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Venezuela

La ruta del oro chavista

Así funciona la red de tráfico de oro venezolano, desde las minas ilegales en Bolívar hasta los bolsillos de los más altos funcionarios de España. Cercado por las sanciones y por una crisis económica sin precedentes, Maduro depende del oro para salvar a su dictadura.

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Reportaje por Karina Mariani en exclusiva para La Derecha Diario.

Los precipitados eventos que rodean la epidemia mundial de COVID-19 han logrado opacar uno de los escándalos del año, que posiblemente sea la pista del salvoconducto que tenga la dictadura de Maduro para cuando el gobierno caiga: el tráfico de oro.

Episodio 1: Los viajes de Delcy

Aviones, valijas con dinero, oro en aeropuertos, tienen una erótica irrefrenable para el chavismo internacional. Difícil seguir y más difícil entender qué es lo que la narcodictadura está planeando, pero los eventos del madurismo etéreo no dejan de ser fascinantes. 

A los hechos:

La vicepresidente de Venezuela, Delcy Rodríguez, llegó al aeropuerto de Barajas el pasado 20 de enero con 40 valijas en la bodega del avión fletado por Sky Valet. El equipaje se cargó a pie de pista en un vehículo de la embajada venezolana en España, con su correspondiente patente diplomática, y salió del aeropuerto sin pasar ningún control de seguridad.

Este vuelo de Delcy Rodríguez formaría parte de la llamada "ruta del oro venezolano", mecanismo por el cual el oro de Venezuela se estaría fundiendo en Turquía. Esta “ruta del oro venezolano” hace referencia al trayecto que presuntamente realizan altos funcionarios del gobierno de Maduro para sacar este metal precioso del devastado país sudamericano. Dichas rutas han sido detalladas en la lista de The Office of Foreign Assets Control (OFAC), dependiente del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos para el lavado de activos y el tráfico irregular de oro. 

Los funcionarios venezolanos volarían desde Venezuela hasta Turquía para después distribuir el oro y los activos resultantes entre Rusia, Jordania, Islas Seychelles, entre otros. 

Si el vuelo de Delcy Rodríguez contenía en su interior lingotes de oro cuyo destino final era Turquía. ¿Cuál era el propósito? Podría ser marcarlos allí para poder venderlos en el extranjero con mayor facilidad, saltándose las sanciones internacionales y borrando su origen ilegal, ya que está siendo extraído como canal de financiación alternativo junto al narcotráfico. La versión coincide con la denuncia realizada por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos y por la organización Transparencia Internacional Venezuela que sostienen que la mayor parte del oro venezolano sale en forma de contrabando para el lucro de altos cargos chavistas; el pago de salarios en negro a los servicios en el exterior, avales y propaganda en la Unión Europea, particularmente a altos funcionarios españoles, el hacerse con liquidez de la que carece la dictadura o el armado de un búnker en Asia por si las moscas.

Como sea, ante la presión de Estados Unidos, la principal salida del oro es la ruta Caracas-Estambul, donde el Gobierno turco refina el metal. Justamente es el mismo camino que cubría el avión privado que llevó a Madrid aquella fatídica madrugada del lunes 20 de enero a la vicepresidente de Venezuela, para verse con el ministro de Transportes español, José Luis Ábalos. Cuando se denunció el encuentro de un ministro español con la vicepresidente ejecutiva de Venezuela, se armó un enorme escándalo porque la señora tiene vetada su entrada en territorio español ya que es una de las 25 personas del régimen de Nicolás Maduro que la Unión Europea ha sancionado con la congelación de sus activos en suelo europeo y una prohibición de viajar al espacio Schengen.

El ministro español Ábalos a la izquierda, y la vicepresidente chavista, Delcy Rodríguez a la derecha.

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La dirigente chavista fue incluida en junio de 2018 en la tanda de los sancionados porque según la Unión Europea: "Las personas incluidas en la lista son responsables de violaciones de los derechos humanos y de socavar la democracia y el Estado de derecho en Venezuela".

A partir de la filtración del encuentro y del revoleo de valijas, el ministro español pasó del “yo no estuve ahí”, al “estuve y no la vi”, luego al “la vi pero no la saludé”, más tarde “la saludé un toque”, posteriormente “charlamos veinticinco minutos”, y “me reuní dentro del avión”, pero “también fuera del avión en la sala vip”. La versión más o menos, si no se modifica de nuevo, es que se vieron, estuvieron juntos una hora y a través de un teléfono solidario Delcy logró hablar y ponerle los puntos al jefe de Ábalos … 

La llamada fue confirmada por fuentes cercanas a la propia Delcy Rodríguez y por la oposición venezolana. Ábalos, le habría pasado su propio celular a la venezolana para que pudiese hablar con el presidente español, Pedro Sánchez, sin intermediarios. La conversación habría tocado tres asuntos:

–  La exigencia de Delcy Rodríguez de que Sánchez no recibiese a Juan Guaidó, con sutilezas del tipo "Si recibes a Juan Guaidó no vamos a poder avanzar", o "teníamos un acuerdo".

– La presencia de Leopoldo López en la residencia del embajador español en Caracas.

– Cómo mantener a Repsol en Venezuela, ya que la empresa petrolera española está reduciendo su exposición patrimonial en el país: pasó de 456 millones en diciembre de 2018 a 351 a finales del 2019.

La conclusión es que no sólo el chavismo hace girar oro y dinero, también se ocupa personalmente de sus relaciones con los funcionarios, diplomáticos y políticos amigos. Aparentemente gustan de recordar en vivo y en directo quién manda y a quien conviene no traicionar ni hacerse el vivo. Para lograr ese sutil objetivo no han dudado en viajar personalmente aún cuando su presencia pusiera en jaque a los gobiernos amigos. Es importante que los simpatizantes del chavismo entiendan a cara de perro que con ellos no se jode, hablando mal y pronto.

Pedro Sánchez recientemente nominó a Guaidó como "líder de la oposición" luego de las advertencias de Delcy, a pesar de que el 4 de febrero, a través de su cuenta de twitter había dicho: “Reconozco como presidente encargado de Venezuela a Juan Guaidó”. 

¿Fue Ábalos a Barajas a calmar la ira venezolana y de paso el chavismo le puso los puntos al presidente?

Episodio 2: Valijas voladoras

En el mismo tono Jorge Rodríguez, hermano de Delcy, ex-alcalde de Caracas y actual ministro de Comunicación venezolano, se apersonó en la ceremonia de asunción de Alberto Fernández a la presidencia argentina, a pesar de que figura en la lista de sancionados por el Departamento del Tesoro norteamericano, acusado de pertenecer al "círculo íntimo" de Maduro y de ayudarle a conservar su poder y consolidar su "gestión autoritaria". También el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) lo incluyó en su lista negra de 29 dirigentes chavistas con sanciones que incluyen "medidas de restricción de ingreso y tránsito de las personas incluidas, en los territorios de los estados parte del TIAR", entre ellos, la Argentina.

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Estas restricciones internacionales no amedrentaron al funcionario chavista, que voló en un avión que debió ir desde Estambul a Caracas para recoger allí a cinco altos cargos del gobierno de Maduro y trasladarlos a Buenos Aires. El régimen bolivariano optó por hacer el viaje en el Falcon 900LX matrícula TC-AKE, a pesar de que se encontraba a 9.000 kilómetros de distancia. Su presencia en Buenos Aires no pasó desapercibida para el enviado de Estados Unidos y asesor especial de Donald Trump para América Latina, Mauricio Claver-Carone, que desistió de ir a la jura del presidente argentino a raíz de este hecho.

Y hablando de similitudes deshonrosas que padecen España y Argentina en manos del chavismo y sus viajes aéreos, recordemos aquel hilarante episodio ocurrido el 4 de agosto de 2007 en Argentina. El empresario venezolano Guido Antonini Wilson, fue detenido con un maletín lleno de 790.550 dólares, en lo que habría sido una donación oculta de Hugo Chávez para promover la reelección de Cristina Fernández de Kirchner, actual vicepresidente de Argentina con nexos muy cercanos a Podemos como Juan Carlos Monedero, Íñigo Errejón o el mismo Baltasar Garzón.

En aquel entonces, el ‘Valijagate’ emparejó en escándalo al “Delcygate”, y puso contra las cuerdas a los Kirchner así como acorrala ahora a Sánchez. El caso de Antonini Wilson y su valija estremeció a la prensa latinoamericana en 2007. Los 790.550 dólares que no habían declarado a su llegada al país, fueron decomisados pero formaban parte de un cargamento mayor que eran los equipajes que llegaron en un avión contratado por la empresa Energía Argentina S.A. (ENARSA). Antonini Wilson no estaba solo, ocho pasajeros lo acompañaban, entre ellos estaba Claudio Uberti (entonces director Ejecutivo del Órgano de Control de Concesiones Viales ­OCCOVI­) y Exequiel Omar Espinosa (presidente en ese entonces de ENARSA, funcionario argentino que contrató el vuelo). 

Antonini Wilson, hombre designado para conectar financieramente al gobierno de Chávez con el de los Kirchner, allá por el 2007.

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Como en el caso de la comedia Delcy/Ábalos, Wilson fue visto en un acto en la Casa Rosada aunque las autoridades primero negaron, después dijeron que si pero poquito y luego admitieron a regañadientes. Tiempo después y ya en los Estados Unidos, Antonini Wilson prestó toda su colaboración con la justicia norteamericana, y dijo que el dinero fue enviado por Hugo Chávez con la finalidad de financiar la campaña de la entonces candidata a presidente Cristina Fernández de Kirchner.

Para mayor abundamiento, exactamente un mes después del evento que desencadenó el Delcygate, las autoridades de Aruba decomisaron una avioneta que despegó desde una carretera solitaria en las afuera de Ciudad Bolívar, en Venezuela. El decomiso se debió a que los investigadores aeronáuticos se percataron de que viajaba empleando las siglas estadounidenses N36754. Ese número corresponde a una aeronave monomotor, cuyo último vuelo fue hace más de 20 años en California, de acuerdo con registros del sitio web Flight Aware. En total, 932 kilos de oro venezolano de alta pureza, se encontraban empaquetados en valijas de lujo. En el procedimiento fueron detenidos los tres tripulantes venezolanos de la aeronave. El cargamento decomisado en Aruba tendría un valor en el mercado internacional de al menos 50 millones de dólares. Los tripulantes se encuentran en proceso de ser extraditados a Estados Unidos.

El precioso metal número atómico 79 de origen venezolano tuvo otro percance cuando un cargamento de 50 kilos, valorado en unos dos millones de euros, fue aprehendido en febrero de 2018 en el aeropuerto Reina Beatrix de Aruba después de llegar de Maracaibo. La mercancía había sido embarcada de manera clandestina por un escolta aduanero venezolano.

Episodio 3: El regreso de la Fiebre del Oro

Washington denuncia que el régimen bolivariano está sacando ilegalmente toneladas de oro del país para burlar las sanciones internacionales. Esa "ruta del oro venezolano" con Turquía se abrió en diciembre de 2018, cuando el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, visitó a Nicolás Maduro y ambos firmaron un acuerdo bilateral sobre la explotación directa del oro extraído de suelo venezolano para que Turquía lo refine. Desde el pasado octubre, la aeronave que usó Delcy Rodríguez ha realizado con frecuencia trayectos habituales del tráfico de oro venezolano. El jet privado frecuenta los aeropuertos de Turquía, Emiratos Árabes Unidos, Suiza, Rusia y Seychelles. Rodríguez es una de las políticas venezolanas que han viajado con más asiduidad a Turquía, también Tareck el Aissami, funcionario de Economía, como la persona que ha creado la estructura para vender oro a Turquía. 

El narcodictador Nicolás Maduro junto al presidente turco, Recep Erdogan.

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Transparencia Internacional Venezuela publicó en diciembre pasado un informe sobre el contrabando de oro. Mercedes de Freitas, su fundadora y directora, afirmó que "entre el 70% y 90% del oro que se extrae sale del territorio del país de manera ilegal en operaciones en las que están implicados altos funcionarios del gobierno y familiares cercanos al entorno presidencial de Maduro". De Freitas sostiene que el erario público venezolano perdió 2.700 millones de dólares hasta 2018 por el tráfico ilegal de oro. Las sanciones han proliferado en el último año y, en marzo de 2019, el Tesoro estadounidense sancionó a la estatal minera Minerven por colaborar con la explotación ilegal del oro venezolano y bloqueó todos sus bienes en Estados Unidos.

Hay que estar atentos a esto: en 2011, Chávez decretó la nacionalización de la explotación y comercialización de la industria del oro. Maduro profundizó en esa política estratégica y creó en 2016 el llamado Arco Minero del Orinoco, un descomunal territorio rico en oro y otros metales preciosos. El Banco Central de Venezuela cerró 2018 con unas 140 toneladas de oro monetario en sus reservas, el volumen más bajo en 75 años, según datos oficiales. Unas 20 toneladas dejaron de estar en manos del ente emisor en ese año, según el balance de la institución. Durante ese período, el gobierno de Maduro vendió 73 toneladas de oro a Emiratos Árabes y Turquía sin cumplir los procedimientos legales establecidos, como el permiso que debe otorgar el Parlamento, según denunció el diputado opositor Carlos Paparoni.

Del total de las reservas de oro que tiene el Banco Central venezolano, hay otras 31 toneladas, equivalentes a 1.200 millones de dólares, que están en el Banco de Inglaterra. El gobierno ha hecho gestiones para retirarlas, pero la entidad británica bloqueó esos activos, a solicitud de la Asamblea Nacional que encabeza Juan Guaidó, en enero pasado. Las ventas de los lingotes son casi la única alternativa que tiene el gobierno de Nicolás Maduro para conseguir liquidez, ante la merma de sus ingresos petroleros y el cierre de casi todas las opciones de financiamiento internacional.

Episodio 4: El oro en manos de los Pranes

A comienzos de 2018, Nicolás Maduro decía que Venezuela tenía "la cuarta mina de oro del mundo" con 54.300 millones de euros en reservas. Su ministro de Desarrollo Minero Ecológico, Víctor Cano, afirmaba que tenía un acuerdo con la minera canadiense Gold Reserve para explotar una mina con unos 52 millones de onzas troy (cerca de un millón y medio de kilos).

El madurismo nunca se ahorra papelones y el anuncio de "la cuarta mina de oro del mundo" era ni más ni menos que campaña política, que incluía la foto del presidente con lingotes de oro más el informe técnico de la Gold Reserve. Pero el bendito informe lo sacaron de la página web de la empresa y en ningún momento habla de "la cuarta mina del mundo", sólo eran cálculos preliminares y poco específicos

La propaganda del estado venezolano sobre las minas de oro que explotan para beneficiar a la dictadura.

Un repaso breve de esta tormentosa relación nos remonta a 1992, cuando el entonces presidente venezolano, Carlos Andrés Pérez, firmó un acuerdo para explotar las reservas de oro. El proyecto se llamó Brisas, estaba situado en el estado Bolívar y requirió que la empresa invirtiera 300 millones de dólares durante 17 años en exploración de tierras, desarrollo, equipos y costes de ingeniería. Pero en 2008, Chávez en uno de sus arranques comunistas, dio por terminado el contrato.

Los canadienses emprendieron una lucha en los tribunales internacionales que culminó en 2014 cuando la Corte Internacional de Arreglo de Diferencias del Banco Mundial (Ciadi) estableció que el gobierno de Venezuela tenía que compensarlos con 740,3 millones de dólares. Maduro hizo lo que sabe hacer y se negó en redondo a pagar durante dos años mientras corrían los intereses. 

Ante la presión internacional, finalmente llegaron a un acuerdo por 1.032 millones de dólares y crearon una sociedad con 55% de las acciones en manos del Estado venezolano. La sociedad se llamó Siembra Minera, y debía construir dos plantas: una pequeña en dos años, y una gran planta de explotación de oro en cuatro años, es decir, todo estaría listo para este año de 2020. En el decreto No. 2.465 de la Gaceta Oficial No. 41.000 se publicó el nacimiento de Siembra Minera, S.A conformada por la Corporación Venezolana de Minería (CVM) en representación del Estado venezolano y GR Mining Inc., en representación de la canadiense Gold Reserve. Pero el gobierno venezolano solo pagó a los canadienses 254 millones de dólares, un cuarto de lo pactado.

Para la minera las cosas se pusieron más oscuras cuando el gobierno de EEUU aprobó una Orden Ejecutiva por la cual bloqueaba todos los activos de Venezuela. Chau, final: el gobierno de Maduro no puede producir oro en cantidades industriales porque no lo puede ni extraer industrialmente ni lo puede vender en blanco, en el exterior.

Ante esta situación, las minas de oro de Venezuela han caído en manos de los grupos delincuentes que acuden al Arco Minero para extraer el oro como se hacía siglos atrás. 

El control de la “producción” está en manos de PRANES, un término que se creó en las cárceles venezolanas para referirse a los líderes criminales que las gobiernan. También hay integrantes del Ejército de Liberación Nacional (ELN), provenientes de Colombia. En 2018, el grupo guerrillero asesinó a 20 personas para tomar seis minas del municipio Guasipati. O sea, la extracción del oro venezolano actualmente se encuentra en manos de pandillas que a su vez corrompen a la policía y al ejército de la zona y se enfrentan por el control de la misma. Estas luchas pueden desembocar en decenas de muertos. 

Las reglas del "pranato", copiadas de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, rigen en las minas. Ante la primera infracción, la sanción es una paliza, la segunda vez se mutila alguna extremidad y a la tercera falta el castigo es la muerte por descuartizamiento. Pero la desesperación por obtener dinero en medio de la crisis económica ha impulsado a miles venezolanos al sur de Bolívar para practicar la minería ilegal, en estas terroríficas condiciones; también ha atraído a ex-trabajadores de las empresas de la Corporación Venezolana de Guayana. Tras el apagón de las estatales como Sidor y Venalum, hombres y mujeres optaron por tomar picos, palas y bateas y adentrarse en las minas, en lo que ha sido catalogado como una vuelta al extractivismo del siglo XIX .

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Episodio 5: El Mercadeo

Venezuela trata de vender el oro desesperadamente. The Wall Street Journal en 2019 concluyó que por lo menos 7,3 millones de toneladas de oro pasaron por el aeropuerto ugandés de Entebbe solamente, sabiendo la profusión de vuelos traficando valijas a distintos aeropuertos del mundo, se puede ver el carácter exponencial de esta situación. El ex-jefe de inteligencia, el general, Manuel Cristopher Figuera, dijo a la CNN que al final de la cadena del oro está el entorno de Maduro: "Hay compañías vinculadas al círculo familiar de Maduro que compran el oro o negocian la extracción del oro en el sur del país". "Venden una parte al banco central y la otra parte la sacan del país, sin ningún tipo de control".

El 15 de octubre de 2019, durante una reunión en el Palacio de Miraflores, el mandatario anunció que entregaría una mina de oro a cada gobernación bolivariana para financiar el presupuesto en lo que se llamó el Plan Minero Tricolor para “potenciar” no sólo la producción de oro, sino de coltán y diamantes en el Arco Minero del Orinoco. Con esto confirmó que el negocio del oro en Venezuela se convirtió en uno de los últimos bastiones que sostienen a su gobierno.

Lo que no se explicitó es cómo se haría la distribución de minas entre los gobernadores, o cuántas de las áreas contempladas en el Arco Minero del Orinoco están operativas y cuántos kilos de oro han reportado a las arcas del Banco Central de Venezuela, único responsable de tranzar con el metal. Lo que sí se sabe que el negocio aurífero al sur del país está viciado de las más ilícitas prácticas, como el contrabando del mineral aurífero y del combustible, la trata de personas y el tráfico de drogas, armas, entre otros.

Esto explica la ya descrita proliferación de los vuelos chavistas. Los eventos áuricos se suman en lo que parece ser ya, descaradamente, la última posibilidad del régimen de mantenerse en pie. Además de un mecanismo de soborno y apriete de un régimen al que no le importan más ni las formas y disimular sus operaciones, posiblemente se trate del salvoconducto que los líderes maduristas estén preparando ante la posibilidad de la caída de la dictadura venezolana.

Episodio 6: Los que están del otro lado

Para concluir, aunque este tema está lejos de llegar a su fin y será una noticia en desarrollo al menos hasta que Maduro deje el poder, el otro lado que se beneficia de la explotación del oro producido a costa del pueblo venezolano. Como ya mencionamos, la ruta del oro va hasta Turquía, donde en Estambul se vuelve a fundir el oro y se marca para la venta lícita en todo el mundo. Pero esto va más allá, y Erdogan trata de mantenerse lejos de estos negociados ya que tiene a EEUU y a la OTAN respirando en su cuello. No. El verdadero destino del oro es España, donde su venta permite generar un flujo de dinero para llenar los bolsillos de los políticos y militantes del chavismo en la península ibérica; léase Pedro Sánchez, Juan Carlos Monedero, José Luis Rodríguez Zapatero, Pablo Iglesias, Iñigo Errejón, y toda la cúpula del PSOE, Podemos y Más País.

En las manos de estos sujetos cae la sangre, el sudor, y las lágrimas de miles de venezolanos que trabajan en condiciones medievales para extraer el oro en lo que deberían ser recursos para la explotación legal que deje una mejor condición de vida y empleo honesto para Venezuela.

El Departamento de Justicia de los Estados Unidos ya identificó la conexión entre Maduro y el narcotráfico del Cartel de los Soles y las FARC, y está trazando las conexiones con los políticos españoles mencionados. ¿Cuánto tardarán en conectar el dinero de las campañas políticas de estos sociocomunistas españoles con el oro que sale del suelo venezolano?

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Venezuela

Tras la inhabilitación de Corina Machado, la oposición en Venezuela se une detrás de Edmundo Urrutia, quien enfrentará a Maduro

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De carrera diplomática, sirvió como embajador de Venezuela en Argentina entre 1998 y 2002, y fue una especie de vicecanciller durante la presidencia de Rafael Caldera.

El régimen chavista se acerca a unas elecciones claves para continuar y legitimar su sanguinaria dictadura en Venezuela. Nicolás Maduro, desesperado por la posibilidad de perder los comicios, luego de encuestas que lo ubican siendo derrotado por cualquier opositor por más de 40 puntos de diferencia, decidió tirar abajo el Acuerdo de Barbados y lanzó una campaña de inhabilitación de opositores.

En la volteada cayó la líder de la oposición, Maria Corina Machado, e incluso no se le permitió a su sucesora, Corina Yoris, a anotarse como candidata, por lo que todo indicaba que Maduro iba a presentarse sin oposición en las elecciones del 28 de julio.

Sin embargo, a último minuto antes que cierra la inscripción, Edmundo González Urrutia, un miembro desconocido del partido opositor Mesa de la Unidad Democrática (MUD) logró anotarse en el sistema, y mientras el régimen estaba intentando boicotear la candidatura de Yoris, Urrutia pasó completamente desapercibido.

Inmediatamente la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), la coalición de partidos opositores a Maduro, empezó a negociar con Urrutia. Si bien no es una figura fuerte dentro de la alianza anti-chavista, es la única persona que podrá competir contra el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

Inscrito inicialmente como candidato provisional del Consejo Nacional Electoral (CNE) el 26 de marzo, su nominación buscaba preservar la tarjeta electoral de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Esta maniobra permitió sortear el bloqueo contra la candidatura de Corina Yoris, quien había sido previamente seleccionada para representar a la oposición tras la inhabilitación política de Machado.

Es por eso que tras una cumbre partidaria este viernes 19 de abril, Corina Machado y el resto de los dirigentes que no pudieron anotarse votaron a favor de que Urrutia se convierta en el candidato de la oposición unificada contra el chavismo.

De esta manera, Edmundo González Urrutia, de 74 años y con una carrera política enfocada puramente en la diplomacia, quien asegura que se anotó simplemente como candidato provisional para preservar la tarjeta electoral de la MUD en caso de que pasara algo con la candidatura de Corina Yoris, será el máximo líder de la oposición a Maduro.

Quién es Edmundo Urrutia

Nacido en La Victoria, estado Aragua, y graduado de la Universidad Central de Venezuela (UCV) en Relaciones Internacionales, tiene además un Máster en Relaciones Internacionales de la American University de Washington, Estados Unidos, donde estudió en 1981.

Urrutia comenzó su carrera como Embajador de Venezuela en Argelia entre 1991 y 1993, designado por el entonces presidente Carlos Andrés Pérez. En 1994, el presidente Rafael Caldera lo designó como Director General de Política Internacional de la Cancillería, un cargo de alta jerarquía.

Estuvo allí hasta 1998, cuando Caldera decidió enviarlo como embajador de Venezuela a la Argentina, una relación que en ese momento estaba floreciendo entre dos gobiernos liberales. Pero tan solo un año después, Venezuela caería en desgracia.

En 1999, gana Hugo Chávez las elecciones en Venezuela. Si bien Urrutia se quedó un tiempo como embajador en Argentina, cumpliendo más que nada un rol diplomático, en 2002 finalmente el dictador lo removería de su cargo.

En los años posteriores escribió libros y condujo fundaciones, hasta que en 2013 decidió entrar de lleno a la política, alineándose con la oposición a Maduro. Tras su afiliación a la MUD, se convirtió en una suerte de enlace internacional del partido con gobiernos extranjeros que apoyaban los reclamos de la oposición.

En 2020, asumió temporalmente la presidencia de la MUD, para luego darle lugar a otros como José Luis Cartaya, Omar Barboza y la propia Maria Corina Machado. Para 2024, Urrutia estaba prácticamente cercano a su retiro de la política, pero la situación anómala de las elecciones en Venezuela lo llevaron a que deba cumplir el rol más importante de toda su vida.

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Estados Unidos

Tras fracasar en las negociaciones con Maduro, Biden restableció las sanciones contra el petróleo y el gas de Venezuela

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En un intento por garantizar elecciones libres en Venezuela, Biden había quitado todas las sanciones que había impuesto Trump contra el régimen chavista. Sin embargo, Maduro inhabilitó a toda la oposición y se cayó el Acuerdo de Barbados.

La gran apuesta de Joe Biden en Venezuela se convirtió en otro gran fracaso de su administración en materia de política internacional. Estados Unidos confirmó que no renovará las licencias que expirarán el jueves y volverán a entrar en vigencias las sanciones petroleras a Venezuela.

Luego de criticar la postura que había adoptado Estados Unidos durante la presidencia de Trump, cuando el republicano sancionó masivamente al régimen chavista, Biden ingresó a la Casa Blanca e implementó una estrategia de disuasión, levantando sanciones a cambio de garantías institucionales por parte de Maduro.

De esta manera, Biden llegó a levantar todas las sanciones contra el petróleo y gas, y alcanzó en 2023 el Acuerdo de Barbados, donde Maduro se comprometió a tener elecciones libres y democráticas a cambio de que le levantaran las prohibiciones.

Pero en vez de hacer un levante gradual y condicionado al proceso electoral, Biden levantó todas las sanciones y le dio un año de regalías petroleras a Maduro. Recién a unos meses del proceso electoral, el dictador chavista reveló su plan maestro, inhabilitó a toda la oposición y ahora irá a unas elecciones que legitimarán su régimen.

En este año sin sanciones, donde Chevron pudo operar abiertamente en Venezuela dejando enormes caudales de dinero que terminaron en las arcas del régimen, Maduro potenció su control del país, y no está ni cerca de ser removido del Palacio de Miraflores.

Washington había amenazado repetidamente en los últimos meses con restablecer las sanciones energéticas a menos que Maduro cumpliera sus promesas electorales que llevaron a un alivio parcial de las medidas desde octubre, pero el astuto dictador aprovechó todo el tiempo que pudo conseguir para llenar el Tesoro de petrodólares.

Biden también aprovechó el petróleo venezolano en los últimos años como una alternativa al petróleo y el gas ruso, que sí está fuertemente sancionado por Estados Unidos y que cada vez cuesta más que llegue a Occidente.

En Estados Unidos temen que las sanciones a Venezuela lleven a un nuevo recorte en la oferta mundial de barriles y que esto presione a la suba el precio del petróleo justo en un año electoral. Es por eso que Anthony Blinken, Secretario de Estado de Biden, ha dejado en claro que reinstaurar las sanciones no quiere decir que vuelvan al escenario de máxima presión contra el régimen chavista, y que seguirán permitiendo que el sector privado pida licencias específicas para operar en Venezuela.

Cualquier actividad bajo la licencia vencida deberá completarse antes del 31 de mayo, pero las empresas aún pueden volver a solicitar individualmente licencias específicas, aseguraron desde Washington. Obtener la aprobación dependerá de qué tan permisivo decida ser Estados Unidos.

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Colombia

Una historia de dictadores y terroristas: Gustavo Petro se reunió en Caracas con Nicolás Maduro y defendió las elecciones fraudulentas

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El ex terrorista devenido en presidente de Colombia viajó a Caracas para reunirse en persona con su jefe político, el dictador chavista de Venezuela, Nicolás Maduro.

El Palacio de Miraflores fue escenario este martes de un encuentro que no pasó desapercibido. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, y el dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, protagonizaron una reunión en Caracas, capital del régimen castrochavista.

Se trata de la quinta reunión que mantienen en dos años, pero esta quizás fue la de mayor envergadura. El exterrorista de M-19 viajó a Venezuela en un momento clave, donde Maduro se está disputando la continuidad de su régimen en unas elecciones que está fraudulentando para legítima su poder.

El pacto entre Maduro y Petro se centró en el supuesto apoyo mutuo a la "paz y estabilidad política, social y económica" en ambos países. Sin embargo, detrás de este gesto de cordialidad se esconden una serie de críticas y especulaciones sobre la postura de la figura presidencial colombiana frente al régimen chavista.

Durante el encuentro, Petro no dudó en criticar el bloqueo que ha sufrido la oposición venezolana para inscribir sus candidaturas en las próximas elecciones presidenciales, calificándolo como un "golpe antidemocrático".

Maduro no lució sorprendido por los dichos de Petro, indicando que le había anticipado que debía repudiar las inhibiciones para no quedar mal frente al plano internacional. Sin embargo, estas críticas no se tradujeron en acciones concretas por parte del mandatario colombiano, quien expresó su compromiso con la "paz política" en Venezuela a pedido de Maduro.


Además, las declaraciones posteriores al encuentro generaron suspicacias entre quienes ven en Petro una figura demasiado complaciente con un régimen autoritario como el de Maduro.

Se han despertado una serie de interrogantes sobre la postura del mandatario colombiano frente al gobierno venezolano. Mientras algunos interpretan este gesto como una muestra de buena voluntad y disposición al diálogo, otros lo ven como una clara señal de debilidad y falta de firmeza en la defensa de los valores democráticos y los derechos humanos.

Adherido a esto, se tocaron temáticas como el conflicto palestino-israelí, en la que por supuesto reinó el antisemitismo, y tanto Maduro como Petro condenaron al Estado de Israel por defenderse de los ataques de Hamás.

Por último, se abordó el tópico Haití, y para sorpresa de nadie, primaron las tácticas resolutivas por su ausencia, y simplemente se relegaron a "valorar positivamente el accionar del CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños)".

A pesar de las "declaraciones conciliatorias y los gestos de colaboración", la realidad sobre el terreno muestra una situación muy diferente. En Venezuela, la situación política y económica continúa deteriorándose bajo el régimen autoritario de Maduro, con una creciente represión contra la oposición y una profunda crisis humanitaria que afecta a millones de venezolanos. La falta de libertades civiles y la violación sistemática de los derechos humanos son problemas que persisten sin solución a la vista.

En cuanto a Colombia, el país enfrenta desafíos internos significativos, incluyendo la persistencia de grupos armados ilegales, el narcotráfico y la corrupción. Petro ha dedicado sus primeros dos años a hacer turismo internacional y no ha hecho nada para promover la paz como había prometido en campaña.

El encuentro entre estas dos figuras en Caracas marca un antes y un después en la región, ya que Maduro se anota una victora en el plano internacional poniendo a Colombia, con todo lo que eso significa, de su lado.

Mientras tanto, los observadores en la región continúan vigilando de cerca los desarrollos en ambos países pero están lejos de hacer una oposición real a la dictadura en Venezuela y de frenar que ocurra lo mismo en Colombia.


De Agustin Ulises Ferrin, para La Derecha Diario.


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