
Se desarrolló otro evento de violencia en Tierra Caliente
El crimen organizado sigue sembrando el terror en la Tierra Caliente de Michoacán. La presencia de grupos delictivos
Narco en Michoacán: tierra sin ley
Michoacán sigue siendo uno de los estados más violentos de México, y la Tierra Caliente es el epicentro del conflicto entre grupos criminales.
El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Los Viagras mantienen una guerra por el control de territorios, dejando a su paso una ola de asesinatos, desapariciones y bloqueos de carreteros.

El asesinato de dos agentes de la Fiscalía General de la República, secuestrados por el grupo "Los Blancos de Troya", ha generado violencia en la zona.
Este grupo, ligado a Los Viagras, se ha convertido en uno de los más sanguinarios, atacando tanto a fuerzas de seguridad como a pobladores.
Las comunidades de Apatzingán, Buenavista, Aguililla y Tepalcatepec son las más afectadas.
Los enfrentamientos entre sicarios y fuerzas federales han dejado decenas de muertos, pero la violencia no cede.

Los Viagras y el CJNG: la guerra por Michoacán se intensifica
El enfrentamiento entre estos grupos criminales no se detiene. Los Viagras dominan las rutas de tráfico de drogas y armas, mientras que el CJNG busca tomar el control mediante ataques violentos.
Los bloqueos carreteros se han vuelto una estrategia común, con narcotraficantes incendiando vehículos para frenar el avance de la Guardia Nacional.
Los transportistas han denunciado que deben pagar cuotas de hasta 50 mil pesos para poder circular sin ser atacados. Las extorsiones afectan tanto a pequeños comerciantes como a grandes productores.
Los agricultores, especialmente los de aguacate y limón, siguen siendo blanco del crimen organizado, obligados a pagar "derecho de piso" para poder trabajar.
Mientras los cárteles pelean por el control del territorio, los pobladores viven en el miedo constante, sin saber si serán la próxima víctima de una ejecución o un secuestro.
El gobierno sin respuesta: patrullajes insuficientes
A pesar de los operativos de la Guardia Nacional y el Ejército, el crimen organizado mantiene su dominio en la región. El gobierno federal ha enviado refuerzos para patrullar las zonas más afectadas, pero los resultados son casi nulos.
Los habitantes denuncian que las autoridades llegan, pero no se enfrentan realmente a los grupos criminales.
Las fuerzas de seguridad realizan patrullajes esporádicos, pero en cuanto se van, los cárteles vuelven a imponer su ley.
En muchas comunidades, los habitantes prefieren acudir al crimen organizado en lugar de la policía, lo que demuestra la falta de confianza en las instituciones.
Las ejecuciones, los secuestros y los enfrentamientos son parte de la vida cotidiana, y cada día que pasa, Michoacán se hunde más.
Más noticias: