Seguinos en redes

Cuba

Cuba despenaliza el dólar en un último intento para salir de la pobreza comunista

El régimen, desesperado por la crisis económica, decidió abandonar la retorica contra la moneda estadounidense y finalmente eliminará los impuestos a la conversión de dólares. Mientras tanto, los rublos, yuanes y bolívares ya no son casi aceptados en los bancos del país.

Publicado

en

Después de tanto años combatiendo las monedas extranjeras, el régimen cubano finalmente ha decidido eliminar el impuesto del 10% al dólar estadounidense y oficializó su uso para la venta de algunos alimentos, en momentos en que necesita divisas para enfrentar la crisis generada por la pandemia de coronavirus. 


El ministro de Economía de la dictadura, Alejandro Gil, informó a través de los medios estatales que la medida sirve para mantener el alto costo de la oferta en las tiendas en CUP (peso cubano) y CUC (peso cubano convertible), a su vez, se busca evitar que las divisas se vayan del país y poder reutilizarlas, ante la falta de dinero en la isla, provocada por las nefastas políticas socialistas aplicadas desde la llegada del dictador Fidel Castro al poder en 1959. 
Desde antes de la dictadura castrista, la isla caribeña había sido la cuna de la competencia de monedas, donde convivía el dólar americano, la peceta española y el franco francés, todos libres de cualquier control gubernamental. Pero con la llegada de los Castro, las monedas extranjeras fueron ilegalizadas y se le quiso dar una enorme importancia al CUP, o peso cubano.
Pero en el año 1993, la dictadura de Fidel Castro había decidido abandonar su retórica beligerante contra la moneda del "enemigo", en un afán de resucitar la economía del país y dejar de aprehender a los ciudadanos que la usaban clandestinamente. Además, sirvió como un sinceramiento, ya que la clase política cubana usada el dolar estadounidense de manera indiscriminada.
En 1994, con el objetivo de tener un mayor control de la divisa norteamericana, Castro lanzó el CUC, moneda convertible 1 a 1 directamente con el dólar, como había implementado la Argentina en esos años. Por lo que, para ese entonces, circulaban legalmente el CUP, el CUC y el USD.
Sin embargo, la situación cambió en el año 2004, cuando el gobierno de Bush recrudeció las relaciones con el régimen cubano y Fidel Castro decidió, en represalia contra Estados Unidos, devaluar el CUC un 10%, y volvió a prohibir la circulación del dólar, aunque lo único que logró fue dañar económicamente a su población.
En 2011, en el marco de la reapertura de negociaciones con el gobierno de Obama, la dictadura decidió volver a permitir la circulación del dólar, al menos en la teoría, porque conservó el impuesto del 10% y varios ciudadanos aseguran que los bancos del régimen los obligan a extraer en CUC lo que ellos depositan en dólares, con la excusa de que no existe liquidez.
Ahora, sin ningún tipo de comunicación con el gobierno de Trump pero sumidos en una crisis económica, generada por sus propias políticas comunistas pero exacerbada por la pandemia, el dictador Díaz-Canel, que fue puesto a dedo por los Castro para que tome las medidas impopulares, decidió eliminar este impuesto y, por lo menos, los cubanos podrán volver a un verdadero 1 a 1 entre CUC y USD.

Ad

Un militar retirado asegura que la estrategia de fondo consiste en captar dólares de los ciudadanos para financiar movimientos desestabilizadores en la región, además de pagar la deuda externa o invertirlo en la construcción de hoteles en el país

Otra de las quejas es que el régimen paga a sus empleados públicos en CUC, generando problemas para este grupo, ya que el salario no alcanza para llevar una vida digna en el país. Aseguran que la estrategia de apertura de tiendas, cuyos precios son en dólares, benefician solo a los turistas y a un grupo privilegiado del país:

“Le hemos preguntado al sindicato y al partido si el estímulo en pesos convertibles nos las pagarían en dólares. Dijeron que no. ¿Para qué queremos ahora los CUC si solo sirven para comprar, después de hacer una cola tremenda, un paquete de pollo y dos de salchichas? Para eso hemos quedado. Somos ciudadanos de tercera clase”

El grupo privilegiado al cual se refiere es la cúpula militar que sostiene al régimen. Una investigación reveló que dicho grupo utiliza una tarjeta de RED (emitida por los bancos del país) que les permite canjear cualquier cantidad de CUC por la misma cantidad de dólares, demostrando una vez más la doble cara del régimen, que ha asegurado durante todo este tiempo que en el país nadie tendría privilegios. 

El CUC, moneda sustituta al dólar. 

Ad

Rublos, Yuanes y Bolívares: las monedas sorprendentemente rechazadas por el régimen

A pesar de que el régimen socialista tiene estrechas relaciones con China, Rusia y Venezuela, en los bancos estatales del país, las monedas de estos tres países son rechazadas.
Según una investigación del portal 14ymedio, están excluidas de las divisas que pueden depositarse en las cuentas bancarias cuyas tarjetas magnéticas funcionan en los comercios estatales que venden alimentos y productos de aseo en moneda libremente convertible (MLC).

En el listado del Banco Central del país aparecen los dólares estadounidenses, euros, libras esterlinas, dólares canadienses, francos suizos, pesos mexicanos, coronas danesas, coronas noruegas, coronas suecas y yenes japoneses.  Monedas que no son de países aliados de Cuba. 

Los ciudadanos de la isla se han mostrado indignados con esta situación.

"Me quedé con algunos por si podía volver a Rusia tener para el taxi del aeropuerto y para la primera noche. Pero como no volví, ahora quería depositarlos y comprar algunas cosas para la bebita que nos acaba de nacer a mi esposa y a mí. Nada más le dije que eran rublos, y casi que me miró con cara de asco y me dijo que de eso nada, que solo monedas de Canadá, Estados Unidos y Europa, países con monedas fuertes"

Otros ciudadanos calificaron la medida como una estafa y un acto demencial, ya que a ellos solo les permiten extraer sus divisas en CUC.

Ad

La medida no es más que otra estrategia del régimen para cautivar a los cubanos en el exterior, quienes envían sus remesas en dólares a sus familias. La generación de riqueza necesaria para la compra de bienes y servicios no está relacionada con el trabajo, el esfuerzo o el desempeño individual de cada cubano, sino que el de sus familiares o amigos que huyeron del país, que envían dólares al país que se los queda el régimen y a cambio solo entrega papel inservible con la firma de la dictadura.

El régimen cubano expropia estas remesas, favoreciendo a la cúpula castrista, que vive rodeada de lujos en un país donde miles de cubanos hacen filas para comprar hasta los alimentos más básicos.

Lo peor de todo es que el Partido Comunista de Cuba, una vez más, pretende vender estas medidas como la solución al problema, cuando en realidad la única solución posible es que abandonen las instituciones que han secuestrado y destruido por 61 años al país, y den paso a la democracia y a la libertad.

Haga clic para comentar

Usted debe estar conectado para publicar un comentario Inicio de sesión

Deja una Respuesta

Cuba

Masivas protestas contra la dictadura comunista en Cuba: En medio de la escasez de alimentos y los apagones, los cubanos salen a las calles

Publicado

en

Cuba enfrenta una de las peores crisis de su historia con apagones, escasez de alimentos y protestas. La población exige cambios y la dictadura de Miguel Díaz-Canel reprime.

Desde el estallido de la pandemia, China atraviesa una dura crisis económica. Las interminables cuarentenas en el gigante asiático derrumbaron la economía y obligaron al dictador Xi Jinping a empezar a restringir las ayudas a otros países comunistas a lo largo de todo el mundo.

En la volteada cayó Cuba, cuya economía es inexistente y el abastecimiento de todos sus bienes y servicios dependen exclusivamente de la ayuda de otros países, principalmente de China. Entre 2020 y la fecha, Cuba atraviesa una crisis idéntica a la que sufrió cuando colapsó la Unión Soviética, la otra gran potencia que sostenía su economía en los 90s.

En este contexto, el régimen cubano atraviesa la total escasez de alimentos básicos, lo que llevó a que se vea obligado a recurrir de manera urgente a las Naciones Unidas para solicitar a través del Programa Mundial de Alimentos el envío de 144 toneladas métricas de leche en polvo a la isla.

Desde la Revolución hasta la actualidad, siempre Cuba ha tenido etapas sin comida ni bienes básicos. Sin embargo, resulta de vital importancia enfatizar que es la primera vez que la dictadura solicita alimentos a la ONU, lo que evidencia la gravedad de la crisis. En este momento, la comunidad internacional se encuentra pagando los platos rotos de las nefastas políticas cubanas.

Los problemas se han agudizado en los últimos días, con apagones masivos de electricidad que han durado hasta 13 horas diarias. Adicionalmente, el régimen ha optado por realizar cortes totales en los servicios de internet y de comunicación, con el fin de impedir la difusión de información sobre la situación atraviesa la isla.

Por otra parte, la escasez de alimentos y agua continúan sin solución. Y la falta de combustibles ha provocado un aumento de su precio cercano al 500% en febrero, lo cual agudiza aún más la crisis. La problemática económica es total, lo que vuelve a poner de manifiesto el fracaso de la aplicación de políticas socialistas.

Como consecuencia de estos eventos, la sociedad cubana se ha levantado en protestas masivas, mostrando una vez más su descontento y desconformidad con el régimen. Se han utilizado consignas como “corriente y comida” y se han gritado frases como “¡tenemos hambre!”.

En este sentido, las imágenes y videos de las más marchas se han difundido ampliamente a través de las redes sociales, dotando de una mayor visibilidad a las demandas: cientos de personas unidas en distintos puntos del país, luchando para que su situación económica mejore.

Como en toda dictadura, el régimen intenta tapar la situación y no hablar del tema. Hasta el momento, la única respuesta que obtuvo la población fue por parte de la Secretaria del Partido Comunista en la provincia de Santiago, quien, en una situación un tanto peculiar, subió a la azotea de una casa para prometer a los manifestantes la pronta llegada de arroz, azúcar y leche.

En pleno descenso a la edad de piedra, el dictador Diaz-Canel ha ordenado la represión de las manifestaciones e incluso la realización de detenciones arbitrarias, medidas que seguramente vayan en aumento si las protestas continúan.

Por otro lado, la confrontación está al orden del día. Diaz-Canel, mediante un comunicado por X, expresó que no se cansarán de “pelear contra el #BloqueGenocida ni de explicarle al pueblo las causas de los problemas”.

En dicho comunicado, como de costumbre, vuelven a amparase en la excusa del bloqueo estadounidense, el cual, por definición, es un embargo y que verdaderamente no puede explicar la multiplicidad de problemas extremos que se viven en la isla.

Además, como señala Juan Ramon Rallo, si esto fuera cierto “¿no es el mayor reconocimiento posible a la tesis de que el libre comercio enriquece?” Si dicen que son pobres por la falta de libre comercio, ¿no están admitiendo que su modelo socialista no funciona?

Como si esto fuera poco, la hipocresía del gobierno escala a tal nivel que, a modo de solución de la problemática, la Cancillería cubana convocó al encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos en La Habana para “protestar por la conducta injerencista de su gobierno”.

La situación futura es incierta. Quizás estos levantamientos sean nuevamente un zumbido en la larga historia de una dictadura que llegó hace siete décadas y no está cerca de dejar de serlo. O, por el contrario, tal vez estos eventos representan verdaderamente el primer paso hacia un cambio profundo y verdadero que se avecina en la isla.


Por Frank Maier, para La Derecha Diario.

Seguir Leyendo

Cuba

Miseria comunista en Cuba: La dictadura estableció apagones programados de hasta 12 horas por día mientras crece el desabastecimiento

Publicado

en

La economía comunista de la isla experimenta un nuevo e histórico declive como no se veía desde la caída de la Unión Soviética en la década de 1990. El país sufre de escasez de alimentos, electricidad y combustible, mientras que la inflación es la más alta de los últimos años.

El modelo económico socialista que impera en Cuba atraviesa una nueva fase de colapso, similar a la que aconteció durante el “período especial” en la década de 1990. La dictadura de Miguel Díaz-Canel dejó de publicar estadísticas sobre la evolución del PBI trimestral, pero las consecuencias de la crisis ya son imposibles de ocultar.

La isla-cárcel sufre la crisis energética más aguda de los últimos 30 años. Los servicios de producción y distribución eléctrica a cargo del Gobierno se encuentran en un estado verdaderamente deplorable, tras acumular años de descapitalización.

La dictadura estableció apagones programados a lo largo y ancho de la isla, con una duración que oscila entre las 6 y las 12 horas por día. La represión del consumo eléctrico fue la única respuesta que encontró el régimen para tratar de contener la dramática escasez de energía.

Asimismo, se tomó la decisión de quitar la energía a por lo menos el 74% del alumbrado público en todo el país, convirtiendo a Cuba en un espectáculo grotesco a los ojos de los ciudadanos. La producción energética del Estado sufrió un fuerte colapso, y ya no es capaz de poder abastecer exitosamente a la demanda interna.

La compañía estatal cubana Unión Eléctrica (UNE) anunció apagones simultáneos sobre el 32% del territorio de la isla, principalmente focalizados en el horario de tarde-noche debido a que en esta franja la demanda eléctrica aumenta estacionalmente.

Paralelamente, el recrudecimiento de la inflación y la represión cambiaria provocaron efectos corrosivos sobre el acceso al comercio exterior. La importación de combustible durante los primeros meses de 2024 fue de tan solo un 46% de lo que estaba previsto. 

El estricto control sobre la entrada y salida de divisas (cepo cambiario), y el descomunal desequilibrio monetario al que incurrió el régimen, llevaron a la escasez de divisas y por lo tanto a la anemia de las importaciones.

Paralelamente, la crisis alimentaria se abre paso a medida que el sistema económico socialista se desmorona. La dictadura debió admitir públicamente la escasez de harina para elaborar una serie de productos de la canasta básica alimentaria, y esta situación se extiende a una amplia gama de productos.

Seguir Leyendo

Cuba

Cuba lanza el ajuste más grande de su historia, con aumentos de hasta 200%: "Ajustar no es neoliberal"

Publicado

en

El Gobierno comunista también decretó un violento recorte sobre los subsidios universales a la canasta básica, por lo que miles de familias dejarán de acceder tan siquiera a una mínima gama de productos para sobrevivir.

La dictadura comunista de Miguel Díaz-Canel volvió a implementar un severo ajuste salvaje contra la población, en un intento desesperado por sostener un sistema económico que se encuentra ampliamente agotado

Las finanzas públicas se desequilibraron completamente en los últimos años, y la única fuente de financiamiento fue la emisión de pesos sin respaldo. Dentro del régimen socialista, en donde los precios son severamente reprimidos, esto condujo a una situación de desabastecimiento en bienes y servicios básicos a lo largo de toda la isla.

La dictadura resolvió un aumento del 25% sobre las tarifas de electricidad (principalmente sobre el sector residencial) y sobre el precio de los combustibles. Asimismo, las tarifas de distribución de agua tendrán un aumento del 200%, por lo que el costo de este servicio se verá triplicado para la amplia mayoría de los hogares en el país.

De no afrontar estos aumentos, el sobrante monetario habría conducido a la desaparición total de estos servicios. Pero las drásticas subas solamente ralentizan o postergan los problemas hacia adelante, ya que las causas detrás del sobrante monetario siguen inalteradas. 

El Gobierno mantiene una estructura de gastos verdaderamente colosal, que alcanzan a superar el 60% del PBI. Al mismo tiempo, se estima que el déficit presupuestario para el año 2023 habría superado el 15% de PBI, y constituye un récord como no se veía desde la pandemia en 2020 o durante el “período especial” que le siguió a la caída de la Unión Soviética.

Díaz-Canel resolvió una fuerte quita de subsidios para la canasta básica de alimentos. Este es un medio indispensable para que miles de familias puedan comer en la isla, ya que los precios “oficiales” en las tiendas del Estado reflejan góndolas vacías, y para acceder a una cantidad adecuada de insumos y alimentos es necesario comprar en el mercado negro a precios exorbitantes.

La izquierda trotskista en Argentina cuestionó severamente al ajuste fiscal emprendido por el Presidente Javier Milei (un camino convalidado por la voluntad popular), pero el ajuste de Milei contempló una fuerte expansión de las partidas sociales y de los subsidios alimentarios para los estratos más humildes de la población.

Muy por el contrario, el ajuste que lleva adelante el socialismo en Cuba se deposita completamente sobre el esfuerzo de los sectores más vulnerables, despojándolos de alimentos básicos para la subsistencia y sometiendolos a fuertes actualizaciones tarifarias que no garantizan el fin del desabastecimiento por mucho tiempo.

La crisis económica es tan intensa que el régimen dejó de publicar estadísticas oficiales trimestrales sobre la evolución del PBI a partir de junio del año pasado. La tasa de inflación interanual ronda el 30%, los precios suben a razón del 2% por mes, y la brecha cambiaria entre el dólar paralelo y el CUP oficial supera el 127%.

Seguir Leyendo

Tendencias