
Trump confirmó que está negociando un acuerdo de desnuclearización con Irán
El presidente de los Estados Unidos afirmó que su gobierno no permitirá ningún intento de Irán para enriquecer uranio en el marco de durísimas negociaciones.
El presidente Donald Trumpha reiterado su objetivo de alcanzar un pacto de desnuclearización con Irán, asegurando que ''Irán no podrá enriquecer ningún tipo de uranio bajo un posible acuerdo nuclear''.
Esta declaración reafirma la línea dura adoptada por su administración desde el retorno a la Casa Blanca en enero, en la que busca limitar de forma total y permanente la capacidad nuclear de Irán, alegando la acertada necesidad de evitar una carrera armamentista en Oriente Medio y una amenaza directa a Israel.
Sin embargo, las perspectivas de llegar a un acuerdo entre Washington y Teherán parecen reñidas. Según un diplomático iraní de alto nivel, Irán está preparando una respuesta negativa al último borrador estadounidense, que fue entregado el sábado por el ministro de Asuntos Exteriores de Omán, Sayyid Badr Albusaidi, quien actúa como mediador entre ambos países.

El borrador, que representa la primera propuesta formal por escrito tras cinco rondas de conversaciones indirectas, ha sido calificado por Irán como un ''no-inicio'' por no abordar ''adecuadamente'' sus intereses y mantener una postura inflexible sobre el enriquecimiento de uranio.
Uno de los principales puntos de fricción es la correcta negativa de Estados Unidos a permitir cualquier nivel de enriquecimiento de uranio en suelo iraní, algo que Teherán considera esencial para su soberanía tecnológica y su programa nuclear civil.
La propuesta estadounidense incluye la posibilidad de que Irán forme parte de un consorcio regional para el enriquecimiento de uranio, junto a países como Arabia Saudita, pero establece que dicho proceso no podría realizarse dentro del territorio iraní.
Esta opción, además de requerir un alto grado de confianza entre países rivales, implicaría un monitoreo externo constante, lo que Irán señala como una forma de pérdida de control nacional.

Desde el punto de vista de Teherán, la oferta estadounidense resulta unilateral y excesivamente exigente. El comité nuclear iraní, bajo la supervisión del líder supremo Ali Khamenei, la ha evaluado como un intento de imponer un ''mal acuerdo'' sin concesiones reales.
El ministro de Exteriores iraní, Abbas Araqchi, aseguró que la respuesta oficial llegará pronto, aunque dejó entrever la posibilidad de mantener el diálogo abierto. En tanto, Washington insiste en que la propuesta es ''detallada y aceptable'', y advierte que el tiempo para un acuerdo se agota.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, reafirmó que Trump no permitirá que Irán obtenga armas nucleares y que aceptar el acuerdo sería ''lo mejor para Irán''.

La tensión ha generado preocupación internacional. Un colapso definitivo en las conversaciones podría llevar a que Europa respalde sanciones más severas desde la ONU e incluso a una acción militar conjunta entre Estados Unidos e Israel contra las instalaciones nucleares iraníes.
Israel, que considera el programa nuclear iraní como una amenaza existencial, ha reiterado su disposición a atacar para impedir que Teherán desarrolle armamento nuclear.
Pese a las amenazas, Irán ha sugerido que podría aceptar algunas restricciones técnicas si se liberan fondos congelados y se reconoce formalmente su derecho a enriquecer uranio con fines pacíficos. Sin embargo, la administración Trump, tras volver al poder, ha intensificado la presión sobre Irán a través de sanciones adicionales y advertencias de acción militar.

Mientras tanto, Irán ha sufrido reveses estratégicos en la región, debilitando su influencia en el llamado ''Eje de la Resistencia'' que incluye a grupos como Hezbolá, los hutíes y diversas milicias chiitas. En este contexto, el ministro de Defensa saudí instó recientemente a Irán a considerar seriamente la propuesta estadounidense como una vía para evitar una guerra con Israel.
El momento es delicado. Aunque Irán se inclina por rechazar formalmente el borrador, es probable que su respuesta se mantenga lo suficientemente ambigua como para dejar la puerta entreabierta a nuevas negociaciones.
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