros ingresos por rentas) sólo alcanza a cubrir hasta el 73% de los gastos federales incurridos. El 27% restante se está compensando por la vía del endeudamiento, principalmente con instituciones locales o en el exterior.

Hasta ahora la Reserva Federal se mantuvo al margen de expandir su financiamiento al Tesoro por la vía de la compra de títulos públicos (como lo hizo durante la pandemia en 2020), pero eventualmente el Gobierno federal no puede quebrar, y cualquier tipo de incumplimiento vendría asociado a un latente inflacionario.

La proporción de crédito doméstico absorbido por el Gobierno federal se incrementa, y lo que es lo mismo, se reduce la cantidad de recursos disponibles para prestar a las empresas privadas o a las familias (por ejemplo el crédito hipotecario). Esto se ve reflejado por un piso de tasas de interés cada vez más elevado.

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