Rusia
Rusia está al borde de capturar la ciudad de Bakhmut en la primera ofensiva después del invierno
El Secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, dijo que la ciudad de Bakhmut, en el este de Ucrania, era más simbólica que operativa y que es poco probable que “cambie el rumbo de la guerra” si Rusia la conquista por completo.

Durante las últimas semanas, los combates en Bakhmut se han intensificado, con las fuerzas rusas atacando desde casi todos los frentes. Si Rusia capturara la ciudad, que solía contar con una población de alrededor de 70.000 habitantes, ahora reducida totalmente a ruinas, Moscú lograría su primera gran victoria en una costosa ofensiva de invierno.
El Instituto para el Estudio de la Guerra (IEG), con sede en Estados Unidos, ha emitido una advertencia de que las rutas de suministro ucranianas a Bakhmut se están reduciendo y que es cuestión de tiempo que Rusia se haga con el control de la ciudad.
“Los rusos pueden haber tenido la intención de rodear a las fuerzas ucranianas en Bakhmut, pero el comando ucraniano ha señalado que probablemente se retirará en lugar de arriesgarse a un cerco“, dijo el informe.
El Secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, dijo el lunes que la ciudad ucraniana oriental de Bakhmut tenía más importancia simbólica que operativa, y que su caída no significaría necesariamente que Moscú haya recuperado la iniciativa en la guerra.
“Creo que es más un valor simbólico que un valor estratégico y operativo“, dijo Austin a periodistas durante su visita a Jordania. “La caída de Bakhmut no necesariamente significará que los rusos hayan cambiado la tendencia de esta lucha“, dijo, agregando posteriormente que no predeciría si Bakhmut podría caer o cuándo.
Por su parte, el IEG señaló que “es poco probable que las fuerzas ucranianas se retiren de Bakhmut de una sola vez y pueden perseguir una retirada gradual de la lucha para agotar las fuerzas rusas a través de la guerra urbana continua“.
La artillería rusa ha estado golpeando las últimas rutas fuera de la ciudad, con el objetivo de terminar de sitiarla. Sin embargo, el jefe de la compañía Wagner, empresa privada de mercenarios rusos, que lidera el asalto contra Bakhmut, ha dicho que sus tropas están siendo privadas de municiones por Moscú.
Por ello, durante la jornada del lunes, Yevgeny Prigozhin se quejó de que sus fuerzas aún carecen de municiones, culpando al Ministerio de Defensa ruso de una posible “traición”, pues no le habrían entregado la munición que previamente le habían prometido.
“El 5 de marzo, escribí una carta al comandante de la Operación Militar Especial sobre la necesidad urgente de asignar municiones“, dijo, usando el término oficial de Moscú para su invasión de Ucrania. “El 6 de marzo, a las 8 a.m., a mi representante en la sede se le canceló su pase y se le negó el acceso“, continuó. “Por ahora, estamos tratando de averiguar la razón: ¿es solo una burocracia ordinaria o una traición?”, finalizó Prigozhin en su canal de prensa Telegram el domingo.

“Si Wagner se retira de Bakhmut ahora, todo el frente colapsará“, dijo Prigozhin, amenazando al Kremlin. “La situación no será dulce para todas las formaciones militares que protegen los intereses rusos“.
En este sentido, Austin aprovechó para hacer comentarios sobre las diferencias entre Wagner y los militares. “Creo que las fisuras están ahí … Yo diría que las fuerzas de Wagner han sido un poco más efectivas que las fuerzas rusas … Dicho esto, no hemos visto un desempeño ejemplar de las fuerzas rusas”, señaló.
Mientras tanto, Volodimir Nazarenko, comandante de las tropas ucranianas en Bakhmut, dijo que no había habido orden de retirarse y que “la defensa se mantiene” en condiciones sombrías. “La situación en Bakhmut y sus alrededores es infernal, como lo es en todo el frente oriental”, dijo Nazarenko en un video publicado en Telegram.
El ejército de Ucrania aseguró el domingo por la noche que las fuerzas rusas intentaban avanzar sobre Bakhmut, bombardeando la ciudad y los asentamientos cercanos de Ivanivske, Chasiv Yar, Kurdyumivka y Orikhovo-Vasylivka.
Al norte, las tropas rusas avanzaron hacia la ciudad de Bilohorivka, dentro de la región de Luhansk, y bombardearon varios asentamientos en dirección a Kupiansk y Lyman, continuó el ejército ucraniano. Más al sur, las fuerzas rusas hicieron preparativos para una ofensiva en las regiones de Zaporizhia y Jerson.

Rusia
Rusia prohíbe las exportaciones de diésel y gasolina
Rusia, uno de los principales proveedores de diésel a nivel global, anunció a través de un decreto que prohibirá las exportaciones de diésel y gasolina con el objetivo de estabilizar el mercado doméstico de combustible.

Rusia ha prohibido el jueves, de manera temporal y con efecto inmediato, las exportaciones de gasolina y diésel bajo el pretexto de estabilizar el mercado interior.
Cabe aclarar que la prohibición no se aplica al combustible suministrado a los miembros de la Unión Económica Euroasiática, liderada por Moscú e integrada por Bielorrusia, Kazajistán, Armenia y Kirguistán. En este contexto, resulta pertinente aclarar que Rusia es el cuarto mayor productor de diésel del mundo, tras Estados Unidos, China e India.
“Las restricciones temporales ayudarán a saturar el mercado de combustibles, lo que a su vez reducirá los precios para los consumidores”, declaró oficialmente el Gobierno de Vladímir Putin en un comunicado. Según el Ministerio de Energía ruso, la medida impedirá las exportaciones “grises” de carburantes, en referencia a las ventas en canales no autorizados por el Kremlin.
Este tipo de operaciones se han multiplicado a raíz de las sanciones occidentales sobre Moscú tras la invasión de Ucrania, lo cual ha obligado a los productores rusos a buscar nuevos compradores y a los miembros de la UE a buscar nuevos proveedores.
En los últimos meses, Rusia ha sufrido escasez de gasolina y diésel, además de que los precios internos al por mayor se han disparado. Por su parte, los precios al por menor de la gasolina y del diésel en Rusia han subido un 9,4% desde principios de año hasta el corriente mes de septiembre, frente a un aumento general de los precios de sólo el 4%, según los datos más recientes del Servicio Federal de Estadística.
En este sentido, según informó Reuters, la escasez de combustible en el país ha dado lugar a la consideración de un arancel a la exportación de productos petroleros, casi prohibitivo, de 250 dólares por tonelada. La medida está siendo evaluada y podría implementarse a partir del 1 de octubre hasta junio del 2024.

Esta nueva medida restrictiva se suma a la reducción de la producción y exportación anunciada por Rusia en conjunto con la restricción anunciada por Arabia Saudita, los mayores productores dentro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo plus (OPEP+), lo que ha generado un aumento del 30% de los precios del petróleo desde junio hasta la fecha.
Aunque la medida no tiene efecto directo sobre los países de la Unión Europea (UE), donde las compras de carburante ruso ya estaban prohibidas, informa El País, la salida de un volumen significativo de diésel del mercado internacional ha provocado un repunte de alrededor de un 5% en el precio mayorista en el viejo continente, superando así el umbral de los 1.000 dólares por tonelada.
Según informa Radar Internacional, si bien Rusia busca mantener un precio estable y alcista para su principal mercado de exportación, eso se contrapone a su interés de mantener precios locales estables y bajos para su población. En ese marco, prohíbe exportaciones, abastece el mercado interno y genera una mayor escasez en el externo, generando presión al alza de los precios en el mercado internacional y un aumento de la inflación, afectando principalmente a Europa.
Así, desde el Financial Times entienden que Putin está utilizando el mercado energético como arma política para dañar a los países occidentales a modo de represalia por las sanciones tras la invasión a Ucrania.
“A pesar de que se trata sólo de una prohibición temporal, el impacto es significativo ya que Rusia sigue siendo un exportador clave de diésel para los mercados globales”, expresó Alan Gelder, vicepresidente de mercados de refinación, productos químicos y petróleo de la consultora Wood Mackenzie, en conversación con Bloomberg.

Rusia
Ucrania echó al periodista transgénero estadounidense que había sido designado como Portavoz del Ejército
El trans Sarah Ashton-Cirillo, portavoz de las Fuerzas Territoriales de Ucrania, calificó a los rusos de “diablos rabiosos” y prometió que pronto “el propagandista favorito del Kremlin” pagaría con su vida.

Las Fuerzas de Defensa Territorial de Ucrania (TDF, por sus siglas en inglés) anunciaron este miércoles por la mañana la suspensión inmediata de su portavoz transgénero Sarah Ashton-Cirillo, luego de que amenazara públicamente con matar a los detractores de Kiev en una cadena nacional.
Sarah, cuyo nombre real es Michael John Cirillo, es un soldado norteamericano que llegó al cargo de sargento en las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. Sin embargo, tras un breve intento fallido de ser electo diputado en Nevada en 2020, se lanzó como periodista.
En marzo del 2022, días después de la invasión de Rusia a Ucrania, trabajando para el medio LGBTQ Nation, viajó a Jarkov a cubrir los acontecimientos como corresponsal de guerra. Rápidamente, entabló estrechas relaciones con el Ministerio de Defensa del presidente Volodomir Zelénski, y fue designado en agosto de este año como portavoz en inglés de todas las fuerzas territoriales.
Pero su escalada en las fuerzas ucranianas llegaría a un final bochornoso esta semana. Luego de lanzar fuertes declaraciones antirrusas al aire, el comando de las TDF anunció que había sido despedido, ya que las amenzas no habían sido autorizadas por Kiev.
“Los dientes de los demonios rusos rechinarán cada vez más fuerte y sus bocas rabiosas espumarán en un frenesí incontrolable mientras el mundo verá a un propagandista favorito del Kremlin pagar por sus crímenes. Y este títere de Putin es sólo el primero. Todos los propagandistas de los criminales de guerra rusos serán perseguidos y se hará justicia“, dijo furioso Ashton-Cirillo.
Se cree que sus declaraciones fueron en referencia a Gonzalo Lira, un periodista chileno-estadounidense que así como él, viajó a Kiev para cubrir la guerra, pero con un punto de vista marcadamente pro-ruso.
Por su posición fue arrestado en mayo de este año y aunque fue dejado en libertad poco después, cuando retomó su labor periodística, denunció torturas y contó que estaba intentando irse del país. En agosto fue arrestado nuevamente por estas declaraciones y hasta la fecha no se sabe de su paradero.
En redes, se especuló que Ashton-Cirillo estaba confirmando en su desquiciado discurso que pronto ejecutarían a Gonzalo Lira, aunque por el momento no hay mayores detalles sobre a qué “propagandista favorito del Kremlin” se refería con sus dichos.
Los recientes comentarios de Ashton-Cirillo “no fueron aprobados por el mando del TDF ni por el mando de las Fuerzas Armadas de Ucrania“, expesaron en un comunicado. “Al llevar a cabo operaciones militares contra el agresor, las fuerzas de defensa de Ucrania observan estrictamente las normas del derecho internacional humanitario”, aclaró el comando territorial ucraniano.
El TDF dijo en su comunicado que el ex portavoz está ahora bajo investigación y “se tomarán las decisiones apropiadas” en represalia. Desde el 20 de septiembre que no publica en sus redes sociales y se especula también que Ashton-Cirillo fue detenido.
Economía
En medio de la corrida contra el rublo, Putin salió a prometer que no revertirá las reformas pro-mercado de los 90s
El mandatario negó cualquier proceso de “desprivatización” por fuera de las medidas extraordinarias vinculadas al conflicto bélico con Ucrania, en un intento por llevar calma a los inversores y atenuar la corrida cambiaria.

La economía de Rusia vuelve a flanquear, esta vez mediante una fuerte corrida cambiaria contra el rublo y un retroceso del nivel de actividad. Luego de una fuerte devaluación en los primeros meses tras la invasión a Ucrania, el Banco Central ruso lanzó un sistema de patrón oro que revalorizó la moneda rusa.
Sin embargo, el conflicto bélico se alargó por mucho más tiempo del que pretendía el mandatario ruso, y la economía no está en condiciones de seguir soportando los efectos adversos de la guerra y las sanciones, y ya no hay patrón oro que aguante.
El tipo de cambio con respecto al dólar llegó a los valores más altos registrados desde marzo de 2022, al comienzo de la guerra en Ucrania, y el rublo sufre su peor devaluación desde la caída de la Unión Soviética.
La tasa de inflación volvió a repuntar hasta el 5,2% interanual en el mes de agosto, y el proceso de capitalización del Banco Central a través de las compras de oro a precios artificialmente bajos se está agotando.
Hasta ahora, este pseudo-patrón oro probó ser una medida muy exitosa para mantener la inflación bajo control y anclar las expectativas, pero la reciente corrida contra la moneda demostró que ya no soporta más la crisis, entre otras cosas por los enormes requerimientos fiscales y las sanciones impuestas desde Occidente.
En este contexto, el presidente Putin intentó llevar tranquilidad a los mercados y aseguró que no se producirá ningún proceso de “desprivatización”, más allá de las medidas extremas que fueron adoptadas en el contexto de la guerra, como por ejemplo la nacionalización de algunas filiales de empresas multinacionales que dejaron de operar en el país a raíz de la exclusión de Rusia del sistema SWIFT internacional.
En este sentido, Putin prometió no deshacer las reformas estructurales que había llevado a cabo el presidente Boris Yeltsin, las cuales transformaron el régimen socialista en una economía de mercado, permitieron una mayor apertura comercial y privatizaron masivamente los activos que antes poseía el gigantesco Estado ruso.
También prometió no incursionar en nuevas restricciones sobre la cuenta capital del país, por fuera de las regulaciones establecidas hasta ahora. Cuanto mayores sean las restricciones para la salida de capitales, menores serán los incentivos para la incursión en el mercado ruso.
El tercer anuncio del mandatario fue la promesa tajante de no subir ningún impuesto para las empresas. Actualmente Rusia establece una tasa de sociedades en torno al 20%, similar al promedio de la OCDE, y fue rebajada en los últimos años por iniciativa del propio Putin desde aquel 43% que regía hasta 2001.
El principal problema de esta última promesa es la credibilidad. El déficit fiscal de Rusia ascendió al 2,25% del PBI en el año 2022, cuando antes de la guerra mantenía un ligero superávit del 0,7% del producto. El Fondo Monetario Internacional estima que el déficit ruso cerrará el año 2023 por lo menos en el 6,2% del PBI, prácticamente se triplicará con respecto al año pasado.
Rusia perdió el acceso a los mercados de capitales internacionales, hacer uso de la emisión monetaria para asistir al fisco condenaría el régimen cambiario establecido en marzo de 2022, y al mismo tiempo se promete que no habrá aumentos impositivos.
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