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Estados Unidos

El gasoducto ruso Nord Stream fue destruido en una operación especial de la CIA ordenada por Biden

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El ganador del Pulitzer, el prestigiosa periodista Seymour Hersh, aseguró que submarinistas de la Agencia Central de Inteligencia aprovecharon un ejercicio de la OTAN para colocar explosivos en los gasoductos rusos que fueron detonados en septiembre del año pasado.

Según una investigación del famoso periodista Seymour Hersh, ganador del Premio Pulitzer, las explosiones que dañaron el gasoducto ruso Nord Stream 1 y dejaron fuera de servicio al Nord Stream 2 fueron provocadas por la CIA estadounidense en una operación sin precedentes ordenada por la Casa Blanca de Biden.

El galardonado periodista explicó que, según sus fuentes de inteligencia, submarinistas colocaron explosivos en el exterior de los gasoductos en junio del año pasado, bajo la cobertura de un ejercicio militar de la OTAN en el Báltico, las BALTOPS22. Estos explosivos fueron luego detonados remotamente cuando finalizaron los entrenamientos.

"El pasado mes de junio, submarinistas de la Armada de Estados Unidos que operaban en una misión de la CIA amparados por un ejercicio de la OTAN, el BALTOPS22, colocaron explosivos a control remoto que, tres meses después, fueron activados y destruyeron tres de los cuatro gaseoductos del Nord Stream", detalló Hersh en su página web citando a una fuente con "conocimiento directo" de la planificación de la operación.

El periodista asegura que ha intentado contactar a la Casa Blanca para abordar el tema pero la portavoz, Adrienne Watson, le negó una entrevista y solo atinó a decirle que la información que quería publicar es "falsa" y "una completa ficción". Seguidamente, consultó a Tammy Thorp, portavoz de la CIA, quien también denegó cualquier declaración.

La destrucción de estos gasoductos por acción de Estados Unidos tienen un enorme impacto geopolítico. Cuando fueron construidos en 2011, el gobierno de Barack Obama fue una parte activa en las negociaciones para que Alemania, Francia y Holanda obtengan gas barato desde Rusia. Ahora, los demócratas se dieron cuenta que cometieron un error dándole tanto poder a Putin y tuvieron que bombardear su propia construcción.

Durante más de una década, Rusia ha sido el principal proveedor de gas natural a Alemania y a gran parte de Europa Occidental a través del Nord Stream 1, y los gobiernos europeos estaban tan contentos con el acuerdo que impulsaron la construcción de un segundo gasoducto, el Nord Stream 2, que había completado su colocación en septiembre del 2021.

A pesar de las fuertes sanciones a Rusia por la invasión de Ucrania, debido a la dependencia al gas ruso, varios países de Europa todavía se resistían a brindar ayuda al gobierno de Volodimir Zelenski, especialmente Alemania, que retenía el envío de tanques Leopard, una "línea roja" según Putin.

Sin embargo, desde la destrucción de los Nord Stream, Alemania se vio obligada a buscar alternativas. Rápidamente, firmó un acuerdo con Irak y Qatar para recibir suministro de gas árabe, y unos meses después, aceptó enviar los tanques Leopard a Ucrania.

Ubicación de las explosiones en los gasoductos Nord Stream 1 y Nord Stream 2. Fuente: Daily Mail

Hersh explica que tras la invasión de Ucrania, "el presidente Joseph Biden vio los gasoductos como un vehículo para que Vladimir Putin usara el gas natural como arma para sus ambiciones políticas y territoriales".

El periodista del New Yorker detalla que la operación había sido ideada más de nueve meses antes del sabotaje del Nord Stream, lo cual la sitúa en diciembre del 2021, dos meses antes que Rusia iniciara la invasión de Ucrania. Según explica, tras más de medio año de debates en el seno privado de la comunidad de seguridad nacional de Washington, Biden aprobó personalmente el operativo.

El presidente estadounidense ordenó al jefe de su Consejo de Seguridad, Jack Sullivan, que reuniera un equipo en diciembre de 2021 que planificara un atentado contra los gasoductos, dado que los reportes de inteligencia aseguraban que Rusia atacarían Kiev. El equipo estaba compuesto por integrantes del Estado Mayor Conjunto, la CIA y otras agencias de seguridad, y finalmente fue llevada a cabo por la Central de Inteligencia.

En 2021, la discusión estaba orientada a orquestar una respuesta a la inminente invasión rusa de Ucrania. "Lo que quedó claro para los participantes, según la fuente con conocimiento directo del proceso, es que Sullivan tenía la intención de que el grupo elaborara un plan para la destrucción de los dos gasoductos Nord Stream, y que estaba cumpliendo con los deseos del Presidente", asegura Hersh.

Jake Sullivan, jefe del Consejo de Seguridad del presidente Joe Biden

Se compartieron varias ideas antes de que se seleccionara la misión de buceo. Otros planes incluían el uso de un submarino para atacar las instalaciones o aviones para lanzar bombas con fusibles, afirma el periodista.

Finalmente, la operación se llevó a cabo por buzos de la Marina, los cuales no eran miembros del Comando de Fuerzas Especiales de Estados Unidos, si no que trabajan directamente para la CIA. Hersh explica que esta decisión evitó la burocracia, ya que las operaciones encubiertas de las fuerzas especiales "deben informarse al Congreso e informarse con anticipación a los líderes del Senado y la Cámara".

En este sentido, el plan fue degradado de una operación encubierta a una de "inteligencia altamente clasificada con apoyo militar" para no informar al Congreso, según la fuente consultada por Hersh.

William Burns, jefe de la CIA, tenía conocimiento de las capacidades de los buzos del Centro de Salvamento y Buceo de la Marina de los Estados Unidos de la ciudad de Panamá, en el Estado de Florida.

Se dice que William Burns autorizó a un "grupo de trabajo" para elaborar el plan para que los buzos de aguas profundas lleven a cabo la misión. Hersh comparó el complot con una operación de espionaje submarino lanzada por Estados Unidos en la década de 1970, cuando los agentes sabotearon los cables de comunicación submarinos utilizados por la Armada rusa.

Según Hersh, a principios de 2022, el grupo de la CIA le dijo al grupo de trabajo de Sullivan: "Tenemos una manera de volar los gasoductos". Los planificadores decidieron que Noruega podría servir como una base ideal para la operación porque, en palabras de la fuente de Hersh, la nación escandinava "odiaba a los rusos y la marina noruega estaba llena de excelentes marineros y buzos que tenían generaciones de experiencia en la exploración de petróleo y gas de aguas profundas altamente rentable".

Los planificadores se reunieron con militares de la Armada y oficiales del servicio secreto Noruega para definir el punto exacto del atentado. Los noruegos, miembros de la OTAN, propusieron que el atentado fuera cerca de la isla Bornholm, en Dinamarca.

William Burns, jefe de la CIA

"Los noruegos se unieron a los estadounidenses para insistir en que algunos altos funcionarios de Dinamarca y Suecia debían ser informados en términos generales sobre la posible actividad de buceo en la zona", señala Hersh. Esto significa que tanto daneses como suecos sabían de los atentados.

Los militares noruegos propusieron que los buzos estadounidenses pusieran los explosivos durante los ejercicios que la OTAN realiza cada año en el Báltico. Así las cosas, en junio del 2022, los buzos estadounidenses colocaron explosivos C4 con detonadores. Para no auto-incriminarse y porque justo en ese momento había negociaciones de paz en Ucrania, se esperaron casi tres meses hasta que la Casa Blanca decidió detonar los explosivos.

Pocas horas después, tres fugas se detectaron en los gasoductos Nord Stream 1 y Nord Stream 2 entre la madrugada del lunes 26 de septiembre y el martes 27 de septiembre, con imágenes impactantes que se viralizaron en redes sociales. El gas filtrado generó un enorme torbellino en el agua.

En su momento, las primeras noticias apuntaban a un ‘boicot’ o ‘sabotaje’ a los dos gasoductos que conectan Rusia con Alemania por el mar Báltico. Así, si bien los medios europeos apuntaron sus dedos, primero, contra Rusia, otras vías señalaban a Alemania, como vía de desconectarse definitivamente de las amenazas de Putin. Noruega y Polonia también se sumaban a las acusaciones.

Por último, la sombra de Estados Unidos apareció en escena. Cabe recordar que, en febrero, Biden dijo que Estados Unidos "pondría fin" a Nord Stream si Rusia invadía Ucrania durante una conferencia de prensa conjunta con el canciller alemán Olaf Scholz, en un claro furcio donde reveló una operación de inteligencia que estaba en ese entonces, en pleno desarrollo.

Cuando se le preguntó cómo lo haría, el presidente decidió no dar detalles de la operación, pero sí hizo una promesa: "Le prometo que podremos hacerlo". La conferencia de prensa se llevó a cabo mientras Rusia estaba montando decenas de miles de tropas en su frontera con Ucrania, en preparación para la invasión que comenzó semanas después, el 24 de febrero.

Joe Biden y Olaf Scholz en una reunión en Estados Unidos semanas antes de la guerra en Ucrania.

La motivación de Biden no se limita a terminar la influencia rusa en Europa, ya que desde la explosión, las ventas de gas natural licuado (GNL) estadounidense a la Unión Europea han aumentado significativamente.

La guerra en Ucrania está siendo extremadamente rentable para Estados Unidos. Los principales contratistas militares están vendiendo miles de millones de armas, municiones y vehículos de combate, a un nivel que había desde la invasión a Irak en 2003.

Pero no solo en ventas militares, si no que Estados Unidos está gozando de su posición privilegiada como exportador de hidrocarburos, los cuales gracias a la guerra están en precios pocas veces vistos, con masivas ganancias para las empresas productoras de petróleo, gas y carbón.

Así, la decisión de destruir los gasoductos rusos tuvieron un trasfondo militar, político y, por supuesto, económico, pero Estados Unidos nunca va a admitir que lo hizo, ya que puede ser bien considerada un acto de guerra contra Rusia, en medio de una escalada de tensiones como no se veía desde la Crisis de los Misiles Cubanos en la década del ’60.

Estados Unidos

La Justicia de Arizona, controlada por los demócratas, imputó y busca arrestar a todo el equipo de asesores de Trump

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Los demócratas hacen otro ataque contra la oposición y ahora buscan poner tras las rejas a todo el equipo que trabaja asesorando al expresidente republicano en su campaña presidencial.

La Justicia de Arizona imputó este jueves a varios aliados importantes del expresidente Donald Trump, incluido el exabogado de Trump y exalcalde de la ciudad de Nueva York, Rudy Giuliani, la expresidente del Partido Republicano de Arizona, Kelli Ward, y el exjefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, por denunciar que las elecciones del año 2020 fueron fraudulentas.

Junto con Ward, Meadows y Giuliani, la ex abogada de Trump Jenna Ellis y el ex asesor de campaña de Trump Boris Epshteyn, junto con varios miembros del Partido Republicano de Arizona, fueron imputados también, según publicó esta mañana el Washington Post .

Meadows, Giuliani, Ellis y Epshteyn fueron imputados por supuestamente intentar ayudar a Trump a recuperar los votos electorales de Arizona en las elecciones presidenciales de 2020, luego de que se comprobara que los demócratas habían robado votos por correo y la Legislatura votara que le darían los votos electorales a Trump si así la Justicia lo decidía.

Por su parte, Ward y los senadores del estado de Arizona, Jake Hoffman y Anthony Kern, también fueron acusados ​​de cargos por haber firmado documentos el 14 de diciembre de 2020, certificando que Trump era el ganador de las elecciones.

La acusación de varios aliados de Trump y miembros del Partido Republicano de Arizona se produce mientras una encuesta de Bloomberg News/Morning Consult realizada entre el 8 y el 15 de abril encontró que el presidente Joe Biden está detrás de Trump en varios estados clave como Arizona, Georgia, Nevada y Carolina del Norte por seis o más puntos.

En Arizona, Trump lideró por siete puntos, recibiendo el 49 por ciento del apoyo de los votantes que indicaron que votarían por él, mientras que Biden recibió el 42 por ciento.

Los once republicanos de Arizona son:

  • Kelli Ward, ex presidenta del Partido Republicano en Arizona, y su esposo, Michael Ward.
  • Senador del estado de Arizona Jake Hoffman
  • Senador del estado de Arizona Anthony Kern
  • Tyler Bowyer, director de operaciones de Turning Point USA
  • Nancy Cottle
  • James Lamon
  • Roberto Montgomery
  • Samuel Moorhead
  • Lorena Pellegrino
  • Gregorio Safsten

Los aliados de Trump que supuestamente fueron acusados ​​incluyen a Mark Meadows, Jenna Ellis, Rudy Giuliani, John Eastman, Christina Bobb, ex abogada de Trump, Boris Epshteyn y Mike Roman, ex asistente de campaña de Trump, según el Washington Post .

La decisión judicial fue en respuesta a un pedido directo del Fiscal General de Arizona, el ultra-demócrata Kris Mayes, y es la última de una serie de esfuerzos por utilizar el sistema legal para perseguir a los conservadores y republicanos aliados de Trump.

En julio de 2023, la fiscal general de Michigan, Dana Nesselacusó a 16 “falsos electores” de ocho delitos graves, entre ellos conspiración y falsificación de leyes electorales, por su presunto papel en el intento de disputar los resultados de las elecciones presidenciales de 2020.

Meses después, en diciembre de 2023, la Justicia de Nevada imputó a varios miembros importantes del Partido Republicano del estado, acusados ​​de falsificar y presentar documentos falsos en relación con el complot de los “falsos electores”.

La acusación de varios de los principales aliados del expresidente y varios miembros del Partido Republicano de Arizona se produce mientras Trump se encuentra actualmente en juicio y enfrenta 34 cargos de presunta falsificación de registros comerciales en primer grado en relación con los pagos realizados a la estrella porno Stormy Daniels durante las elecciones presidenciales de 2016.

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Economía

Crisis fiscal en Estados Unidos: Las “Bidenomics” desataron un déficit por casi 2 billones de dólares al término de marzo

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Pese a que la economía estadounidense sigue creciendo, el Gobierno federal incurrió en un déficit histórico. y se está endeudando a un ritmo únicamente visto durante las grandes recesiones y en las guerras mundiales del siglo pasado. La trayectoria fiscal trazada por Biden es abiertamente insostenible.

Las políticas del Presidente Joe Biden provocaron el agujero fiscal más grande de la historia de los Estados Unidos en tiempos de paz. La visión económica del Gobierno cayó bajo la influencia del Caucus Progresista dentro del Partido Demócrata, la facción más radicalizada hacia la izquierda dentro del Congreso estadounidense.

La actividad económica del país logró recuperarse de la pandemia y continuó con su sendero de crecimiento, pero a pesar de esta muy esperable normalización, el Gobierno federal incurrió en un desequilibrio fiscal histórico que ascendió a los US$ 1,66 billones de dólares al término de marzo.

De hecho, el déficit financiero había llegado incluso a los US$ 8,36 billones en julio del año pasado, como resultado del amplio programa de rescates para préstamos estudiantiles que impulsó el Presidente Biden.

El Partido Demócrata que alguna vez había patrocinado los superávits presupuestarios de la era Clinton, ahora respalda a capa y espada los déficits más irresponsables que nunca se hayan visto en Estados Unidos.

La economía se normalizó una vez superada la pandemia, pero la posición fiscal del Estado jamás lo hizo. El resultado financiero del Gobierno federal representaba el 4,8% del PBI en febrero de 2020, mientras que hoy en día esa cifra se acerca a los 6 puntos del producto. Este brutal incremento se explica principalmente por el mayor peso de los intereses de deuda, que ya son los más altos desde mediados de la década del 90.

Para compensar esta brecha sin precedentes, el Gobierno federal se está endeudando a un ritmo similar al que cabría esperar durante la salida de una recesión o la ejecución de una guerra de grandes proporciones, pero como es bien sabido ninguno de estos escenarios es precisamente el caso. En caso de que la economía entrase en recesión en un futuro cercano, el Gobierno carece de mayor margen fiscal para actuar en consecuencia.

El total de la recaudación por impuestos federales (y otros ingresos por rentas) sólo alcanza a cubrir hasta el 73% de los gastos federales incurridos. El 27% restante se está compensando por la vía del endeudamiento, principalmente con instituciones locales o en el exterior.

Hasta ahora la Reserva Federal se mantuvo al margen de expandir su financiamiento al Tesoro por la vía de la compra de títulos públicos (como lo hizo durante la pandemia en 2020), pero eventualmente el Gobierno federal no puede quebrar, y cualquier tipo de incumplimiento vendría asociado a un latente inflacionario.

La proporción de crédito doméstico absorbido por el Gobierno federal se incrementa, y lo que es lo mismo, se reduce la cantidad de recursos disponibles para prestar a las empresas privadas o a las familias (por ejemplo el crédito hipotecario). Esto se ve reflejado por un piso de tasas de interés cada vez más elevado.

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Estados Unidos

Estudiantes de extrema izquierda tomaron la Universidad de Columbia en apoyo al terrorismo palestino

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Los adolescentes más ricos del mundo tomaron control del campus de la prestigiosa universidad neoyorquina en apoyo al terrorismo de Hamás.

La situación social en los Estados Unidos se torna cada vez más preocupante a medida que la izquierda destruye el tejido social con manifestaciones violentas que atentan contra los valores occidentales.

En los últimos días, esta situación mostró un nuevo punto crítico luego de que un grupo de alumnos activistas de extrema izquierda de la Universidad de Columbia en Nueva York tomaran el campus de la institución en apoyo a la causa palestina con consignas en defensa del terrorismo islámico y con un marcado antisemitismo.

Docenas de alumnos y activistas de izquierda ajenos a la universidad se instalaron de manera ilegal dentro de la prestigiosa institución en carpas para expresarse en contra de la operación militar especial que lleva a cabo Israel en la Franja de Gaza, en respuesta al ataque genocida del grupo terrorista palestino Hamás, donde más de 1.500 judíos fueron asesinados a sangre fría el 7 de octubre.

La toma fue impulsada por la asociación izquierdista "Students For Justice In Palestine" y contó con el apoyo de múltiples organizaciones universitarias, que agredieron a estudiantes de religión judía y a otros que no compartieran su visión acerca del conflicto en Medio Oriente.

Lo que hace aún más insólita la situación es que los estudiantes que participaron de la manifestación, lejos están de ser árabes o palestinos; por el contrario, son blancos de clase alta. Se trata de los hijos adolescentes de las familias más adineradas del planeta jugando a disfrazaese de terroristas.

Los manifestantes que confraternizan con el terrorismo islámico bloquearon el acceso a la prensa y aseguran que solo permitirán el acceso de periodistas "afines a la causa". Entre otros, rechazaron el acceso de periodistas judíos, por su religión.

Si bien las autoridades de la universidad habían mencionado que los protestantes serían desalojados en el transcurso de la primera noche de la ocupación, ningún tipo de acción fue llevada a cabo.

Los estudiantes judíos debieron abandonar el campus universitario y la zona quedó completamente en manos de los grupos estudiantiles de extrema izquierda, que aprovecharon la ocasión para dar discursos violentos y cargados de odio contra la comunidad judía.

Recién el jueves, la policía de Nueva York se hizo presente y en un operativo arrestó alrededor de 110 personas participantes de la protesta, incluida la hija de la representante demócrata del estado de Minnesota Ilhan Omar, Isra Hirsi.

La intervención por parte de la policía de Nueva York se dio luego de que las autoridades de la universidad encabezadas por la presidente de la institución, Minouche Shakif, dieran aviso acerca de los ilícitos que se estaban cometiendo dentro de la institución sumado a la hostil recepción de los estudiantes contra las fuerzas policiales a las cuales llamaron "asesinos de bebés".

Los incidentes con los grupos pro-Palestina se originaron luego de que Shakif hablara frente al Comité de Educación del Congreso de los Estados Unidos acerca de los crecientes casos de antisemitismo en las universidades, por lo que los mencionados grupos de estudiantes comenzaron a acampar de forma ilegal en el campus y a tomar actitudes violentas y hostiles contra estudiantes de religión judía.

Uno de los factores determinantes para la escalada en el conflicto de las agrupaciones estudiantiles con la universidad, fue la prohibición de dos agrupaciones izquierdistas a fines del año pasado, las cuales se les imputó el incumplimiento con las políticas de la Universidad de Columbia respecto al código de conducta y abuso contra otros estudiantes.

De acuerdo a la presidente de Columbia, se autorizó a la Policía de Nueva York a desalojar el campamento establecido en el ala sur del campus, lo que provocó incidentes. En concordancia con las acciones legales que la dirigencia de la universidad tomó contra los alumnos, se les informó a su vez que a cualquier alumno que participe de cualquier manera en las protestas y ocupación del territorio universitario se encuentra suspendido.

A pesar de que docenas de revoltosos protestantes hayan sido arrestados durante el desalojo, el acampe por parte de las organizaciones pro-Palestina no ha podido ser desmantelado, sino que incluso se incrementó en tamaño luego de que quienes lideran la protesta declarasen que han "tomado" la universidad y la declaren como una "universidad popular’‘.

Ataques antisemitas y apoyo al terrorismo islámico

Uno de los factores distintivos que las protestas llevadas a cabo en los últimos días en la Universidad de Columbia, es el profundo sentimiento anti-Israel que profesan, el cual ha llevado a quienes participan del acampe a ser perpetradores de violentos ataques antisemitas contra aquellos estudiantes que profesan la religión judía, e incluso a aquellos que no defiendan sus reclamos.

Uno de los casos de marcado sentimiento anti-judío que se ha llevado a cabo en los últimos días han sido las graves agresiones perpetradas contra la estudiante judía Elisha Baker, de 21 años, quien denunció que un grupo de protestantes le expresó en repetidas ocasiones que "se mate a sí misma" y le causaron heridas de moderada gravedad tras patearla en varias ocasiones en el estómago durante el acampe.

Otro incidente de extrema gravedad se dio en el momento en el cual un participante de la protesta terrorista fue enfocado sujetando un cartel que decía "El próximo objetivo de las brigadas Al-Qasam" mientras apuntaba a un grupo de estudiantes judíos.

Las brigadas Al-Qasam son el brazo armado de la organización terrorista Hamás, la cual ha gobernado al territorio ocupado de Palestina en las últimas décadas y fue el responsable de los ataques terroristas contra distintos poblados israelíes el pasado 7 de octubre de 2023 donde miles de ciudadanos judíos fueron asesinados por Hamás.

Los preocupantes incidentes que tienen por objetivo el acoso y agresiones a los estudiantes judíos despertó la preocupación de empleados de la universidad que pertenecen a la colectividad.

El rabino ortodoxo Elie Buechler, quien se desempeña como profesor tanto en la Universidad de Columbia como en la Universidad Barnard, instó mediante un mensaje abierto de Whatsapp a los estudiantes judíos a abandonar el campus universitario e irse a sus hogares mientras dure el acampe debido a los crecientes ataques antisemitas.

Otro profesor de la universidad, Shai Davidai, mencionó que los estudiantes no lo dejan entrar a la facultad por ser judío y que las protestas llevadas a cabo por las agrupaciones estudiantiles habían cruzado un límite convirtiéndose en actos terroristas llevados a cabo por grupos terroristas.

En concordancia con el sentimiento anti-Israel que las protestas mantienen, además se encuentra presente una profunda adoración por los grupos terroristas islámicos como Hamás, con el cual los estudiantes participantes de los acampes se sienten identificados al punto de que mencionan frases como "Todos somos Hamás" e incluso celebraron el ataque del 7 de octubre, conocido por los palestinos como la "Inundación de Al-Aqsa".

Extensión a otras universidades

Si bien el foco principal de las protestas que se desarrollaron con intensidad en la última semana está puesta en la Universidad de Columbia, en las últimas horas la Universidad de Yale ha visto sucesos similares en sus instalaciones, además de que varios de sus estudiantes hayan irrumpido en el campus de Columbia para mostrar su apoyo para con los protestantes locales.

La situación descrita devuelve a la memoria aquellos incidentes en estados demócratas como Oregon y Washington unos años atrás cuando protestantes tomaban partes de las ciudades con la idea de convertirlas en un "espacio independiente" y de "liberación". Esta misma situación se repite en las universidades hoy en día luego de que el suceso inicial en Columbia de pie a estudiantes en la Universidad de Yale en Connecticut para tomar una porción del campus y proclamarlo como una "zona liberada".

Así como en Columbia, ataques contra alumnos judíos fueron reportados a lo largo de la protesta, pero un caso de extrema gravedad fue reportado en las últimas horas en el cual la estudiante judía de periodismo Sahar Tartak fuera apuñalada en el ojo con el asta de una bandera por parte de un protestante en el campus quien en todo momento se cubrió el rostro con un trapo musulmán.

De manera similar que en la universidad localizada en Nueva York, la policía irrumpió y trató de desalojar la protesta desarrollada en el campus localizado en New Haven, Connecticut, pero los estudiantes pertenecientes a las organizaciones terroristas pro-Palestina se mantienen en el lugar.

En paralelo a los distintos hechos que se están desarrollando tanto en Columbia como en Yale y otras universidades en cuyos campus grupos de estudiantes subversivos, la reacción por parte de todo el arco político se hizo presente, tanto en defensa de los estudiantes comunes como también en defensa de aquellas agrupaciones estudiantiles terroristas.

Por el lado de aquellos estudiantes que decidieron tomar la propiedad de las universidades y agredir alumnos por su pensamiento, las diputadas revoltosas Ilhan Omar (cuya hija fue arrestada en la redada en Columbia) y Rashida Tlaib de Michigan y Minnesota respectivamente se alzaron en defensa de las subversivas actitudes de aquellos grupos pro-Hamás que buscan esclavizar al sistema educativo.

En cambio, desde la Casa Blanca, condenaron eufóricamente las tomas de campus en las universidades y la agresión constante que los estudiantes de religión judía han sufrido en las instalaciones, de acuerdo al vice-secretario de prensa del órgano gubernamental Andrew Bates.

Desde el ámbito del Partido Republicano, quien se expresó de manera más rotunda fue la representante de Neuva York, Elise Stefanik, quien a su vez también instó a la presidente de la Universidad de Columbia Shafik a renunciar debido a la falta de acciones tomadas por la universidad para proteger a los estudiantes de religión judía.

La representante republicana de Carolina del Norte, Virginia Foxx quien a su vez preside el Comité de Asuntos Educativos, envió una carta a la Universidad de Columbia demandando que se tomen acciones concretas frente a la situación que se está desarrollando y se pueda otorgar un ambiente seguro a los estudiantes. Dentro de la carta que la diputada envió a la universidad señaló que ante la ausencia de medidas contra los estudiantes que mantienen cautiva a la universidad, el comité educativo del Congreso no dudaría en hacerlos responsables por dichos resultados.

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