Andrea Chávez: una senadora sin resultados pero con muy cara

Andrea Chávez, senadora por Morena, ha construido una carrera meteórica en la política, pero su desempeño legislativo es pobre. En contraste con la responsabilidad que exige su cargo, su enfoque ha sido más mediático que institucional, lo que deja en evidencia una preocupante falta de compromiso con su función.

Lejos de destacar por su trabajo en el Senado, Chávez se ha dedicado a impulsar una campaña anticipada por la gubernatura de Chihuahua, utilizando recursos de procedencia cuestionable. Según reportes, ha dispuesto incluso de unidades médicas para su promoción personal.

Trabajo legislativo deficiente

En el último periodo de sesiones, Chávez presentó apenas dos iniciativas. Ambas enfocadas en temas de género y discapacidad, pero sin impacto significativo. En paralelo, ha realizado 51 eventos de campaña anticipada, según información oficial.

Su estrategia ha sido sustituir ideas por propaganda. A través de redes sociales, eventos públicos y giras con recursos públicos, se ha posicionado como una “nueva cara” del oficialismo, sin que ello se refleje en resultados tangibles para sus representados.

Asesores sin experiencia legislativa

De acuerdo con reportes, la senadora cuenta con seis asesores, de los cuales solo uno tiene experiencia en el ámbito legislativo. El resto proviene de áreas como la veterinaria y el estilismo. Esto refleja una falta de seriedad en la conformación de su equipo de trabajo.

Portales como Animal Político han documentado cómo sus eventos se enfocan en su promoción personal y en apoyar reformas impulsadas por Morena, como la elección judicial, más que en propuestas sustantivas o resultados concretos.

Morena la reprende, pero continúa la impunidad

Ante la polémica por el uso indebido de recursos, incluso Claudia Sheinbaum tuvo que intervenir, solicitando de forma implícita un cambio de reglas dentro del partido. A pesar de ello, no hubo sanción real ni rendición de cuentas.

Mientras México exige resultados, políticos como Andrea Chávez cobran sin trabajar. Su caso es un reflejo más del uso partidista del poder en Morena: sin profesionalismo, sin resultados y con total impunidad.

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