
Asesinaron a balazos a político del PT mientras entregaba regalos en evento
El suceso ocurre en una escalada de la ola de violencia que azota a México, particularmente, contra candidatos
La violencia criminal que azota a México cobró una nueva víctima este fin de semana. David Castillejos Cruz, regidor de Educación del Ayuntamiento de Santiago Niltepec, Oaxaca, fue asesinado a balazos el pasado sábado 10 de mayo. El suceso ocurrió mientras el regidor participaba en una entrega de regalos por el Día de las Madres.
El funcionario se encontraba en la comunidad Santo Domingo de Guzmánacompañado de su hija menor cuando sujetos armados lo atacaron directamente.

De acuerdo con reportes preliminares, recibió al menos cinco impactos de bala. Aunque fue auxiliado por familiares y trasladado de urgencia, falleció en el camino al hospital.
Hasta el momento, no hay detenidos por este crimen. La Fiscalía General del Estado (FGE) investiga lo ocurrido, pero como en tantos otros casos de violencia política, reina el silencio institucional y la impunidad.
Un sexenio que se va tiñiendo de sangre
La muerte del regidor Castillejos Cruz no es un hecho aislado. Se suma a la escalada de violencia que ha marcado los gobiernos de Morena, donde el crimen organizado aprovechó la estrategia fallida de “abrazos no balazos” para fortalecer su dominio territorial.
Al inicio del actual sexenio, México ha sido testigo de una ola de asesinatos contra aspirantes, funcionarios y representantes populares. En el mismo fin de semana, también fue asesinada la candidata a alcaldesa, Yesenia Lara en Veracruz.

Morena, en lugar de garantizar seguridad y Estado de Derecho, ha minimizado esta violencia, reduciéndola a "hechos aislados". La estrategia de contención ha fracasado y los vacíos de poder han sido ocupados por grupos criminales que imponen su ley a sangre y fuego.
Oaxaca bajo fuego
El estado gobernado por Salomón Jara, también de Morena, enfrenta una crisis de seguridad cada vez más alarmante. Tan solo en los primeros tres meses de 2024, Oaxaca registró 504 homicidios, de los cuales 175 fueron dolosos.
El asesinato de Castillejos Cruz ocurrió el mismo día en que se reportaron otros tres homicidios dolosos en Oaxaca y crímenes similares en al menos cinco estados más.

Las cifras reflejan una normalización del terror, mientras las autoridades federales siguen sin responder con firmeza ni con resultados.
Con cada político asesinado, el proceso democrático mexicano se debilita. La violencia no solo cobra vidas, también erosiona la confianza ciudadana, fortalece al crimen organizado y consolida un país cada vez más rehén del miedo.
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