Un líder religioso vestido de blanco saluda desde un balcón acompañado por dos personas.
SOCIEDAD

El día que Jorge Bergoglio conmovió al cónclave y se convirtió en el papa Francisco

Una intervención decisiva, cinco votaciones y un giro inesperado en la Capilla Sixtina

El 9 de marzo de 2013, durante las congregaciones generales previas al cónclave, el cardenal Jorge Bergoglio, por entonces arzobispo de Buenos Aires, pronunció unas palabras que marcaron un antes y un después:  “Yo sueño una iglesia que salga de sí misma”. Aquella intervención impactó de forma inmediata.

La frase no solo resumió una visión pastoral renovadora, sino que se convirtió en el eje de lo que luego sería su pontificado. El cardenal Jaime Ortega y Alamino, de La Habana, pidió permiso para fotocopiar el manuscrito de Bergoglio y lo distribuyó entre los demás cardenales al día siguiente. Su mensaje captó la atención de un electorado eclesiástico que aún buscaba rumbo tras la renuncia de Benedicto XVI el 28 de febrero.

En esos días previos al encierro en la Capilla Sixtina, los cardenales menores de 80 años se reunieron para debatir el futuro de la Iglesia.Aunque oficialmente no existían campañas, aquellas intervenciones funcionaron como verdaderas plataformas políticas, donde los aspirantes delinearon sus ideas.

Un hombre con gafas y solideo rojo frente a una bandera de Argentina.
Jorge Bergoglio, antes de viajar a Roma, era el arzobispo de Buenos Aires. | Redacción

Cinco votaciones y una decisión inesperada

En un principio, Jorge Bergoglio no fue el favorito. El italiano Angelo Scola lideró la primera votación con 35 sufragios, frente a los 20 del argentino y los 15 del canadiense Marc Ouellet.  Sin embargo, el rumbo comenzó a cambiar en las rondas siguientes.

A medida que avanzaban las votaciones, muchos cardenales vieron en Bergoglio a un hombre capaz de reformar la Iglesia desde adentro, sin la carga política que pesaba sobre otros candidatos. La figura de Scola comenzó a perder fuerza, especialmente entre quienes no querían un pontífice fuertemente involucrado en la política interna vaticana.

El segundo día del cónclave, el 13 de marzo, tras tres votaciones aún sin definición, se vivió un momento clave durante la comida en la residencia Santa Marta.  Las conversaciones informales inclinaron apoyos hacia Bergoglio,  especialmente desde el sector italiano tras el fracaso del candidato Odilo Scherer, respaldado por el cardenal Tarcisio Bertone.

A su favor, el argentino contaba con figuras influyentes como Cláudio Hummes, quien lo animó desde el principio y le susurró al oído, tras su elección: “Acuérdate de los pobres”. También el estadounidense Timothy Dolan, quien en lugar de insistir con su propia candidatura, decidió sumarse al respaldo que crecía alrededor de Bergoglio.

Una figura religiosa saluda a una multitud de personas que lo rodean y toman fotos.
El papa Francisco estuvo muy cercano a la gente desde que asumió como sumo Pontífice. | Redacción

El humo blanco y el inicio de un nuevo capítulo

La cuarta votación lo dejó al borde del triunfo, aunque sin alcanzar los dos tercios requeridos. Hubo una papeleta de más, lo que anuló la votación. En la quinta, finalmente, se selló su elección:  casi 100 cardenales votaron por él (95 sobre 115), asegurando la victoria definitiva.

Así se anunció al mundo el “habemus papam”. Jorge Mario Bergoglio se convirtió en el primer papa latinoamericano y eligió el nombre deFrancisco, en homenaje al santo de Asís y con una misión clara: devolverle a la Iglesia una mirada humilde, abierta y cercana.

Su pontificado no solo comenzó con una frase inspiradora, sino también con una voluntad de transformación que ya se intuía desde aquellas reuniones previas al cónclave.

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