
China subió los aranceles a un 125% y escala la guerra comercial con Estados Unidos
El régimen de Xi Jinping respondió con dureza frente a los aranceles anunciados por Trump en las últimas horas y continúa provocando a los Estados Unidos.
China elevó sus aranceles a las importaciones de productos estadounidenses al 125%, como respuesta directa a la reciente decisión del presidente Donald Trump de aumentar los aranceles a los productos chinos al 145%, en lo que representa la escalada más contundente hasta ahora de la guerra comercial entre las dos economías más grandes del mundo.
La medida fue anunciada por el Ministerio de Finanzas chino, que calificó la política arancelaria de Estados Unidos como una violación grave a las reglas del comercio internacional, “unilateral”, “coercitiva” y “una broma” en la historia de la economía global. Según Pekín, estas decisiones van en contra de los principios económicos básicos y reflejan un acto de intimidación económica.
Expertos y analistas afirman que con aranceles superiores al 35%, el comercio de bienes entre ambos países se vuelve prácticamente inviable.

Las tarifas actuales 135% en promedio para los productos chinos que entran a Estados Unidos, según el Instituto Peterson para la Economía Internacional eliminan cualquier margen de ganancia para exportadores. Ambas naciones ahora gravaron el 100% de sus productos intercambiados, lo que ha llevado al colapso efectivo del comercio bilateral.
Pese a que China dijo no tener intención de escalar aún más con nuevas tarifas, dejó la puerta abierta a otras formas de represalias.
De hecho, ya restringió la entrada de películas de Hollywood y lanzó advertencias a sus ciudadanos sobre los riesgos de viajar o estudiar en Estados Unidos, especialmente en el estado de Ohio.
Además, presentó una nueva demanda ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) contra las últimas subidas arancelarias estadounidenses, a pesar de que fue el país asiático el que inició la guerra comercial.

En los mercados financieros, el yuan cayó a niveles no vistos desde la crisis financiera global de 2008, aunque experimentó una leve recuperación tras la respuesta oficial de Pekín.
Mientras tanto, Trump había anunciado una suspensión de 90 días en nuevos aranceles para países que no hayan tomado represalias contra Estados Unidos, en un aparente intento de consolidar alianzas.
En respuesta, China ha intensificado su diplomacia comercial, buscando el respaldo de socios estratégicos. El presidente Xi Jinping habló con el primer ministro español Pedro Sánchez, abogando por una postura común con la Unión Europea para oponerse a “acciones unilaterales de intimidación”.

En paralelo, el ministro de Comercio chino, Wang Wentao, ha sostenido conversaciones con representantes de la UE, Malasia (presidente actual de ASEAN), Arabia Saudita y Sudáfrica, con el objetivo de fortalecer relaciones con el G20, BRICS y el mundo árabe.
Además, Pekín y Bruselas acordaron reanudar las conversaciones sobre alivios comerciales y negociar compromisos de precios en vehículos eléctricos, un gesto que podría poner fin a un conflicto prolongado con Europa, concentrando así el frente comercial únicamente contra Washington.
China reiteró que aún está abierta al diálogo con Estados Unidos, pero advirtió que no responderá a ''amenazas ni presiones''. “Si Estados Unidos insiste en infringir sustancialmente los intereses de China, esta responderá con firmeza hasta el final”, advirtió el Ministerio de Comercio chino.

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