
Un intendente cordobés propone imponer más peajes para financiar rutas
El jefe comunal reclama recursos nacionales mientras la gestión provincial elude su responsabilidad vial.
La municipalidad de Las Higueras encontró una “solución” para el abandono histórico de las rutas: cobrar un nuevo peaje provisorio a los usuarios. La idea, totalmente insólita, surgió del intendente Gianfranco Lucchesi y apunta a reparar un tramo de siete kilómetros de la Ruta Nacional 158. El pedido se elevó al Ministerio de Economía junto con la propuesta de reunir 2.000 millones en cuatro meses.
Según explicaron, el tramo entre la rotonda Seminario y el puente de Chucul está intransitable y requiere una intervención urgente. Sin embargo, el municipio no cuenta con los fondos ni la competencia legal para hacerse cargo, y el Estado nacional ha dejado atrás el viejo esquema de obra pública opaca. “Hay que ponerse creativos y rápido”, dijo Lucchesi, como si trasladar el costo al ciudadano fuera una genialidad política.
Las críticas apuntan al Gobierno Nacional por eliminar Vialidad, pese a que fue bajo esa estructura donde florecieron los peajes eternos y las rutas fantasmas. La corrupción en la obra pública no es un mito: tiene nombres, condenas y sentencias, como las que involucran a Cristina Kirchner por direccionamiento de fondos. Sin embargo, ahora pretenden que el mismo modelo fallido continúe como si nada.

Concejales quieren rutas, pero que las pague otro
El Concejo Deliberante de Río Cuarto también se plegó al reclamo con un proyecto que rechaza el cierre de Vialidad. Argumentan que la región necesita una red vial funcional y temen que la falta de definiciones agrave el deterioro. Lo que no dicen es por qué nunca se preocuparon cuando las rutas se licitaban con sobreprecios y nunca se terminaban.
La iniciativa fue impulsada por el bloque de Hacemos Unidos por Córdoba y será debatida en los próximos días. “Nuestro bloque rechaza enérgicamente esta disposición”, sostuvo la concejal Milagros Obregón, autora del proyecto. En su descargo, apuntó contra el Gobierno nacional sin ofrecer ninguna alternativa viable ni hacerse cargo del desastre heredado.
En los papeles, todos defienden la producción y la conectividad, pero a la hora de gestionar se limitan a patear el problema hacia arriba. Es más cómodo acusar a Nación que hacerse cargo de años de abandono, rutas en ruinas y gestiones locales que solo reaccionan cuando la situación es terminal. Mientras tanto, los vecinos siguen esquivando pozos en plena zona productiva.

La cultura del peaje eterno
Lo más alarmante no es sólo la idea de sumar otro peaje, sino la naturalidad con la que se propone como “solución excepcional”. Así comienza el camino a la normalización del cobro sin final, como tantas veces ocurrió en otras provincias donde las cabinas nunca se levantan. El argumento del “peaje temporal” ya fue usado, y siempre terminó en cobro permanente.
Además, se intenta responsabilizar al Gobierno nacional por los males viales de Córdoba, cuando durante décadas fue Vialidad quien tuvo el control. Y fue precisamente ese esquema el que alimentó redes clientelares, contratos con retornos y obras a medio hacer. El presidente Milei puso fin a esa estructura para avanzar hacia un sistema más transparente.
Si lo que se busca es cuidar el bolsillo de los ciudadanos, imponerles otro peaje no parece el camino. Mucho menos si quienes lo proponen no reconocen los errores del pasado ni explican por qué recién ahora se alarman. La transparencia no se logra con más cobros, sino con menos políticos que se hagan los distraídos ante el desastre que dejaron.
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