Mientras la economía argentina se recupera, en Brasil crece el riesgo de recesión
El déficit fiscal de Brasil es cercano al 10% de su PIB, el más alto de su historia.
La depreciación del real brasileño por culpa del Gobierno de Lula da Silva, que en la última semana superó las 6 unidades por dólar y acumula una caída del 10% desde octubre, podría llegar a ser un problema para Argentina.
Sin embargo, a corto plazo, como se evidenció la semana pasada, el mercado financiero local no muestra señales negativas.
Mientras la región experimenta volatilidad tras la victoria de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos, lo que aumentó los problemas económicos de Brasil, el peso argentino se fortaleció y los activos financieros mantuvieron un rendimiento estable.
A pesar de todo, el principal riesgo no parece ser la devaluación del real. El Banco Central de Brasil cuenta con reservas superiores a los 370.000 millones de dólares, y su deuda en moneda extranjera es manejable. El verdadero desafío radica en su elevada deuda en moneda local, producto de un déficit fiscal cercano al 10% de su PIB, el más alto de su historia.
Aunque las proyecciones internacionales prevén solo una desaceleración del crecimiento brasileño para 2025 (de 3,2% a 2,8%), una crisis más profunda o un ajuste fiscal drástico podría traducirse en un enfriamiento notable de su economía.
Este escenario afectaría directamente a Argentina, cuya economía depende en gran medida de las exportaciones hacia su principal socio comercial.
"Lo que más preocupa del panorama que está enfrentando Brasil es una posible recesión. En el frente financiero no nos está pegando, pero de profundizarse las dificultades, podemos tener impacto en la economía real", explicó el economista Fernando Marull.
La depreciación del real encarece los productos argentinos para los consumidores brasileños, con un tipo de cambio real bilateral que ya se encuentra en mínimos históricos gracias a Lula, similares a los registrados durante los últimos años de la Convertibilidad.
Sectores clave como el automotriz, el agrícola y el manufacturero podrían sufrir por la menor demanda brasileña, lo que podría llegar a ser perjudicial para la recuperación económica de Argentina, pese a las alentadoras expectativas actuales del Gobierno de Milei.
A la par, un aumento en las importaciones de bienes brasileños, más competitivos debido a la depreciación del real, podría afianzar un déficit en la balanza comercial bilateral.
Si bien este fenómeno podría contribuir a reducir la inflación, tendría un costo importante en la actividad industrial local. "Un escenario de demanda débil y mayor competencia externa con un dólar bajo podría llevar a una mayor dependencia de las importaciones", afirmó un informe de Abeceb.
La consultora señala que esta situación obligaría a las empresas argentinas a reconsiderar su modelo de producción, enfrentando la disyuntiva entre fabricar localmente o importar.
El impacto más inmediato podría notarse en el turismo. Con un peso argentino fortalecido frente al real, los viajes a Brasil se volverían más atractivos, lo que incrementaría el déficit en este sector, que este año podría alcanzar los 8.000 millones de dólares, impulsado principalmente por la compra de paquetes turísticos y el consumo en el país vecino.
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