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Mujer de cabello oscuro hablando en un podio en un entorno formal con personas sentadas al fondo.
POLÍTICA

Millán destruyó a Sánchez por la DANA: 'Abandonaron a los valencianos a su suerte'

La dirigente de Vox criticó la inacción del Gobierno de Sánchez en Valencia y la creciente voracidad fiscal del PSOE.

En su más reciente intervención parlamentaria,  la política de Vox, Pepa Millán, se pronunció con firmeza sobre la falta de acción del Gobierno ante la reciente catástrofe en Valencia. Millán comenzó expresando sus condolencias a las familias de las víctimas y su reconocimiento a los voluntarios que se desplazaron a la zona afectada, y no dudó en señalar la "ausencia de liderazgo" del Ejecutivo. Con una crítica tajante, enfatizó que “aquí hoy debería estar Sánchez dando la cara”, subrayando que el presidente no cumplió con su deber de responder a la crisis desde el primer momento.

Millán reprochó al Gobierno la falta de ejecución de obras de infraestructura, como presas anunciadas que, según ella,  “hubieran salvado vidas y reducido significativamente los daños”. En su intervención, también cuestionó la capacidad del Estado para responder a catástrofes, calificándolo como un “Estado fallido al servicio de intereses políticos”. Así, dejó claro su rechazo a la gestión del Gobierno, afirmando que su prioridad ha sido “asegurar puestos de los suyos en televisión española” en lugar de socorrer a los afectados.

La brillante intervención de Pepa Millán

La diputada de Vox finalizó su intervención destacando la grandeza de los ciudadanos que, a pesar de la situación, se han organizado para ayudar en Valencia. “Esa es la España en la que nosotros creemos y por la que siempre vamos a luchar”, concluyó Millán, en un discurso que ha generado amplia repercusión.

La brillante intervención de Pepa Millán

Muchas gracias. Quiero comenzar esta intervención trasladando nuestro más sentido pésame a la familia de los fallecidos, nuestro apoyo a todos los afectados y nuestro reconocimiento a los voluntarios que estos días se han desplazado hasta Valencia. Señor ministro, me imagino que hasta usted reconocerá que no es usted el que debería estar aquí haciendo esta comparecencia, pero como es una herramienta intercambiable más de Sánchez, le han encomendado la ardua tarea de defender lo indefendible y por eso ha optado por agotar el trámite sin ningún tipo de autocrítica, esperando que su tono le restara un ápice de responsabilidad a su Gobierno.

Aquí hoy debería estar Sánchez dando la cara, explicando por qué no movió un solo dedo desde el primer día, explicando por qué el día de la riada,  la prioridad del Gobierno era colocar a los suyos en televisión española y no socorrer a los valencianos. Y debería estar también Teresa Rivera, que es la responsable directa de que no se hayan ejecutado presas, incluso algunas de ellas anunciadas por su propio partido y que sin duda hubieran salvado vidas y reducido significativamente los daños, pero según ella la culpa es de las víctimas que no se toman demasiado en serio las alertas. Sánchez dijo en la cumbre del clima que el cambio climático mata, y  usted aquí diciendo que la culpa es de los ciudadanos que emiten CO2, pues mire, lo que mata es no declarar la situación de emergencia, lo que mata es quedarse cruzado de brazos viendo la catástrofe sin mover un solo dedo por puro interés político.

Lo que mata es no haber construido las obras y haber derrumbado las presas por puro fanatismo climático. Eso es lo que mata, y no el cambio climático. Aunque en cierto modo entendemos que Sánchez se esconda, porque para los españoles su presencia se ha vuelto un insulto insoportable, tal como se demostró en Paiporta, con un descaro y una chulería absolutamente intolerable y que por supuesto mereció todo el reproche y más.

Qué triste, pero qué merecido se lo tienen, saber que fuera de estas alfombras y de sus sedes, los españoles no les quieren. Pero más allá de la conocida altanería y cobardía que Sánchez ha demostrado con los españoles que lo han perdido todo, aquí han quedado claras varias cosas. En primer lugar, que tenemos un Gobierno malintencionado que ha actuado con dolo, que ha abandonado a los valencianos a su suerte vengándose de que no hayan elegido un Gobierno regional del Partido Socialista, que tenía pleno conocimiento de la gravedad de los hechos y que no actuó.

Y la prueba de su mala intención es que cuando a ustedes les interesa, ustedes retuercen la ley hasta la extenuación para beneficiar a sus socios separatistas. Son incluso capaces de modificar sentencias condenatorias firmes cuando no les favorecen. Pero cuando hay que salvar vidas, ustedes de repente se ponen exquisitos con las competencias y dicen que no tienen ninguna capacidad de maniobra ante la mayor catástrofe natural de los últimos tiempos. Qué considerados son ustedes con las cosas que les interesan.

En segundo lugar, que el Estado de las Autonomías es un Estado fallido por ser un Estado al servicio de intereses políticos y no de los españoles. Un Estado que es un cadáver sostenido por el bipartidismo que solo cree mantener sus 17 parcelitas de poder y que asiste con los brazos cruzados a todo tipo de desastre.

Desde las amenazas hasta nuestra integridad territorial, hasta un desastre natural cuyas consecuencias se podían haber evitado en gran medida y que no se han evitado precisamente por culpa de sus deliberadas deficiencias. Desde la incapacidad manifiesta de un Gobierno valenciano que no envió la alerta a tiempo hasta la omisión del deber de socorro del Gobierno de España por puro interés político. Un Estado integrado por duplicidades de todo tipo, por una burocracia insoportable que desvía el foco de lo importante.

Por miles de puestos políticos incompetentes, cada uno con su interés. Incapaz de plantearle a las nuevas generaciones una visión integral de Nación, que es lo que nos está salvando, como estamos viendo. Y en cambio nos venden las bondades de haberla troceado en reinos de taifas que no funcionan ante una catástrofe, pero que son implacables con los españoles de a pie.

Porque a nadie se le ocurra retrasarse en el pago de los impuestos, porque ahí el Estado actúa de forma implacable, quedando con el único papel encomendado de hacer de policía. Y cuando un Estado actúa así, perece al primer soplo de fe colectiva y nacional como estamos viendo.

Y, en tercer lugar, por supuesto, los españoles están muy por encima de su Gobierno. ¿Cómo puede ser posible que desde el primer momento pudieran llegar hasta allí cientos de españoles limpiando las calles y sin embargo allí no hubiera efectivos atendiendo a las familias que se habían quedado aisladas viviendo en el fango?  Allí hay gente ayudando que ha tenido más capacidad de organización que todos los ministerios juntos para los que ustedes solamente han tenido insultos con la ayuda de sus satélites mediáticos. Allí había gente que se estaba poniendo cinta aislante en los pantalones mientras la ministra de Defensa decía que a veces no se puede llegar a todo. Pues mire, es que no se trata de llegar a todo, se trata de llegar a lo importante.

Y lo importante para ustedes el día de la riada era colocar a los suyos en televisión española. Esa es la verdad. Que llevemos dos semanas desde la riada, con gente anónima dando lo que no tiene, haciendo en las calles de Valencia el trabajo que debía estar haciendo el Gobierno desde el primer día.

Patrullando las calles porque encima les entran a robar en sus casas a gente que lo ha perdido absolutamente todo. Y que Sánchez salga esta semana diciendo que tenemos que salir todos a los balcones a aplaudirle es de una poca vergüenza, que bien podríamos achacarla a un episodio de enajenación si no fuera porque conocemos la catadura del susodicho. Que el Estado somos todos es mentira.

Ustedes no hacen más que subir los impuestos a los españoles que viven por y para pagar y pagar y pagar en nombre de un Estado que cuando se le necesita no existe. Ustedes han dicho que van a aplazar el pago del IRPF a 2025. Oiga que 2025 es pasado mañana.

¿Cómo van a pagar la gente que lo ha perdido todo hoy o dentro de seis meses sus impuestos? Una gente que lo ha perdido absolutamente todo. ¿Cómo lo van a pagar? ¿Y a dónde va ese dinero? Porque a la sanidad no va, a la sanidad no va, a la educación no va, a los trenes está a la vista que no.  Ustedes baten récord en recaudación y cuando ocurre una desgracia como la de Valencia son los españoles de a pie los que tienen que coger su coche e irse hasta allí atender a la gente porque el Estado ni está ni se le espera.

Y en mitad de la catástrofe las prioridades del gobierno han sido asaltar televisión española, asegurar en el decreto de las ayudas el puesto de los suyos como han hecho con el jefe del operativo de la policía, aludiendo a una situación de emergencia que no les sirvió para mandar al ejército el primer día, tapar la cuarta imputación de Begoña Gómez o el registro al despacho del fiscal general del Estado y, como siempre, subir los impuestos. Y en ese orden de prioridades no están los españoles, nunca, nunca están. Porque  los españoles han quedado relegados a la mera condición de siervos fiscales que no merecen nada porque nunca se les exprime lo suficiente.

Dónde hay una desgracia para los españoles, el PSOE siempre ve una estrategia política. Es nuestro momento, escribía la ministra de Igualdad, por mucho que luego borrasen la foto.  Y por eso el último chantaje ha sido condicionar las ayudas de los valencianos a la aprobación de sus presupuestos utilizando a las víctimas para que la oposición les legitime.

Lo que tenemos es un gobierno que se ha desentendido de su responsabilidad de la forma más fácil que se recuerda. Si quieren ayuda, que la pidan. Su actitud de desidia con cualquier región española que no esté en manos de sus socios es la misma que se tendría hacia un país extranjero o incluso peor porque cuando tuvo lugar el terremoto de Marruecos, apenas tardaron unas horas en enviar la ayuda.

Pero como en Valencia no gobiernan los suyos,  pues que se aguanten los valencianos. Ustedes no tienen ningún tipo de moral.  Tomar el mando no era una opción, era un deber porque además la ley les obligaba a ello.

Declarar la emergencia de interés nacional y activar el plan estatal de emergencias de protección civil y el de riesgo de inundaciones era un deber de diligencia inexcusable. El Departamento de Seguridad Nacional mandó una nota a Sánchez el 29 de octubre a las 8 de la mañana. ¿Por qué no desplegaron al ejército ese mismo día? ¿Por qué no mandaron a la UME y a la Guardia Civil? A ustedes les hubiera bastado con aprobar un decreto como hacen con tantas otras cosas que sí les interesa.

Y no lo hicieron porque ustedes no ven personas, ven súbditos a los que premiar si tienen su carné o a los que castigar si les dan la espalda en unas elecciones. Donde un Estado eficiente hubiera tenido a las fuerzas y cuerpos de seguridad y a médicos, España ha tenido gente llegada de todos los rincones rescatando fallecidos, llevando comida, limpiando las calles y atendiendo a los vecinos mientras el gobierno rechazaba la ayuda extranjera. Y esto que es la viva imagen del gran pueblo que es España no deja de ser la otra cara de la moneda de unos gobernantes traidores.

Porque a los trabajadores a los que usted ha mencionado, a los trabajadores públicos, ustedes los tenían maniatados pidiendo a sus jefes que les dejasen actuar. Teniendo el no por respuesta porque sus jefes a su vez dependen de políticos cuya prioridad es ponerle de rodillas frente a sus intereses de partido. Y lo que nos quedan son españoles tratando de sobrevivir a ese Estado que financian con sus impuestos y que en realidad les desprecia porque solamente son el pueblo.

Hasta hace poco la consecuencia de esto había sido económica pero aquí hay mucha gente que ha perdido la vida y eso marca un punto de no retorno.  Porque todos ustedes han estado poniendo parches y paños calientes toda la vida, los unos y los otros. Los unos, el Partido Popular que desplazó la batalla cultural por la gestión y han demostrado que ni batalla cultural, ni gestión, ni nada.

Y el Partido Socialista que se dice en el gobierno de la gente y de la justicia social y se han quedado inmóviles viendo cómo se destrozaban los barrios obreros de Valencia, demostrando que solo son una clase privilegiada que se alimenta de las desgracias de los españoles más humildes. Y debajo del abrazo del bipartidismo, de ese abrazo insostenible del bipartidismo que comparte el Estado fallido de las autonomías y las políticas verdes que todos ustedes votan juntos en Europa, están los españoles.

Españoles que están ayudando y que no van a tener ningún privilegio. A esos españoles no les van a colocar ustedes en ningún consejo de administración ni van a cobrar grandes sueldos. Y precisamente ahí radica su grandeza.

Porque lo hacen con una verdadera vocación de servicio que le falta a mucha gente aquí. Sin esperar nada a cambio. Movidos por unos principios que han logrado imponerse en una época de egoísmos y de intereses espurios.

Esa es la España en la que nosotros creemos y por la que siempre vamos a luchar. Muchas gracias.

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