El Ejército Argentino está investigando y desarrollando nuevos sistemas de drones FPV
Estos drones, utilizados ampliamente en la guerra entre Rusia y Ucrania, adquirieron importancia en varios ejércitos.
La actual invasión rusa a Ucrania evidenció que el uso masivo de drones de distintas clases y características es una realidad, desafiando la eficacia de los medios militares tradicionales.
Aunque en un principio se concibieron como herramientas de vigilancia, inteligencia y reconocimiento, los vehículos aéreos no tripulados siguen evolucionando, ofreciendo a las Fuerzas Armadas capacidades como la señalización de objetivos, el apoyo a unidades de infantería y artillería, y el ataque a objetivos terrestres y blindados.
En este último aspecto, los drones FPV ganaron su lugar en el reconocimiento de varias fuerzas de distintos países, entre ellas el Ejército Argentino.
En una entrevista concedida al portal Zona Militar por el Jefe del Estado Mayor General del Ejército Argentino, General de División Carlos Presti, este confirmó que uno de los objetivos de la fuerza es la investigación y desarrollo de drones FPV para cumplir con las necesidades operativas.
Al respecto, el General Presti aclaró: "A partir de la observación de lo que sucede en los conflictos actuales, decidimos seguir evaluando opciones para adquirir sistemas portátiles de munición antitanque merodeadora, como los HERO-30 y HERO-120. Al mismo tiempo, estamos desarrollando proyectos para adaptarnos a estas nuevas exigencias tecnológicas"
En el mismo sentido, añadió: "Entre ellos, la investigación y desarrollo de un sistema de drones FPV (First-Person View) lanzadores y merodeadores, fabricados con materiales descartables. Este proyecto responde a la necesidad táctica de contar con drones capaces de lanzar granadas o funcionar como municiones kamikazes".
En el primer caso, las Fuerzas Armadas Argentinas fueron pioneras a nivel regional al incorporar la primera munición merodeadora de la familia HERO, suministrada por la empresa israelí Uvision.
Incluso se están evaluando nuevas adquisiciones, mientras se realizan cursos para operadores y se emplean en ejercicios. Esto incluye las demostraciones y lanzamientos llevados a cabo en los Ejercicios Escuela de Fuego en Salinas del Bebedero, San Luis, y el recientemente finalizado Ejercicio Aonikenk en la Base de Infantería de Marina Baterías.
En cuanto a los drones FPV, estos se presentan como una solución más práctica y sencilla en comparación con otros vehículos no tripulados, además de suplir la falta de misiles antitanque guiados en ciertas etapas del conflicto.
Tal como se pudo ver en la guerra entre Rusia y Ucrania, su uso extensivo por las fuerzas ucranianas fue posible porque, al ser mayoritariamente de origen comercial, estaban disponibles en grandes cantidades y podían adaptarse fácilmente para lanzar una variedad de cargas útiles, desde granadas hasta proyectiles de mayor poder explosivo.
Con el paso del tiempo, el uso intensivo y la doctrina aplicada permitieron a los operadores aportar retroalimentación, refinando tanto el diseño como las modificaciones necesarias. Incluso desarrollaron sistemas que combinan municiones merodeadoras con las capacidades de un drone FPV, así como proyectiles adaptados para ser lanzados desde estas plataformas.
Aunque el Ejército Argentino no brindó más detalles, se especula que la fuerza podría buscar combinar ambos sistemas, empleando las municiones merodeadoras para objetivos de mayor valor táctico en el campo de operaciones, mientras que los drones FPV serían utilizados en mayor número contra blancos de menor importancia o de oportunidad.
Hasta la fecha, algunas empresas nacionales, como la cordobesa FixView, están desarrollando propuestas para equipar a las Fuerzas Armadas con estas plataformas. En primer lugar, según informó la propia compañía, están en fase de prototipo de una munición merodeadora del tipo FPV, con la expectativa de avanzar en demostraciones de campo.
Por último, y aún en fase conceptual, la empresa está realizando estudios de viabilidad para el desarrollo de una plataforma no tripulada capaz de transportar y lanzar proyectiles de mortero de 81 mm, combinando inteligencia artificial y guiado por GPS para dirigir los proyectiles hacia su objetivo.
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