
La persecución a los cristianos en el mundo: El genocidio del que nadie habla
El cristianismo, que es la base de la civilización occidental, está siendo atacado y perseguido a nivel mundial.
Más de 380 millones de cristianos sufren hoy persecución y discriminación de distinto tipo en todo el mundo. Asesinatos, explotación sexual, control estatal y un largo listado de discriminación, violencia y masacres.
En Corea del Norte basta ser portador de una Biblia para ser llevado a la fuerza a un campo de concentración. En Pakistán, familias enteras de cristianos caen en redes de esclavitud laboral, y las mujeres de explotación sexual, sin ningún tipo de protección por parte del Estado. Mientras tanto, en Nigeria y Congo ya no es novedad el asalto y masacres en iglesias a manos de terroristas musulmanes.
En Siria e Irak, sobre todo desde las aclamadas "primaveras árabes", casi no han quedado cristianos: o fueron cruelmente asesinados, o forzados a convertirse al Islam, o huyeron; un genocidio silencioso del cual Occidente poco habla, acostumbrado a renegar de sus raíces cristianas.
En China los católicos son controlados y observados por el Estado, y en Laos cualquier vecino puede llamar a la policía si observa un crucifijo en su hogar.

"Matan a cristianos, minorías, a cualquiera...", titulaba el 9 de marzo el Diario Perfil, en referencia a las masacres que actualmente están sucediendo en Siria por parte de grupos radicalizados que tomaron recientemente el control del país.
El 19 de febrero pasado, 70 cristianos fueron decapitados por yihadistas dentro de una iglesia en la República Democrática del Congo.
Según la Agencia Open Doors, 1 de cada 7 cristianos es perseguido en el mundo; en África, la persecución es sufrida por el 20% de los cristianos, y en Asia por el 40%.
4476 cristianos fueron asesinados sólo por ser cristianos durante el año 2024, y 7679 iglesias y lugares de oración fueron atacados. Pero el mundo de hoy, tan acostumbrado a ver "fobias" contra cuanto grupo político, social o religioso exista, se niega a hablar de "cristianofobia". Y es curioso, siendo que el cristianismo es la base de la civilización occidental.
En Oriente, la persecución se da en los países de mayoría religiosa diferente a la cristiana, como Pakistán, la India o países árabes donde está prohibido construir iglesias. También en países donde continúa gobernando el Partido Comunista, como en China o Laos.
En varios países africanos los cristianos son masacrados por grupos terroristas islámicos, pero curiosamente los medios de comunicación no ven allí una oportunidad para visibilizar una injusta tragedia que conmueva al mundo.

Pero la persecución no se limita solo a Oriente. En Occidente, aunque no se manifieste en formas de violencia física, existe una hostilidad creciente hacia el cristianismo.
Desde "Festivales culturales" donde hay danzas de hombres semidesnudos colgados de lianas en forma de rosarios como en arteBA en donde también se exhibió una imagen de la Virgen María con un rostro reemplazado por genitales femeninos, o la imagen de un ministro de Cultura comiendo una torta en forma de Cristo; hasta un ridiculizado pesebre viviente en un conocido canal de streaming que genera cientos de miles de impresiones y visualizaciones.
A su vez, en universidades y ámbitos políticos se deslegitima a quienes sostienen principios cristianos, vinculándolos con posturas retrógradas o intolerantes. Estos son solo ejemplos cotidianos de la persecución religiosa o cristianofobia expandida en todos los ámbitos de la cultura y la vida en sociedad.
Se dice que en el siglo XX ha habido más mártires que en toda la historia de la Iglesia. En España, un país tan cercano a nuestra historia y cultura, miles de católicos fueron torturados, ejecutados y asesinados en masa por los republicanos tan laureados por el PSOE actual de Pedro Sánchez.

Más de 6000 sacerdotes y obispos fueron asesinados: en las calles, en sus camas, en masa en los seminarios; mutilados, decapitados, torturados, etc. Algo similar sucedió en México en la misma época. Y por millones en la Unión Soviética, perseguidos por el Comunismo que en sus diversas variantes culturales y políticas aún pervive hoy.
A lo largo de la historia, la intolerancia contra los cristianos ha adoptado distintas formas, desde la violencia directa hasta la marginación cultural. Lo preocupante no es solo la persecución en sí, sino la indiferencia con la que es tratada. En un mundo donde se condenan distintas formas de discriminación, el sufrimiento de los cristianos parece quedar en un segundo plano
Tomar conciencia de esta realidad es el primer paso para evitar que la historia se repita. No se trata solo de denunciar, sino de generar acciones concretas para apoyar a quienes sufren persecución. El silencio, la indiferencia o la minimización de este problema solo contribuyen a perpetuarlo
Es hora de que dejemos de callar y, como San Esteban, sigamos su ejemplo de valentía y firmeza en la fe. En su discurso, ante el Sanedrín, él nos recuerda: "¡Seréis testigos de la verdad, aunque el precio sea alto!".
Llegó la hora de alzar la voz y defender el patrimonio de nuestra fe viva en Cristo. Por eso, como decía Santa Catalina de Siena en el siglo XIV: ¡Basta de silencios!¡Gritad con cien mil lenguas! porque, por haber callado, ¡el mundo está podrido!
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