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Estados Unidos

El gasoducto ruso Nord Stream fue destruido en una operación especial de la CIA ordenada por Biden

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El ganador del Pulitzer, el prestigiosa periodista Seymour Hersh, aseguró que submarinistas de la Agencia Central de Inteligencia aprovecharon un ejercicio de la OTAN para colocar explosivos en los gasoductos rusos que fueron detonados en septiembre del año pasado.

Según una investigación del famoso periodista Seymour Hersh, ganador del Premio Pulitzer, las explosiones que dañaron el gasoducto ruso Nord Stream 1 y dejaron fuera de servicio al Nord Stream 2 fueron provocadas por la CIA estadounidense en una operación sin precedentes ordenada por la Casa Blanca de Biden.

El galardonado periodista explicó que, según sus fuentes de inteligencia, submarinistas colocaron explosivos en el exterior de los gasoductos en junio del año pasado, bajo la cobertura de un ejercicio militar de la OTAN en el Báltico, las BALTOPS22. Estos explosivos fueron luego detonados remotamente cuando finalizaron los entrenamientos.

El pasado mes de junio, submarinistas de la Armada de Estados Unidos que operaban en una misión de la CIA amparados por un ejercicio de la OTAN, el BALTOPS22, colocaron explosivos a control remoto que, tres meses después, fueron activados y destruyeron tres de los cuatro gaseoductos del Nord Stream“, detalló Hersh en su página web citando a una fuente con “conocimiento directo” de la planificación de la operación.

El periodista asegura que ha intentado contactar a la Casa Blanca para abordar el tema pero la portavoz, Adrienne Watson, le negó una entrevista y solo atinó a decirle que la información que quería publicar es “falsa” y “una completa ficción“. Seguidamente, consultó a Tammy Thorp, portavoz de la CIA, quien también denegó cualquier declaración.

La destrucción de estos gasoductos por acción de Estados Unidos tienen un enorme impacto geopolítico. Cuando fueron construidos en 2011, el gobierno de Barack Obama fue una parte activa en las negociaciones para que Alemania, Francia y Holanda obtengan gas barato desde Rusia. Ahora, los demócratas se dieron cuenta que cometieron un error dándole tanto poder a Putin y tuvieron que bombardear su propia construcción.

Durante más de una década, Rusia ha sido el principal proveedor de gas natural a Alemania y a gran parte de Europa Occidental a través del Nord Stream 1, y los gobiernos europeos estaban tan contentos con el acuerdo que impulsaron la construcción de un segundo gasoducto, el Nord Stream 2, que había completado su colocación en septiembre del 2021.

A pesar de las fuertes sanciones a Rusia por la invasión de Ucrania, debido a la dependencia al gas ruso, varios países de Europa todavía se resistían a brindar ayuda al gobierno de Volodimir Zelenski, especialmente Alemania, que retenía el envío de tanques Leopard, una “línea roja” según Putin.

Sin embargo, desde la destrucción de los Nord Stream, Alemania se vio obligada a buscar alternativas. Rápidamente, firmó un acuerdo con Irak y Qatar para recibir suministro de gas árabe, y unos meses después, aceptó enviar los tanques Leopard a Ucrania.

Ubicación de las explosiones en los gasoductos Nord Stream 1 y Nord Stream 2. Fuente: Daily Mail

Hersh explica que tras la invasión de Ucrania, “el presidente Joseph Biden vio los gasoductos como un vehículo para que Vladimir Putin usara el gas natural como arma para sus ambiciones políticas y territoriales“.

El periodista del New Yorker detalla que la operación había sido ideada más de nueve meses antes del sabotaje del Nord Stream, lo cual la sitúa en diciembre del 2021, dos meses antes que Rusia iniciara la invasión de Ucrania. Según explica, tras más de medio año de debates en el seno privado de la comunidad de seguridad nacional de Washington, Biden aprobó personalmente el operativo.

El presidente estadounidense ordenó al jefe de su Consejo de Seguridad, Jack Sullivan, que reuniera un equipo en diciembre de 2021 que planificara un atentado contra los gasoductos, dado que los reportes de inteligencia aseguraban que Rusia atacarían Kiev. El equipo estaba compuesto por integrantes del Estado Mayor Conjunto, la CIA y otras agencias de seguridad, y finalmente fue llevada a cabo por la Central de Inteligencia.

En 2021, la discusión estaba orientada a orquestar una respuesta a la inminente invasión rusa de Ucrania. “Lo que quedó claro para los participantes, según la fuente con conocimiento directo del proceso, es que Sullivan tenía la intención de que el grupo elaborara un plan para la destrucción de los dos gasoductos Nord Stream, y que estaba cumpliendo con los deseos del Presidente“, asegura Hersh.

Jake Sullivan, jefe del Consejo de Seguridad del presidente Joe Biden

Se compartieron varias ideas antes de que se seleccionara la misión de buceo. Otros planes incluían el uso de un submarino para atacar las instalaciones o aviones para lanzar bombas con fusibles, afirma el periodista.

Finalmente, la operación se llevó a cabo por buzos de la Marina, los cuales no eran miembros del Comando de Fuerzas Especiales de Estados Unidos, si no que trabajan directamente para la CIA. Hersh explica que esta decisión evitó la burocracia, ya que las operaciones encubiertas de las fuerzas especiales “deben informarse al Congreso e informarse con anticipación a los líderes del Senado y la Cámara“.

En este sentido, el plan fue degradado de una operación encubierta a una de “inteligencia altamente clasificada con apoyo militar” para no informar al Congreso, según la fuente consultada por Hersh.

William Burns, jefe de la CIA, tenía conocimiento de las capacidades de los buzos del Centro de Salvamento y Buceo de la Marina de los Estados Unidos de la ciudad de Panamá, en el Estado de Florida.

Se dice que William Burns autorizó a un “grupo de trabajo” para elaborar el plan para que los buzos de aguas profundas lleven a cabo la misión. Hersh comparó el complot con una operación de espionaje submarino lanzada por Estados Unidos en la década de 1970, cuando los agentes sabotearon los cables de comunicación submarinos utilizados por la Armada rusa.

Según Hersh, a principios de 2022, el grupo de la CIA le dijo al grupo de trabajo de Sullivan: “Tenemos una manera de volar los gasoductos”. Los planificadores decidieron que Noruega podría servir como una base ideal para la operación porque, en palabras de la fuente de Hersh, la nación escandinava “odiaba a los rusos y la marina noruega estaba llena de excelentes marineros y buzos que tenían generaciones de experiencia en la exploración de petróleo y gas de aguas profundas altamente rentable”.

Los planificadores se reunieron con militares de la Armada y oficiales del servicio secreto Noruega para definir el punto exacto del atentado. Los noruegos, miembros de la OTAN, propusieron que el atentado fuera cerca de la isla Bornholm, en Dinamarca.

William Burns, jefe de la CIA

Los noruegos se unieron a los estadounidenses para insistir en que algunos altos funcionarios de Dinamarca y Suecia debían ser informados en términos generales sobre la posible actividad de buceo en la zona”, señala Hersh. Esto significa que tanto daneses como suecos sabían de los atentados.

Los militares noruegos propusieron que los buzos estadounidenses pusieran los explosivos durante los ejercicios que la OTAN realiza cada año en el Báltico. Así las cosas, en junio del 2022, los buzos estadounidenses colocaron explosivos C4 con detonadores. Para no auto-incriminarse y porque justo en ese momento había negociaciones de paz en Ucrania, se esperaron casi tres meses hasta que la Casa Blanca decidió detonar los explosivos.

Pocas horas después, tres fugas se detectaron en los gasoductos Nord Stream 1 y Nord Stream 2 entre la madrugada del lunes 26 de septiembre y el martes 27 de septiembre, con imágenes impactantes que se viralizaron en redes sociales. El gas filtrado generó un enorme torbellino en el agua.

En su momento, las primeras noticias apuntaban a un ‘boicot’ o ‘sabotaje’ a los dos gasoductos que conectan Rusia con Alemania por el mar Báltico. Así, si bien los medios europeos apuntaron sus dedos, primero, contra Rusia, otras vías señalaban a Alemania, como vía de desconectarse definitivamente de las amenazas de Putin. Noruega y Polonia también se sumaban a las acusaciones.

Por último, la sombra de Estados Unidos apareció en escena. Cabe recordar que, en febrero, Biden dijo que Estados Unidos “pondría fin” a Nord Stream si Rusia invadía Ucrania durante una conferencia de prensa conjunta con el canciller alemán Olaf Scholz, en un claro furcio donde reveló una operación de inteligencia que estaba en ese entonces, en pleno desarrollo.

Cuando se le preguntó cómo lo haría, el presidente decidió no dar detalles de la operación, pero sí hizo una promesa: “Le prometo que podremos hacerlo”. La conferencia de prensa se llevó a cabo mientras Rusia estaba montando decenas de miles de tropas en su frontera con Ucrania, en preparación para la invasión que comenzó semanas después, el 24 de febrero.

Joe Biden y Olaf Scholz en una reunión en Estados Unidos semanas antes de la guerra en Ucrania.

La motivación de Biden no se limita a terminar la influencia rusa en Europa, ya que desde la explosión, las ventas de gas natural licuado (GNL) estadounidense a la Unión Europea han aumentado significativamente.

La guerra en Ucrania está siendo extremadamente rentable para Estados Unidos. Los principales contratistas militares están vendiendo miles de millones de armas, municiones y vehículos de combate, a un nivel que había desde la invasión a Irak en 2003.

Pero no solo en ventas militares, si no que Estados Unidos está gozando de su posición privilegiada como exportador de hidrocarburos, los cuales gracias a la guerra están en precios pocas veces vistos, con masivas ganancias para las empresas productoras de petróleo, gas y carbón.

Así, la decisión de destruir los gasoductos rusos tuvieron un trasfondo militar, político y, por supuesto, económico, pero Estados Unidos nunca va a admitir que lo hizo, ya que puede ser bien considerada un acto de guerra contra Rusia, en medio de una escalada de tensiones como no se veía desde la Crisis de los Misiles Cubanos en la década del ’60.

Estados Unidos

Paso histórico: Elon Musk hizo público el algoritmo de recomendación de Twitter

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Como había prometido, en nombre de la transparencia, Elon Musk publicó en GitHub gran parte del código fuente que utiliza la compañía para hacer andar Twitter.

El CEO de Twitter, Elon Musk, hizo historia este viernes, en favor de la transparencia. A partir de abril, Twitter ha hecho público una parte de su código fuente para la inspección pública, incluido el polémico algoritmo que utiliza para recomendar tweets en las líneas de tiempo de los usuarios.

En GitHub, Twitter publicó dos repositorios que contienen gran parte del código que la empresa utiliza para que muchas partes de la red social funcionen, incluido el mecanismo que Twitter usa para controlar los tweets que los usuarios ven en la línea de tiempo “For You”/”Para Vos”

En el pasado, este algoritmo fue duramente criticado por los usuarios de la red social debido a que suprimía los tweets y las tendencias de derecha, y promovía las de izquierda. Obviamente, eran puras especulaciones hasta que Elon Musk compró la compañía y confirmó, a través de los #TwitterFiles, que este era el caso.

Según el también CEO de Tesla y SpaceX, a las pocas semanas de tomar control de Twitter, cambió completamente el código fuente. Ahora, para demostrar que verdaderamente lo hizo y para dar un histórico paso hacia la transparencia, lo hará público para que cualquiera pueda entrar y comprobarlo.

En una sesión de Twitter Spaces este viernes, Musk aclaró: “Nuestro lanzamiento inicial del llamado algoritmo será bastante vergonzoso, y la gente encontrará muchos errores, pero los corregiremos muy rápidamente”. 

“Incluso si no estás de acuerdo con algo, al menos sabrás por qué está ahí y que no estás siendo manipulado en secreto… El análogo, aquí, al que aspiramos es el gran ejemplo de Linux como un sistema operativo de código abierto… Uno puede, en teoría, descubrir muchos exploits para Linux. En realidad, lo que sucede es que la comunidad identifica y corrige esos exploits”, explicó el magnate.

Por su parte, aclaró que estas publicaciones no incluyen el código que impulsa las recomendaciones de anuncios de Twitter, debido a que esto es información que debe mantenerse confidencial por cuestiones contractuales con los clientes que compran publicidad en la red social.

Además, si bien se muestra cómo el algoritmo opera para crear la página de recomendación, por el momento, Twitter no publicó los datos utilizados para entrenar el algoritmo, ya que podría comprometer información personal de los usuarios.

Excluimos cualquier código que comprometiera la seguridad y la privacidad del usuario o la capacidad de proteger nuestra plataforma de los malos actores, lo que incluye socavar nuestros esfuerzos para combatir la explotación y manipulación sexual infantil”, aseguró. 

Vamos a buscar sugerencias, no solo sobre errores, sino también sobre cómo debería funcionar el algoritmo”, dijo Musk en la sesión de Spaces. “Va a ser un proceso en evolución. No esperaría que fuera un movimiento ascendente continuo… pero estamos muy abiertos a lo que podría mejorar la experiencia del usuario“, concluyó.

Un diagrama que muestra cómo funciona la canalización de recomendaciones de Twitter.

A primera vista, el algoritmo es bastante complejo, pero no necesariamente sorprendente desde un punto de vista técnico. Se compone de múltiples modelos, incluido uno que detecta contenido “Not Safe For Work“, violento o abusivo, luego determina la probabilidad de que un usuario de Twitter interactúe con otro usuario en base a ese tweet y calcula la “reputación” que esa publicación tendrá para aparecer o no entre las recomendaciones que uno lee en su página principal. 

La página “For You”/”Para Vos” está populada por tweets de personas que uno sigue, pero también por tweets que ellos han likeado, retuiteado o incluso, tweets de personas que son seguidas por las personas que uno sigue. Esta masa de publicaciones es ordenada por esta “reputación”.

Siempre se supo que los tweets eran clasificados en base a algún puntaje, pero ahora sabemos en qué se basa. El algoritmo inspecciona el contenido del tweet, busca palabras clave como “muerte”, “matar”, “pornografía”, “suicidio”, entre otras, también tiene un sofisticado código que permite “leer en contexto” e interpretar si el tweet es abusivo contra otra persona.

No hay hallazgos de palabras clave relacionadas con cuestiones extremistas o con las vacunas o con el COVID-19, algo que definitivamente fue eliminado por Elon Musk porque antes era imposible publicar un tweet sobre estos temas sin que desapareciera de la faz de Twitter.

Pero si hay “etiquetas” que se usan para identificar un tweet como proveniente de un “demócrata“, un “republicano“, o un usuario “importante” (“power“). Incluso hay una etiqueta que indica si un tweet proviene de Elon Musk o no.

El magnate mencionó en el space que están buscando un reemplazo para esta parte del algoritmo. “No me gusta ponerle etiquetas a los tweets de la gente, estamos viendo como no hacerlo más“, mencionó.

Varias redes neuronales son responsables de clasificar los tweets y recomendar cuentas a seguir, mientras que un componente de filtrado oculta los tweets para, según la propia explicación de Twitter, “apoyar el cumplimiento legal, mejorar la calidad del producto, aumentar la confianza del usuario, proteger los ingresos mediante el uso de tratamientos de productos visibles y filtrados duros y una clasificación descendente de granularidad gruesa“.

Según se puede ver en el algoritmo, Twitter intenta extraer los “mejores” 1.500 tweets de los millones que clasifican para aparecer en la página “For You”/”Para Vos”. Además, esta línea de tiempo consiste en un 50% de tweets de personas que seguís, y otro 50% de personas que no seguís, con un énfasis puesto en las noticias, sin preferencia de qué medio, solo se prioriza a las cuentas verificadas o blue.

La clasificación se logra con una red neuronal de casi 48 millones de parámetros que se capacita continuamente en las interacciones de los tweets para optimizar la participación positiva. Por ejemplo, los likes, los retweets y las respuestas, pero también tiempo que tardas en leer un tweet, si después de ver ese tweet vas a ver el usuario, el tiempo que pasa entre que likeas dos tweets de un mismo usuario, o hasta la cantidad de tiempo que pasas viendo sus imágenes y videos.

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Economía

Biden presenta un arsenal de regulaciones bancarias para frenar la corrida y salvar a los bancos

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Las medidas pretenden dar marcha atrás con el proceso de desregulación iniciado en 2018 por el expresidente Donald Trump. Los demócratas proponen endurecer severamente los requisitos de capital y liquidez para todas las instituciones financieras.

Frente a la incipiente corrida contra los depósitos bancarios y la caída de grandes entidades financieras como el Silicon Valley Bank y el Signature Bank, el presidente Joe Biden se desligó de cualquier responsabilidad, volvió a culpar al expresidente Trump por la crisis bancaria (anteriormente lo había culpado por la elevada inflación), y anunció una serie de propuestas para intensificar la presión regulatoria.

El diagnóstico del gobierno demócrata entiende que la falta de confianza de los ahorristas y las decisiones de los bancos están vinculadas con la “falta de regulación y supervisión” de las autoridades pertinentes, lo cual es extraño porque desde 2018 que este marco regulatorio más flexible está vigente, y recién este año hubo una corrida.

Lo que no dice Biden es que lo que sí cambió es la propia política monetaria de la Reserva Federal, que mantuvo la tasa de interés en casi 0% a lo largo de la pandemia y recientemente empezó a subirla bruscamente, de 0 a 5 puntos porcentuales en pocos meses.

Las medidas presentadas con las siguientes:

  • La elevación de los requisitos de capital para bancos pequeños y medianos;
  • Actualización de las “pruebas de estrés”, los informes que deben presentar los bancos ante la velocidad de rotación de los depósitos. Aumento de la frecuencia para la solicitud de estos informes;
  • Nueva obligación para los bancos medianos a que presenten un “plan de cierre” predeterminado;
  • Limitación de la cantidad de bancos que deben contribuir a reponer el Fondo de Seguro de Depósitos;
  • Generalización de la garantía para depósitos, aunque no así para instituciones financieras.

Las medidas apuntan a dar marcha atrás con gran parte del proceso de desregulación bancaria implementado por Donald Trump en el año 2018. La desregulación del Gobierno anterior incluía la flexibilización de los requisitos de capital para instituciones pequeñas y medianas, aunque no así para los grandes bancos.

Los requisitos de capital determinan cuánto capital líquido deben mantener los bancos (comúnmente en la forma de títulos valores que se transforman en dinero rápidamente) como proporción del total de sus activos. 

Estas regulaciones pretenden abordar el problema de la insolvencia de las instituciones financieras en momentos de estrés y corrida contra los depósitos, pero lo cierto es que no atacan las causas de estos eventos (que son impredecibles) sino que solo operan sobre las consecuencias, pero a un costo atroz en materia de crecimiento y expansión del crédito. 

El presidente Donald Trump firmando la reforma sobre la Ley Dodd-Frank de regulación bancaria, en 2018.

Los requisitos más estrictos sobre el capital líquido incentivan activamente la reducción de la toma de riesgos por parte de los bancos (disminuyendo la cantidad de proyectos que están dispuestos a financiar).

Además, se provoca una fuerte retracción de la competencia bancaria, cuyo efecto más palpable es el aumento del costo general del crédito para empresas y consumidores. Este punto de vista fue el que se adoptó bajo la desregulación trumpista. La administración Biden pone el foco en los bancos medianos, catalogados como tales por mantener una posición de activos de entre US$ 100.000 millones y US$ 250.000 millones.

La falta de apoyo parlamentario para derogar la legislación de 2018 obliga al Gobierno a hacer uso de cláusulas que ya estaban presentes en la ley de Trump, especialmente sobre la capacidad de las agencias federales para introducir regulaciones con un cierto nivel de discreción. Sin embargo, el margen de maniobra es sustancialmente acotado en comparación a la legislación previa al 2018.

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Estados Unidos

CNN asegura que Trump fue imputado por el fiscal demócrata Alvin Bragg y podría ser arrestado bajo prisión preventiva

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A pesar de que el caso se había caído, un gran jurado de Manhattan habría aceptado el pedido para arrestar al ex presidente republicano. El anuncio se dará la semana que viene.

El ex presidente y actual candidato que lidera las encuestas para las elecciones del año que viene, Donald Trump, habría sido acusado por un jurado de Manhattan tras la presentación a puertas cerradas del fiscal demócrata Alvin Bragg, según publicó CNN esta tarde.

Se trataría de la primera vez en la historia de Estados Unidos que un presidente o ex presidente enfrenta cargos penales. Tanto Richard Nixon como Bill Clinton, quienes sufrieron procesos de impeachment en su contra, nunca se presentaron cargos en la justicia.

Bragg ya había estado en contacto la semana pasada con el equipo de abogados de Trump, el FBI y el Servicio Secreto para coordinar su arresto, ya que según un documento filtrado a Fox News mostró que se había pedido la prisión preventiva.

La acusación ha sido presentada bajo sello y, según CNN, se dará a conocer en los próximos días. Los cargos no se conocen públicamente por el momento, y se desconoce en qué caso se aprobó su imputación.

Sin embargo, al tratarse de la oficina de Bragg, está prácticamente confirmado que se refiere al caso de Stormy Daniels. Esta causa investiga el pago de una suma de US$ 130.000 dólares a la actriz porno, quien en 2016 había amenazado públicamente con que iba a lanzar un libro contando que tuvo una relación amorosa con Trump poco después de su casamiento con Melania Trump.

Daniels firmó un acuerdo de confidencialidad con el abogado de Trump, Michael Cohen, y finalmente no publicó el libro. Dos años después, en 2018, el abogado Michael Avenatti convenció a Daniels que presentara cargos contra Trump dado que el pago se había hecho en plena campaña presidencial, y podría considerarse una extorsión política.

La causa solo pudo encontrar culpable a Michael Cohen, ex abogado de Trump, ya que no hubo evidencia de que Trump le había ordenado o reembolsado el dinero, y la justicia dictaminó que Cohen actuó de su propia voluntad sin el conocimiento del entonces candidato a presidente.

La situación quedó sellada cuando Avenatti cayó preso en 2019, luego de que se probara que había estafado a Daniels y que le había robado dinero. Pero la causa fue reabierta dos años después por el fiscal Bragg, quien decidió continuar con la investigación.

La investigación de Bragg se volvió a caer a principio de mes, cuando nuevos documentos salieron a la luz que demuestran que Trump no estuvo involucrado en los pagos a la actriz porno.

En una carta del año 2018 redactada por Michael Cohen, el abogado le asegura a la Comisión Federal de Elecciones (FEC) que la suma de dinero pagada a Stormy Daniels (nombre real Stephanie Clifford) provino completamente de fondos personales suyos.

En la misma carta, además se especifica que ni la Organización Trump ni el equipo de campaña de Donald Trump tuvo participación alguna en la transacción a Stormy Daniels, así como tampoco se realizó el reembolso directa o indirectamente a Cohen por el monto erogado.

Pero por alguna razón, que por el momento se mantiene de manera confidencial, Bragg ha encontrado la manera de justificar judicialmente su decisión de pedir la prisión preventiva del principal rival de los demócratas para la elección del año 2024.

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